MEDITACIÓN BUDISTA ZEN

VEN. DR. JINSIM HYOENJIN: arzobispo y maestro guía de la sangha Meditación Budista Zen, recibió Transmisión el 27 de marzo 2021 e Inga el 16 de julio 2017, y recibió los 250 votos del Bhikshu (monje) el 22 de julio 2016 por el Ven. Dr. Wonji Dharma.

Ven. Jinsim Hyoenjin es originalmente de Kansas City, Missouri, USA y ha vivido en Guadalajara, México desde 2000. Tiene más de 45 años experiencia en meditación, dos maestrías (psicología y estudios budistas), y un doctorado de Psicología Oriente-Occidente investigando métodos de meditación en las tradiciones espirituales del Oriente.

Ven. Jinsim Hyoenjin imparte clases, conferencias universitarias, charlas Dharma, retiros y talleres sobre el buda-dharma además de citas individuales para orientación y estudio personalizado.

Un arzobispo (maestro zen superior) es un obispo que, habiendo recibido Inga y Transmision de Dharma, preside varias diócesis en una gran región. Este puesto incluye algunas responsabilidades de supervisión tanto de las diócesis como de los obispos de esa región. Un arzobispo sirve como guía o instructor en asuntos religiosos; y a menudo es el fundador o líder dentro de una Orden. Además, el Colegio de Arzobispos actúa como un Consejo Rector igualitario para la Orden Zen de las Cinco Montañas.
______________________


lunes, 30 de noviembre de 2020

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA Clase 2: La Mente Es Buda Charla Dharma 29/NOV/2020

 

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA

Clase 2: La Mente Es Buda

Charla Dharma 29/NOV/2020

Ven. Dr. Hyoenjin Prajna

 

Este primer sermón de Bodhidharma se llama El Sermón del Torrente Sanguíneo, un título que implica que este capítulo contiene la sangre esencial, lo que da vida, a todo lo que Bodhidharma va a enseñar. Nos está sugiriendo que prestemos mucha atención a lo que va a decir, porque en pocas palabras puede liberarnos de la vida y la muerte.

TODO lo que aparece en los tres reinos proviene de la mente.

Los tres reinos se llaman Triloka en sanscrito, lo que significa los tres mundos de samsara de deseo, forma y sin forma. En el mundo de deseo hay seres con cuerpos predominados por el deseo para sexo, comida y placer sensual y del cual pertenecen todos los seres humanos, animales, seres del infierno, devas y asuras. En el segundo mundo de forma hay todavía un cuerpo pero sin deseo para sexo y comida y del cual viven los dioses en cielos elevados y refinados. En el tercer mundo de sin forma los seres espirituales viven sin cuerpos y por consecuencia son libres de deseos. Sin embargo, siguen sujetos al karma de samsara y así hay todavía duhkha y sufrimiento. En la práctica del zen, no practicamos para renacer en ninguno de estos tres mundos, sino más bien para liberarnos por completo del karma, el sufrimiento y el renacimiento, lo cual sería Nirvana. Pues, ¿cómo lograr Nirvana según Bodhidharma?    

Por lo tanto, los Budas del pasado y del futuro enseñan mente a mente sin preocuparse por las definiciones.

Desde el principio, Bodhidharma toma una postura radical. Uno aprende no por medio de palabras o ideas, sino por contacto directo con Buda que tiene una mente libre que transmite la verdad directa y experiencialmente a otra mente. Tal contacto es lo que implica nuestras sesiones de dokusan, pláticas privadas y personales entre un maestro y una alumna. Sin este contacto directo, hay poca posibilidad de liberación por parte de la alumna.

Sin embargo, si no lo definen, ¿qué quieren decir con mente? Esa es tu mente, respondo. Esa es mi mente. Si no tuviera mente, ¿cómo podría responder? Si no tuvieras mente, ¿cómo podrías preguntar? Lo que pide es tu mente.

No ayudan las definiciones intelectuales de las cosas, por ejemplo, con el concepto de “mente”. Es simplemente un concepto. Hay que invertir la atención hacia adentro y percibir lo que percibe. Eso es la mente, antes del pensar. Si puedes percibir lo que pregunta y lo que contesta, eso es la mente, o sea, la atención en sí, la consciencia misma. 

A través de interminables kalpas sin comienzo, hagas lo que hagas, dondequiera que estés, esa es tu verdadera mente, ese es tu verdadero Buda. Esta mente es el Buda dice lo mismo.

La verdad en budismo es lo que no tiene comienzo o fin, lo que no nace y no muere, lo que no causa karma. Es antes del pensamiento discriminativo. Ideas de yo, mí y mío son dualistas. Crean la sensación de “yo quiero”, “me gusta” y “no me gusta”. Así, estamos definiéndonos aparte del resto de mundo. Reducimos nuestras necesidades a lo que pertenece a este cuerpo y la identidad del yo identificándose con él. Sin embargo, nuestra verdadera mente es libre de estas ideas discriminativas. Siempre esta mente original es presente justo aquí y ahora. En todo momento, en todo lugar, hay sólo esta mente consciente, atenta y lúcida.  Esta mente original en sí ya presente es Buda. La frase “Esta mente es el Buda” es el resumen de todo el budismo Mahayana: todo es la mente y todo es Buda.

Más allá de esta mente, nunca encontrarás a otro Buda. Buscar la liberación o el nirvana más allá de esta mente es imposible. La realidad de tu propia naturaleza original, la ausencia de causa y efecto, es lo que se entiende por mente. Tu mente es el nirvana. Podrías pensar que puedes encontrar un Buda o la liberación en algún lugar más allá de la mente, pero ese lugar no existe.

No se puede encontrar la mente fuera de uno mismo. Por lo tanto, no se puede encontrar al Buda fuera de uno mismo tampoco. Buda es sinónimo con mente, lo cual es sinónimo con nirvana. Al darte cuenta de que tu propia mente original es Buda y que todo es Buda y que esta mente original es libre de karma y condiciones, es despertarse a nirvana. Estar libre de karma y condiciones es ser consciente a lo que es antes del pensamiento aquí y ahora y operar desde la libertad y compasión de esta mente original.

