LA ESENCIA DE LOS PRECEPTOS
Charla Dharma 12/01/14
Rev. Hyonjin Sunim
Monasterio Songgwang-sa, Corea del Sur
El Buda-Dharma,
las enseñanzas del Buda, tiene 3 aspectos: dana (el acto de dar, incluyendo
obsequios, dinero, tiempo, energía, bendiciones, y mérito); sila (la práctica
de ética de los preceptos); y bhavana (la práctica de meditación). Con la transmisión de los preceptos, se te
confía no sólo la práctica y protección de los preceptos, sino además la
continuación del linaje de los preceptos de los bodhisattvas. Recibir los
preceptos de los bodhisattvas es la condición y causa más importante de todo el
zen. Dogen, el maestro Zen del siglo 13, dijo “Al comienzo, el medio, y el final
de tu vida, mientras te acercas a la muerte, en la muerte, y después de la
muerte, mientras te acercas a la vida, siempre, por todos los renacimientos y
las muertes, siempre toma refugio en el Buda, Dharma, y Sangha.” (Shobogenzo)
Los preceptos
tienen un significado último de liberación, más allá de lo que se debe hacer o
no hacer. No se deben seguir como reglas
o mandamientos, sino como medios para realizar la Iluminación y practicar la compasión.
Al practicarlos se comienza a ver la interdependencia vital entre la meditación
y la conducta ética. Es relevante a cualquier persona trabajando en una forma
socialmente responsable y comprometida a la vida de compasión. Si eres una
persona dedicada a servir el bienestar de la comunidad – una enfermera, médico,
consejero, trabajador social, terapeuta, profesora o maestro, jefe o empleado –
la práctica de la meditación puede protejerte del agobio y el estrés, conocido
en inglés como “burnout,” abriendo
tus ojos a una comprensión más profunda de las actividades éticas. Al traer una
dimensión más contemplativa a tu trabajo te permite honrar tus convicciones
éticas mientras manteniéndote abierto y flexible. Si eres papá, mamá, hijo/a,
amigo/a, novio/a, escuchando a la otra persona sin prejuicios en el corazón,
mientras puedes expresarte directamente, es un modo de practicar los preceptos
en la vida cotidiana con iluminación. Para un practicante Zen, los preceptos
del bodhisattva no son una consideración de segundo plano, sino el muello del
proceso de despertarse a la Iluminación. Al practicar los preceptos, la
meditación cobra vida.
El Buda mismo
puso gran énfasis en los preceptos cuando dijo, “Qué sentido tiene
reverenciarme a mi y mis enseñanzas si todo el tiempo sigues violando los
preceptos?” Nos enfatiza que no son algún tipo de regla a seguir, sino un mapa
al mundo de Buda, una manera activa para convertirnos en budas. Los preceptos
son el portón a la práctica auténtica del Zen. Nos dan la oportunidad de traer
el silencio y la quietud de la meditación a la expresión activa de la vida
cotidiana, dándonos una oportunidad de incorporar la compasión en todos los
aspectos de nuestras vidas. Los preceptos son para los que estén dedicados a la
liberación de todos los seres del universo.
Los cinco
preceptos laicos (no matar, no robar, no den mal uso de la sexualidad, no
mentir, y no nublar la mente) nos animan a proteger y apoyar la vida, ser
generosos y respetuosos con la propiedad de otros, usar la energía sexual de
una forma apropiada, decir la verdad, y mantener el cuerpo y la mente claros y
sanos. Zen intenta incorporar los preceptos en todo aspecto de la vida. Los
recitamos cada domingo en nuestras reuniones de meditación. En servicios
funerarios, el sacerdote entrega los preceptos al difunto. En las bodas, se
recitan los preceptos por los novios mientras que expresan sus votos
matrimoniales. Aunque el sacerdote no los pregunta a la pareja si van a aceptar
y practicar los preceptos, sin embargo, se les implica que se comprometan a
cumplir y seguirlos en su vida matrimonial.
Los que reciben
los preceptos normalmente son los que han practicado varios años, aunque una
persona practicando muy intensivamente por sólo 6 meses puede recibirlos
también. Otras preparaciones incluyen un período de estudio y contemplación
antes de la ceremonia, el conseguir o coser un rakusu, y asistir a un retiro de
meditación por una semana. Básicamente cualquier persona está lista para
recibir los preceptos cuando entiende la práctica de tomar refugio en el Buda,
Dharma, y Sangha.
Tomar refugio
significa que quieres alinearte con el ejemplo del Buda y con la Iluminación.
Así, estás alineándote con las enseñanzas de los iluminados, las enseñanzas del
no-yo, las enseñanzas de los preceptos, y con la comunidad que practica en esta
manera. Además, es un compromiso para practicar en una forma que ayuda a todos
los seres. El requisito más importante en preparación a recibir los preceptos
es que el alumno/a tiene el valor suficiente para pedírselo a su maestro. Es
parte de la tradición histórica bien larga de pedir al maestro que pudiera
unirse a esta tradición, así admitiendo que no puede practicar solo, que necesita
el apoyo del universo entero para que practicara de una forma íntegra y
profunda.
A veces es muy
dificil pedir los preceptos, toca algo muy sensible y vulnerable en uno. Es un
momento tierno y delicado cuando la persona pide ayuda de la tradición budista
para practicar los preceptos. Es un gran logro en el desarrollo espiritual de
la persona. Tiene que enfrentar algo muy importante en sí mismo, y se siente a
veces muy vulnerable, puesto que quiere praticar como un bodhisattva, pero no
está seguro si tiene la capacidad o la fortaleza interior. Admite que necesita
ayuda. Por eso, los amigos y la familia deben asistir a la ceremonia. El
sacerdote les pide a ellos que ayuden al practante, apoyándole en su intento de
cumplir sus votos y aspiraciones expresados durante la ceremonia.
Recibir los
preceptos es la manera formal de entrar en el camino de los budistas. Sin
embargo, no necesariamente tengas que identificarte como un budista, ni como
miembro de Zen. Ni la etiqueta ni la institución es lo más importante, sino
sólo cómo mantienes los preceptos relevantes en tu vida. Es una cosa muy personal cómo realices esto. Al
recibir los preceptos, estamos comprometidos a mantenerlos continuamente,
puesto que las condiciones de nuestras vidas siguen cambiando, exigiendo nuevos
esfuerzos, comprensiones y aplicaciones de los preceptos en situaciones
diferentes. Los preceptos no tienen un significado fijo y rígido. Se requiere
valentía seguir descubriendo nuevas formas y significados en como practicar los
preceptos en medio de la confusión diaria en la que vivimos. Por tanto, cómo
vivimos los preceptos es un proceso continuo de despertar y cultivar de la
Iluminación.
Bibliografía
Anderson, Reb. (2000). Being Upright: Zen Meditation and the
Bodhisattva Precepts. Rodmell Press: Berkeley, CA. Kindle Edition.
Si esta enseñanza te ha ayudado, ¿podrías considerar una aportación a la Sangha MBZ?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.