FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN,
Capítulo 14.7. Palabras y Acciones
Charla Dharma 03/AGO/2023
Ven. Dr. Jinsim Hyoenjin
Capítulo 14.7. Palabras y Acciones
Charla Dharma 03/AGO/2023
Ven. Dr. Jinsim Hyoenjin
El estudiante de Zen experimenta todos los días y aprecia la belleza de cada estación. Si una persona limita su mente, no podrá apreciar la totalidad de la vida. El practicar Zen no sólo es disfrutar la vida en los momentos de dicha o éxtasis, también es estar contento en las tragedias y desgracias. Usualmente estamos felices cuando la vida fluye tranquila y en paz, pero cuando surgen los problemas y dificultades, nos sentimos estresados e incómodos.
De hecho, no hay nada tan terrible. No puede haber éxito sin fracaso, así que no debemos preocuparnos por los fracasos. Éxito y fracaso, decepción y satisfacción, todo depende de la mente. Por qué deberíamos preocuparnos o tomarnos todo tan seriamente. Debemos tomarlo con tranquilidad y relajarnos. Todo viene y va, nada debería de molestarnos tanto.
Es lo mismo con la práctica del Zen, si nos sentamos un poco más de lo usual, un pequeño dolor de espalda puede surgir o una pierna puede quedarse dormida, pero no deberíamos preocuparnos de estas cosas o permitirlas que nos molesten. Ya después de movernos un poco, al levantarnos y caminar un rato, todo está bien.
Durante la meditación sentados la mente puede vagar, revelaciones del subconsciente pueden ser atemorizantes o muy intensas, las emociones pueden someternos, pero al continuar con la práctica se llega al fin de estos problemas. A veces hay una buena lección que viene después de un poco de dificultad. Aprendemos más de los fracasos que de los éxitos, pues el fracaso nos da una valiosa experiencia de vida.
En las imágenes de Bodhidharma frecuentemente se incluyen 4 caracteres chinos que significan “Caer siete vece, ponerse de pie ocho.” La importancia de la vida no se mide por el número de éxitos que hay, sino por cuántas crisis se han resuelto.
Ya que la vida es un largo viaje, especialmente el viaje del Samsara al Nirvana, desde la ignorancia hasta la iluminación, se requiere paciencia. El tercero de los seis paramitas de la práctica del Bodhisattva es la paciencia. El deseo de una realización, para la iluminación, para salvar a todos los seres sintientes requiere de gran paciencia. Uno debe moverse directo al frente, trabajando diligentemente para obtener su objetivo.
Confucio enseñó, “No busques resultados rápidos, ni pequeñas ventajas. Si se buscan resultados rápidos, no se obtendrá su objetivo final. Si se deja guiar por pequeñas ventajas, nunca se logrará grandes cosas.”
Es lo mismo para una persona que practica Zen y desea cumplir sus votos de Bodhisattva. El esfuerzo es lo más importante. Hay tantos problemas que no pueden resolverse todos a la vez, pero hay que hacer su mejor esfuerzo cada día para resolver lo que pueda. Tal vez, hay muchos obstáculos y dificultades, pero se puede superarlos uno por uno. No se debe dejar nada para mañana lo que pueda hacer ahora.
Cada día el estudiante Zen debe dar lo mejor para cumplir ese día. Después debe dejar ese día ir, sin apegarse, sin aferrarse, sin preocuparse de nada; debe dejar la mente ser libre. Si hay algo que no puede ser completado el día de hoy, entonces no puede hacerse el día de hoy. ¿Por qué deberíamos estar molestos y preocupados? Después habrá tiempo para hacerlo. El mañana vendrá – muchas mañanas.
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