COMO UNA RATA DENTRO DE SU JAULA
Por Ozmo Piedmont, Ph.D.
En la escritura del “Samadhi del Espejo del Tesoro Precioso” se lee lo siguiente:
Actualmente, están lo súbito y lo gradual,
Y las sectas se vuelven separadas,
Estableciéndose en enseñanzas y enfoques.
Se llegan a ser las normas de toda conducta religiosa.
Aun dominando estas enseñanzas y enfoques,
Y luego la consciencia deliriosa fluye por la cierta Verdad,
No se puede progresar.
Si fuera, la calma; dentro, la agitación;
Es como un caballo con trabas
ó como una rata dentro de su jaula.
En esta parte de la escritura, las “enseñanzas y enfoques” se refieren a como hacer la práctica espiritual, los métodos de cómo hacerla, y no a la llegada final. Se olvidan esto cuando las varias sectas y escuelas se discuten demasiado entre sí, en vez de enfocarse en como hacerla ya. Y si por fin se logra a entender y pasarse más allá de estos argumentos, encontrando el camino espiritual de la práctica, pero al mismo tiempo apegándose a algún punto de argumento, entonces no se puede progresar. Es como perderse en una opinión propia, olvidándose que todo es para practicar y purificarse. Así, no hay progreso.
Se puede engañarse, aparentando todo tranquilo afuera. No obstante, si adentro se apega a puros conceptos ó ideas, creando agitación mental, es como crear su propia jaula, su propio infierno. Hay mucha gente que se aferra a su propio punto de vista, creando delirio ó auto engaño. Así no se puede experimentar la libertad cierta. Puede ser que se vislumbre una parte pequeña de la Verdad, pero no se puede conocer la plena verdad por completo.
La Iluminación va más allá de las doctrinas, las enseñanzas, ó los enfoques. No obstante, se puede utilizarlas para mostrar el camino espiritual. Estándares éticos son importantes. Si se ignoran, se puede caer en delirio. No se debería preocupar si la Verdad viene de una forma “súbita ó gradual”, refiriéndose a las escuelas como Rinzai ó Soto. Lo importante es la verdad y la sinceridad en la práctica.
Incluso se puede engañarse teniendo la mente tranquila, pensando que ya se ha llegado a la meta. En realidad, todavía se quedan siempre otras impurezas y tendencias kármicas para purificar. No se debe ni ignorarlas ni apegárselas demasiado a estas tendencias. Los disturbios mentales son las sombras en el espejo del Infinito. Si se dejan solas por medio de la atención vigilante, se terminan por sí mismos. No se debe apegar a las frutas de la meditación, como por ejemplo la mente tranquila. No es el final del camino. Hay que seguir siempre en la práctica espiritual, viendo y purificando las impurezas mentales y emocionales. Si no, uno es ciertamente como “una rata dentro de su jaula.”
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