MEDITACIÓN BUDISTA ZEN

VEN. DR. JINSIM HYOENJIN: arzobispo y maestro guía de la sangha Meditación Budista Zen, recibió Transmisión el 27 de marzo 2021 e Inga el 16 de julio 2017, y recibió los 250 votos del Bhikshu (monje) el 22 de julio 2016 por el Ven. Dr. Wonji Dharma.

Ven. Jinsim Hyoenjin es originalmente de Kansas City, Missouri, USA y ha vivido en Guadalajara, México desde 2000. Tiene más de 45 años experiencia en meditación, dos maestrías (psicología y estudios budistas), y un doctorado de Psicología Oriente-Occidente investigando métodos de meditación en las tradiciones espirituales del Oriente.

Ven. Jinsim Hyoenjin imparte clases, conferencias universitarias, charlas Dharma, retiros y talleres sobre el buda-dharma además de citas individuales para orientación y estudio personalizado.

Un arzobispo (maestro zen superior) es un obispo que, habiendo recibido Inga y Transmision de Dharma, preside varias diócesis en una gran región. Este puesto incluye algunas responsabilidades de supervisión tanto de las diócesis como de los obispos de esa región. Un arzobispo sirve como guía o instructor en asuntos religiosos; y a menudo es el fundador o líder dentro de una Orden. Además, el Colegio de Arzobispos actúa como un Consejo Rector igualitario para la Orden Zen de las Cinco Montañas.
______________________


miércoles, 27 de agosto de 2014

LA FE DE BUDDHA Charla Dharma 24/AGO/2014


LA FE DE BUDDHA
Charla Dharma 24/AGO/2014
Rev. Hyonjin Sunim

 
En la travesía de la vida
La fe es alimento,
Buenas acciones son un refugio,
La sabiduría es la luz por día y
Correcta atención la protección por noche.
Si un hombre vive una vida pura nada le puede destruir;
Si ha conquistado la codicia nada puede restringir su libertad.
                                                                (Buddha)  
     

Aunque Budismo pone menos énfasis que otras religiones en la fe, la fe es de suma importancia en la práctica del zen. El Buddha mismo declaró poco después de comenzar su carrera como maestro:
 
Abiertos son las puertas a la inmortalidad, Uds. que tengan oídos para oír, liberen su fe. (Buddha)
 
Sin embargo, no estamos hablando de una fe ciega en algo o alguien. El Buddha advirtió a sus seguidores:
 
No crean nada simplemente porque te lo han dicho. No crean lo que tu maestro te dice simplemente por respeto al maestro. Pero cualquier doctrina, después de examinación y análisis, si la encuentras benevolente, contribuyendo a lo bueno, el beneficio, y el bienestar de todos los seres – créela, mantenla, y tómala como tu guía. (Buddha)
 
Una fe ciega no puede hacer frente a las dificultades que surgieran en la vida, y por consiguiente, no perdura a lo largo. Es una fe emocional, inestable, y poco confiable. En cambio, una fe basada en estudio, análisis, experiencia directa y compresión forma la base de una buena práctica.
La fe del zen es una función natural de la mente original, o sea, nuestra naturaleza búdica. Se considera la fe como indispensable para la iluminación, basada en la creencia de que ya somos todos Buddhas.  Esta creencia nos sostiene a lo largo de nuestra práctica, el Buddha comparando la fe a lo que nos anima a cruzar el río de samsara:
 
Un rebaño de vacas llega a la orilla de un río ancho. Las más maduras ven el río y simplemente lo vadean. El Buddha las comparó a los seres plenamente iluminados los que han cruzados ya el río de ignorancia y sufrimiento. Las vacas más jóvenes, menos maduras en su sabiduría, tropiezan por la ribera con temor, pero con el tiempo entran y atraviesan el río. Por fin vienen las becerras, temblando con miedo, algunas acabando de aprender cómo levantarse. Pero estas vulnerables becerras tiernas también llegan al otro lado, dijo el Buddha. Atraviesan el río simplemente por seguir los mugidos de las voces de sus madres. Las becerras confían en sus madres, y anticipando la seguridad de su reencuentro, siguen sus voces y atraviesan el río. Eso, dijo el Buddha, es el poder de la fe. (Buddha)
 
Somos nosotros aquellas becerras buscando el camino a la salvación. Aquí, temblando a causa de nuestra inmadurez y falta de experiencia, tenemos que confiar en lo desconocido, la voz interior de nuestra naturaleza búdica animándonos a seguir adelante a pesar de que nos sentimos inseguros de cómo proceder. Pero confiando en los que han atravesado antes, los miembros de la sangha más maduros, nuestros maestros y amigos espirituales, encontramos la valentía enfrentar el reto, anticipando la seguridad del reencuentro con nuestra verdadera madre, la mente original.
Tener fe no requiere rigidez e inflexibilidad basada en inseguridades. Si nuestra fe es forzada, rígida, insegura, insistiendo en obediencia, entonces, no sirve para nada, y nos hundimos en creencias falsas no probadas y sin apoyo verdadero a la práctica. Como dijo el filósofo budista Alan Watts:
 
Tener fe es confiarte al agua. Cuando nadas no agarras al agua, puesto que si lo haces, hundes y te ahogas. Mejor te relajas y flotas.
 
