MEDITACIÓN BUDISTA ZEN

VEN. DR. JINSIM HYOENJIN: arzobispo y maestro guía de la sangha Meditación Budista Zen, recibió Transmisión el 27 de marzo 2021 e Inga el 16 de julio 2017, y recibió los 250 votos del Bhikshu (monje) el 22 de julio 2016 por el Ven. Dr. Wonji Dharma.

Ven. Jinsim Hyoenjin es originalmente de Kansas City, Missouri, USA y ha vivido en Guadalajara, México desde 2000. Tiene más de 45 años experiencia en meditación, dos maestrías (psicología y estudios budistas), y un doctorado de Psicología Oriente-Occidente investigando métodos de meditación en las tradiciones espirituales del Oriente.

Ven. Jinsim Hyoenjin imparte clases, conferencias universitarias, charlas Dharma, retiros y talleres sobre el buda-dharma además de citas individuales para orientación y estudio personalizado.

Un arzobispo (maestro zen superior) es un obispo que, habiendo recibido Inga y Transmision de Dharma, preside varias diócesis en una gran región. Este puesto incluye algunas responsabilidades de supervisión tanto de las diócesis como de los obispos de esa región. Un arzobispo sirve como guía o instructor en asuntos religiosos; y a menudo es el fundador o líder dentro de una Orden. Además, el Colegio de Arzobispos actúa como un Consejo Rector igualitario para la Orden Zen de las Cinco Montañas.
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lunes, 28 de diciembre de 2020

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA Clase 6: Ciegos y Elefantes 27/DIC/2020

 



LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA

Clase 6:

Ciegos y Elefantes

Charla Dharma 27/DIC/2020

Ven. Dr. Hyoenjin Prajna



Espero que todos se hayan disfrutado la Navidad. Normalmente es una temporada de mucha fiesta y reuniones con familiares y amigos. Pero este año muchos de nosotros nos hemos encontrado solos o desconectados de los festejos normales debido a COVID. Sin embargo, esta ruptura de nuestra rutina navideña nos da tiempo a pausar y contemplar. Hemos visto cada año cómo el verdadero mensaje de la navidad, aquel de generosidad y amor, se ha transformado en codicia y materialismo. Pero, no se desesperen. El mensaje de Navidad sigue vigente, porque como dice Bodhidharma, “En realidad, no hay nada aquí.”  Y esta nada siempre sigue pura y clara, porque es en esencia la naturaleza original de Buda.

Un Buda es una persona ociosa. Él o ella no corre detrás de la fortuna y la fama. ¿De qué sirven esas cosas al final? Las personas que no ven su naturaleza original y piensan en leer sutras, invocar Budas, estudiar largo y tendido, practicar mañana y noche, nunca acostarse o adquirir conocimiento es el Dharma, blasfeman contra el Dharma.

Es decir, las formas y medios hábiles de práctica no son la meta en sí. Si ponemos un árbol de Navidad en nuestros salones con muchos regalos alrededor, no significa que somos generosos ni bondadosos si no nos hemos dado cuenta de nuestra verdadera naturaleza original. Vestirse bien, tener fiestas de lujo, beber mucho y comer más no es el mensaje principal de la Navidad. Despertarse a la luz de nuestra naturaleza original equivale al nacimiento del bebé Jesús en Jerusalén. Igualmente, los budistas que simplemente practican la lectura de textos, cantar mantras, y meditar toda la noche no están practicando bien si no se despiertan a la Mente verdadera de su naturaleza original. Los verdaderos practicantes de zen son perezosos puesto que esencialmente no hacen nada, o sea, no buscan nada, no rechazan nada, y viven la plenitud de este momento contentos y en paz. ¿No es esto entonces el verdadero mensaje de esta temporada, vivir en paz con todo el mundo y darnos cuenta de la plenitud y bendición que es nuestra vida?


Los budas del pasado y del futuro solo hablan de ver tu naturaleza original. Todas las prácticas son impermanentes. A menos que vean su naturaleza original, las personas que afirman haber realizado una liberación completa e insuperable están equivocadas. Entre los diez más grandes discípulos de Śakyamuni, Ānanda fue el más destacado en el aprendizaje. Sin embargo, no se dio cuenta de la mente del Buda. Todo lo que hizo fue estudiar y memorizar.


Ananda era uno de los discípulos más capacitados de Buda. Tenía una memoria fotográfica y estaba al lado de Buda durante todas sus charlas y sermones de Dharma. Después de la muerte de Buda, pudo recordar cada palabra que predicó Buda, confirmado por varios otros discípulos a su alrededor. Por eso tenemos los Sutras de hoy que contienen todas las enseñanzas y sabiduría de Buda. Sin embargo, por toda su habilidad mental, Ananda no pudo lograr la plena iluminación final debido a su apego a la palabra y el pensamiento racional. Una y otra vez en los Sutras se ve a Ananda perplejo y confuso en cuanto a las enseñanzas debido a sus argumentos racionales. Siempre Buda volvió a aclarar lo que era la enseñanza fundamental, que todos somos más que este cuerpo de carne y hueso, que somos algo que no puede nacer y por lo tanto no puede morir. Si te apegas a la letra de las enseñanzas, puedes lograr el nivel de arhat, pero eso todavía falta la plena realización de la mente de Buda.   

