ATENTO A ATENCIÓN
Charla Dharma 17/MAYO/2015
Rev. Dr. Hyonjin Prajna
見 KEN (ver, percibir)
性 SHO (naturaleza)
KENSHO
Percibir
tu verdadera identidad y volver a la fuente del orden cósmico.
Cuando
prestamos atención a la atención misma antes del pensar, nos revela la mente
verdadera del kensho. El maestro coreano Chinul, del siglo 12, nos afirma que
la mente libre de su encanto con los pensamientos es igual a la esencia de
Budeidad. Sin embargo, comprensión intelectual de este hecho no es suficiente
para llegar a la realización de kensho, o sea, la experiencia directa de la
mente como esencia. Hay que tener comprensión en combinación con fe para despertarnos
a la verdad. Para Chinul, no es posible lograr la Iluminación en algún momento
del futuro como consecuencia de una práctica especial, ya que la Iluminación no
puede ser la consecuencia de ninguna causa. Esto sería limitarla al tiempo y el
espacio, y por lo tanto, un aspecto de samsara y la impermanencia. La
experiencia directa de la Esencia Fundamental revela lo que siempre es, sin
comienzo ni fin. Simplemente es la fe de que nuestra verdadera naturaleza es
originalmente Buda, la cual es completa y perfecta en cada individuo como la
sustancia sutil de nirvana. No se puede encontrarla en ningún otro lado, puesto
que siempre ha sido presente aquí y ahora. Es sólo que seguimos distraídos de su
realidad por el apego a nuestros pensamientos y estados emocionales, las
kleshas de codicia, frustración, y delirio. Chinul advirtió que, sin fe,
Nirvana sería tan lejos como la tierra del cielo. En cambio, la fe en
combinación con la comprensión, junto con la absorción meditativa de samadhi,
revela la mente verdadera de nuestra Esencia en la experiencia de kensho. De
hecho, su práctica es bien sencilla.
¿Qué soy? Esta pregunta es la base de nuestra práctica, la
que corta los pensamientos, permitiendo la fe y la comprensión manifestar el
efecto zen, el kensho. Por medio de este hwadu, descubrimos lo que es la mente
verdadera: la atención en sí. Es decir, la mente esencial de Buda es la
consciencia antes de los pensamientos. Lo que estamos aprendiendo hacer es
prestar atención a la atención misma. Por esto, practicamos atención presente
en todo momento. Estamos despertándonos a lo que siempre está presente, atentos
a la consciencia funcionando aquí y ahora, la que percibe cuando no estamos
aferrados a los hábitos y patrones de pensamientos kármicos. La atención, antes
del objeto, antes del pensamiento como resultado, es la mente búdica. Es
inherentemente libre y compasiva. Pero la atención pura no puede ser un objeto
de percepción. Es la mente presente despierta a sí misma, la Fuente de todo. Se
la experimenta como la calma lucidez en este mismo momento. El momento que
tratamos de conceptualizarlo con una idea racional, ya estamos perdidos en
samsara, dualidad, y sufrimiento. Por eso, simplemente darte cuenta de cuando
no hay nada obstaculizando la mente es entonces ubicarte en la mente verdadera.
Si no hay nada obstaculizando la mente, entonces es vacía. No hay nada
aferrarse. No hay idea ni estado mental, nada lograr ni nada a eliminar. Es la
atención atenta a sí misma, la que es inherentemente calma, lúcida, y en
equilibrio.
¿Cuál es el nombre verdadero de aquel sin nombre? Se ven
muchos nombres describiéndolo en las varias escuelas del Budismo: fundamento,
despertar, universo, talidad, Nirvana, Ser-tal-como-es, Naturaleza, Buda,
incluso atención y mente. Pero todos son nombres, y por tanto, ideas
obstaculizando la directa experiencia de Aquello. Zen prefiere eliminar todo
nombre y etiqueta, usando tales expresiones como no-mente, no-yo, o vacío. Pero
son nombres también. Hay que soltar todo nombre, todo concepto, para
experimentar el vacío verdadero, la que ni es vacío ni forma, la que es antes
de cualquier concepto, el punto de 180° en el círculo zen de Seung Sahn. Mientras percatamos lo que siempre es
presente, la atención en sí, los pensamientos no pueden obstaculizarla. Hay pensamientos surgiendo, perdurando unos
segundos, y desapareciendo, re-emplazados con otros pensamientos. Pensamientos
son una construcción de la mente chica, aspectos de karma. Por esto,
practicamos la Triple AAA.