Tratar de encontrar a un Buda o la liberación es como intentar ganar espacio. El espacio tiene nombre pero no forma. No es algo que pueda recoger o dejar. Además, ciertamente no puedes agarrarlo. Más allá de la mente, nunca verás a un Buda. El Buda es un producto de la mente. ¿Por qué buscar a un Buda más allá de esta mente?

         Los Budas del pasado y del futuro solo hablan de esta mente. La mente es el Buda y el Buda es la mente. Más allá de la mente, no hay Buda y más allá del Buda, no hay mente. Si crees que hay un Buda más allá de la mente, ¿dónde está este Buda? No hay ningún Buda más allá de la mente, entonces, ¿por qué imaginar uno? No puedes conocer tu mente real si te engañas a ti mismo.

La mente original no es una cosa que se puede agarrar o conseguir. Esto implicaría que sea algo fuera de uno mismo, temporal, con un comienzo y fin. Si la mente original, Buda, fuera algo separado de ti mismo que se puede conseguir, implicaría que no es presente ahora y así sería limitado y condicionado en tiempo y espacio. Sin embargo, Buda, mente original, esencia, nirvana, son atemporales, no dependen en nada para existir, no son fenómenos. La mente original es el suelo sustancial del cual todo fenómeno origina. Por eso, no es una cosa que se puede conseguir. Siempre ya es presente, aquí y ahora. No lo busques fuera de este momento, ni en el futuro o el pasado o en otro lado distinto de aquí. El concepto de Buda como una cosa es producto de la mente conceptual y dualista. Como una idea no es real. Sin embargo, Buda en sí es real porque eres consciente en este momento, y esta consciencia es Buda. Tu propia mente es Buda. Tu propia mente es nirvana. No es un ser más allá. No es un cielo. Simplemente ES.

           Si una forma sin vida te cautiva, no eres libre. Si no me crees, engañarte a tí mismo no ayudará. No es culpa del Buda. La gente, sin embargo, está engañada. No es consciente de que su propia mente es el Buda. De lo contrario, no buscaría un Buda fuera de la mente.

Cuando la mente se agita por codicia, aversión, miedo o ira, nos volvemos encadenados a nuestro karma de causa y efecto. Nos convertimos en esclavos de nuestras ideas dualistas. No es consecuencia de Buda ni Buda puede aliviarlo. Tu misma tienes que liberarte de tu apego a las ideas que te causan descontento y estrés. Ni necesitas eliminar estas ideas. Eso sería aversión, lo que refuerza la misma idea que quieres eliminar. En cambio, al darte cuenta de la idea y verla como vacía, al instante no tiene relevancia y eres libre de su poder sobre ti. Por eso, usamos el huatou “¿Qué es esto?”, una pregunta que nos saca de nuestro trance y nos ayuda a soltar nuestro apego a la idea y experimentar el “no sé” de nuestra mente original. Es decir, nos damos cuenta de que somos Buda en la paz y armonía de nuestra mente original.

             Los Budas no salvan a los Budas. Si usas tu mente para buscar a un Buda, no verás al Buda. Si buscas a un Buda en otro lugar, nunca verás que tu propia mente es el Buda. No uses un Buda para adorar a un Buda. Además, no uses la mente para invocar a un Buda. Los budas no recitan sutras. Los Budas no guardan los preceptos. Además, los Budas no rompen los preceptos. Los Budas no guardan ni rompen nada. Los Budas no hacen ni el bien ni el mal.

             Para encontrar a un Buda, debes ver tu naturaleza original. Quien ve su naturaleza original es un Buda. Si no ves tu naturaleza original, es inútil invocar a los Budas, recitar sutras, hacer ofrendas y guardar los preceptos. Invocar a Budas puede resultar en un buen karma, recitar sutras puede resultar en una buena memoria; mantener los preceptos puede resultar en una buena vida y hacer ofrendas puede resultar en bendiciones futuras, pero no en Buda.

Es decir, si todo es Buda, no hay nadie a salvar ni buscar. Es inútil orar a una Buda para ayudarte, porque el Buda no existe fuera de ti. Igualmente sería inútil recitar sutras o tratar practicar los preceptos, puesto que los preceptos son como un Buda actúa sin tratar de actuar como un Buda. Ni ocurriría a un Buda actuar en una forma contraria a los preceptos, puesto que es simplemente actuar según la verdad y contexto de este momento justo como es. No es necesario pensar en bien o mal, puesto que los Budas actúan desde no sé, donde no hay dualismo ni conceptualización de yo u otro, bueno o malo. Sin embargo, la mente original es innatamente compasiva y sabia. Budas simplemente responden según la situación sin un concepto de un yo obstaculizándolo. Cuando operamos desde la mente original, somos libres del karma causado por un concepto del yo. Operamos desde “no sé” es sinónimo de actuar desde nuestra mente original, la cual es Buda.

Si no lo comprendes por tí mismo, tendrás que buscar a un maestro para encontrar la causa subyacente de la vida y la muerte. Sin embargo, a menos que esa persona vea su propia naturaleza original, esa persona no es un maestro. Incluso si esa persona puede recitar el Canon Doce, no puede escapar del ciclo interminable de nacimiento y muerte; además, sufre en los tres reinos sin esperanza de ser liberada. Hace mucho tiempo, el monje Buena Estrella pudo recitar todo el Canon. Sin embargo, no escapó del samsara porque no vio su propia naturaleza original. Si este fue el caso de Buena Estrella, entonces la gente de hoy en día, que recita algunos sutras o shastras y piensa que este es el Dharma, es tonta. A menos que vea su mente, recitar tanta prosa es inútil.

No te engañes ni dejar que otros te engañen. A menos que te hayas liberado de toda agitación mental, necesitas una maestra o maestro.  ¿Cómo reconocer un verdadero maestro? Si la persona no es congruente con lo que dice y lo que vive, revela su ignorancia. Hay muchos charlatanes en el mundo. Hay gente que predican una cosa, pero cometan todo tipo de tontería causando más y más sufrimiento y descontento a su alrededor. No todo lo que brilla es oro. No todos los que se presentan como maestros son de verdad despiertos ni conscientes. 

