EL
SUTRA DEL ESTRADO
Clase
9
El
Dharma del Silencio
Venerable
Dr. Hyoenjin Prajna
18/OCT/2020
32. “Buenos amigos, aquellos en generaciones posteriores que obtengan mi enseñanza siempre verán que mi cuerpo de Dharma no está separado de donde ellos están. Buenos amigos, tomen esta doctrina de la Enseñanza Súbita, mírenla y practíquenla juntos, fijen su determinación en ella, recíbanla y guárdenla. Porque equivale a servir al Buda, si durante todas sus vidas lo reciben y lo guardan y no retroceden, entrarán en las filas de lo sagrado. Ahora me gustaría transmitirlo. Pero desde el pasado, el Dharma se ha transmitido en silencio; sólo cuando la gran determinación se ha hecho y no ha habido un retroceso de la iluminación (bodhi), entonces debería ser transmitido. Cuando conocen a la gente cuya comprensión no es la misma que la suya y cuya resolución no está determinada, nunca les demuestren imprudentemente la enseñanza. Si lo hacen, les harán daño y, en cualquier caso, no tendrá ningún valor. Si se encuentran con personas que no comprenden y desprecian esta enseñanza, por cien kalpas, diez mil kalpas, mil vidas, el budismo será destruido por completo". (Yampolsky, 2012)
Hui-neng comienza aquí
diciendo que los que reciben y practican el Dharma son uno con Buda, o sea,
están viviendo desde su naturaleza búdica. La enseñanza súbita es que al
invertir la atención hacia adentro e iluminar la Fuente, nos despertamos a lo
que es nuestra naturaleza original uno con Buda en lo no conceptual de no sé.
Tenemos que cultivar esta iluminación inicial con determinación y cuidado.
Todos los días nos sentamos en el cojín para reforzar nuestra experiencia
directa y consciente con la dulzura quieta de nuestra esencia. Desde allí,
podemos vivir en el mundo en cada momento desde nuestro corazón con compasión y
sabiduría hacia los demás basados en ahimsa, la no violencia y no hacer daño a
nadie. Al mismo tiempo, practicamos la ética de los preceptos expresado en diez
virtudes: 1. Proteger la vida de otros; 2. Ser generosos; 3. Honrar el cuerpo
con disciplina y sexualidad apropiada; 4. Decir la verdad; 5. Usar palabras
respetuosas y consideradas; 6. Hablar bien de los demás; 7. Guardar silencio y
sólo hablar cuando sea necesario; 8. Practicar alegría altruista; 9. Ayudar a
otros; 10. Establecerse en vistas correctas del Dharma. (Tibetan, 2020)
Cuando actuamos y vivimos
así, somos uno con Buda. Iluminación no es un estado de consciencia. Al
contrario, es acción en el mundo como bodhisattvas que ayudan a todos los seres
sintientes liberarse del dukka: irritación, insatisfacción y sufrimiento. Esta
enseñanza no es algo que se transmita con palabras. Hay que experimentarla
directamente en el silencio de nuestra práctica. En este sentido, es una
enseñanza transmitida de maestro a alumna al señalar cómo se debe contemplar,
introspeccionar y despertarse a la Verdad. No es nada fácil. Requiere mucha
determinación y disciplina. Si no puedes creer en ti mismo, si no puedes confiar
en el Buda, Dharma y Sangha, si no puedes soltar tu ambición, tu opinión y tu
miedo, entonces nunca lograrás la liberación.
Además, Hui-neng da una
advertencia contra el proselitismo o el intento convertir a otros al budismo
zen. Si la persona no tiene la determinación, si no está dispuesta a
comprometerse todo, sacrificar todo para conseguir el Dharma y liberarse de las
cadenas de su karma, entonces no sirve para nada tratar de convencerla.
