FLORES DE
CEREZO
Charla Dharma 27/MAR/2016
Rev. Dr. Hyonjin Prajna
Una
monja llamada Rengetsu, estaba realizando una peregrinación cuando llegó a un
pueblo pequeño buscando refugio para la noche. Había sido un largo y difícil
camino y estaba muy cansada. Ella fue de puerta en puerta pidiendo un lugar
para alojarse, pero nadie la dejó entrar.
Ya
se ponía el sol y estaba oscureciendo más y más cada minuto, así que terminó
entonces acostándose debajo de un cerezo. En medio de la noche se despertó para
descubrir que el cerezo estaba en plena floración bajo una hermosa luna
plateada. ¡La imagen era asombrosa! Maravillada por esta belleza inesperada, se
volvió hacia el pueblo, inclinó la cabeza, y pronunció esta oración de
gratitud:
Por medio de su amabilidad al negarme alojamiento,
Me encontré debajo de las hermosas flores
en la noche de la luna brumosa.
Esta historia nos enseña sobre la importancia del
desapego y nuestra capacidad de fluir con el mundo tal como es. Si se aprende
vivir así, el mundo está repleto de bendiciones sin fin. Me acuerdo de tantas
veces lo que percibí como un fracaso, de hecho, llegó a ser el comienzo de algo
mejor en mi vida, como si algo estuviera guiándome en ciertas direcciones, las
cuales nunca habría decidido hacer por mi propia cuenta si el fracaso no
hubiera ocurrido. Por ejemplo, cuando cerró mi empleo como profesor de filosofía,
fue el momento justo para abrir la nueva puerta de estudios en el seminario
budista, poniéndome en camino a ser un sacerdote zen, y llegando a ser la
realización de un sueño de volverme un monje, lo cual está planeado para este
verano, donde recibiré ordenación como monje en nuestro linaje de zen con el
Orden de Cinco Montañas. Por esto, puedo decir al universo, gracias por quitarme
mi empleo como profesor académico, porque me dieron el empujón que yo
necesitaba para perseguir un proyecto mucho más significativo, lo de dedicarme
al servicio de otros mediante la tradición espiritual de zen. Como
consecuencia, no podría ser más feliz. Cada día doy gracias por tener otra
oportunidad de servir, reuniéndome con gente sincera en su búsqueda espiritual,
aclarando sus dudas y contestando sus preguntas en cómo vivir una vida más
satisfactoria, una vida basada en ética, compasión y sabiduría, todo lo que el
Buda enseñaba, y lo que nosotros estamos poniendo en práctica en nuestras
propias vidas. Tengo la gran fortuna de participar en algo sagrado, el servicio
al mundo como un clérigo, y ser un vehículo del Dharma, tocando muchas vidas,
con la Verdad de que son todos grandes regalos para mí y para los demás, un
verdadero tesoro, puesto que cada uno de ustedes lleva la cara de Buda, cada
uno de ustedes, la bendita sangha, es la expresión y la función del Infinito
manifestándose por medio de tus dones y habilidades, realizándose aquí y ahora
en este mundo. Es un privilegio compartir el comino espiritual con ustedes, compartiendo
mi experiencia y mis estudios del Dharma, quizás ayudándolos evitar ciertos
baches en el camino, por habérmelo caído en ellos antes yo mismo, y espero
continuar sirviéndolos hasta mi último respiro en este mundo, para que todos se
despierten a su propia naturaleza búdica y así nos entramos juntos al Nirvana. Con profundas reverencias y agradecimiento,
hapchang.
Bibliografía
Martin, Rafe y Soares, Manuel. One Hand Clapping. Rizzoli: New York. 1995.
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