       Para encontrar un Buda, todo lo que debes hacer es ver tu naturaleza original. Tu naturaleza original es el Buda. Además, el Buda es la persona libre, libre de planes, libre de preocupaciones. Si no ves tu naturaleza original y corres todo el día buscando en otro lado, nunca encontrarás a un Buda. La verdad es que no hay nada que encontrar. Sin embargo, para llegar a tal comprensión, necesitan un maestro y deben luchar para superar sus propias limitaciones. La vida y la muerte son importantes. No los sufran en vano.

El verdadero Buda que buscas ya has encontrado. Es simplemente este momento y este mundo tal como es. Libérate de esperanza para un futuro mejor. Libérate de preocupaciones y miedos de lo que pudiera pasar. Vivir la plenitud de este momento es encontrar tu verdadera naturaleza. Así que no hay nada encontrar o buscar puesto que ya eres lo que buscas. No esperes hacerlo el próximo año cuándo ya se a terminado la pandemia. Mañana sería demasiado tarde. ¿Cuántas innumerables vidas has pasado posponiendo para mañana u otro momento y mueres sin haberte liberado de samsara. La vida y la muerte son importantes. No seas como los tontos que desperdicien sus vidas y cuerpos en placeres sensuales y terminan con su última respiración diciendo, “Oh, si sólo pudiera tener más tiempo, haría diferente.” En cambio, aprovecha la oportunidad que el Dharma te ha provisto. Es Buda apareciendo justo aquí y ahora en la forma de la palabra, en la idea de nirvana, en la mente despierta a sí misma. No ores a Buda. No estudies para purificarte. No tomes preceptos para lograr la iluminación. Más bien, sé Buda, sé libre de karma, sé libre de dukka, sé Buda mismo de tu verdadera mente original.

        No hay ninguna ventaja en engañarte a tí mismo. Incluso si tienes montañas de joyas y tantos sirvientes como granos de arena hay a lo largo del Ganges, los ves cuando tienes los ojos abiertos. Sin embargo, ¿qué pasa cuando tienes los ojos cerrados? Entonces debes darte cuenta de que todo lo que ves es como un sueño o una ilusión.

Todo lo que ves con los ojos físicos es una ilusión puesto que es impermanente y no es para siempre. Las cosas no traen verdadera felicidad. En cambio, si puedes ver con el ojo de Buda, con la mente original, vivirás en paz y bienestar. Puedes ser la persona más rica del planeta, pero toda esta riqueza no te sirve nada al momento de morir. Como dice en el Sutra del Diamante, para liberarte de la vida y la muerte, hay que ver todo…

Como un lucero del alba, una gota de rocío; un relámpago en una nube estival; una vela parpadeante, una fantasía, un sueño. Así se debe meditar en ellas, así se debe observar todas las cosas de este mundo fugaz.

 

 

Bibliografía

Dharma, Wonji (Traductor). (2010). The Bodhidharma Lectures. Buddha Dharma University Press:             Oneida, N.Y.

Pine, Red (Traductor). (1987). The Zen Teaching of Bodhidharma. North Point Press: N.Y.

lunes, 23 de noviembre de 2020

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA Clase 1: Introducción

 

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA

Clase 1: Introducción

Ven. Dr. Hyoenjin Prajna

22/NOV/2020



Si pasas por esta puerta, no des lugar a pensar.

No depende de palabras y habla.

Una transmisión especial, fuera de los sutras.

Encuentra tu corazón y conviértete en Buda.

-Bodhidharma (440-528 d.C.)

 

Bodhidharma es el 28 y último Ancestro de la India después del Buda y el primer Ancestro chino en la tradición Budista de Chan (Zen). Aunque es un icono en la tradición Chan, algunos eruditos e investigadores académicos insisten que es un mito. En parte porque en varios archivos de los siglos V, VI, y VII d.C. se dan fechas conflictivas de sus hazañas en China. Puede ser que esto de debe al hecho de que no había electricidad, computadores, teléfonos ni revisión por pares para confirmar o corregir errores. Información en China antigua tardaba meses en pasar de una parte a otra. Además, aún no hay datos históricos verificables disponibles en la India sobre esta persona.  Eso no significa definitivamente que Bodhidharma no existiera. Es posible que muchos textos fueron destruidos durante muchas guerras durante los siglos III – VI d.C. en la India.  Muchos otros grupos asiáticos han investigado el linaje de Chan desde Buda hasta Bodhidharma. Según ellos, Bodhidharma propagó su propia versión de Budismo Mahayana en China donde él fue conocido como Putidamo y su forma de Mahayana se nombró Chan. (Dharma, 2010: 13-14)

            Bodhidharma nació alrededor del año 440 en Kanchi, la capital del reino de Pallava, en el sur de la India. Era un brahmán de nacimiento y el tercer hijo del rey Simhavarman. Cuando él era joven, se convirtió al budismo, y más tarde recibió instrucción en el Dharma de Prajnatara, a quien su padre había invitado desde el antiguo corazón budista de Magadha. Fue Prajnatara quien también le dijo a Bodhidharma que fuera a China. Dado que la ruta tradicional por tierra fue bloqueada por los Hunos, y dado que Pallava tenía vínculos comerciales en todo el sudeste asiático, Bodhidharma partió en barco desde el cercano puerto de Mahaballipuram. Después de bordear la costa india y la península malaya durante tres años, finalmente llegó a Sur de China alrededor de 475. (Pine, 1987: ix-x)

            Después de aterrizar en la antigua ciudad de Guǎngfǔ (un puerto en el río Pearl) y lo que ahora se conoce como Guǎngzhōu, Bodhidharma se quedó en el actual Templo de Huàlín y comenzó a enseñar su versión del budismo Mahayana durante tres años. Propagar el concepto de “no dependencia de la palabra escrita sino transmisión de mente a mente”; también veneraba el Laṅkāvatāra Sutra y se dice que cuando finalmente pasó su autoridad al segundo antepasado del budismo chino Chán, Huìkě, no solo le dio su túnica y cuenco de mendicidad, sino que también le dio una copia del Laṅkāvatāra Sutra. (Dharma, 14)

