EL FOCO DE LA MENTE ZEN
Charla
Dharma 01/MAR/2015
Rev. Dr.
Hyonjin Prajna
Cambio continuo es la Vía del Zen, la
que transciende todo nombre y etiqueta. Toda forma en el universo es la Esencia
vacía, es Buddha, y toda forma tiene su función en el mundo. Cuando descubres
esta Vía, ya eres Buddha. Si seguimos la Vía que Buddha enseñó, el Sendero
Óctuple, podemos proceder inteligentemente y con fe basada en nuestra
naturaleza verdadera. La palabra “inteligentemente” refiere aquí a nuestra
capacidad de ofrecer todo a nuestro verdadero sí-mismo, soltando todo lo que
obstaculiza nuestra luz interior, como un foco transparente, y no dejar que
nada nos moleste.
Cuando Buddha levantó una flor de
loto frente a la asamblea, sólo Kassapa lo entendió, respondiendo con una
sonrisa. Sonrió porque su mente se había vuelta uno con el Buddha. Esto fue la
primera enseñanza zen. Zen es una transmisión fuera de las sutras. Con este
sencillo gesto, el Buddha estaba expresando…les
transmito la Verdad, la iluminación que no es iluminación, el vacío del
Absoluto. Entender el Dharma es más allá de conceptos e ideas, es una
práctica basada en la fe de que “soy Buddha”. Hay que vivir esta Verdad,
soltando todo lo que la obstaculiza.
Por ejemplo, somos como un foco.
Normalmente la gente sólo percibe su luz cuando se prende el switch. No
percatan de dónde viene la luz del foco. Somos así, sólo vemos la consecuencia
de luz, la consciencia brillando en nuestras vidas, iluminando nuestra
percepción del mundo a nuestro alrededor. No vemos de dónde viene toda esta luz
en nosotros. Como el foco, viene de la electricidad surgiendo de su fuente, la
planta eléctrica. Aunque no se ve la electricidad que viene y va, sabemos que
está allí por el efecto de luz. Nosotros tampoco vemos el origen de nuestra
consciencia y nuestra vida. Todo viene de la Fuente en sí, y esta Fuente es
Buddha. A pesar de no ver la Fuente, se ve su efecto en todo, en la energía de
vida, en las formas de plantas, criaturas, mares, tierras, estrellas, y
universos. Todo es debido a esta Fuente. Cuando entiendes cómo funciona el
foco, puedes manejar mejor el uso de la electricidad. Cuando entiendes tu vida,
puedes manejar mejor el uso de la energía vital.
En cambio, cuando encubres el foco
con una pantalla, una tela o obstáculo, el foco no brilla tanto como antes.
Igual con nosotros, cuando cubrimos la mente con pantallas de emociones
fuertes, como las impurezas de codicia, ira, miedo, y frustración, o con
sustancias nocivas, como alcohol, drogas, carne, comida chatarra, e incluso con
imágenes de violencia, lujuria, abuso, en la tele, la computadora, o el cine,
pues estamos nublando nuestra propia mente para que no brille tanto, quedándose
opaca, torpe, melancólica, y triste. Así que tenemos el precepto “No nublen la
mente.” Cuando se nubla la mente, todo se vuelve más pesado, más oscuro, más
difícil llevar a cabo nuestros quehaceres y responsabilidades de la vida.
Aunque la experiencia momentánea de estas impurezas sea estimulante, a largo
plazo, nos obstaculizan la luz interior, y no radiamos con claridad la Esencia
inherente. Pero no hay nadie juzgándote o vigilándote. Tú eliges vivir creando
tu propio sufrimiento o no. Si soltamos
la adicción a estos estados mentales o físicos, podemos alcanzar el momento del
cual el universo estalla dentro de nosotros y nos despertamos a la plena realización
de que somos pura Esencia.
Libérate del mundo de sufrimiento.
Despiértate a la perfección de este momento. Suelta lo que te perjudica,
ofreciéndolo todo al Absoluto, para que tu vida brille con la luz interior de
tu propia consciencia. Al despertarnos a esta luz, todo lo que hemos aprendido
desde la infancia hasta ahora, todo el conocimiento recibido de la escuela, las
familias, la sociedad, el trabajo, toda esta información ya no es una fuga ni
carga pesada, sino se vuelve el combustible de nuestra planta eléctrica,
transformándolo en una forma más pura y eficaz, puesto que ya nos damos cuenta
de que todo lo que hemos aprendido es fundamentalmente esta Esencia funcionando
en el mundo. Ya esta energía no es destructiva. Ya se puede usarla por el bien
del mundo como bodhisattvas apoyando y liberando otros de su sufrimiento.
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