Todos tenemos una sabiduría innata, la que nos guía en la vida cotidiana. Podemos confiar en esta sabiduría, y así soltar nuestras preocupaciones, abriéndonos a la calma lucidez de la mente búdica.
Sin embargo, la fe debería equilibrarse con el entendimiento y la sabiduría de prajña, o sea, la percepción espiritual que penetra las tinieblas de la ignorancia con entendimiento profundo, llevándonos a la iluminación.  El Buddha explicó porque necesitamos este equilibrio en la práctica con estas palabras:
 
Si una persona no posee fe y entendimiento (prajña), entonces tal persona aumenta su ignorancia. Si una persona posee entendimiento, pero sin fe, tal persona aumentará sus ideas erróneas.  Una persona quien no tiene fe dirá, a causa de una mente enfadada: “¡No hay ningún Buddha, Dharma, y Sangha!”
                                                             (Buddha)
 
Sin fe, no comenzamos a practicar. Y si nunca practicamos, no encontraremos la iluminación. Por tanto, la fe e iluminación son intrínsecamente relacionadas, dos aspectos de lo mismo.
El Buddha nos anima a practicar, comparando la fe y la sabiduría de prajña a una lámpara iluminando la oscuridad:
 
La fe es como una lámpara y la sabiduría hace la flama brillar. Lleva esta lámpara siempre y en su tiempo la oscuridad cederá y podrás permanecer en la luz. (Buddha: Dhammavadaka)
 
Con una práctica basada en fe y entendimiento, Nagarjuna (150-250 D.C.), el pensador budista más influyente de todo el Budismo tras el propio Buddha, describe la primacía de fe permitiéndonos no sólo cruzar el río, sino además entrar al gran mar en sí:
 
En el gran mar de las enseñanzas del Buddha, mediante la Fe se puede entrar; mediante la Sabiduría se puede salvar…Si uno tiene fe pura, se puede entrar las enseñanzas del Buddha. Si uno no tiene fe, no se puede entrar las enseñanzas del Buddha. Los que no tienen fe en el Buddha dicen “de este modo no.” Este es la consecuencia de no creer. Los que creen dicen “de este modo.” (Park, 1983:11)  
 
Nagarjuna está intentando a explicarnos cómo la fe es la condición fundamental para entrar en las enseñanzas del Buddha a así aplicarlas a nuestras vidas en la práctica cotidiana, como una gran nave llevándonos sobre el mar a nuestra salvación, a la Iluminación.
Este mar de Dharma revela la mente original, recibiéndonos como ríos desembocándose en el mar del vacío, como madres esperando nuestro regreso desde siempre con brazos abiertos. El maestro zen coreano Seung Sahn una vez dijo: 
 
Esta mente es como el gran mar, al que todas las aguas fluyen – el río Hudson, el río Charles, el Rio Amarillo, agua china, agua americana, agua limpia, agua sucia, agua salada, agua dulce. El mar no dice, “Tu agua es sucia, no puedes fluir a mí.” Acepta todas las aguas y las mezcla y todas se convierten en mar. Por tanto, si mantienes la mente de Buddha, tu mente será como el gran mar. Este es el gran mar de Iluminación. (Seung Sahn 1976:122)
La fe llevándonos a la Iluminación se ve reflejada en el Sutra Avatamsaka, donde se encuentra el bodhisattva Samantrabhada entregando el más entusiasta himno de elogio de todo el budismo alabando la fe de bodhisattvas:  
 
Fe profunda, creencia, y resolución siempre pura,
Ellos (bodhisattvas) honran y respetan todos los Buddhas…
Profundamente creyendo en el Buddha y las enseñanzas del Buddha,
También creen en el Camino atravesado por buddhas futuros,
Y creen en la suprema gran iluminación:
De este modo los seres iluminados (bodhisattvas) comienzan a despertar su voluntad.
 
La fe es la base del Camino, la madre de virtudes,
Alimentando y creciendo todas maneras buenas,
Cortando la red de duda, liberando del torrente de pasión,
Revelando el sendero sin igual de la máxima paz.
Cuando la fe es inmaculada, la mente es pura;
Obliterando orgullo, es la raíz de reverencia,
Y la riqueza más destacado en el tesoro de la religión…

Fe es generosa…
Fe felizmente puede entrar las enseñanzas del Buddha;
Fe puede aumentar el conocimiento y la virtud;
Fe puede asegurar llegada a la iluminación…
Fe puede ir más allá de los senderos de demonios,
Y revela la vía sin par de liberación.

Fe es la semilla pura de la virtud,
Fe puede crecer la semilla de la iluminación.
Fe puede incrementar el entendimiento supremo,
Fe puede revelar los Buddhas…
Fe es la más poderosa, muy difícil poseer;
Es como tener en todos los mundos
La maravillosa perla cumple-deseos.

Cuando nos sentamos en zazen, es un acto de fe confiando que somos Buddhas, confiando en las enseñanzas del Buddha para abrirnos a esta verdad, y confiando que es algo aquí y ahora a experimentar directamente, lo cual se percibe como la mente calma y lúcida del “no sé” de zen. Abriéndonos a la mente original, nos sentamos sin mover, percatando las kleshas y nuestro apego a los hábitos mentales que causan el sufrimiento, soltándolos y así purificándonos de sus influencias. Fe es tanto la voz de nuestra naturaleza búdica llamándonos a practicar como la el resultado final de Iluminación. Sin fe, nunca llegaremos a practicar, y así, nunca entenderemos nada. Por tanto, la fe precede la práctica y es inseparable del entendimiento, los dos llevándonos sobre el río de ignorancia para reunirnos con la seguridad, la paz y la salvación más allá de la vida y la muerte, el mar de la mente de Buddha.
Bibliografía
Sahn, Seung. (1976). Dropping Ashes on the Buddha. Grove Press: New York.
Park, Sung Bae. (1983). Buddhist Faith and Sudden Enlightenment. State University Press of New York: Albany, N.Y.
Park, Sung Bae. (2009). One Korean’s Approach to Buddhism. State University Press of New York: Albany, N.Y.
GRACIAS POR TU APOYO AL MBZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.