WESAK FESTIVAL 2013
EL NACIMIENTO DEL BUDA
MBZ Sangha
CHARLAS DHARMA
Rev. Hyonjin Sunim
Viernes, 17 de mayo, 2013
EL BEBÉ: El “Yo” Universal: La Esencia Latente
Era en este mismo
día, hace 2539 años.
En la
sombra de un árbol, sujetando su rama, y estando de pie, La Reina Maya de Kapilavastu
dió a luz en Lumbini, India. Se nombró el nuevo bebé Siddhartha.
A su
incepción, su madre había soñado que estaba viajando por las grandes montañas
de las Himalayas, donde un ser espiritual con el aspecto de un elefante blanco
le entró a su lado derecho, un símbolo muy auspicioso. Basado en este sueño, se
había predicho que un bebé nacería, el cual sería o un rey del mundo, o un
ascético errante llegando a ser un gran maestro religioso, un Buda. Aunque su papá intentaba con todas sus
fuerzas influenciar al joven Siddhartha seguir su ejemplo como un rey, Siddhartha
luego eligíó la vida solitaria y espiritual. Todos estamos enfrentados con esta misma decisión,
elegir entre la riqueza exterior de poder, fama y el ilusorio satisfacción de
deseos, o en cambio, la riqueza interior de una vida solitaria basada en paz y
compasión. Es solitaria porque tenemos
que enfrentar el mundo cotidiano que dice lo contrario.
A su nacimiento había señales
extraordinarios y auspiciosos. Se
describe el cielo claro y radiante con luz magnífica, con flores brotando y
pájaros cantando en todos lados – cuatro devas, o seres espirituales, aparecieron
en el cielo vertiendo chorros de agua puro, uno fresco y otro cálido, sobre él
y su madre, bañándoles suavamente.
En este
momento, se puso de pie, tomó siete pasos, representando las siete direcciones
– norte, sur, este, oueste, arriba, abajo, y aquí, y en cada paso aparecieron
flores de loto debajo de sus pies. Señaló
el dedo índice de una mano al cielo y con la otra mano señaló a la tierra,
mostrando que él uniría el cielo con la tierra. Luego declaró, “Yo solo soy el Honrado
del Mundo.” En la tradición de Budismo
Mahayana se interpreta lo que dijo como el “Yo” verdadero de todos los seres en
todo el espacio y el tiempo – o sea, la naturaleza búdica de cada uno de
nosotros.
El Día de
Wesak conmemora este evento. Es la
celebración del Budismo más practicado por toda Asia. Se celebra con mucho color y alegría. Como muchos festivales, es una oportunidad de
limpiar y decorar el hogar. Los Budistas visitan templos locales para
participar en las ceremonias y para presentar ofrendas de comida, velas y
flores, y aportaciones a los monjes. Los
Budistas devotos utilizan la celebración para reforzar su intención de ser
honorables y mantener su práctica constante de meditación, ética, y ayuda a los
demás.
La
actividad principal del Día de Wesak es el ritual del “baño de Buda”. Se pone la forma del pequeño Buda como bebé en el
altar dentro de un tazón grande con su mano derecha señalando arriba y su mano
izquierda señalando abajo. La gente se acerca con reverencia, llenando el
cucharón con agua o té, y vaciándolo sobre el imagen para “bañar” al bebé.
Este ritual destaca el mensaje
universal que debemos limpiar nuestros corazones y nuestras mentes de las
manchas de codicia, enojo, e ignorancia. Se cree que la luz de las velas en el altar
representa la luz de la sabiduría, la oscuridad representa la ignorancia. Se
cree que al prender una vela, nuestras vidas se iluminarán, disminuyendo las
fuerzas negativas de nuestras mentes y nuestras acciones.
Cuando bañamos a la estatua del Buda, debemos orar con sinceridad por la
purificación de nuestras mentes, eliminando los venenos de codicia, ira, y
enojo. Debemos orar por la paz y la
armonía por doquier, para que no haya más violencia, engaño, o sufrimiento en
el mundo. Debemos desear que el mundo se
transforme en una tierra pura y que todas las mentes se guíen por el sendero de
los Budas. Este es el sentido verdadero
del baño de Buda.
Los beneficios del baño de Buda:
Al bañar al Buda bebé, se
promete lo siguiente:
1.Se recibirán la prosperidad, la alegría, la buen salud y la longevidad.
