MENTE FALSA – MENTE VERDADERA
Charla Dharma 15/MAY/2016
Rev. Dr. Hyonjin Prajna
El Buddha le dijo a Ananda, “La razón que
tantos practicantes en el mundo no tienen éxito en acabar con las fugas (kleshas)
y volverse Arhats… es porque están apegados a los procesos mentales
distorsionados que llegan a ser y luego cesan de ser, y se confunden estos
procesos por lo real." (Sutra Shurangama, 2009:3)
Mente Falsa:
En el Sutra
Shurangama, el Buddha nos revela que hay dos obstáculos a la plena
iluminación: 1. Sufrimiento por apego al
yo y 2. Conocimiento generado por apego a los fenómenos percibidos, resultando
en arrogancia y soberbia, reforzando y dando evidencia a uno mismo de que el yo
es real y separado de los fenómenos percibidos, y como consecuencia, no nos damos
cuenta de la Verdad de lo que es eterna en nosotros, la Mente esencial. Es
decir, estamos tomando la lente de percepción, el cerebro y sus procesos
mentales, por la mente en sí. Entonces, ¿cómo se confunde? El Buddha explica
con un ejemplo concreto de cómo se confunde la mente real por la falsa:
Entonces el Tathagata levantó su brazo de tono dorado y dobló sus cinco
dedos … y preguntó a Ananda, “¿Has visto algo?”
Ananda dijo, “Sí”
El Buddha dijo, “¿Qué has
visto?”
Ananda dijo, “Vi el Tathagata levantarse al brazo y doblar los dedos
formando un puño que emite luz, deslumbrando mis ojos y mi mente.”
El Buddha dijo, “Cuando viste mi puño emitir la luz, ¿con qué lo viste?”
Ananda dijo, “Todos de nosotros en la gran asamblea lo vimos con
nuestros propios ojos.”
El Buddha dijo a Ananda, “Has respondido de que el Tathagata dobló sus
dedos formando un puño que emitió luz, deslumbrando sus mentes y ojos. Sus ojos
pueden ver mi puño, pero ¿qué consideras la mente deslumbrada por ello?”
Ananda dijo, “El Tathagata acaba de preguntarme acerca de la ubicación
de mi mente, y mi mente es la que estoy usando para
determinar dónde debería estar. Mi mente es la que
tiene la capacidad de realizar tales determinaciones.”
“El Buddha exclamó, “¡Ananda! ¡Eso no es tu
mente!”
Sobresaltado, Ananda se levantó, unió las palmas juntas, y dijo al
Buddha, “Si eso no es mi mente, ¿qué es?”
El Buddha le dijo a Ananda, “Son simplemente tus procesos mentales los
que asignan atributos falsos e ilusorios al mundo de objetos percibidos
(objetos internos y externos de atención). Estos procesos te engañan acerca de
tu naturaleza verdadera y te causan, desde el tiempo sin comienzo y en tu vida
presente, confundir el ladrón por tu propio niño – perdiendo así contacto con
tu propia mente original y eterna – y así estás ligado al ciclo de morir y
renacer.”
Asumimos que nuestra
mente está ubicada dentro de la cabeza y dentro del cerebro. Además, asumimos
que nuestra mente es la que opera por medio de los procesos mentales, es decir,
por los procesos de percepción, pero no es así. Son precisamente estos procesos
las que nos confunden y distorsionan la Verdad. Al identificarnos con estos
procesos, perdimos consciencia de nuestra verdadera Esencia, es decir, la mente
verdadera. Luego el Buddha explica:
"No
estoy exigiendo que aceptes que esta capacidad de hacer distinción
(discriminación) no es la mente. Pero examina tu mente en gran detalle para
determinar si la capacidad de hacer distinción existe independiente de su
objeto de percepción. Eso sería de veras tu mente. Si, en cambio, tu capacidad
de hacer distinción no tiene una naturaleza esencial aparte de su objeto
percibido, entonces ella también sería un objeto percibido – un objeto mental
sombrío. Objetos percibidos no son permanentes, y cuando esa mente deja de
existir con tal que no tenía más realidad que una tortuga con pelaje o una
liebre con cuernos, entonces tu cuerpo de dharma (como fenómeno) dejaría existir junto con ella. Entonces ¿quién se quedaría para
practicar y perfeccionar la paciencia con el estado de mente en el cual ningún
objeto surge?”
