MEDITACIÓN BUDISTA ZEN

VEN. DR. JINSIM HYOENJIN: arzobispo y maestro guía de la sangha Meditación Budista Zen, recibió Transmisión el 27 de marzo 2021 e Inga el 16 de julio 2017, y recibió los 250 votos del Bhikshu (monje) el 22 de julio 2016 por el Ven. Dr. Wonji Dharma.

Ven. Jinsim Hyoenjin es originalmente de Kansas City, Missouri, USA y ha vivido en Guadalajara, México desde 2000. Tiene más de 45 años experiencia en meditación, dos maestrías (psicología y estudios budistas), y un doctorado de Psicología Oriente-Occidente investigando métodos de meditación en las tradiciones espirituales del Oriente.

Ven. Jinsim Hyoenjin imparte clases, conferencias universitarias, charlas Dharma, retiros y talleres sobre el buda-dharma además de citas individuales para orientación y estudio personalizado.

Un arzobispo (maestro zen superior) es un obispo que, habiendo recibido Inga y Transmision de Dharma, preside varias diócesis en una gran región. Este puesto incluye algunas responsabilidades de supervisión tanto de las diócesis como de los obispos de esa región. Un arzobispo sirve como guía o instructor en asuntos religiosos; y a menudo es el fundador o líder dentro de una Orden. Además, el Colegio de Arzobispos actúa como un Consejo Rector igualitario para la Orden Zen de las Cinco Montañas.
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lunes, 26 de agosto de 2013

WANHYO:
El monje travieso de Corea

Ozmo Hyonjin Piedmont, Ph.D.




WANHYO (7º Siglo D.C)

Wanhyo era un maestro Zen del siglo 7º D.C.  Es uno de los más queridos y conocidos de todos los maestros de Korea, aunque era muy travieso por su tiempo.  Pese a ser un monje, renunció la vida religiosa en el monasterio para enseñar a la gente ordinaria en la calle. El Budismo de su tiempo se había considerado como una religión para la aristocracía y la inteligencia, puesto que los sermones de los monjes eran damasiado difíciles para la gente común entender.  Por tanto, Wanhyo creó canciones con las escrituras para enseñarlas a la gente, bailand y cantando con ellos en la calle, animándolos recitar el nombre de Buda constantamente, una práctica de la escuela de Tierra Pura.  Pronto, todo el país estaba cantando sus canciones. Wanhyo era considerado muy controversial en tu tiempo. Solía mezclar tanto con prostitutas en la calle como con borrachos en las tabernas.  En cierto momento, se casó con una princesa y tuvieron un hijo, el que llegó a ser uno de los eruditos más destacados de la filosofía de Confucio en la historia de Corea.
            Hay una historia famosa relacionada con Wanhyo cuando emprendió un peregrinaje a China para consultar con maestros Zen allí. En el camino, se refugió de una tormenta en una cueva oscura. Durante la noche, teniendo mucha sed, encontró un cucharón hecho de una calabaza lleno de agua. Bebió el agua, la que sabía bien fresca y dulce. En la mañana, a su horror, descubrió que el cucharón era de hecho una calavera llena de agua sucia. Entonces, vomitó por asco.  Pero justo en este instante, se dio cuenta que todo es mente. No hay ni limpio ni sucio; todo está en la mente. En este momento, Wonhyo se volteó y regresó a Corea; no necesitaba ya hacer ningún peregrinaje a China, encontró lo que buscaba. Esta filosofía de Mente-Una llegó a ser el fundamento de sus enseñanzas por el resto de su vida.


Wonhyo tomando agua de una calavera.

            Su filosofía tiene que ver con la idea de unicidad, la inter-relación de todo en el universo. Mente-Una es la enseñanza en la que todo fenomeno es fundamentalmente basado en la esencia infinita, la naturaleza verdadera de la mente, inherente en todos los seres y las cosas. Sin embargo, la mente discriminativa del ego divide fenomenos en puro e impuro, gusto y disgusto. Al eliminar la mente discriminativa, todo fenómeno se entiende como Uno. Wonhyo descubrió la Mente-Una fuere del mundo de opuestos dualistas.  Terminos de contraste, tales como limpio-impuro, están creadas por la mente discriminativa de la mente. Cuando se descubre la esencia de la Mente-Una, entonces la mente discriminativa no surge. Puesto que todos los seres tienen esta esencia fundamental, la Mente-Una, entonces la Iluminación es inherente en todos los seres, sólo está obscurecida por los deseos. La Iluminación no depende en nada, ya es presente en cada uno de nosotros. Por desarrollar la mente, tranquilizando los deseos de ignorancia, la Iluminación se revela cuando regresamos a la Mente-Una, donde descubrimos nuestra verdadera identidad, la que puede servir y ayudar a todos los seres liberarse también.

