ILUMINACIÓN
SÚBITA, CULTIVO GRADUAL:
Origen
Dependiente y Los Tres Cuerpos de Buddha
Charla Dharma 28/SEP/2014
Rev. Hyonjin Sunim
La sabiduría verdadera de la mente
única es mi cuerpo.
Siempre es clara y aparece
tranquilamente frente a los ojos.
¿Por qué el frío ganso blanco, desde
lo alto en el cielo, llora?
La nieve y la luna son mutuamente brillantes,
iluminando
todo reino humano y celestial.
Kusan Sunim (1901-1983)
En
su libro Buddhist Faith and Sudden
Enlightenment (1983:25-34) el ex-monje/profesor universitario Sung Bae Park
afirma que la fe patriarcal es la condición imprescindible para lograr la
Iluminación súbita, la que afirma “Soy Buddha.” Sin embargo, ¿qué es este
Buddha? No es un dios, un Salvador, ni un ser transcendente. No se basa en una
creencia en la verdad de ciertas escrituras, o en un alma eterna, ni un ego aislado,
separado, o permanente; más bien, “Soy Buddha” significa la experiencia directa
de la realidad de origen dependiente; en la que todo fenómeno es vacío.
En
el Sutra Majjhima-nikaya el Buddha proclamó: Los que ven Origen Dependiente verán el Dharma; y los que ven el Dharma
verán Origen Dependiente (Sutta 28: Vol. 1, pp. 190-1). En cambio, en el Sutra
Samyutta-nikaya el Buddha dijo: Los que
ven el Dharma me verán; los que me ven verán el Dharma (Samyutta 22, 87: Vol.
III, p. 120). Combinando estas dos afirmaciones, entonces se da cuenta de que
en su fondo, el Buddha es el mundo de Origen Dependiente, o sea, la manera en
que todos los fenómenos surgen de condiciones anteriores, los cuales a su vez,
se convierten en las condiciones causantes de otros fenómenos.
Es
la realidad del universo en la que todo está interconectado, todo surge de
condiciones previas, nada tiene una naturaleza independiente de la totalidad, y
todo tiene un impacto en la formación del resto del universo en todo momento. Por esto, todo es vació de una existencia
aislada, independiente, y permanente. Es como un holograma inmenso del cual
cada átomo es indispensable a la creación y mantenimiento del universo entero.
Se entiende que nada se crea independiente de condiciones anteriores, por
tanto, todo depende de algo anterior por su existencia, mientras cada cosa es
la condición dando origen a otros fenómenos formando el universo. Efectivamente, “Soy Buddha” significa que “Soy
Origen Dependiente.” No solo yo como un individuo, sino todo el universo es manifestación
de este proceso de co-origen inter-dependiente. Por tanto, “Soy Buddha” es el
sentido de que soy uno con la esencia universal, la que es el universo entero
manifestándose en cualquier momento, aunque todo es vacío de una realidad
aislada o permanente, todo simplemente es un proceso continuo de condiciones e interconexiones
en movimiento continuo, como el agua en un río.
Cada
vez que cruzamos el mismo río, ¿es el mismo o diferente? Hay que admitir que
aunque se percibe el mismo lecho y ribera del río, el agua siempre está
cambiando, entonces, nunca cruzamos el mismo río dos veces, siempre es
diferente. Igualmente, tú, yo, y el resto del universo es un proceso fluyendo,
cambiándose continuamente. Cada célula en nuestro cuerpo está re-emplazándose
con otras células, mientras aparentamos con caras y cuerpos reconocibles a
otros. Es lo mismo con todo. Los sentidos dicen una cosa, pero considerándolo bien,
entendemos que nada se queda igual, nada es permanente, todo viene de
condiciones anteriores, y todo impacta e influencia otras cosas que surgen
basadas en las condiciones en las que somos partes. Despertarnos al hecho fundamental del universo
que todo es vacío y todo es un aspecto de Origen Dependiente, es lo que
significa en Sanscrito como prajña,
la sabiduría.
Al
darnos cuenta de que todos los fenómenos surgen debido a condiciones anteriores
y a la vez surgen como vacíos, es lo que se entiende como Iluminación Súbita,
la escuela del Budismo Zen procedente de Corea, la que propone que todo fenómeno
(dharma) es originalmente Buddha, lo que se manifiesta mediante origen
dependiente. Puesto
que todo fenómeno es Buddha, incluyendo tú y yo, entonces es posible despertarse
a este hecho en cualquier instante, por tanto, es súbita. Estamos
despertándonos a lo que ya somos, un proceso de origen dependiente vacío de
cualquier yo permanente o separado. En
este sentido, ya soy Buddha.
