CULPA, CONTRICIÓN Y
ARREPENTIMIENTO
Charla Dharma 19/AGO/2018
Ven. Dr. Hyoenjin Prajna
Si la culpa involucra preocuparse por lo
que se ha hecho, entonces no ayuda. El budismo no enfatiza la culpa, sino la
contrición seguido por el desarrollo de la intención de abstenerse en el
futuro. En pocas palabras, decides que has hecho algo mal y luego no lo haces
de nuevo. En el Sutra Avatamsaka, hay un verso de arrepentimiento tradicional
que dice:
Por
todas las malas acciones que he hecho en el pasado,
Creado
por mi cuerpo, habla y mente,
Debido
a la codicia, el odio y la ilusión sin comienzo,
Ahora
reconozco mis errores y me los arrepiento de todos.
(“Las Prácticas y Los Votos de Samantabhadra
Bodhisattva”, Sutra Avatamsaka, Capítulo 40)
Este
verso de contrición es el más sencillo practicado en la tradición zen. La
práctica de contrición no se basa en pedir perdón divino, sino más bien un
reconocimiento de nuestras acciones ineptas hechos intencionales o no
intencionales por medio de nuestro cuerpo, habla, y mente, lo cual es el
resultado de nuestra falta de compasión y sabiduría, originando de nuestro
apego, aversión, e ilusión. Al reconocer nuestros errores, nos comprometemos
estar más atentos, para que jamás se repitan de nuevo. En este sentido, la
contrición más se trata de perdonarse a uno mismo mediante la expresión del
pesar y determinación emprender un nuevo camino espiritual, soltando culpa
innecesaria, mientras que se determina evitar lo malo, hacer lo bueno, y
purificar la mente con más diligencia. En los monasterios, la práctica de arrepentimiento tradicional se realiza con el canto de sutras relevantes y con postraciones frente a la imagen de Buddha, el cual representa la presencia del Buddha atestiguando nuestra sinceridad. Además, hay que pedir perdón a las personas o individuos dañados o heridos por nuestras palabras o acciones. No importa si la otra persona disculpa o no, debemos ser sinceros y pedir que nos disculpen – es además una práctica de humildad. Luego, se debe recompensar el daño físico o mental que se ha causado.
En la
comunidad budista, varias reglas sobre la práctica y la ceremonia de contrición
estaban enunciados en un texto que se llama la Vinaya, las reglas de disciplina
monástica. ¿Cómo se
formaban estas reglas en la comunidad budista?
Originalmente,
todos los seguidores del Buddha recorrieron el mundo sin hogar fijo. Sólo se
detuvieron por un rato durante la temporada de lluvias, puesto que se dañaron
los campos de cultivo y las creaturas al pisarlos en el lodo de la lluvia. Por
lo tanto, decidieron descansar por unos tres meses, ocupándose con estudio de
textos y meditación y reunirse con otros monjes. Esto facilitaba debates entre
los monjes, pláticas sobre sutras, y oportunidad de desarrollo espiritual e
intelectual con otros practicantes. Para permanecer en un lugar por un rato,
requería que esté cerca a amigos, familiares o benefactores. Se establecieron
cerca de pueblos por tener acceso a comida, pero donde no estaba muy ruidoso y
adecuado para la meditación.
Entonces,
durante estos meses, dos tipos de estructuras aparecieron: viviendas temporales
mantenidos por los monjes mismos, o edificios con jardines aportados y
mantenidos por un benefactor. Los retiros estacionarios durante las lluvias
resultaron en una comunidad con necesidades físicas, con salones de meditación,
y otros edificios para manejar y administrar el complejo. Así que, tenían que
regular la vida comunal con reglas de comportamientos, consideración, y
etiqueta, las cuales llegaron a llamarse la Vinaya Pitaka, o sea, la “Cesta de
Disciplina,” la primera división del Tripitaka, o Canon Pali. Esto surgió a
causa de los roces y conflictos de la comunidad. Cada vez aparecía algún caso
de comportamientos poco saludable dentro de la sangha, Buda estableció una
determinada regla con su respectivo castigo o retribución punitivos.
Una
subdivisión de la Vinaya en que se hace un inventario de ofensas y reglas
gobernando la conducta de los monjes, se llama la Pratimoksha (500 – 450 a.c.)
y fue recitado regularmente por los monjes para mantenerlas frescas en sus
mentes y para hacer confesión pública. Este texto estipulaba las medidas
apropiada para tomar cuando alguien cometió un error. Había ocho categorías de
ofensas según su gravedad involucrando transgresiones sexuales, robo, crítica,
corrupción, disputas, argumentos, y malos modales.
Estas
reglas se convirtieron en un código comunal de confesión ritualizado y cantado
por los monjes causando un lazo de unidad. Cuando los monjes se preguntaron si
alguien se había cometido alguno de estas faltas, una respuesta de silencia
indicaba inocencia y pureza. La ceremonia descrita aquí se ha servido todos
estos 2,600 años como un pegamento uniendo la comunidad budista, creando una
expectativa de congruencia ética, además de ser una manera de distinguir esta
comunidad de otras.
Así
es la comunidad Zen, un grupo de practicantes éticos comprometidos a ayudarnos
mutuamente en mantener nuestra práctica constante, intentando ser congruentes
con nuestra conducta entre nosotros y en el mundo, definiéndonos por nuestra
capacidad de ayudar al mundo como bodhisattvas aliviando el sufrimiento. Somos
valientes en admitir nuestros errores, capaces de pedir perdón a los que hemos
afectados por nuestras faltas de atención, y comprometidos a no volver a
cometer los mismos errores más en nuestras vidas. Esto es el camino auténtico
del Zen.
Bibliografía
A View on Buddhism
Dharma, Wonji y Dharma, Sunyananda. (2016). The Dharmaguptaka Bhiksu Pratimoksha. Buddha
Dharma University
Press: Kansas
City, Mo.
Prebish, Charles S.
(2010). Buddhist Monastic Discipline.
Motilal Banarsidass Publishers: Delhi.
Vinaya Pitaka. Wikipedia
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