EL SOL Y LA LUNA
DEL ZEN
Charla Dharma 04/MAY/2014
Rev.
Hyonjin Sunim
“El sol y la luna siempre son radiantes, pero
si están cubiertos por nubes, aunque brillan arriba, se obscurecen abajo, y el
sol, la luna, las estrellas, y los planetas no se pueden ver. Pero si de
repente el viento de la sabiduría soplara y apartara las nubes y las neblinas,
todas las formas del universo se verían en seguida. La pureza de la persona en
este mundo es como el cielo azul; la sabiduría es como el sol, el conocimiento
como la luna. A pesar de que el conocimiento y la sabiduría siempre son puros,
si te aferras a cosas externas, las nubes flotantes de pensamientos falsos te
taparán, y obscurecerán tu propia naturaleza.” (Sutra del Estrado, 20:4140)
En el Sutra del
Estrado, se encuentra instrucción en conceptos claves del zen en cuanto al
error de observar la mente o la pureza, lo que obstaculiza nuestra práctica. Se
lee:
Buenos amigos,
en esta enseñanza, desde el comienzo, lo de sentarse en meditación no trata de
la mente ni la pureza; ni hablamos de determinación. Si alguien habla de ‘observar
la mente,’ [entonces yo diría] que [esta] ‘mente’ en sí es delirio, y los
delirios son como fantasías, así que no hay nada ser visto.
Si alguien habla
de ‘observar la pureza’ [entonces yo diría] que la naturaleza del humano
es en sí pura, pero por pensamientos falsos La Realidad Verdadera se oscurece.
Si se excluyen los delirios entonces la naturaleza original revela su pureza.
Si activas tu mente
para observar la pureza sin darte cuenta que tu propia naturaleza es
originalmente pura, delirios de pureza se producirán. Puesto que este delirio
no existe en ningún lado, entonces debes entender que todo lo que ves no es
nada más que delirio. La pureza no tiene
forma, sin embargo, algunas personas intentan describir la forma de pureza,
considerando esto la práctica del zen. La gente que mantiene esta opinión
obstruyen su propia naturaleza original, llegando a ser ligados por la (idea
de) pureza.
El que practica con
determinación no ve las faltas de la gente a su alrededor. Esta es la
determinación de la naturaleza esencial. No obstante, por el delirio, aunque no
mueve su cuerpo, el que habla de lo bueno y lo malo de los demás, desde
el momento que abre su boca, está actuando de una manera contraria al Tao. Por
consiguiente, tanto ‘observar la mente’ como ‘observar la pureza’ obstaculizan
el Tao. (Sutra del Estrado, Verso 18)
MENTE, PUREZA,
Y DETERMINACIÓN: La mente es la esencia
de lo que somos, así es vacío y no puede ser el objeto de la percepción. Además,
esta mente es inherentemente pura, la que tampoco se puede ver. Entiendan que
cualquier cosa vista es un objeto de la mente, y no la mente en sí. Esto
incluye cualquier imagen, idea, o sensación. Por tanto, ver la mente de esta
forma es una ilusión. Entonces, para encontrar la mente, hay que entender
primero que es nuestra esencia inherente, y esta esencia es siempre pura, y no
es lo que se puede ver como un objeto de percepción. Por tanto, nuestra
práctica comienza con esta comprensión creando una cierta estabilidad y fuerza
interior, lo que se llama ‘determinación,’ mostrándose como una persona que ni
habla ni piensa en las faltas de los demás, ya que la tendencia de hablar o
pensar mal de otros obstruye el libre fluir y expresión del Tao o la esencia,
la fuente de la vida funcionando por medio de toda forma. Somos vehículos de esta esencia en cada
momento de nuestras vidas, ayudando y aliviando el sufrimiento del mundo,
mientras que no estamos engañándonos con ideas falsas que bloquean esta libre
fluir de esencia.
En la próxima sección del Sutra, se aclaran dos aspectos
de meditación zen en cuanto al interior y al exterior:
Ya que entienden
esto, ¿qué significa ‘sentarse en meditación’?
Esta enseñanza significa exteriormente ‘sentarse’ sin obstáculo en ningún lado,
o sea, no generar los pensamientos [discriminativos] en ningún momento. Interiormente,
la meditación significa ver la naturaleza original sin confundirse.