La triple AAA es un medio hábil para soltar nuestra
fascinación con los pensamientos y sus estados emocionales acompañándolos. La
Triple AAA significa abstener, atender, aprender. ¿Cómo poner estos 3 pasos en
práctica? Primero, presta atención a cualquier agitación, como tensión corporal
o mental presentes en el cuerpo, incluyendo deseo, frustración, enojo, impaciencia,
preferencias o críticas fuertes. ¿Qué hacer con ellas? Pues, nada. Resistir la
tentación de actuar basado en el sentimiento asociado con la agitación, es como
decir, abstenerse de actuar, sin hacer o comentar mientras que la sensación de
agitación o emoción fuerte está presente. Paso dos, presta atención presente,
nuestra verdadera mente de buda, a la idea o sensación sin moverse, o sea,
atender a la idea o emoción hasta que desaparezca. Esto puede tardar unos pocos
segundos, días, o meses, dependiendo en tu karma y hábitos de apego. Aceptar
que cualquier respuesta o acción basada en la influencia del pensamiento o
estado emocional va a ser una distorsión, causando más karma y sufrimiento.
Resiste la mente chica justificándose. Cuando por fin todo desaparece, cuando
hay sólo mente calma y lúcida, se puede preguntar a tu esencia, la mente
verdadera de buda, “¿Qué es bueno hacer?”, buscando la función correcta de un
bodhisattva intentando aliviar sufrimiento y servir a la liberación de todos
los seres sentientes. Puede ser apropiado hacer o decir algo para aclarar,
apoyar, o limitar algo dañino. Pero igualmente puede ser apropiado no hacer
nada, puesto que no hay nada para conseguir o cambiar. Todo está bien sin
interferir más. Cuando recibimos la intuición de nuestra mente verdadera de lo
que es bueno hacer o no hacer, nos rendimos a estos consejos, dándonos 100% al
plan de acción. Después de todo esto, se toma un momento para considerar lo que
hayamos aprendido, la tercer A de aprender, percatando lo que salió bien y lo
que se puede perfeccionar la próxima vez este tipo de situación kármica se
presentara de nuevo. Aplicando este método, nos liberamos a nuestras
tendencias, patrones, y hábitos mentales las que nos causan descontento,
sufrimiento, y karma difícil.
Al eliminar los obstáculos a la
experiencia directa de la mente verdadera, lo que se revela es lo que no está
condicionado de nada, lo que no depende en nada, experimentado como la paz y
alegría inherentes de nuestra mente verdadera de Buda. Pero no es suficiente
sólo darnos cuenta de esta mente. Chinul
distingue entre substancia y función como un armazón pragmático de percepción,
comprensión, y acción, ayudándonos evitar la confusión entre productos de la
mente, tales como ideas y sensaciones, con la naturaleza esencial de la mente
misma. Esto es imprescindible para la realización experiencial de kensho.
Cuando los textos zen hablan de vacuidad, ecuanimidad, pureza, y espacio, están
haciendo referencia a substancia, la naturaleza no-conceptual, no-emocional del
“cuerpo” de la mente verdadera, las cualidades de atención guiándonos hacia la
experiencia directa de kensho, revelando lo que no tiene comienzo ni fin, ni
existe ni no existe, no mueve, y es profundamente quieto y eterno. En cambio,
cuando los textos hablan de la compasión del bodhisattva trabajando para la
liberación de todos los seres sentientes del sufrimiento, están haciendo
referencia a la función de sustancia en acción. Básicamente, todas las
actividades en todos los tiempos son manifestaciones de la función de la mente
verdadera. Las personas ordinarias sólo
piensan que están vistiéndose cuando se visten; y sólo piensan que están
comiendo cuando comen; sólo operan conformes a las apariencias. Pero en
realidad, la mente universal es lo que funciona en todo momento, lo que surge y
actúa en el mundo. En los ojos, es lo que ve; en los oídos es lo que oye, en la
nariz es lo que huele; en la boca es lo que habla; en la mano es lo que agarre;
en los pies es lo que camina. Los que entienden esto lo llaman naturaleza
búdica; los que no lo conocen lo llaman alma. La función emerge de la
sustancia. Otra forma de diferenciar sustancia de función es la metáfora del
océano con las olas. Lo mojado del agua es sustancia, y las olas del agua son
su función. Son indivisibles y diferentes a la vez.
Un
maestro zen una vez dijo: “La mente verdadera se adapta a toda situación; su
origen es bien escondido. Si puedes reconocer naturaleza esencial mientras
estás fluyendo con el corriente, no hay ni celebración ni tristeza.” Es decir
que estamos aprendiendo ecuanimidad, rindiéndonos en cada momento a la
sustancia primordial funcionando por medio de nuestros cuerpos y personalidades
en armonía y por el bien del mundo. Cuando no nos aferramos a nuestras ideas y
pensamientos, cuando fluimos con todo en un equilibrio natural y tranquilo,
entonces somos uno con nuestra verdadera mente, y nuestra función es correcta,
como expresión de nuestro buda fundamental, lo cual nos libera del sufrimiento
y nos trae paz y bienestar.
Bibliografía
Cleary, Thomas. (1997). Kensho: The Heart of Zen. Shambhala:
Boston and London.
Su generosidad beneficia a todos. Gracias.
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