Dos Puertas en la Mente: Talidad-Verdadera y Surgir-Desaparecer
            Para comprender bien la Mente-Una, hay que entender la mente chica. Hay dos puertas en la mente: La Puerta de Talidad-Verdadera y La Puerta de Surgir-Desaparecer.  La Puerta de Talidad-Verdadera es la esencia libre de discriminaciones; la Puerta Surgir-Desaparecer es el mundo de fenomenos proyectados por discriminaciones.  Estas dos puertas no pueden separarse, porque escondida dentro de la mente de la puerta de Surgir-Desaparecer es la Mente-Una de la puerta de Talidad-Verdadera, o sea, nuestra Naturaleza Búdica. Puesto que la Naturaleza Búdica es la Mente-Una, y La Mente-Una es libre de toda discriminación, por tanto, La Mente-Una no corresponde a nada. Sin embargo, puesto que La Mente-Una no corresponde a nada, no se puede decir que no existe tampoco, sólo es tal como es, pura y radiante justo aquí y ahora. En su pureza inherente, es más allá de la dualidad de la existencia y la no-existencia. Es la mente verdadera, la esencia verdadera, la que interconecta el Absoluto con lo mundano, más allá del sufrimiento, presente en un estado libre, sin apegos ni sufrimiento ni dependencia en ninguna cosa.  Esto significa que samsara, el mundo de nacimiento y muerte, el sufrimiento, y el mundo de Nirvana, no son diferentes. Ya que no son diferentes, entonces incluso los seres sensibles y los Buddhas no son diferentes tampoco. Todo es la Mente-Una. Entendiendo esto, re-descubrimos nuestra esencia libre del sufrimiento.  
                                   
Chong-Yo: Desdoblarse a Todo y Regresar a Uno.
            En la práctica cotidiana, Wonhyo emfatizó “Chong-Yo”, lo que significa el desdoblarse a todo y regresar a Uno. Lo que Wonhyo quiere decir es que la esencia, el espíritu de Buddha, se revela en una infinidad de formas y maneras, pero todas son esencialmente una. Así que si dos lados de un argumento parecen válidos desde cada punto de vista, los dos lados debería intentar ver la situación en una forma holística, incluyendo las dos perspectivas a la vez.
            Por ejemplo, se puede entender todos los significados de los sutras como sólo uno: la Verdad de nuestra naturaleza es Esencia Universal.  Así, se encuentra la armonía del sentido universal, a pesar de las opiniones de miles de sectas y linajes. Wonhyo sugiere que no se debe contradecir ni afirmar ninguna doctrina u opinión para que los dos lados puedan acercarse.  Para lograr esto, hay que considerar dos factores: la emoción y la razón. La emoción es el sentimiento de apego a tu propia opinión. La razón tiene que ver con nuestra habilidad entender que todos tenemos nuestro apego, creyendo que nuestra opinión es la correcta, así que podríamos reconocer la sabiduría en no aferrarnos a ningún punto de vista. Debemos aprender el desapego de agumentos, la capacidad de afirmar y contradecir los dos lados del argumento al mismo tiempo. Aceptamos todo lo relativo para ver la esencia que reside dentro de los opuesto aparentes.  El Absoluto no es lo opuesto de lo relativo, sino más bien le transciende lo relativo de los opuestos por completo. Al reconocer lo relativo en mi mismo, puedo abrirme a la unicidad de la esencia más allá de los opuestos aparentes en el otro, la filosofia de Mente-Una en acción y aplicación en la vida cotidiana.


Bibliography
Cleary, J.C. (2013). Swampland Flowers: The letters and lectures of Zen Master Ta Hui.
            Shambhala: Boston. Kindle Edition.