El Buddha está
diciendo que no hay una cosa aparte del fenómeno que percibe el fenómeno. La
mente no es una cosa. No está ubicado en ningún lado. Eso sería hacerla un
fenómeno en sí. Así que, el objeto y el sujeto surgen al mismo tiempo como los
procesos mentales. Es decir, el órgano de percepción como el cerebro, y el
proceso de percepción como pensar, juntos con el objeto de percepción, todos
surgen al mismo tiempo, pero esencialmente no hay nadie ni nada allí. Los tres
son meras burbujas conceptuales surgiendo como experiencia en este momento. Hay
sólo la experiencia formándose, pero nadie que la forma, ninguna cosa ni
fenómeno real o permanente en sí que está allí. En vez de apegarnos a los
procesos mentales como algo real, hay que soltarlos todos para abrirnos a lo
verdadero. Para superar estos
obstáculos, el Buddha recomienda que tomemos en cuenta dos fundamentos básicos:
1. Nos confundimos con los procesos mentales por nuestra mente verdadera, o
sea, Esencia; 2. Somos inherentemente la iluminación, lo que no tiene comienzo
ni fin, y es siempre pura y libre.
Mente
Verdadera
¿Qué es
la Iluminación? El Buddha explica:
"Es la comprensión original, la naturaleza
real de la consciencia. Todo fenómeno condicionado surge de ella, y, sin
embargo, es uno de los fenómenos del cual los seres pierden la pista. Se han
perdido la pista de esta comprensión fundamental a
pesar de que está funcionando en ellos todo el día, y puesto que no se dan
cuenta de ello, cometen el error de entrar en los varios destinos."
Esta
comprensión original es nuestra verdadera mente. La gente vive como sonámbulos
en medio de un sueño, perdidos, confundido, y descontentos, puesto que no
reconocen su verdadera naturaleza ya presente, sustituyéndola con sus ideas,
sensaciones, y objetos de percepción. Basado en estas ideas, dividen el mundo
en bueno y malo, correcto e incorrecto. Pero en la Matriz del Tathagata, es
decir, en nuestra naturaleza auténtica, no hay tal división. No hay nada en
absoluto.
Revelación de la Verdadera Mente:
Entonces
el Tathagata emitió luz resplandeciente desde el
símbolo de pureza en su pecho. La luz brillante, radiante con cientos de miles
de colores, brilló por todas las diez direcciones simultáneamente para iluminar
las tierras búdicas tantos como motas de polvo, y brilló sobre las coronas de
las cabezas de los Tathagatas en cada uno de las tierras-búdicas radiantes.
Entonces la luz volvió a brillar sobre la gran asamblea – sobre Ananda y a
todos los demás.
Acto
seguido el Buddha le dijo a Ananda, “Ahora les levantaré por todos ustedes una
gran bandera de Dharma para que todos los seres en las diez direcciones puedan
ganar acceso a lo que es maravilloso, sutil, y escondido – la pura y luminosa mente que entiende – y para que
puedan abrir sus ojos con visión clara."
Es decir, “esta luz que entiende,” justo en este
momento, la que es pura y luminosa en este mismo instante, esta luz en sí, la
que es eterna, la que no nace, la que no depende en ningún objeto ni fenómeno
ni percepción mental, esta luz omnipresente en todo el universo en todo
momento, sin estar en ningún lugar, la que no es nadie ni nada, precisamente
ESTO, la luz resplandeciente de nuestra atención anterior a los procesos
mentales es la MENTE VERDADERA UNIVERSAL.
Bibliografía
The Surangama Sutra: A New Transaltion
with commentary by Ven. Master
Hsuan Hua. Buddhist Text Translation Society. 2009. Traducción al español del Inglés
por Rev. Hyonjin Prajna.
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