LAS CUATRO ENFERMEDADES:
OBSTÁCULOS A LA PERFECTA ILUMINACIÓN
Charla Dharma 17/ABR/2016
Rev. Dr. Hyonjin Prajna
En el Sutra
de la Iluminación Perfecta, Buddha enseña que hay 4 enfermedades en la práctica
espiritual obstaculizando la plena realización de Perfecta Iluminación
Universal (Anuttara-Samyaksambodhi), o sea, la alineación de nuestro ser con la
Esencia Fundamental del Universo. Se denominan estas enfermedades 1. artificio,
2. naturalismo, 3. parada, y 4. aniquilación. Buda dice:
¿Cuáles son las Cuatro Enfermedades? La primera es la enfermedad del
"artificio". Digamos, por ejemplo, hay alguien que dice "basado
en mi mente original voy a llevar a cabo varias prácticas", queriendo
alcanzar la Iluminación Perfecta. Puesto que la esencia de la Iluminación
Perfecta no es algo que se puede alcanzar por artificio, se llama una
"enfermedad".
Artificio es la creencia de que una cierta
práctica, método, o medio hábil va a llevarte a la Perfecta Iluminación. Pero
no es así. Esto incluye todo tipo de zazen, vipassana, plena atención, talleres,
meditación, contemplación, ritual, ceremonia, acciones benevolentes, canto, estudio,
y el generar de mérito o buen karma. Ninguna de estos métodos puede traer, llevar,
o conseguirte la Iluminación, puesto que Iluminación no es un objeto, ni una
cosa o plano de consciencia, ni es un paraíso en las nubes, ni alguna meta
distante o futuro. La idea de que la Iluminación es algo fuera de ti, que vas a
encontrarla en el futuro efectivamente obstaculiza su realización. La
Iluminación no está limitado a una idea, no tiene comienzo ni fin, es antes del
pensar y saber. Si fuera algo a conseguir, implicaría que no La eres justo en
este momento preciso. Ya eres Buda y la práctica es despertarte a este hecho y
funcionar alineado con esta Verdad.
La segunda es la enfermedad de
"naturalismo". Digamos, por ejemplo, hay alguien que dice "no debemos
ahora ni eliminar samsara ni buscar nirvana. En realidad, samsara y nirvana ni
surgen ni cesan. Debemos simplemente fluir naturalmente con todos los varios
aspectos de la realidad," queriendo alcanzar la Iluminación Perfecta.
Puesto que la esencia de la Iluminación Perfecta no se produce a través del simplemente
aceptar las cosas como son, esto se llama una "enfermedad".
Naturalismo es la actitud de que se debe
simplemente fluir con todo. No obstante, no resulta en la Perfecta Iluminación.
Es una actitud pasiva de que, si todo es vacío, no hay nada hacer ni lograr, no
importa nada lo que pasa, mientras se acepta todo como es. No tenemos que
buscar Nirvana, ni eliminar samsara. No es necesario la ética, como un
relativismo absoluto justificando cualquier acción o pensamiento ya que es lo
que se me ocurre en este momento. Es la tendencia de lo instinto y el hedonismo
con la meta siempre es sentirse bien, ser feliz, estar cómodo, como la
inocencia de un hippie de los sesenta diciendo “¿Qué onda, tío? No pasa nada. Simplemente
haz amor y no hagas guerra.” Los hippies surgieron en un tiempo de violencia,
corrupción, y engaño tremendo. Su reacción era no participar en aquella guerra
de Vietnam, de abandonar la sociedad corrupta, y buscar alternativas en el modo
de pensar y actuar. Su propósito fue bueno, pero se volvió distorsionado en la
creencia de que la libertad y la felicidad se encuentran en alguna droga,
alguna utopía, o alguna sensación placentera, lo cual resultó en más
sufrimiento, más adicción, más deseo, y más descontento. El ideal del hippie del
fluir naturalmente con todo resultó en un hedonismo y esclavitud basado en egoísmo
puro. Por eso, practicamos la ética basados en los Preceptos. Sin ética, sin
considerar nuestras acciones y el impacto que tendrán en los demás, estamos
perdidos en samsara y sufrimiento. Hay que practicar, no para lograr, sino para
funcionar plenamente y conscientemente desde nuestra naturaleza búdica, y
darnos cuenta cuando estamos limitados por nuestro karma y condicionamiento. Cuando
hay injusticias, engaño, abuso, y violencia, tanto en el mundo como en nosotros
mismos, según la situación, la relación, y nuestra función suprema (la de
despertarnos a la Verdad y luego salvar a todos), así que hay que actuar correctamente,
y no simplemente fluir con todo como si no importara. Por eso, el naturalismo
es una enfermedad.
La tercera es la enfermedad de "parada".
Digamos, por ejemplo, hay alguien que dice: "de mi pensamiento actual, voy
a parar todos los pensamientos y así percibir el cese y la ecuanimidad de todos
los fenómenos," queriendo alcanzar la Iluminación Perfecta. Puesto que la
esencia de la Iluminación Perfecta no se logra mediante el parar de
pensamientos, se llama una "enfermedad".
