CESE DE ENGAÑO
Charla Dharma 31/MAYO/2015
Rev. Dr. Hyonjin Prajna
"Si quieres entrar el Océano de Fluidez y Soltura, más allá del nacer y
morir, tienes que practicar el cese de engaño."
Chinul
En la práctica del cese de engaño, nos sentamos en una
postura con las piernas dobladas, no para sentir dolor y molestia, sino por la
estabilidad y la facilidad que nos provee mientras que nos conectamos con toda
la gente, los seres, y la Vida en general. Hay cuatro posturas a practicar.
Comenzamos con la postura sentada porque es la más fácil a realizar para luego
extender la práctica al caminar, de pie, y acostado. El maestro Chinul (siglo
12 D.C.) da instrucciones detalladas
sobre cómo sentarse correctamente.
Primero, hay que encontrar un lugar quieto, sentándose con la
espalda recta, para luego soltar cualquier pensamiento que surgiera. Contrario
a lo que se suele oír, recomienda que se mantenga atento pero sin apego a la
respiración, ni al cuerpo, ni al espacio, la tierra, el agua, el fuego, el
aire, ni a ninguna precepción o cognición, soltando cualquier imagen que
surgiera en la mente. Incluso, se debe descartar cualquier idea de desprenderse
de algo, puesto que todas las cosas son originalmente vacías, nunca nacen y
jamás mueren. Cuando la mente se desvía en distracciones por objetos fuera de
la mente, vuélvela a la verdadera atención intencionada presente.
La verdadera atención intencionada es comprender que hay sólo
mente, no hay objetos externos. Una vez que hayas vuelto a esta mente, date
cuenta que no tiene forma propia. Es incomprensible de un momento a otro.
Al levantarte de la meditación sentada, sigue atento en todo
momento, en toda ocasión, durante todas tus actividades cotidianas, observando
todo con atención intencionada presente. Después de un largo período de
práctica, la mente atenta y lúcida madurará, volviéndose poderosa y aguda,
estabilizándose como tu estado normal. Así, podrás entrar en absorción con la
talidad verdadera dondequiera que estés. Es decir, llegarás a identificarte con
la mente universal en todo momento. Al
superar los engaños psicológicos, la mente verdadera crece rápido, sin vuelta
atrás. Simplemente deja ir la duda, la confusión, la desconfianza, la calumnia,
la inmoralidad, los malos hábitos, la arrogancia, y la flojera.
Entonces, ¿dónde está la mente verdadera? Se la encuentra
cuando se elimina la mente falsa. Sustancia es la mente verdadera por doquier
en cualquier momento experimentada como paz constante, aunque no se puede verla
como algún objeto de percepción. Puesto que no es algo limitado, no sufre lo
condicionado de samsara, con las cualidades de comienzo, cambio, y fin. La
sustancia como la matriz de talidad, no tiene origen ni extinción. Por tanto,
cada lugar y experiencia puede ser un vehículo de iluminación en cualquier
momento.
Así que, la función de la mente sutil se manifiesta con
adaptabilidad sensible, sin molestia ni agitación mental. Se ubica el Zen justo
en la práctica de las actividades cotidianas mientras se realiza el caminar,
estar de pie, sentarse, y acostarse. En cambio, si lo que realices te agita la
mente, no está correcto. Sustancia está en todo lugar, y puede producir función
por doquier. Pero puesto que no está limitada por las condiciones de samsara,
no se lo puede percibir con los sentidos. Sin embargo, esto no significa que no
esté aquí y ahora.
La capacidad de mantener la atención presente y lúcida es
comparable a cuando alguien está enamorado/a. Durante todo el día, pase lo que
pase, no puede dejar de pensar en su querida/o. Lo mismo cuando uno guarda
rencor por una ofensa, y no puede dejar de planear su venganza a su
enemigo. Estas emociones siguen
presentes en la consciencia mientras que la persona realiza sus actividades
cotidianas. Así que, es posible mantener la atención intencionada presente en
las cuatro posturas todo el día, en todo lugar, en todo momento. Si tu práctica
es constante, y confías bien en las enseñanzas, entonces no perderás la Vía sea
lo que sea tu postura. Y así entrarás en el Océano de Fluidez y Soltura, más
allá del nacer y morir. (Cleary 1997:19-21)
Bibliografía
Cleary, Thomas. (1997). Kensho: The Heart of Zen. Shambhala: London and Boston.
GRACIAS POR SU APOYO Y GENEROSIDAD
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