Jeong, Byeong-Jo. (2010). “Master Wonhyo: His life and teachings.” Diamond Sutra     Recitation Group: Seoul, Korea

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lunes, 19 de agosto de 2013

REALIZAR EL SÍ MISMO Y OTRO COMO UNO 
CHARLA DHARMA
Rev. Hyonjin Sunim
(Ozmo Piedmont, Ph.D)
18 AGOSTO 2013

El maestro zen de Japón, Dogen, escribió: “Estudiar el Camino del Buda es estudiar el sí mismo. Estudiar el sí mismo es olvidar el sí mismo. Olvidar el sí mismo es ser iluminado por las diez mil cosas.” Otra forma decir lo mismo es: cuando estudiamos el Buddha-Dharma, estamos estudiando el sí mismo, y estudiar el sí mismo es olvidar el sí mismo, y olvidamos el sí mismo por medio del zazen. Cuando ya hemos llegado a soltar la idea de un sí mismo, entramos en las diez mil cosas, lo que significa que nos despertamos a nuestra esencia una con todo el universo fenomenológico. Al soltar y olvidar del sí mismo, estamos soltando una idea, nada más. El ego, el sí mismo, ya no existe, entonces es sólo nuestro apego a la idea que crea todos los problemas. Aferrado a un sí mismo separado e independiente, creemos que tenemos que proteger nosotros de los demás, por tanto, todo lo que pasa gira alrededor esta precupación de conservarnos vivos, causando sufrimiento, descontento, y preocupación. Al soltar el sí mismo, lo que se queda es la totalidad, auque decimos vacuidad, de hecho no hay división, tu eres todo este universo. El proceso de zazén es el proceso de engullir todo el universo.
          El séptimo Gran Precepto dice: Dense cuenta que el yo y el otro es uno solo; No se envanezcan ni desprecien a los demás. ¿Como practicar con este precepto? Hay tres niveles considerar: la perspectiva literal, la perspectiva compasiva con reverencia por la vida, y la perspectiva de mente-una de la Naturaleza Búdica. La perspectiva literal sería: no critiquen ni hacer comparasiones con los demás. La compasiva: Un maestro da una calificación mala comparando el alumno con los demás, con la esperanza de motivar al alumno de estudiar más y aprender. La Mente-Una: Todo es Buddha, no hay nadie, todo es vacuidad. Todo depende de la motivación en cuanto a prácticar o romper el precepto, o basándose en la compasión por los demás, o basándose en la protección del sí mismo.
          Es inútil culpar a los demás por lo que sentimos emocionalmente, hay que tomar responsabilidad por tu propia vida.          Desde la pespectiva de la Mente-Una, la causa y el efecto son la mismo cosa. “Lo que hacemos es lo que nos pasa,” es la misma cosa. Somos responsables no sólo para nosotros mismos, sino para todo el universo entero fenomenalógico.  Es así, porque todo es el mismo karma. Lo que pasa a uno pasa a todos. No se puede culpar a otros, puesto que ninguno puede causarme las kleshas de enojo, deseo ni delirio. Sólo yo lo hago a mi mismo, decidiendo y justificándome por estar molesto, deseando algo o rechazando algo, creyendo que todo esto es automático y necesario para sobrevivir. Pero no es así. Tengo que tomar responsabilidad por cómo me siento, sea lo que sea, deseo, ira o ilusión. Todo el universo es nuestro cuerpo; lo que hacemos a los demás es lo que estamos haciendo a nosotros mismos, lo que se percibe como karma. Pero de hecho, en el momento que surge la idea de un sí mismo, estamos separándonos de los demás, yo contra ellos.