No
obstante, no se puede reducir al Buddha a un mero proceso fenomenológico. El
Buddha es la esencia y la Fuente de todo más allá del tiempo y el espacio. Se
puede decir que Buddha es lo que no nace, no muere, no depende en nada, y es la
Fuente del cual todo se manifiesta mientras no está afectada por nada. Existe y
no existe a la vez, puesto que no se puede reducirlo a ninguna cosa fija o
dependiente, no tiene comienzo ni fin, pero tampoco es aniquilación total. Simplemente,
Buddha es la esencia original, dando forma a todo, y a lo que todo regresa, y que
nunca está condicionado por la forma manifestándose. Buddha
es lo No-Condicionado del cual todo lo condicionado se manifiesta.
De
hecho, es importante recordar que todos poseemos esta Esencia, o más bien, la
Naturaleza Búdica, y es por esto que podemos lograr la Iluminación súbita en
cualquier momento. Sin embargo, nuestra percepción de esta Naturaleza universal
está condicionada por origen dependiente, y por esto practicamos, cultivando
nuestra experiencia original de Iluminación Súbita, purificando nuestro karma,
y eliminando las kleshas, para que poco a poco, se experimenta claramente, con
completa lucidez, la Naturaleza sin impedimento, libre de cualquier impureza,
conocido como La Gran Iluminación Final. Esto explica por qué se notan
diferencias entre personas, no porque son diferentes en cuanto a su naturaleza
universal, sino porque son en diferentes etapas de su práctica espiritual.
Nuestra propia Naturaleza es la causa principal que nos convierte en
Tathagatas, lo que quiere decir, la perfecta expresión de budeidad en la vida
cotidiana. Puesto que desde el momento en que nos despertamos a nuestra
naturaleza innata, somos Buddhas, o seres iluminados, sin embargo, no es el
punto final, puesto que todavía requiere práctica y cultivo para que esta luz brille
sin obstáculo en todo momento de nuestras vidas cotidianas, lo que trae más y
más felicidad basada en tres aspectos de esta naturaleza, lo que se conocen como
los tres cuerpos del Buddha.
En
la escuela budista de Yogachara, se describe el primer cuerpo de Buddha como el
Dharmakaya, lo que significa su cuerpo eterno de Verdad, la esencia en sí, la
mente búdica, lo que es la vacuidad de Shunyata, lo universal y básico de todo
ser, aunque demasiado remoto y abstracto para experimentar inicialmente. En
cambio, el cuerpo físico del Buddha Shakyamuni se llama el Nairmanakaya, su
cuerpo ordinario que sufre cambios, karma, impermanencia, y es resultado del
origen dependiente. El tercer cuerpo del Buddha es un intermediario entre los
otros dos cuerpos, conocido como el Sambhogika-caya, su cuerpo de completo
gozo, del cual hay dos aspectos: uno el gozo del Buddha mismo disfrutando su propia
Iluminación y segundo el gozo que otros experimentan al escuchar sus charlas sobre
el Dharma. Este cuerpo de completo gozo materializa lo Absoluto mientras que
transciende lo condicionado, y es un puente entre los otros dos cuerpos del
Buddha: el cuerpo de Verdad Esencial y el cuerpo físico. Cuando nos despertamos
a la Esencia Universal, disfrutamos la Iluminación en el cuerpo del completo
gozo, el Sambhogika-caya. Durante la Iluminación súbita, lo que se despierta a
la esencia en medio de las impurezas es la Iluminación Original, mientras que
la materialización física de esta Iluminación en la vida cotidiana mediante el
cultivo y la práctica es experimentar el cuerpo de completo gozo de Buddha.
Es
como decir, nosotros como practicantes podemos esforzarnos en no sólo entender
la esencia fundamental del universo, sino además gozar la manifestación más y
más concreta, pura, y sin obstáculo en nuestras propias vidas, disfrutando en
nuestro cuerpo físico la esencia universal. Por esto practicamos, cultivando la
súbita Iluminación original cuando se da cuenta inicialmente de que somos todos
Buddhas hasta que podemos disfrutar el completo gozo de la Gran Iluminación,
cuando por fin se han eliminado todas las impurezas y la Esencia brilla en
nuestras vidas con amor, compasión y sabiduría. No son dos Iluminaciones, sino
una Iluminación única con y sin obstáculos, experimentada originalmente como la
mente calma lúcida y luego efectivamente el gozo profundo sin fin.
Bibliografía
Park, Sung Bae. (1983). Buddhist Faith and Sudden
Enlightenment. State University of New York Press: Albany, N.Y.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.