            Mientras Bodhidharma predicaba en Guǎngzhōu y sus alrededores, su fama se extendió por una gran parte de China. Uno debe entender que el budismo Hinayana o "vehículo menor" había llegado a China unos siglos antes, alrededor del siglo II. Sin embargo, el budismo Mahayana o "gran vehículo" llamó la atención de la gente y pronto Bodhidharma tuvo muchos seguidores. La diferencia básica entre estas dos formas de budismo es que mientras que el budismo Hinayana (vehículo menor) le enseña a uno a buscar la propia salvación, el budismo Mahayana (gran vehículo) le enseña a uno a buscar no solo la salvación, sino que además lo alienta a ayudar a otros a buscar su salvación. (Dharma, 16-17)

            A medida que la fama de Bodhidharma se extendía en China, el emperador Wu invitó a Bodhidharma a la capital en el año 527 d.C. para que le instruyera sobre el budismo. El emperador Wǔ era un firme partidario del budismo y había construido muchos templos y propagado el budismo en cada oportunidad que se presentaba. Cuando se encontraron, el emperador Wu le dijo a Bodhidharma, “He hecho del budismo la religión nacional. He construido innumerables stupas y templos. He hecho traducir las escrituras y soy responsable de convertir a millones de personas al budismo. ¿Qué mérito he logrado con ello?” Bodhidharma respondió: “Ningún mérito”. El Emperador estaba completamente desconcertado y finalmente, después de varias otras preguntas, le preguntó a Bodhidharma "quién es el que está frente a mí", a lo que recibió la respuesta "no sé". Sin avanzar en su relación con el Emperador, Bodhidharma se fue y después de cruzar el río Yangtzé 'en un junco' viajó al Templo Shaolín. Bodhidharma cruzando el Yangtzé "en un junco", como ha aparecido en diferentes registros de varios autores, posiblemente se refiere al bote que usó para cruzar el Yangtzé que tuviera la forma de una hoja de junco o el autor estaba escribiendo de una forma metafórica o poética, como todavía lo hacen muchos chinos. En el templo de Shaolín volvió a encontrar resistencia, ya que al abad en ese momento no le gustaba la teoría de Bodhidharma de "no depender de la palabra escrita". (Dharma, 17)

            En este templo Shaolín, Bodhidharma se sentaba meditando durante 9 años. Probablemente no lo hizo las veinticuatro horas por día, puesto que era un ser humano que tenía que comer, tomar, defecar, orinar, y dormir y los monjes seguramente le traían su comida cada día. Fue muy venerado por los monjes y pronto mucha gente de toda China visitaban la cueva para presentar sus respetos. Fue durante este tiempo en el templo de Shaolín que Bodhidharma enseñó a los monjes ejercicios de respiración y yoga de la India en parte para aliviar los dolores del cuerpo debido a tantas horas de meditación y en parte para preparar a los monjes a defenderse de los salteadores de caminos, ladrones y animales mientras iban de un lugar a otro predicando el budismo. Estos ejercicios llegarían a ser las artes marciales chinas que conocemos hoy en día. (Dharma, 19)

            Bodhidharma murió en 528 el quinto día del décimo mes, envenenado por un monje celoso, aunque otras biografías tempranas simplemente dicen que Bodhidharma solo murió a orillas del río Lo y no mencionan la fecha ni la causa de su muerte. Según el biógrafo Tao-yuan en su texto La Transmisión de la Lámpara, los restos de Bodhidharma fueron enterrados en un templo en La Montaña del Oído de Oso. Tao-yuan agrega que tres años después, un funcionario conoció a Bodhidharma caminando por las montañas de Asia Central. Llevaba un bastón del que colgaba una sola sandalia, y le dijo el funcionario que estaba regresando a la India. Informes de esta reunión despertaron la curiosidad de otros monjes, quienes finalmente aceptaron abrir la tumba de Bodhidharma. Pero dentro todo lo que encontraron fue una sola sandalia, y desde entonces se ha representado a Bodhidharma cargando un bastón del que cuelga la sandalia que faltaba. (Pine, xiv)

            Para apreciar las enseñanzas de Bodhidharma, Ven. Wonji Dharma sugiera que se considera algunos fundamentos de la práctica primero. Según él, aunque hay muchos métodos que nos llevan al Dao; sin embargo, hay fundamentalmente dos métodos de práctica: pensamiento y experiencia. Entrar por pensamiento significa realizar la esencia a través de instrucción y confiar que todos los seres vivientes comparten la misma naturaleza original. Sin embargo, no se da cuenta de eso porque nuestra percepción normal está envuelta en sensación y engaño. Se supera este engaño por medio de meditar en presencia (lo que está aquí y ahora), contemplar la ausencia del yo y otro (todo es uno), la unicidad del ser mundano con el sabio (somos a la vez seres humanos y budas/bodhisattvas), y la habilidad de permanecer indiferentes incluso por las escrituras (ecuanimidad). Al practicar así, pueden estar en completo acuerdo no conceptual con el pensamiento (sin pensamientos discriminativos de bueno-malo, me gusta-no me gusta). Es decir, sin moverse, sin esfuerzo, se entra por pensamiento. En otras palabras, al introspeccionar y contemplar los pensamientos, se puede desidentificarse de los pensamientos y ubicarse en lo que es antes del pensar, el no-sé del suelo de esencia. 

            Entrar por experiencia refiere a cuatro prácticas globales: experimentar injusticia; adaptarse a las condiciones; no buscar nada; y practicar el Dharma. Primero, experimentar injusticia significa que cuando surgen cosas desagradables debido a karma pasado, se resuelve a enfrentarlo con calma y sin queja. Así que, se entra el camino de práctica en armonía con el pensamiento.

            Segundo, hay que adaptarse a las condiciones surgiendo y cambiando en todo momento sin aferrarse a sus propias percepciones momentáneas. Todo descontento y felicidad dependen en condiciones exteriores. Recompensas de fama y fortuna son resultados de semillas plantadas en el pasado. Cuando las condiciones cambian, la situación cambia, y nos sentimos ya descontentos. Mientras que el éxito y el fracaso dependen de condiciones, nuestro verdadero ser no viene ni va, no aumenta ni disminuye. Aquellos que no mueven frente a las alegrías y las desilusiones son los verdaderos practicantes de la Vía.    