Lo que quiere decir aquí es que debemos sentarnos
tranquilamente sin pensamientos agitados, dualistas o discriminativos, dejándonos
experimentar la calma lucidez de nuestra esencia original.
Y ¿qué significa
meditación Zen? Interiormente meditación es no confundirse.
Exteriormente Zen es excluir
forma. A pesar de que haya forma afuera, si adentro la naturaleza no se
confunde, entonces, siempre eres en ti mismo puro y en ti mismo en meditación.
Hemos aquí que la meditación es mantener conexión con la
esencia en todo momento, sin distracciones basadas en los pensamientos de deseo,
aversión, o delirio. Cuando se distrae, simplemente vuelve a la esencia de la mente
calma lúcida. Así, uno siempre se orienta a la pureza de la esencia que es
nuestro verdadero Yo.
El mero contacto
con circunstancias en sí causa confusión, así que separación de la forma
exterior es Zen; y no sentirse tocado adentro (por la forma) es meditación.
Siendo meditación adentro y Zen afuera, es lo que se entiende como meditación
Zen.
Lo que se expresa aquí es que tenemos la tendencia de
apegarnos a los objetos de nuestros sentidos. Sin embargo, al darnos cuenta que
estamos fascinados por estos objetos, siempre podemos soltarlos volviendo al
hwadu, la respiración, o el silencio interior, dejándonos descansar en la
esencia percibida como vacío. Cuando no estamos agitados interiormente,
entonces somos uno con la esencia, tranquilos y en paz, fluyendo con todo en su
momento presente, sin obstáculo ninguno, sin apegos a pensamientos o a objetos
exteriores.
Por esto, el
Sutra de Vimalakirti dice: “De golpe, recuperas la mente original.” La
escritura P’u-sa-chieh dice: “Desde el comienzo tu propia naturaleza es pura.” Buenos
amigos, vean por sí mismos la pureza de su propia naturaleza. Practiquen y alcáncenla
por sí mismos. Su propia naturaleza es la Dharmakaya (esencia) y la práctica
individual es la práctica del Buddha; alcanzándola personalmente pueden lograr
el camino del Buddha por sí mismos. (Sutra del Estrado, Verso 19)
Así que la mente original es tu propia mente verdadera,
la que siempre es pura y lo más natural, en equilibrio, tranquilo, y atento.
Entienden que no se puede verla como una imagen ni una idea: es la fuente de las
imágenes y las ideas. Suelten todo objeto de los sentidos y pensamientos,
entendiendo que esta naturaleza ya es presente como pureza perfecta en sí. Hay
que practicar con firmeza y determinación para no caer en el trance de
distracciones o las kleshas de codicia, aversión, o confusión.
Por tanto, meditación es la práctica de desapegarnos de
los pensamientos que causan el sufrimiento, liberándonos de las ansias que
producen los apegos. Si no hay ansias, no hay apego a la forma, y podemos vivir
como separados de las formas exteriores y libres de las ideas que nos confunden
adentro. Mediante la atención vigilante, se puede ver como las ideas surgen,
perduran un rato, y luego desaparecen, volviendo a su origen, la esencia.
Obsérvenlos, vean como surgen, ¿de donde vienen? Observen como perduran solo un
momento antes de cambiar a otra idea. No pueden parar este fluir. Pero mientras
mantienen su atención al proceso, no están seducidos por su energía. Luego,
desaparecen. ¿A dónde van? Finalmente, ¿quién está observando todo esto? ¿Quién
es la que está preguntando? Este es un hwadu, una pregunta espiritual para
contemplar e investigar, pero sin intento de resolver mediante una idea o
concepto racional. Mientras que mantenemos la actitud de investigación, o duda,
no estamos generando más pensamientos discriminativos, no estamos apegados a
nada. Por esto, el hwadu es tan eficaz para ayudarnos a romper el andamio de la
mente chica, dejándonos descansar en el puro vacío del silencio, sabiendo que
esto es lo que somos, el radiante sol y luna del zen.
Bibliografía
Yampolski.
Philip B. (trans). (2012) The Platform Sutra of the Sixth Patriarch
(Sutra del Estrado).
Columbia University Press: N.Y.
(KINDLE EDITION).
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