2.Se cumplirán todas sus
aspiraciones.
3.Se experimentarán la paz y la armonía por la familia, parientes, y amigos.
4.Se eliminarán todos los obstáculos
al aprendizaje del Dharma y no sufrírán.
5.Se logrará la Iluminación en poco tiempo.
¿Qué actitud mental debemos mantener cuando bañamos al Buda?
1.Fe: Debemos confiar
y sentir alegría por el mérito generado al bañar el Buda.
Vertiendo el agua sobre el Buda,
estamos limpiando nuestras propias mentes.
2.Sinceridad: Cuando bañamos la
estatua del Buda, es como si el Buda estuviera
presente, ayudándonos en cultivar mérito de
bendiciones y apoyo. Ofrecemos
este mérito a todos los seres sensibles del
universo para que se aumenten su
sabiduría y se conecten con su
Naturaleza Búdica.
3.Moralidad: Deseamos eliminar el
karma negativo y purificar nuestras mentes. Oramos
por la paz y la alegría por toda la humanidad.
El Ritual y Dana
Se hace una reverencia frente
al altar. Se pone una aportación de gratitud en el recipiente. Se llena con cuidado
el cucharón. Vierte el agua sobre el imagen del joven Buda mientras que se
recita lo siguiente:
Baño 1:
Que mis pensamientos malos se eliminen.
Baño 2:
Que mis acciones buenas se aumenten.
Baño 3: Que todos los seres sensibles
se liberen.
Durante la fiesta,
se puede acercar, uno a uno o con sus niños, para bañar al Buda.
Sábado 18 de mayo, 2013
EL NIÑO: Meditando su primera vez - Shikantaza
Nuestra
práctica de shikantaza, sentándonos, sin pensar ni no pensar, enfocados en la
respiración, se basa en un acontecimiento espiritual muy clave en la vida
temprana del Buda como niño, lo que guió el Buda luego en su vida a la
Iluminación. Fue durante un festival del
aradura para promover la agricultura por parte de su papá el rey. Fue un acontecimiento muy celebrado por los
nobles y los granjeros. Todos llevaban
sus mejores ropas puestas para participar en la ceremonia. En el día indicado, el rey, acompañado por su
séquito, fue al campo, acompañado por su hijo Sidhartha y las niñeras del niño.
Le pusieron al niño sobre un tapete al lado de un campo de cultivo en la sombra
de un solitario árbol manzanita de rosa. Mientras que las niñeras cuidaban al
niño Sidhartha, el rey se fue para participar en el festival. Cuando las festividades estaban en su apogeo,
las niñeras se ausentaron para participar en las celebraciones, dejando a
Sidhartha solo.
Debajo del árbol, todo era tranquilo
y quieto, condiciones óptimas para aquietar la mente. Miraba en la distancia un
granjero trabajando en el campo, pasando de un lado al otro frente a él arando
la tierra. El niño seguía contemplando los movimientos del grajero, viendo como
la tierra se abrió, revelando nidos de hormigas y a veces un gusano partido,
sirviendo como comida para los pájaros vigilando la escena. Advirtió el sufrimiento de estos seres
pequeños, perdiendo sus hogares y sus vidas, preguntándose por qué la vida era
tan frágil e transitoria. Mientras que
concentraba fijamente así a la escena frente a él, atento a la respiración
entrando y saliendo, su mente entró en un estado de paz profunda, lo que se
llama samadhi.
Cuando las
niñeras volvieron del festival, se asombraron viendo al niño sentado allí, con
sus piernas dobladas naturalmente en la postura del loto y meditando
profundamente. Informaron al rey de este
hecho, quien llegó de inmediato, viendo al niño allí sentado en meditación.
Reconociendo lo fortúito del acontecimiento, hizo una reverencia profunda al
niño.
Este
acontecimiento de samadhi en la paz y la tranquilidad, llegaría a ser la
experiencia clave en la vida de Sidhartha como hombre en su búsqueda espiritual. Agobiado por seis años de prácticas
espirituales sin fruto, Sidhartha recordaría este momento de niño meditando,
sentado en paz perfecta, y comenzaría su meditación más importante, la que le
revelaría la Verdad suprema, la realización de como liberarse del sufrimiento,
y la Iluminación completa y final.