            Tercero, no buscar nada significa que cuando el engaño y desilusión surgen, no anhelen algo mejor, no esperen algo diferente, no busquen nada más. Al despertar, los sabios sueltan sus constructos mentales, se enfocan en lo trascendental y experimentan los cambios naturales del cuerpo sin queja. Todo fenómeno es impermanente y no vale la pena codiciarlo. Calamidad y prosperidad siempre se alternan. Aferrarse a las cosas del mundo es vivir siempre agitado. Tener un cuerpo significa incomodidad y a veces sufrimiento. Toda la existencia es cambio constante. Por lo tanto, dejen de esperar o buscar algo más. No buscar nada es armonía y estar en la Vía.

            Cuarto, practicar Dharma. El Dharma es la verdad que todo es puro del principio. Todas las cosas son apariencias transparentes momentáneas. Toda impureza y apego, igual como todo sujeto y objeto, no existen. Los sutras dicen: “El Dharma incluye el no ser puesto que es libre de la conceptualización de un ser, y el Dharma incluye el no yo puesto que es libre de la contaminación de un yo.” Cuando se sueltan estos conceptos ilusorios, se puede vivir y experimentar la vida de acuerdo con el Dharma. Además, puesto que lo real no tiene nada envidiar o aferrarse, se puede dar su cuerpo, vida, y propiedad en caridad, sin remordimiento, sin separación entre el dador, el regalo, o el recipiente. Al eliminar la contaminación, el practicante enseña a otros sin apegarse a la forma. A través de su propia experiencia pueden ayudar a otros y glorificar el Dao del despertar. Practican las seis de virtudes de generosidad, ética, paciencia, esfuerzo, concentración meditativa y sabiduría sin experimentar nada en absoluto. Así se practica el Dharma.

 

Bibliografía

Dharma, Wonji (Traductor). (2010). The Bodhidharma Lectures. Buddha Dharma University Press:             Oneida, N.Y.

Pine, Red (Traductor). (1987). The Zen Teaching of Bodhidharma. North Point Press: N.Y.

lunes, 16 de noviembre de 2020

EL SUTRA DEL ESTRADO Clase 12: Iluminación Súbita

 

EL SUTRA DEL ESTRADO

Clase 12

Iluminación Súbita

Charla Dharma 15/NOV/2020

Ven. Dr. Hyoenjin Prajna 



36. El prefecto preguntó: “Maestro, ¿cómo debemos practicar como laicos? Ojalá nos instruyera."

El Maestro dijo: “Buenos amigos, haré un verso sin forma para ustedes, monjes y laicos. Cuando todos lo reciten y practiquen de acuerdo con él, siempre estarán en el mismo lugar que yo. El verso dice:


Comprender por la palabra y con el corazón,

Es como alcanzar el sol que anida en el espacio vacío.

Huineng está animándonos escuchar esta enseñanza con todo nuestro corazón y con gran atención, así que lograrán lo supremo, como el sol que brilla en el cielo, ustedes lograrán brillar con la luz de la iluminación.


Transmitiendo solo esta Enseñanza de la Iluminación Súbita,

El Buda aparece en el mundo y destruye las doctrinas erróneas.

Cuando se oye esta enseñanza suprema sobre cómo iluminarse, es Buda literalmente apareciendo justo frente a ti en este mismo momento para darte instrucción. Esta enseñanza puede destruir todas las falsas enseñanzas hechas por los charlatanes que confunden y engañan a la gente con palabras seductoras y engañosas. 

 

Aunque en la enseñanza no hay nada súbita y gradual,

En el engaño y el despertar hay lentitud y rapidez.

Al estudiar la enseñanza de la doctrina súbita,

Las personas ignorantes no pueden comprender completamente.

Aunque explicaciones se hacen de diez mil formas,

Su razón siempre retorna a uno.

Es decir, que de hecho no hay diferencias en las varias formas de enseñanzas. Puedes practicar en cualquier escuela de budismo y zen. Todas te llevan a la iluminación. Sin embargo, cada escuela atrae distintos practicantes. Algunos necesitan métodos más lentos porque su capacidad es más limitada. Hay otros muy listos capaces de comprender desde el principio. Es como la historia de cuatro caballos.

El Buda habló de cuatro clases de practicantes, comparándonos a cuatro tipos de caballos. El caballo superior es el que corre simplemente viendo la sombra del látigo. Este practicante se despierta la primera vez que oye las enseñanzas del Buddha-Dharma, dándose cuenta de su importancia, y sin esperar más, se pone a practicar con determinación y compromiso constantes. El segundo tipo de caballo es bueno, el que corre cuando oye el sonido del látigo en el aire. Esta clase de practicante tiene la capacidad de considerar el Dharma, gradualmente comenzando a practicar a pesar de que tarda años en establecerse en su práctica, poco a poco desarrollándola hasta que sea su modo de vida. El tercer tipo de caballo es bastante malo, el que corre sólo cuando siente la picadura del látigo en su carne. Indica la clase de practicante que sufre una y otra vez las consecuencias de su ignorancia, apegado a las kleshas de codicia, frustración, e indiferencia, y sólo después de mucho tiempo, cuando está tan agobiado, comienza a practicar. El cuarto tipo de caballo es verdaderamente terrible, puesto que sólo corre cuando siente el picotazo del látigo hasta la médula del hueso. Esta clase de practicante sufre y sufre vida tras vida, insistiendo que otros son la causa de su dolor, rehusando tomar responsabilidad por sus acciones o hacer cualquier cambio en su comportamiento, hasta que su vida es tan intolerable que considera terminarse la vida para escapar del dolor. Como su último recurso basado en desesperación completa, se rinde por fin a la práctica. Aunque todos quieren ser como el caballo superior, lamentablemente muchos se comportan como el cuarto, ignorantes del karma y descontento que están creando. Así que desvaloran las enseñanzas y tardan mucho más tiempo que otros en comprometerse a la Vía, a la práctica verdadera que lleva a la Iluminación. Si eres listo, puedes comprender esta enseñanza de la Iluminación Súbita. Entonces, presten atención a lo siguiente.

 Dentro del oscuro hogar de las pasiones,

Debemos hacer brillar el sol de la sabiduría.

[Pensamientos] erróneos vienen que causan pasiones y aflicciones;

Eliminándolos, las pasiones se desechan.