La supresión de pensamientos no funciona,
no resulta en la Perfecta Iluminación. Es un error de muchos practicantes
nuevos intentar parar los pensamientos, poniendo la mente en blanco, o buscar un
estado en que los pensamientos no surgen y uno está totalmente en silencio
puro. Esto es un problema, principalmente porque cualquier intento de parar los
pensamientos resulta en más pensamientos. La idea que la mente está en blanco
es todavía una idea. La percepción o consciencia de cualquier estado es todavía
basada en la mente chica, y no es la Iluminación. El cerebro, como cualquier
órgano en nuestro cuerpo, sirve como un generador de pensamientos. Es su
función de secretar pensamientos continuamente. El intento de parar los pensamientos
nunca resulta en Iluminación. Ni es necesario. Con o sin pensamientos, hay que
despertar a la Verdad aquí y ahora que no puede ser obstaculizada por nada, que
siempre es libre y presente, y simplemente nos despertamos a esto en medio de
todo. Somos esta Iluminación, es nuestra Esencia fundamental, y no es algo
lograr. Hay que sintonizarse con este hecho en cada momento, y cuando se
desvía, obsesionado por ideas, apegado a las creencias y hábitos mentales, suéltalas
y volver a tu esencia. Si tratas de cortarlas, estás dándolas realidad. Al
percatar nuestra ignorancia basada en egoísmo, podemos despertándonos una y
otra vez a la sabiduría del Infinito funcionando por medio de nuestras vidas
individuales. Por eso, la parada es una enfermedad.
La cuarta es la enfermedad de la "aniquilación".
Digamos, por ejemplo, hay alguien que dice: "Ahora voy a aniquilar de
forma permanente todas las impurezas. Cuerpo y mente son en última instancia
vacías, faltando cualquier realidad inherente en sí. ¿Cuánto más deberían
eliminarse de forma permanente todos los falsos reinos de los órganos de los
sentidos y sus objetos?", buscando así la Iluminación Perfecta. Puesto que
la característica de la esencia de la Iluminación Perfecta no es la aniquilación,
se llama una "enfermedad".
La eliminación de
impurezas no resulta en la Perfecta Iluminación. El Buda mismo intentó lo mismo
en el ascetismo que practicó por años antes de su Iluminación. Casi lo costó su
vida, viviendo en sólo un grano de arroz por día. Aparentaba como un esqueleto,
tan delgado estaba, dándose cuenta de que, si muriera antes de encontrar la
liberación de la vida, la muerte, el sufrir, y la enfermedad, entonces habría
fracasado en sus esfuerzos. Se dio cuenta que el cuerpo y la mente no son los
enemigos. No son inherentemente impuros. Si intentamos eliminar las impurezas,
estamos dándolas realidad. Puesto que todo es vacío, todo es impermanente, todo
es espíritu, todo es Dios, todo es la Esencia manifestándose en cualquier
momento absolutamente puro como es, entonces nuestra práctica consiste en
reconocernos como esta Esencia y funcionar en el mundo así basado en la mente
pura, la pureza de la Mente Búdica. Igual
a las ideas que surgen, permanecen un rato, y luego desaparecen, las impurezas
tienen la misma cualidad. A pesar de que las impurezas surgen o no, siempre
somos Esencia. Alineándonos con Esencia es la práctica, observando cómo no
estamos en acuerdo con esta Esencia es nuestra práctica también. Iluminación no
depende en nada, no la puedes lograr, no la puedes corromper. La Iluminación
simplemente es.
El Buda nos anima,
entonces, cuando por fin estamos dispuestos a aceptar la Verdad en nuestra
vida, debemos entregarnos por completo, como cuando pedimos permiso entrar en
un retiro de meditación en el templo, diciendo:
"‘Yo, monje/monja/laico/laica __________(fulano),
pido permiso abordar el vehículo de los Bodhisattvas, cultivar sus prácticas de
cesación-extinción y entrar con ellos en su permanencia en las características
puras de lo real. Acepto la gran Iluminación Perfecta como mi templo, con el
cuerpo y la mente viviendo en paz en la sabiduría de la igualdad de la
naturaleza. Dado que la naturaleza propia del nirvana no se limita de ninguna
manera, ahora con respeto suplico no vivir en opiniones equivocadas…”
Mahayana es el gran vehículo, una nave abordada con el
tripulante de determinación, compromiso, y ética. Si seguimos bien su mapa, nos
lleva al templo de Nirvana en la Tierra Pura del corazón, nuestro refugio de
tranquilidad y paz. Entramos a través del portón de reverencia y gratitud, vestidos
con la túnica pura del Dharma. Allí, por fin, le encontramos sentado sobre un
loto, nuestro verdadero maestro, el Buda silencioso y resplandeciente de
nuestra propia mente. Nos prosternamos ante sus pies, y lo circumambulamos tres
veces a la derecha, signo de respeto y adoración. Arrodillado frente a Él, con las manos unidas,
le pedimos sus enseñanzas, su consejo y orientación. Sus palabras brotan de su boca como flores
fragrantes y nos alineamos con su sabiduría, sanándonos de las cicatrices de
incontables vidas anteriores sumergidas en ignorancia y sufrimiento. Ya estamos
en casa, es nuestro hogar y nos rendimos a su servicio, a defenderlo en todo
momento, para siempre. Así es la Perfecta Iluminación.
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