          ¿Qué es el sí mismo? Cuando se quita todos los agregados de la personalidad de forma, sensación, percepción, impulso mental, y consciencia, no se queda nada, es simplemente anatman, no-yo, o vacuidad. Sin embargo, esta vacuidad incluye y abarca todo el universo. Es sólo la idea de un sí mismo la que causa el problema del sufrir porque se deja fuera a todos los demás, dejándonos aislados y separados y vulnerables.             Dogen también escribió: “Tontos se miren a sí mismos como si estuvieran mirando a otro. Personas realizadas miran al otro y se ven a sí mismos. La unicidad del sí mismo y el otro es la realidad realizada por los Buddhas. La ausencia del sí mismo y el otro es la realidad realizada por los Buddhas.” Podemos darnos al universo entero, o podemos hacer todo el universo nosotros mismos, es lo mismo. Se puede identificar con el universo entero. Somos como el cielo, no hay nada adentro ni afuera. Llegamos a ser uno con los Buddhas, incluyendo los tres cuerpos del Buddha: Dharmakaya, Sambhogakaya y Nirmanakaya: el cuerpo absoluto del Buddha como esencia, el cuerpo de dicha del Buddha manifestándose en forma espiritual, y finalmente la forma material del Buddha como Shakyamuni. Aprendemos entonces a ver el universo entero como nuestro propio sí mismo, por tanto, la otra persona no puede causarnos ningún problema; me causa mi propio problema a mi mismo. Tomo responsabilidad de eso, y hago algo al respeto, primero con zazén, luego por la prática de los preceptos usando el AAA en el mundo: Abstener, Atender, y Aprender.  
            Para practicar el Triple AAA, aplicamos la atención vigilante en nuestras vidas cotidianas por medio del abstener, atender, y aprender.  Con esto, las reacciones habituales basadas en los venenos o kleshas de deseo, aversión, y delirio desaparecen por la plena consciencia, un aspecto de la Esencia universal.
            Cuando surgen las kleshas, percibidas como intranquilidad, descontento, irritación o frustración, la primera cosa que hacemos es “Abstener” de actuar, hablar o reaccionar motivados por estas sensaciones negativas, puesto que probablemente se hayan distorsionado por el condicionamiento anterior.  Esto nos da un momento para respirar, ver con más claridad, y considerar otras opciones, en vez de sólo reaccionar de una forma rígida o agresiva.
            Segundo, “Atendemos” a la sensación predominante usando atención vigilante, sin hacer nada más que observar. Hay que experimentar 100% la sensación sin apego, justificación, ni represión, dejando a un lado recuerdos del pasado y proyecciones al futuro. Seguimos observando hasta que la sensación desaparezca, volviéndonos a la calma lúcida interior, o sea, nuestra Naturaleza Búdica.  Desde allí, nos abrimos a la Esencia Universal, preguntándola “¿Qúe es bueno hacer?”, un koan dejándonos soltar la mente chica, asumiendo la actitud de “No sé”  y con la intención de causar el menos sufrimiento posible para otros y a uno mismo.  Confiamos por completo en la Esencia, listos para recibir su consejo, sea como sea, como una intuición, una voz interior, o un imagen mental. Luego actuamos con determinación.
            Por último, Aprendemos, preguntándonos “¿Qué hemos aprendido en cuanto al Buda-Dharma?” Tratamos de ver lo que funcionó bien y lo que podemos mejorar la próxima vez esta situación o patrón surgiera de nuevo en el futuro.  Al considerar todos los aspectos, luego soltamos todo, ofreciéndolo al Infinito.