Es justo en medio del mundo cotidiano lleno de conflictos, enfermedades, codicia y miedos que practicamos el Dharma y donde descubrimos nuestra verdadera naturaleza búdica. Al invertir la luz de nuestra consciencia hacia adentro, comenzamos a observar los pensamientos que causan estados de sufrimiento, descontento, irritación, y estrés. Si puedes cortar el pensamiento con el huatou “¿Qué es esto?”, entonces los estados emocionales de dukka se esfuman. No es sólo una cuestión de aguantar el estado emocional hasta que se vaya por si mismo, de hecho, tenemos la capacidad de cambiar nuestro estado mental y emocional al instante. Simplemente ve lo que está causando el problema, el pensamiento erróneo de mi opinión basado en deseo, aversión e ignorancia, y suéltalo. En vez de seguir estos pensamientos de la mente condicionada, puedes liberarte por medio del huatou y redirigir la mente al suelo esencial de nuestro ser, la naturaleza búdica. Se encuentra en la dulzura quieta del silencio, shunyata. Puedes elegir en liberarte al instante o puedes tardar unas horas, días o meses. Tu decides.    

 

Con el desapegado de lo correcto y lo incorrecto,

La pureza es absoluta y sin fin (Nirvana).

Aunque la iluminación [bodhi] es originalmente pura,

Crear la mente que la busca es entonces la falsedad.

La naturaleza pura existe en medio de la falsedad.

Sólo con la corrección se eliminan los tres obstáculos (deseo, aversión e ignorancia).

No puedes liberarte del descontento con ideas dualistas de bueno, malo, me gusta, no me gusta, correcto o no correcto. No se libera por medio de ningún pensamiento en absoluto. Se libera al darte cuenta de que estás apegado a una idea dualista que genera una emoción difícil y lo sueltas redirigiéndote a lo que es antes de los pensamientos, el silencio y la paz de tu verdadera ser, el suelo de shunyata antes de lo conceptual. La pureza es innata a esta naturaleza búdica. Ser consciente de esta pureza ya presente, ubicarse en el silencio y la dulzura quieta es redescubrir lo que siempre es presente y esto es Nirvana, el lugar donde todas las pasiones, descontentos, y agitaciones se acaban. No puedes conseguirlo purificando la mente, porque la mente verdadera ya es siempre pura. No puedes encontrarlo fuera del mundo cotidiano. Es sólo por medio de ver tu engaño mental y conceptual que puedes dejar de hacerlo. 

 

Si la gente en este mundo practica la Vía, no hay nada que se lo impida.

Todos los seres vivos poseen por sí mismos la Vía;

Si se aparta de la Vía y la busca en otra parte, puede buscarla, pero no la

       encontrará.

Si aspiras a alcanzar la Vía, practica correctamente; este es la Vía.

Si en ustedes mismos no tienen la mente correcta,

Estarán caminando en la oscuridad y no verán la Vía.

Si crees que la práctica es difícil, entonces es difícil. Si crees que es fácil, entonces es fácil. Para ilustrar, Seung Sahn contó una historia (Seung, 2006) de una familia que vivió hace mucho tiempo en China:

 

El papá se llamaba El Laico Pang. Él y su familia practicaban el Zen con mucha dedicación. Aunque El Laico Pang era muy rico, se dio cuenta de que mucha gente no tenía lo suficiente para comer. Por tanto, regaló todas sus tierras a los granjeros. Tenía muchas joyas preciosas y posesiones caros, pero pensó que si regalara todas estas cosas materiales a los pobres, sólo les crearía a ellos las mentes codiciosas. Así que tomó todas sus posesiones y joyas a un bote, y llevándolos al medio de un lago, los botó todos al agua.  Luego se fue con su hijo para vivir en una cueva. Mientras tanto, su esposa e hija se mudaron a vivir en una casa pequeña. De vez en cuando los miembros de la familia se unieron para visitar templos Zen y platicar con los monjes. Llevaban una vida sencilla, y practicaban con mucha dedicación.

 

Un día, alguien preguntó al Laico Pang si el Zen era difícil o fácil. El Laico Pang contestó, “¡Oh, es muy difícil!”

Entonces, este hombre pensó, “Bueno, el Zen debe de ser muy difícil.” Luego preguntó a la esposa del Laico Pang, “Tu esposo dice que el Zen es muy difícil. Te pregunto entonces si el Zen es difícil o fácil.”

Ella dijo, “¡Oh, el Zen es muy fácil! ¡Es como tocar tu nariz cuando estás lavándote la cara en la mañana!”

El hombre no pudo entender. Pensó a sí mismo, “Hmmm…El Laico Pang dice que el Zen es difícil, y su esposa dice que es muy fácil. ¿Cuál tiene la razón?” Así que acudió al hijo y dijo, “Tu papá dice que el Zen es muy difícil, y tu mamá dice que es muy fácil. ¿Quién tiene razón?”

El hijo respondió, “Si crees que es difícil, entonces es difícil. Si crees es fácil, entonces es fácil. ¡No hagas ni difícil ni fácil!”

Sin embargo, el hombre no estaba satisfecho, y acudió a la hija. “Todos en tu familia tienen respuestas distintas a mi pregunta. Tu mamá dice que el Zen es fácil. Tu papá dice que es difícil. Y tu hermano dice que no hagas ni difícil ni fácil. Pues, ya te pregunto, ¿es el Zen difícil o fácil?”

Ella simplemente le miró diciendo, “Vete a tomar un té.”

El hombre no pudo parar su mente dualista. Quería saber definitivamente si el zen es fácil o difícil. No pudo soltar su mente racional y dualista. Después de preguntar a todos en la familia, todos intentando a mostrarle que es su mente que crea el obstáculo, por fin la hija le dijo, “Vete a tomar té,” lo cual significa, “Esta conversación ya ha acabado. ¡Lárgate y déjame en paz!” A veces es lo que tenemos que decir a nuestra propia mente incesante de dudas y preocupaciones, “Ya, ¡cállate de una vez!” y redirigir nuestra atención al silencio del suelo fundamental de shunyata.

 

Si eres una persona que verdaderamente practica la Vía,

No mires la ignorancia del mundo,

Porque si ves los errores de las personas en el mundo,

Serás tú mismo quien se halla en error.