Simplemente no está lista. Sería un desperdicio de tiempo y energía tratar a
convencer y convertirla. Incluso puede ser dañino, puesto que una persona que
no se ha maduro, que no ha terminado el trabajo de conseguir empleo, independizarse
de sus papás, ser capaz de tener una relación afectiva y responsabilizarse por
su conducta, entonces es probable que la persona sea demasiada inestable y la
práctica podría causarle tanto estrés que sufriera un colapso mental. El zen no
es para todos y ciertamente no es para los débiles. Sólo los más determinados,
los más disciplinados y los más fuertes pueden aguantar lo que requiere para
lograr la liberación. Además, estas personas al fallar en su práctica guardarán
tanto desprecio, rencor y desilusión que podrían destruir las enseñas para
generaciones futuras. Así que, no intenten a convencer ni convertir a nadie. En
cambio, si te preguntan primero, si expresan un interés genuino y están
dispuestos a sentarse en silencio por media hora sin moverse, ya están listos a
recibir el Dharma.
33. El Maestro dijo: “Buenos amigos, escuchen. Les predicaré un verso de no forma. Causará la destrucción de los errores de ustedes, gente engañada. También se le llama el verso para destruir los errores. “El verso dice: La persona ignorante practica la búsqueda de la felicidad futura, y no practica la Vía, y dice que practicar la búsqueda de la felicidad futura es la Vía. Aunque espera que la limosna y las ofrendas le traigan una felicidad ilimitada, como antes, en su mente se crean los tres karmas (se crea karma con el pensamiento, la palabra y el cuerpo). Si desean destruir sus errores practicando la búsqueda de la felicidad futura, aunque en una vida futura obtengan esta felicidad, el error seguirá existiendo. Si pueden, en su mente desechar la causa de sus errores, entonces cada uno de ustedes, dentro de su propia naturaleza, se arrepentirá verdaderamente. Si despiertan al Mahayana y se arrepienten de verdad, eliminando el mal y logrando el bien, alcanzarán de verdad la eliminación del error. Si los estudiantes de la Vía se observan bien a sí mismos, serán los mismos que aquellos que ya son despiertos. Estoy causando que se transmita esta Enseñanza Súbita, y quien aspire a aprenderla se convertirá en uno conmigo. Si en el futuro desean buscar su cuerpo original, eliminen las causas malignas de los tres venenos (deseo, aversión e ilusión) de su mente. Trabajen duros para practicar la Vía; no se distraigan. Si gastan su tiempo en vano, pronto perderán toda su vida. Si se encuentran con la enseñanza de la Doctrina Súbita Mahayana, unan las palmas de sus manos con devoción y sinceridad, y esfuércense con determinación por alcanzarla". (Yampolsky, 2012)
En este verso, Hui-neng está enseñando cómo superar los errores que causan karma y sufrimiento. Primero, no practiquen para lograr le felicidad en el futuro. Tal actitud es garantía que no lograrán la iluminación jamás. No practiquen con la ilusión de que los buenos actos de dar limosnas a los pobres o los actos de benevolencia y caridad les va a acumular mérito para beneficiarlos con alegría y felicidad. ¿Para qué sirve comportarse como un santo si en sus mentes siguen generando pensamientos de codicia, odio, celos y preocupación. Es sólo mediante su capacidad de soltar estos pensamientos y ubicarse en el silencio de su verdadera naturaleza antes de lo conceptual que podrán despertarse y vivir en paz y bienestar. Esto requiere ser honesto contigo mismo. Hay que contemplar nuestros errores, arrepentirlos y comprometernos a seguir la Vía de ética y conducta de Buda. Desde el primer momento que pisas el camino de zen estás haciéndote uno con Buda. Todos somos esencialmente uno con Buda como la ola es siempre uno con el océano. No hay nada conseguir o lograr puesto que el futuro no existe y el pasado ya se fue. Despiértate a lo que ya es presente y suelta lo que te obstaculiza, tus ideas y conductas basadas en la codicia, la aversión y la ignorancia. Así que puedes fluir con el Tao, la armonía y el bienestar de nuestra naturaleza búdica.
Bibliografía
Accesado 17 Octubre 2020
https://www.tibetanbuddhistaltar.org/ten-virtues-and-ten-non-virtues/
clásicos asiáticos). Prensa de la Universidad de Columbia: N.Y. Edición de Kindle.
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