ZEN ES SUSTANCIA UNIVERSAL
FUNCIONANDO EN EL MUNDO
Charla
Dharma 14/SEP/2014
Rev. Hyonjin
Sunim
“Estudiantes, tengan cuidado no decir
que la meditación cause la sabiduría, o la sabiduría cause la meditación o que
la meditación y la sabiduría sean diferentes la una de la otra.”
(Verso 13:
Sutra del Estrado)
Temiendo que este monje
general le iba a matar, Hui-neng le entrega la túnica. Pero, cosa rara, la
rechaza, diciéndole que sólo buscaba el Dharma. Al transmitirle el Dharma, el monje general se
ilumina al instante. Luego, Hui-neng le envía al norte para que les enseñara a
otros. Ya el maestro comienza a transmitirnos el Dharma:
Verso 12: “Buenos
amigos, las personas mismas de este mundo poseen la iluminación (bodhi) y la
sabiduría intuitiva (prajña). Sin embargo, simplemente por engañarse la mente, no
pueden lograr a despertarse. Deben
buscar un buen maestro mostrarles como percibir sus propias naturalezas. Buenos
amigos, si se encuentran con el despertar, se lograrán la sabiduría del Buddha…
La Naturaleza Búdica ya reside en
nosotros como nuestro verdadero ser, lo que es eterno, puro, y sabio. Esta luz
de la consciencia brilla en cada momento. Incluso cuando surgen las kleshas de
codicia, frustración, e indiferencia, la luz brilla. Es sólo que estas
tendencias obstaculizan nuestra plena percepción de esta Naturaleza, o sea, la
mente pura original. No hay otra mente. No hay otra consciencia. Se puede prestar
atención a lo que obstaculiza la mente, y así, el obstáculo se desvanece por sí
mismo.
La
práctica de meditación es la experiencia directa a la mente original cuando no
está agitada por las kleshas. No obstante, hay cierta confusión en cuanto a
esta experiencia de meditación como si fuera distinta a la sabiduría. No se
medita a lograr la sabiduría, o sea, la Iluminación, en el futuro. Esta
separación dualista es un auto-engaño. Hui-neng explica:
Verso 13: “Nunca bajo
ninguna circunstancia digan erróneamente que la meditación y la sabiduría sean
diferentes; son una unidad, no dos cosas. La meditación misma es la sustancia de sabiduría; la sabiduría
misma es la función de la meditación…
Es como decir que nuestra esencia
fundamental funciona en el mundo como sabiduría intuitiva activamente aliviando
el sufrimiento en el mundo. Y esta acción funcionando en el mundo sólo ocurre
como expresión de esta esencia fundamental. O mejor dicho, uno no causa el
otro, más bien, son dos aspectos de lo mismo, esencia trascendente, eterna, más
allá de forma, y esencia activa en el mundo de dualidad y forma funcionando
aliviar el sufrimiento aparente de todos los seres sentibles.
“Justo el momento cuando hay
sabiduría, entonces la meditación existe en la sabiduría. Justo en el momento
cuando hay meditación, entonces la sabiduría existe en la meditación. Buenos
amigos, esto significa que la meditación y la sabiduría son tal para cual…
Cuando nos sentamos en meditación,
justo allí es un Buddha manifestándose. El mero acto de sentarnos la primera
vez estamos dando expresión a nuestra Naturaleza Búdica. Son Buddhas que se
sientan en meditación. Incluso el Buddha mismo toda su vida terrenal, y se
supone todos los Buddhas en todas las dimensiones, siempre se sientan en
meditación. Es lo que se diferencia un Buddha de un ser sentible, el cual es un
Buddha que no sabe que sea un Buddha, mientras un Buddha es un ser sentible que
sabe que es un Buddha.
“Estudiantes, tengan cuidado no decir
que la meditación cause la sabiduría, o la sabiduría cause la meditación o que
la meditación y la sabiduría sean diferentes la una de la otra. Mantener este
punto de vista implica que las cosas tuvieran dualidad – si se habla lo justo
mientras que la mente no está justa, la meditación y la sabiduría no serán
iguales. Si la mente y el habla son las dos justas, entonces lo interno y lo
externo son iguales y la meditación y la sabiduría son iguales…
Es como decir que nuestra práctica es
aprender a ser congruentes con la sustancia inherente en nosotros. Nos sentamos
en meditación, dándonos cuenta del equilibrio y armonía de la mente calma
lúcida no-discriminativa, la sustancia en sí. Esta sustancia es perfecta como
es precisamente en este momento como es. Nuestra capacidad de vivir en este
momento, sin prejuicios, comparaciones, o apegos, la mente original
espontáneamente funciona en actos de compasión y benevolencia, puesto que el
sufrimiento de otros es nuestro propio sufrimiento, el que entendemos no es
real, puesto que está causada por ignorancia. La gente no es mala, sólo
distraída de su verdadero ser de Sustancia universal. Por consiguiente,
trabajamos aliviando el sufrimiento de todos basado en su ignorancia del
Dharma, o sea, la verdad de su verdadera unicidad con la Sustancia.
