CONTEMPLANDO SHUNYATA
Charla Dharma 24/11/13
Rev. Hyonjin Sunim (Ozmo Piedmont, Ph.D.)
Los cuatro elementos (tierra, agua, fuego, y aire) se desvanecen como en un sueño.
Los seis polvos (percepciones), raíces (sentidos), y consciencias son originalmente vacíos.
Para comprender eso, los Budas y los Maestros Ilustres volvieron al lugar de luz:
El sol se pone en las montañas de occidente.
La luna sale al este.
1. Los seis polvos, raíces, y consciencia todos deaparecen. ¿Luego qué?
2. ¿Dónde están el Buda y los Maestros Ilustres?
3. Antes el puesto del sol, antes la salida de la luna - ¿qué?
COMENTARIO: Un hombre único no tiene uso para el Buda. Ve con lucidez y oye con lucidez. Nunca dificulta, nunca aferra, y no apega a nada. Tú, también, simplemente come, simplemente trabaja, simplemente duerme, simplemente hazlo. Entonces todos los Budas se convierten en tus ayudantes. ¡Qué maravilla! (Sahn, 48:39)
Hay tres formas de contemplar Shunyata, o sea, ser consciente y atento al fluir constante de las ideas y sensaciones en la mente sin aferrarse a ninguna. Primero, tienes el hwadu donde te preguntas “¿Qué es Wu?” Puesto que Wu significa la Nada, no-ser, no, o el vacío, efectivamente, estás contemplando Shunyata con la actitud de investigación y enfoque en una enigma no resuelta por ideas o conceptos intelectuales. El preguntarse de esta manera crea una bola de duda en la mente, enfocando la mente, eliminando distracciones, y abriendo la mente a la Realidad, a pesar de que la mente chica sólo puede responder, “No sé.” Seguimos con esta actitud de investigación y perplejidad ante el gran enigma, hasta que la mente se abra por completo, rompiendo la bola de duda en añicos, revelando directamente la Verdad, o sea, La Iluminación.
A veces estamos distraídos durante nuestra práctica por sensacions exteriores o interiores, como el ladrar constante de un perro vecino. Puede ser que por tu enfoque tan intensivo en el hwadu, no te das cuenta del ladrar del perro. No obstante, hay veces que el sonido o sensación te distrae mucho, agitando tu mente chica con enfado y molestia. Cuando esto pasa, puedes usar el método de “contemplación directa” para tranquilizar y calmar la mente. Te adiestras tu mente para que se percibiera directamente justo lo que está frente a ti, usando sólo tus oídos u ojos. El punto principal es no apegarte a ningún pensamiento discriminativo basado en juicios, comparasiones, gustos o disgustos. Hay tres principios relacionados con esta contemplación directa: no etiquetes, no describas, y no compares. Sólo percibe directamente cualquier cosa que surgiera frente a ti simplemente observandola justo como es, sin añadir nada, sin quitar nada, ni eliminar nada, sólo prestando plena atención a lo que es. Esta conscienciación es la clave de todo. Hay que estar consciente, aquí y ahora, percibiendo directamente lo que surgiera en cada momento. Inevitablamente, si sueltas tus preferencias, gustos y disgustos, la sensación revela la verdad como Shunyata, el vacío, puesto que la sensación nunca estaba separada de la Verdad del principio, todo es vacío, impermanente, sin un sí mismo separado e independiente de la totalidad.