El error de los demás no es tu propia culpa,

Tu propio error es en sí mismo solo la culpa tuya.

Solo elimina el error en tu propia mente,

Aplasta las pasiones y destrúyelas.

Entonces, no critiques a otros. Al criticar los errores de otros, tu mismo estás cometiendo un error. En cambio, si sueltas la mente criticona, si encuentras la dulzura quieta de este momento, el mundo sorprendentemente se vuelve dulce y hermoso. El mundo es un reflejo de tu propia mente. Si llenas tu mente con mierda, mierda es lo que ves a todos lados. Si vacías tu mente de toda idea dualista, encuentras shunyata y vives en Nirvana.

 

Si quieres ayudar a una persona ignorante,

Entonces debes tener medios hábiles.

No permitas que le acose la duda,

Entonces aparecerá la iluminación (bodhi). 

Si de verdad quieres ayudar a otros, comenzar ayudándote a ti misma soltando la autocrítica, las inseguridades, y la duda juzgándote. Luego puedes ayudar a otros viéndolos como budas y recordándolos que son bodhisattvas. No puedes ser demasiado amable ni reconocer demasiadas veces las buenas acciones de otros. No te olvides en decir te quiero, aprecio lo que has hecho, y gracias por tu esfuerzo. Si la gente oye constantemente estos mensajes positivos, comienza a verse más capaz y con más confianza.  


Desde el principio, el Dharma ha estado en el mundo;

Al estar en el mundo, habrás de buscar la iluminación en este mundo.

Así que, no salgas del mundo material,

Para buscar fuera el mundo espiritual.

Pues si la opinión errónea está en el mundo material,

La opinión correcta parte de él, de la salida hacia el espiritual.

Zen se ubica en el mundo sencillo y natural. No busques soluciones en la metafísica, lo trascendental, o el más allá. Aquí en el mundo es donde creamos los errores, entonces es aquí mismo que se libera de samsara y el sufrimiento. “Forma es vacío y vacío es toda forma” significa que el mundo material es sagrado, shunyata, Nirvana, el suelo esencial de la existencia, mientras este suelo de existencia continuamente está manifestándose en la forma de lo material. No hay nada más. Simplemente esto es Todo y un Misterio, el No Sé.

 

Si eliminas por completo lo correcto y lo incorrecto,

[Entonces la naturaleza de la iluminación (bodhi) se revelará tal como es]

Sólo ésta es la Enseñanza de la Iluminación Súbita;

Conocida también por Mahayana.

Habiendo sido engañado durante un tiempo infinito,

Se gana el despertar en un instante.

Entonces, es este mismo instante, al soltar tus ideas dualistas, despierta a tu verdadera naturaleza ya presente justo aquí y acepta que eres libre, completo, la paz en sí. Acepta tu lugar con los budas infinitos y comprométete a actuar con ética y compasión en la ayuda de otros para liberarse del sufrimiento. Eso es la iluminación.  




Bibliografía

Ramírez, Laureano. (2000). Sutra del Estrado. Editorial Kairos: Barcelona, España.

Seung Sahn. (2006). “Why Zen Seems Difficult.” Wanting Enlightenment is a Big Mistake.       Shambhala: Boston, Mass., USA.

Yampolsky, Philip. (2012). El Sutra de la plataforma del Sexto Patriarca (Traducciones de los clásicos asiáticos). Prensa de la Universidad de Columbia: N.Y. Edición de  Kindle

lunes, 9 de noviembre de 2020

EL SUTRA DEL ESTRADO Clase 11: El Paraíso Occidental 08/NOV/2020

 



EL SUTRA DEL ESTRADO

Clase 11

El Paraíso Occidental

Charla Dharma 08/NOV/2020

Ven. Dr. Hyoenjin Prajna



Érase una vez una ciudad maravillosa con seis portones protegiéndola. En medio de esta ciudad vivía un rey con varios ministros sabios apoyándole. Un día el rey recibió noticias desde más allá de la montaña de unos enormes dragones y demonios que iban a atacar el reino, causando mucha destrucción, muertes, y sufrimiento. El rey se dio cuenta de que todo su reino estaba en peligro. Por tanto, decidió emprender un viaje peligroso para enfrentar aquellos monstruos, destruirlos y liberar a sus gentes de la maldad amenazándolas y así restaurar la paz a su reino. Pero no iba a ser fácil, puesto que tendría que cruzar un océano tormentoso, superar muchos peligros, y hasta entrar al mismo infierno. Si lograra esta hazaña, se le garantizaría un tesoro inmenso y su entrada al Paraíso.

Shambhala

En la literatura del Oriente, el paraíso puede llamarse Shambhala, una ciudad mítica ubicada supuestamente en algún valle escondido en los Himalayas. Una clave central de esta mita es que un salvador saldrá de este valle en un tiempo de gran necesidad cuando el mundo está amenazado por guerras y destrucción. Aunque algunos afirman que es un lugar verdadero, otros dicen que es un lugar intangible al que sólo se puede llegar a través de la mente. “Se dice que cuando el mundo entre en una era de guerra y odio, y todo esté perdido, el rey de Shambhala saldrá de su ciudad secreta con un gran ejército para eliminar el odio y comenzar una nueva era dorada.” (Wikepedia)

 

Así que este mito refleja la actitud del héroe que supera todo obstáculo para salvar a su pueblo. En el Sutra del Estrado, el maestro Huineng usa este mismo mito para explicar la verdadera práctica zen. Se llama el paraíso en su versión el Paraíso Occidental de la Tierra Pura:

35. El prefecto se inclinó profundamente y preguntó: “Me doy cuenta de que algunos monjes y laicos siempre invocan al Buda Amitābha y desean renacer en Occidente. Te ruego que me expliques si uno puede nacer allí o no, y así resolver mis dudas”. (Yompolsky, pos. 4434)

 

Se cree que el Paraíso Occidental es un lugar perfecto creado por Amitabha Buddha, el Buda de la Luz, que anteriormente fue un rey llamado Dharmakara. Al escuchar un discurso del Buda, se sintió tan conmovido que juró renunciar a su corona, convertirse al budismo y alcanzar la budeidad. Hizo cuarenta y ocho votos, incluido el voto de crear una tierra pura en la que todos los que se volvieran a él con completa fe renacerían en un paraíso perfecto y llevarían una vida de paz y felicidad hasta su entrada final en el nirvana. Prometió aparecer a los creyentes en el momento de su muerte y dirigirlos a una tierra pura libre de miedo, un paraíso de perfectas condiciones en el que solo tenían que pasar una vida más para entrar en el nirvana. (Kohn, 2010: 212)

La mente envenenada es un dragón malvado.

