COMO DOS FLECHAS QUE SE TOCAN EN PLENO VUELO
Por Ozmo Piedmont, PhD
En la escritura “El Más Excelente Espejo – Samadhi” se lee lo siguiente:
El maestro de tiro de arco,
Puede dar en el blanco incluso a cien metros
Gracias a su elevada y justa técnica.
Pero cuando las flechas se tocan en pleno vuelo,
Se pasa mucho más allá de las habilidades de los hombres ordinarios.
En esta actividad superior de no-mente,
¡Mira! El hombre de madera canta, y la mujer de piedra baila.
Esto es más allá de la consciencia común,
Más allá del pensamiento.
Hay una historia folklórica que se trata de un maestro de tiro con arco. Este maestro tenía un alumno muy celoso. En un intento de mostrarse superior al maestro, el alumno trató de matarle, tirando una flecha directamente a él. Sin embargo, siendo muy listo, el maestro anticipó al alumno, y tiró una flecha al mismo tiempo. Las dos flechas se encontraron, tocándose en pleno vuelo, luego cayéndose al suelo sin hacer daño a nadie. El alumno lamentó lo que acababa de hacer, y se le inclinó la cabeza a su maestro en signo de reverencia.
Esta historia tiene dos sentidos. El primero es como el maestro debería tratar al alumno. Es la responsabilidad del maestro guiar al alumno a un encuentro directo con el Infinito. Habiendo cumplido esta tarea, el maestro debe retirarse a un lado para que el alumno siguiera volviéndose uno con el Buda Cósmico. Es un hombre extraordinario el que tiene la humildad suficiente para que esto pasara, sin que se le obstaculizara al alumno con el orgullo ni el egoísmo. En cambio, hay una alegría enorme viendo al alumno llegar a ser uno con el Buda Cósmico, una alegría en la que no hay posesión personal para el maestro.
El segundo sentido de esta historia tiene que ver con él que verdaderamente está haciendo esta transformación. En su intento de ayudar al alumno, el maestro tira sus flechas a la obscuridad. El maestro no puede saber todo. El éxito de su esfuerzo depende finalmente en la actividad de la no-mente, lo que es la expresión del Infinito. El maestro, como el maestro en todos nosotros, tira su flecha sin saber exactamente dónde va a terminar. Tenemos que confiar por completo en el no-nacido, dejándole guiar nuestras flechas justo al blanco donde debería ser. Igualmente, el alumno está dispuesto hacer el esfuerzo necesario en su práctica espiritual buscando el blanco del Infinito con sinceridad y confianza. El resultado es un evento extraordinario, como cuando dos flechas se tocan en pleno vuelo. Los dos, el maestro y el alumno, usan todas sus fuerzas, incluyendo la inteligencia, la razón, y la sabiduría. Sin embargo, se dan cuenta que se requiere el Infinito para que las flechas de nuestras aspiraciones acierten en el blanco de la realización y la unión con El Buda Cósmico. Se llega a ver la Naturaleza Búdica presente en todo, y con esto, todo comparte esta alegría, incluso el hombre de madera y la mujer de piedra. Todo es consciente, vivo, y vital, y al mismo tiempo todo es justo lo que es en su individualidad. Las dos, unicidad y multiplicidad, son dos aspectos de la totalidad. Cuando se ve y se experimenta esta Naturaleza Búdica en todo, se aprecia como la Vida es un milagro continuo manifestándose en cada instante.
Bibliografía
Morgan, Daishin. Buddha Recognizes Buddha. Throssel Hole Press: Northumberland, United Kingdom, 2010.
Shasta Abbey. Zen Training. A Special Issue of The Journal of Shasta Abbey. Vol. XIII, May-August 1982. Mt. Shasta, CA., 1983.
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