ZEN: RECONECTAR A LO QUE NUNCA SE FUE
Charla
Dharma 08/MAR/2015
Rev. Dr.
Hyonjin Prajna
Muchas me
preguntan si zen es una religión o no.
La palabra “religión” viene del Latín “ligare” del siglo 12 y significa atar o amarrar, por tanto, “re-ligare” sería re-atar, o sea,
conectar de nuevo con algo. Luego en el antiguo francés se desarrolló otro
sentido de la palabra religión, incorporando el sentido de piedad o devoción.
Basado en estas definiciones...podríamos considerar zen una religión conectándonos
de nuevo con algo, el Absoluto, lo que nos despierta una devoción a un cultivo
continuo de práctica. Pero a la vez, zen no es una religión como otras
religiones tradicionales. En otras religiones, la gente cree en un ser supremo
separado, afuera y lejos de sí misma.
Por esto ciegamente siguen un imagen, nombre, o persona específica,
pidiendo este Ser algún favor o deseo. Esta idea de re-conectar con lo que se
perdió por ser expulsados de un paraíso anterior, no entra en el zen, y por
eso, no es una religión, porque, de hecho, nunca estábamos desconectados ni
separados de la Verdad.
Zen es una
práctica no-dual, no dos. Siempre éramos y siempre somos uno con Aquello, que
siempre estuvo allí. Sólo nuestros pensamientos e ideas obstaculizan lo que es
nuestra verdadera Esencia, la mente Fundamental. Por ignorancia creemos que
estamos separados, pero esto es sólo una ilusión, una idea errónea que nos
mantiene en samsara, o una forma de percibir nuestro mundo basado en
ignorancia, creando nuestro propio sufrimiento. En vez de re-conseguir algo
perdido, simplemente nos despertamos a la realidad evidente en este mismo
instante, de que somos uno con el Absoluto en nuestra verdadera Esencia. Somos
Buddhas todos. No hay nada conseguir, simplemente dejar de aferrar y creer en
una idea vacía, la creencia de un yo que no existe como algo separado, limitado,
aislado, o permanente.
Entonces,
zen no es una religión en el sentido tradicional, tampoco es simplemente el
nombre de cierto grupo u organización. Es una práctica, un conjunto de enseñanzas
y recomendaciones originalmente hechas por el Buddha Shakyamuni, llamado
buddha-dharma, señalando una Vía de ética, equilibrio, y auto-descubrimiento,
lo que revela algo siempre presente, la verdad de tu propio ser. Buddha enseñó
que el camino a la Verdad se encuentra dentro de nosotros, diciendo, Descubre tu mente fundamental, y así, puedes
perfectamente con cualquier situación que surgiera, dejándote experimentar una
vida que de verdad vale la pena. Así,
libérate para siempre del karma cíclico de renacimiento y muerte,
transcendiendo tiempo y lugar, y realizando la verdad del universo.
En vez de la
palabra “Budismo,” los coreanos usan la palabra “Bulgyo.”[i]
La primera sílaba, bul, significa el
fundamento y fuente eterno de la vida, por medio del cual todo está
interconectado. Debido a este fundamente esencial, hemos podido evolucionar
hasta el nivel de seres humanos y seguir desarrollándonos hasta que nos volviéramos
buddhas plenamente despiertos, totalmente realizados. La segunda sílaba, gyo, significa palabras y enseñanzas
sobre verdad y vida. Gyo no se trata
tanto de información intelectual de libros y conceptos, sino una especie de
enseñanzas que una mamá y un papá darían a su familia, compartiendo su
sabiduría y experiencias de vida con sus hijas e hijos. Por tanto, Bulgyo
abarca todas las enseñanzas de cómo vivir en el mundo basado en la verdad de
nuestra Esencia. Es una sabiduría pragmática, un conjunto de guías y
recomendaciones facilitando una vida de armonía y equilibrio, condiciones que
fomentan el libre despertar a la Realidad Suprema que este momento es perfecto
justo como es, no falta nada, todo es Uno, todo conectado, en fin, Nirvana.
Es
importante entender que tu mente fundamental está directamente conectada a la
mente fundamental del Universo, la cual no tiene una forma fija. Sin embargo,
esta Mente puede manifestarse como cualquier forma. Todo surge de y vuelve a
esta Mente. Cuando hablas, tus palabras entran y se absorben en mi mente
fundamental. Igualmente, cuando hablo, mis palabras entran y se absorben en tu
mente. Pero es la misma mente Fundamental. Por esto, podemos entendernos desde
un nivel profundo, puesto que “entender” es cuando todas las palabras o ideas
vuelven a su origen, la Esencia de la Mente Fundamental. Las palabras e ideas
se vuelven Dharma, revelando la verdad de su origen como nuestra naturaleza
fundamental, eliminando la ilusión de separación del ego. En vez de crear
obstáculos, como las kleshas de codicia, miedo, frustración, y delirio, las
palabras e ideas pueden revelar Esencia, funcionando como vehículos de paz,
armonía y solidaridad en el mundo, puesto que todo lo que oímos y percibimos es
testimonio de la Verdad, el Dharma de que somos todos la Naturaleza Búdica, y
estamos volviendo siempre a este punto de origen fundamental. Así, volviendo a
este punto, nos damos cuenta una y otra vez, que somos Buddha. Ya las palabras
e ideas no dejan huella o rastro, no crean obstáculo de mentira, ilusión, o
sufrimiento, porque ya están señalando la Vía al Absoluto, lo que siempre es presente,
aquí y ahora, como nuestra propia naturaleza esencial.
Cuando las
palabras expresan esta verdad fundamental, es Dharma, otorgándonos apoyo e
inspiración y animándonos seguir la práctica por el Camino del Buddha. Por eso,
es bueno compartir tu experiencia y sabiduría con otros miembros de la sangha.
Cuando haces una pregunta durante las charlas dharmas, probablemente, varias
otras personas tengan la misma pregunta pero son demasiado tímidas para expresarla.
Hay muchas oportunidades para preguntar y compartir nuestra sabiduría colectiva
con otros: en los momentos sociales que surgen durante o después de las
charlas, talleres, reuniones y festivales de nuestra comunidad. Así, junto con
nuestras entrevistas particulares con el maestro, es una parte imprescindible
de nuestra práctica y un gran apoyo. Cuando hacen preguntas desde su mente
fundamental, otros pueden absorber las palabras y preguntas, respondiendo también
desde su mente fundamental, aclarando las dudas y revelando dónde seguimos
apegados a ideas y conceptos ilusorios, liberándolas de samsara. Así, Buddha
nos habla mediante nuestras bocas y mentes.
Cada idea o
concepto ilusorio es como una consciencia atrapada dentro de nosotros. Estas
consciencias no tienen volición propia. Están atrapadas por apego al yo de la
mente chica. Estas consciencias se liberan, se desvanecen, cuando no las damos
nuestra energía, cuando no las consideramos como cosas reales e inevitables
controlándonos. Son de hecho vacías de una forma permanente e individual. Cuando
las ofrecemos al Absoluto, pueden regresar a su verdadero origen, la Esencia,
convirtiendo su sufrimiento de samsara en la alegría y la dicha ilimitada de
Nirvana.
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