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martes, 13 de agosto de 2013

EL FUNDAMENTO-MENTE
Maestro Coreano T’aego (1301-1382)

Por invitación del Rey, T’aego presentó una breve descripción general de los principios del Zen:
            “Aquí conmigo, basicamente no hay ningún dharma en absoluto, entonces cómo puede ser palabras? Sin embargo, no podría no responder. El Rey de la nación de nuevo me ha pedido hablar acerca de lo que no tiene palabra, hablar directamente del fundamento-mente.
            “Hay algo radiante y claro, sin falsedad, sin prejuicios, tranquilo e inmóvil, poseador de consciencia vasta, sin nombre, ni forma, ni palabra. Envuelve todo espacio y cubre todo el cielo y la tierra, toda forma y sonido, y dispuesto a funcionar.
            “Si hablamos de su esencia, es tan vasta que traga todo, nada está fuera de ella. Si hablamos de su función, entonces va más allá de las habilidades del samadhi, más allá de los poderes espirituales de todas las sabidurías más numerosas que todas las motas de polvo en todas las tierras-búdicas: al mismo tiempo se oculta y se manifiesta, es soberano y libre en todas las direcciones, con grandes poderes espirituales. Hasta los grandes sabios no pueden llegar a su límite.
            “Esta cosa única siempre está con cada y toda persona. Tanto si mueves o no mueves, cada vez que encuentras circunstancias y objetos, siempre es muy obvia y clara, clara por doquier, revelada en todo. Brilla silenciosa en toda actividad. Como algo conveniente, se llama Mente. Además se llama el Camino, y el rey de los dharmas infinitos, y el Buddha. El Buddha dijo mientras que se camina, se sienta, o se acuesta, siempre estamos dentro de ella. Incluso Yao y Shun dijeron: ‘Sujetando fielmente al justo medio, sin actividad forzada, todo bajo el cielo está en orden.’ ¿No eran Yao y Shun sabios? No eran los buddhas y los maestros iluminados personas especiales? Simplemente lograron iluminar Esta Mente.
            “Por tanto, desde la antigüedad, los budas y los maestros iluminados nunca han establecido palabras y textos (como algo sagrado): sólo transmiten Mente a Mente, sin otra enseñanza distinta. Si hay otra enseñanza fuera de Esta Mente, es una teoría falsa, no las palabras del Buddha. Así, cuando usamos el nombre Mente, no es la mente de la persona ordinaria la que genera discriminación: más bien, es la Mente silenciosa y quieta en cada persona.
            “La gente no puede poseer esta Mente para ellos solos. Sin querer hacen movimientos falsos y de repente se confunden por el viento de los objetos: se abruman en experiencias sensoriales, las que surgen y desaparecen una y otra vez. Crean falsamente el sufrimiento kármico del nacimiento y la muerte sin fin. Por tanto, los budas y los maestros iluminados y los sabios aparecen en el mundo por el poder de sus votos pasados (de bodhisattva). Usan gran compasión y señalan directamente que la mente humana es inherentemente iluminada, y ayudan a la gentge despertar a su mente-buddha.
              “Su Majestad debe contemplar su propia mente innata. Durante los innumerables momentos de calma en las funciones del estado, Su Majestad debería sentarse vertical en el palacio, sin pensar en absoluto ni del bien ni del mal, abandonando inmediatamente todo fenómeno de cuerpo y mente, igual a una estatua dorada del Buddha. Entonces el pensamiento falso de nacimiento y destrucción se destruirá por completo, e incluso se destruirá lo destruido, en un instante el fundamento-mente se manifiesta silencioso y quieto, sin ningún apoyo. El cuerpo y la mente se vacían de inmediato: es como recostarse en la vaciedad. Todo lo que aparece aquí es iluminación y claridad total.
            “En este momento, debería mirar directamente a su cara original antes del nacimiento de su papá y mamá. Tan pronto que surge, se despertará: luego, como una persona tomando agua, experimentará por si mismo si está frío o cálido. No es suficiente describirlo ni explicarlo a nadie más. Es sólo una consciencia luminosa cubriendo el cielo y la tierra.
            “Cuando el reino que acabo de describir aparece espontaneamente frente a ud, no tendrá ninguna duda sobre el nacimiento ni la muerte (samsara), no tendrá ningunas dudas sobre las enseñanzas de los buddhas o los maestros iluminados. Esto es la maravilla transmitida de “papá’ a ‘hijo’ por los buddhas y maestros iluminados desde la antigüedad. Debe practicarlo: teniendo cuidado de no ignorarlo. Sea así incluso cuando atienda asuntos del estado y trabajando para el bien de la gente. Use este Camino además para estar alerta en todos los eventos y para animar a sus ministros y súbditos compartir juntos en esta auténtica verdad interior y disfrutar la Gran Paz. Entonces es seguro que los buddhas y las nagas y los devas regocijarán y extenderán ayuda sobrenatural (a la monarquía) en su reino del país.
            “No sólo en esta vida, sino por muchas vidas, Su Majestad ha encontrado a buddhas y sabios; ha plantado un cimiento profundo para la sabiduría transcendental en este gran vehículo de la escuela superior. Por el poder de nuestros votos fundamentales, hoy me alegra hablar acerca de esta verdad con Su Majestad en una manera espontánea y directa, como si estuviéramos fisgando la hoguera anoche por una chispa. Para cumplir el gran asunto, no debe tener ninguna duda.
            “Las personas de esta nación bendecidas con sabiduría van a obeír a la voluntad del Rey y respetarlo como si fuera Buddha. Su dicha interior se les mostrará en sus caras mientras proclaman, ‘Nuestro Señor es el Rey Mente-Buddha, ¡Viva! Es cierto que tal gente ha plantado con Su Majestad los raíces de la bondad, tal que no se han madurado todavía.
            “Aunque haya los que oyen pero duden, o los que no hayan oído (del rol del Rey como protector del Buddhismo), ni vale la pena mencionarlos.”

Bibliografía
Cleary, J.C. trans. (1988). A Buddha From Korea: The Zen Teachings of T’aego.

                Shambhala: Boston, USA.   (p. 101-104)

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