Es como la mano en
relación con el resto del cuerpo, la cual funciona perfectamente como mano, sin
intentar de funcionar como un riñón. Los dos son diferentes mientras funcionan
en su diferencia como uno, un cuerpo íntimamente interrelacionados como un
cuerpo entero. Se dependen el uno con el otro para que todo funciona bien. La
mano como mano, el riñón como riñón, los dos partes del cuerpo único. Al mismo
tiempo, si se lastima uno o el otro, lo cuidamos lo mejor posible, puesto que
el daño a uno daña el bienestar de todo el conjunto del cuerpo. Si una parte
sufre, todo sufre. Igualmente, si un ser sentible sufre en el universo, todos
sufrimos juntos con él. En cambio, cada paso que hacemos en nuestro despertar,
es un paso adelante en la Iluminación de todos los seres sentibles del
universo.
“La práctica de despertarse no reside
en argumentos verbales. Si discuten cuál viene primera, la meditación o la
sabiduría, están engañándose. No podrán
resolver el argumento y en vez de sellar la disputa, se aferrarán a cosas
objetivas y (por consiguiente) jamás
escaparán los cuatro estados de fenómenos.”
De hecho, todos los pensamientos pertenecen
a la creencia falsa del ego y su karma. En sí, son vacíos, no son cosas en sí.
Es sólo que nos aferramos a estos pensamientos como algo real, tangible,
permanente, y verdad. Pero mediante nuestra práctica, aprendemos a re-dirigir
nuestra atención a la Verdad, el Dharma de quienes somos, esta sustancia
búdica. Palabras normalmente son expresiones de patrones kármicos adquiridos en
esta vida y vidas anteriores, hábitos mentales formados como reacciones a
condiciones basados en la creencia de proteger y defender un ego inexistente. Mientras
que justificamos estas reacciones ignorantes, sufrimos. No obstante, cuando
soltamos estas creencias falsas en un ego permanente y separado, nos liberamos
del sufrimiento. Esta es la primera enseñanza del Buddha después de su
Iluminación, luego de darse cuenta que sufrimos por desear conseguir o eliminar
algo para satisfacer una idea falso de como somos. Buddha enseñó así las Cuatro
Verdades Nobles:
1. La vida es sufrimiento.
2. El sufrimiento se basa en el deseo.
3. Al eliminar el deseo, se elimina el sufrimiento.
4. Se elimina el deseo mediante el Sendero Óctuple (o sea, la
práctica de meditación y ética basada en la verdad del Dharma)
Es como decir, cuando nos apegamos a
una idea de que algo exterior me va a traerme felicidad, entonces vivimos una
mentira ilusoria. Pero cuando soltamos esta idea, cuando dejamos de buscar la
felicidad fuera de nosotros, cuando no volteamos adentro rastreando la luz de
la consciencia a su Fuente, a la Esencia Búdica, entonces no faltamos nada,
puesto que todo es uno, y nunca estábamos separados de Ello, lo que nos lleva
al hwadu, “¿Qué es Esto?” “¿Qué es Ello que no está sujeto a los cuatro estados
de fenómenos transitorios como al nacimiento, la existencia, el cambio o la
muerte?” La respuesta no reside en otra idea o pensamiento dualista y racional.
Al soltar las ideas, el ego ya se rinde, aceptando su ignorancia y rindiéndose
a Esto que no tiene nombre ni forma. Este “no lo sé” es la puerta al
Desconocido, la Esencia de nuestra naturaleza búdica inherente. Nos despertamos a la percepción de que no
faltamos nada, no somos esta mente discriminativa, que toda búsqueda para algo
ubicado en el futuro es un auto-engaño manteniendo la ignorancia y el
sufrimiento. Ya, soltando las creencias falsas, somos libres para funcionar en
el mundo, tanto actuando con el cuerpo como comunicando con la mente racional,
como expresiones directas de nuestra Esencia. Y como Hui-neng de nuestra
historia, podemos vivir en paz y plenitud en cualquier lugar, sirviendo a
despertar incluso los más rudos y agresivos con nuestra mera presencia y
palabras sabias.
Bibliografía
Yampolsky, Philip B (2012). The Platform Sutra of the Sixth Patriarch. Columbia University Press:
New York.
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