Cuando puedes contemplar directamente así, puedes progresar a la contemplación del vació en sí. Contemplación en el sentido común puede significar “reflejar” o “analyzar.” Sin embargo, en Budismo, contemplar el vacío no significa pensar sobre el vacío. Contemplación es sólo una manera no conceptual de percepción, dejando la mente permanecer en un cierto estado. ¿Cuál es la diferencia entre contemplación directa y contemplación del vacío? En contemplación directa se mantiene el enfoque de la mente en el objeto percibido sin desviarse a nada más. Sin conceptos, categorías, o comparasiones presentes, la mente puede percibir el objeto tal como es. Pero mientras que haya un “yo” percibiendo el objeto, no se puede experimentar la Iluminación. En cambio, al contemplar el vacío, la mente aprende como mantener su lucidez sin fijar a ningún objeto de meditación. No dejes que la mente fije en ningúna forma, sonido o idea; no fijes en ningunos acontecimientos o situaciones externos, ni en pensamientos ni ideas. Tanto lo interno como lo externo, no dejes que la mente repose en ningún lado. A pesar de que muchos pensamientos surgieran dentro de la mente o percibieras muchas cosas exteriores, deja que la mente desapegue de todo ello. Distinto de la contemplación directa enfocada en un objeto o sonido, en la contemplación del vacío la mente suelta todo. No dejes que el libre flujo de la mente se atrape por las percepciones. Cuando ves las formas, no dejes que se conviertan en contenidos de la mente; simplemente suéltalas. Es lo mismo con los pensamientos y conceptos internos – suéltalos. Aunque muchas cosas surgieran, simplemente sigues en un estado de no permanecer, soltando todo. Es un proceso continuo de notar y soltar, donde las cosas se presentan a tu atención y luego se esfuman por sí mismos. Si puedes practicar de esta forma bien, es posible rodear la gran masa de duda creada por el hwadu, y todavía experimentar la Iluminación. Así, tenemos tres métodos de contemplación de Shunyata: el hwadu (la pregunta de Wu), la contemplación directa (la atención a un objeto sin etiquetar, describir, ni comparar), y la contemplación del vacío (la plena atención que sigue soltando todo lo que experimentas).
Cuando entiendes Shunyata, comprendes que más allá de la imagen de un yo personal, todo está interconectado, fluyendo, surgiendo de causas y condiciones anteriores, impactando la formación de otras cosas, todo Uno y todo diferente a la vez. Es como la metáfora de las olas de agua. Todo lo ondulado son las olas, aparentamente individuales y múltiples en sus formas, pero todas compuesta por el agua, uniformes en lo mojado. No hay ningúna ola diferente del agua – la ola en sí es la misma revelación del agua; no hay agua diferente de las olas – es el agua en sí que hace las olas. El hecho de que el agua y las olas son uno no impide sus diferencias aparentes como ola y agua; mientras el hecho de que son diferentes no impide que sean uno. Sus diferencias no se obstruyen, entonces experimentar las olas es experimentar el agua. El agua y las olas son diferentes y aún no diferentes, así que “forma es vacío y vacío es toda forma.”
En el mismo sentido, los Sutras dicen que los seres sentibles son ellos mismos manifestaciones de Nirvana, no son puros ni impuros; Nirvana es la naturaleza de los seres sentibles; no es algo separado de ellos a lo que necesitan lograr. Los Tathagatas (Budas) no ven ningún samsara (el mundo de sufrimiento); ni ven Nirvana (el mundo de perfección); Nirvana y samsara no contienen ninguna diferencia en absoluto. Al aferrarnos a ideas de diferencia, puro o impuro, condicionado o incondicionado, entonces sufrimos. Pero cuando se suelta todo concepto, toda idea, toda preferencia, entonces se experimenta Shunyata, la plena atención a este momento preciso como se manifiesta, sin un yo percibiendo, sin un objeto percibido, sin pasado, presente, o futuro. Es este momento preciso, la gota de rocío se desvanece en el océano silencioso de Shunyata.
Bibliografía
Chang, Garma C. C. (1971). The Buddhist Teaching of Totality: The Philosophy of Hwa Yen Buddhism. The Pennsylvania State University Press: University Park and London.
Sahn, Seung. (1992). The Whole World is a Single Flower. Charles E. Tuttle Company, Inc.: Boston, USA.
Yen, Sheng. (2009). Shattering the Great Doubt: The Chan Practice of Huatou. Shambhala: Boston & London.
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