Es muy común en sutras y textos zen hacer referencia al Paraíso Occidental como un ideal de perfección y suprema recompensa. Todos quieren renacer allí puesto que garantiza la entrada final al nirvana, eliminando el renacimiento en samsara otra vez, o sea, el mundo de dukka del estrés, la irritación, la insatisfacción y el sufrimiento. El Prefecto está preguntando a Huineng si es cierto que se puede renacer en este Paraíso Occidental. El maestro afirma que sí, citando al Buda que predicó que ese Paraíso del Occidente no está lejos, aunque precisó lo que el Buda quería decir:

La persona engañada se concentra en Buda y desea nacer en la otra tierra; la persona despierta purifica su propia mente. Por lo tanto, el Buda dijo: "De acuerdo con la pureza de la mente, la tierra de Buda es pura…si practicas con la mente calma y sencilla, llegarás ahí en un instante.” (Yompolsky, pos. 4450)

Entonces, simplemente al mantener la mente calma, sencilla, lúcida y quieta, sin complicaciones, puedes llegar al paraíso ahora mismo. Sin embargo, no hay ningún lugar llegar. Hui-neng explica que la mente en sí es el paraíso cuando está libre de los diez males que consisten de matar, robar, adulterio, mentir, engaño, lenguaje vulgar, codicia, enojo, y vistas pervertidas; además de las ocho prácticas inapropiadas de delirio y apego que incluyen nacimiento, destrucción, identidad, diferenciación, pasado, futuro, y cesación. Para llegar justo en este momento al paraíso occidental, Huineng sugiere que simplemente se practique las diez virtudes: 1. proteger la vida de otros; 2. ser generosos; 3. honrar el cuerpo con disciplina y sexualidad apropiada; 4. decir la verdad; 5. usar palabras respetuosas y consideradas; 6. hablar bien de los demás; 7. guardar silencio y sólo hablar cuando sea necesario; 8. practicar alegría altruista; 9. ayudar a otros; 10. establecerse en vistas correctas del Dharma. Luego, Hui-neng declara que puede manifestar el paraíso occidental justo aquí y ahora en este mismo instante, y pregunta al Prefecto si quiere verlo. El Prefecto respondió “Claro que sí,” y Huineng dice:

El cuerpo físico del hombre en este mundo es en sí mismo una ciudad. Los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y el cuerpo son las puertas de la ciudad. Afuera hay cinco puertas; adentro está la puerta de la conciencia. La mente es la base; la naturaleza propia es el rey ... Ya que Buda está hecho por tu propia naturaleza, no lo busques fuera de tu cuerpo. Si estás engañado en tu propia naturaleza, Buda es entonces un ser sensible. Si estás despierto en tu propia naturaleza, los seres sintientes son entonces Budas. La compasión es Avalokiteshvara; el dar alegre es Mahasthamaprapta; la capacidad de pureza es Shakyamuni; la franqueza es Maitreya. La visión falsa del yo es el monte Sumeru; la mente pervertida es el gran mar, y las pasiones son las olas. La mente envenenada es un dragón malvado, los problemas son los peces y las tortugas marinas, los engaños son demonios sobrenaturales, los tres venenos son el infierno; la ignorancia forma el reino de las bestias, y las diez virtudes son el cielo. Si no hay una visión falsa del yo, entonces el monte Sumeru caerá por sí mismo. Si se deja a un lado la mente pervertida, el océano se secará, y cuando las pasiones desaparezcan, las olas se calmarán. Si se eliminan las pasiones y el daño, los dragones y los peces desaparecerán. Deja que el Tathagata de la iluminación dentro de tu propia base mental libere la luminosidad de la gran sabiduría, brille sobre las seis puertas (de los sentidos) y con su pureza destruya los seis cielos del mundo del deseo (kamadhatu). Si tu propia naturaleza se ilumina interiormente, los tres venenos serán desechados y el infierno será destruido de inmediato. Si el interior y el exterior están despejados, esto no será diferente de la Tierra Occidental. Si no realizas esta práctica, ¿cómo podrás llegar hasta allí?

El Buda enseñó que nuestra salvación y liberación del sufrimiento se basan en la práctica espiritual y la purificación de la mente. Pero no deberíamos practicar para ganar alguna recompensa futura en el cielo, o para renacer en una vida mejor, o para recibir cosas materiales. Buda dijo que la gente ignorante practica para que ganen algo, como por ejemplo el Paraíso o para renacer en mejores condiciones, mientras la gente iluminada practica purificando su mente de los 10 males y los 8 delirios. Pero de hecho, ya estamos en el paraíso. Simplemente invertir la luz de tu propia mente hacia adentro y descubre que el paraíso reside dentro de ti y en todos lados. Así se mata el dragón de tu ego y se salva de todas las bestias de ignorancia y agresión. Toma tu trono en la corte del castillo verdadero en el reino del paraíso occidental: tu mente sincera, sencilla, y serena.  

Si buscan el tesoro lejos, nunca lo encontrarán.

Dejen los dragones delirantes, o siempre sufrirán.

Conviértanse en Shambhala,

La ciudad perfecta,

La Fuente de nuestro afán.

                                                                                                              -Hyoenjin Prajna

 

Bibliografía

Kohn, Michael H. trans. (2010) A Concise Dictionary of Buddhism and Zen. Shambhala: Boston.

Wikepedia: La Enciclopedia Libre.

http://es.wikipedia.org/wiki/Shambhala

Accesado 18/MAY/2014

Yampolsky, Philip. (2012). El Sutra de la plataforma del Sexto Patriarca (Traducciones de los 

             clásicos  asiáticos). Prensa de la Universidad de Columbia: N.Y. Edición de Kindle.