Cuando
practicamos shikantaza, la que significa sentarse por sentarse, estamos
utilizando la forma original y natural del niño Sidhartha, sentándonos sin
mover, sin pensar ni de no pensar, tranquilizando la mente en un enfoque
concentrado en la respiración, mirando frente a nosotros, sin apegarnos a nada,
ni rechazar nada. Se observa la
respiración rítimica, y se pregunta a uno mismo como el Buda se preguntaba,
“Por qué hay sufrimiento?” o “Que es esto?” o “Quién soy?” Desde allí, se suelta de la mente chica,
esperando atento pero sin expectativa de una respuesta, esperando sin meta, la
meta de no meta, el portal sin portal del Zen, el “No sé...” Y con paciencia,
se abre por completo el corazón y la mente al Infinito, aquí y ahora, para experimentar
nuestro Yo verdadero, más allá de los pensamientos, nuestra Naturaleza Búdica.
(http://www.bps.lk/olib/bp/bp102s-files/OEBPS/Text/10Main03.html)
DOMINGO, 19 de mayo, 2013
EL HOMBRE: El “Yo” Se Despierta: Plena Iluminación y Realización
Celebramos la Iluminación de Buda
como resultado de su búsqueda por comprenderse a sí mismo. En la tradición Budisat, es el evento más
importante de todos. Durante la semana
antes la celebración, los monasterios Zen
en el mundo entero participan en los retiros más difíciles de todo el
año. En algunos casos no paran ni para
dormir durante 7 días.
El significado de Wesak se encuentra
en el Buda y su mensaje de paz universal para toda la humanidad. Conmemorando el Buda y su Iluminación,
recordamos su realización más profunda y única, la cual surgió en el la noche
antes de su despertar, y coincide con tres vigilias importantes.
Durante el primer vigilia de la
noche, cuando su mente era traquila, clara, y pura, una luz surgió en Él, al
mismo tiempo se manifestaron el conocimiento y la comprensión. Él vio sus vidas
anteriores, primero una, luego dos, luego 3, 5, luego en grupos de 10, 20,
trenta, cincuenta, entonces 100, luego 1,000...y continuaba así.
Durante el segundo vigilia de la
noche, vio como los seres mueren y renacen, dependiendo en su karma, como
desaparecen y como re-aparecen de una forma a otra, de un plano de existencia a
otro.
Durante la tercer vigilia de la
noche, vio el surgir y desaparecer de todo fenómeno, mental y físico. Vio como
las cosas surgen dependiendo en causas y condiciones, lo que se llama orígen
interdependiente. Luego, percibió el sufrimiento,
dándose cuento como surge, como desaparece, y como liberarse de lo
insatisfactorio, el camino de liberación de la codicia, el deseo, y el delirio. Por fin, su mente se liberó por completo.
Había logrado la Plena Iluminación.
Esta sabiduría y luz que brillaba y
radiaba debajo del Arbol de Bodhi en Bodh Gaya en el distrito de Bihar en el
norte de la India, más de hace 2,500 años, es de gran importancia al destino
humano. Se iluminó el camino por el que la humanidad podría liberarse de la superstición,
el odio, y el miedo, revelando el mundo de luz, amor, y alegría, la que se
llama Nirvana.
Después de su Iluminación, el Buda
se comprometió quedarse aquí en este plano de sufrimiento, el samsara, para
enseñarnos a todos este camino de liberación. Estamos sumamente agradecidos a
esta compasión en su parte por no abandonarnos, y seguimos su ejemplo,
dedicando cada paso de nuestro desarrollo espiritual a la liberación de todos
los seres del universo, como el voto de Bodhisattva. Y en esta aspiración, llegamos todos a ser
hijos del Buda, como el imagen de Buda bebé. Es el Simbolo de nuestra
aspiración pura, nuestra confianza inquebrantable, y nuestra potencia de ser
Budas, existiendo justo aquí y ahora en cada uno de nosotros. No hay manera de agradecer al Buda por su
sacrifico supremo que hizo por nosotros. Sólo por medio de seguir su ejemplo,
meditando cada día, y aplicando sus enseñanzas a nuestras vidas en el alivio
del sufrimiento en los demás, que podemos verdaderamente mostrar nuestra
gratitud.