Los arhats no han realizado la mente del Buda. Todo lo que conocen son muchas prácticas para la realización, y quedan atrapados por causa y efecto. Ese es el karma de un ser mundano: no hay escape del samsara. Al hacer lo contrario de lo que pretendía la vida, esas personas blasfeman contra Buda. Matarlos no estaría mal. Los sutras dicen: "Dado que los icchantikas son incapaces de creer, matarlos sería irreprochable, mientras que las personas que creen alcanzan el estado de Budeidad".


Si te aferras a lo material, a las ideas y dogmas, a la envoltura del regalo, jamás encontrarás el verdadero regalo adentro, la naturaleza original. El mensaje de Navidad no tiene que ver con la cantidad de regalos que recibieras, sino más bien, la generosidad que busca el bienestar y la alegría de los demás al regalarles. Un “icchantika” aquí significa en sanscrito originalmente a un hedonista lleno de deseos y ansias o uno que no cree en el budismo ni en la iluminación, prefiriendo sólo los valores seglares y por ende no puede lograr la Iluminación ni la budeidad. También refiere a un farsante que finge ser un arhat o iluminado pero de hecho no es porque todavía no ha cortado todos sus deseos. (Icchantika, 2016, April 4; Kohn, 2010) Bodhidharma no tiene una buena opinión de estos hipócritas, comentando con hipérbole que su muerte sería aceptable, o sea, que son peores que perros sucios en la calle. Desde allí surge la pregunta, ¿tiene un perro naturaleza búdica? En los textos budistas surgió la misma pregunta sobre si los icchantikas ¿pueden lograr la iluminación y ser budas? Pero tal debate sobre perros e icchantikas se reserva para la contemplación de kong-ans con el maestro en dokusan.

A menos que veas tu naturaleza original, no debes criticar la bondad de los demás. No hay ninguna ventaja en engañarte a tí mismo. Lo bueno y lo malo son distintos. La causa y el efecto son claros. El cielo y el infierno están ante tus ojos. Sin embargo, los tontos no creen y caen directamente en un infierno de oscuridad sin fin sin siquiera saberlo. Lo que les impide creer es su apego al pensamiento. Son como los ciegos que no creen que exista la luz. Incluso si se lo explicas, todavía no creen, porque son ciegos. ¿Cómo pueden distinguir la luz?

Si no crees que tienes naturaleza búdica, ¿cómo puedes iluminarte y lograr la iluminación? Fe en buda significa fe en ti mismo, que tu naturaleza original es aquí y ahora presente y que la única cosa obstaculizándote de realizarla es tu falta de creer en ti mismo. Es decir, si crees que eres un despreciable pecaminoso que merece vivir en el infierno, entonces el infierno es donde vives. El cielo y el infierno son proyecciones de nuestras creencias, lentes a través del que percibimos el mundo a nuestro alrededor. Si crees que el mundo está lleno de maldad, corrupción y engaño, si te enfocas en los errores de los demás, entonces esto se vuelve tu realidad. ¿No sería mejor entonces creer que tú y los demás son todos budas y bodhisattvas en potencia, y que todos son simplemente atrapados por sus creencias erróneas basadas en codicia, miedo e ilusión? Tenemos que soltar nuestro apego a nuestras ideas, juicios y opiniones. Si no, somos como los ciegos y el elefante, una parábola budista:

Los Ciegos y El Elefante

Se encontraba el Buda en el bosque de Jeta cuando llegaron muchos ascetas de diferentes escuelas metafísicas y tendencias filosóficas. Algunos sostenían que el mundo es eterno, y otros, que no lo es; unos que el mundo es finito, y otros, infinito; unos que el cuerpo y el alma son lo mismo, y otros, que son diferentes; unos, que el Buda tiene existencia tras la muerte, y otros, que no. Y así cada uno sostenía sus puntos de vista y polemizaban sobre el asunto.

Todo ello fue escuchado por un grupo de monjes del Buda, que relataron luego el incidente al maestro y le pidieron aclaración. El Buda les pidió que se sentaran tranquilamente a su lado, y habló así:

Monjes, esos disidentes son ciegos que no ven, que desconocen tanto la verdad como la no verdad, tanto lo real como lo no real. Ignorantes, polemizan y se irritan como me han relatado. Y les contó la siguiente historia:

"Había un maharajá que mandó reunir a todos los ciegos que había en Sabathi y pidió que los pusieran ante un elefante y que contasen, al ir tocando al elefante, qué les parecía. Unos dijeron, tras tocar la cabeza: "Un elefante se parece a un cacharro"; los que tocaron la oreja, aseguraron: "Se parece a un cesto de aventar"; los que tocaron el colmillo: "Es como una reja de arado"; los que palparon el cuerpo: "Es un granero". Y así, cada uno convencido de lo que declaraba, comenzaron a debatirse entre ellos".

El Buda hizo una pausa y rompió el silencio para concluir:

Monjes, así son esos ascetas disidentes: ciegos, desconocedores de la verdad, que, sin embargo, sostienen sus creencias. (Parábola, PUVC, Dic. 26, 2020)

Esta parábola demuestra el peligro en apegarte a tus ideas: aunque puedes afirmar una parte de la verdad que sujetas, pierdes la perspectiva más amplia.

Lo mismo ocurre con los tontos que terminan entre los niveles inferiores de existencia o entre los pobres y los indigentes. No pueden vivir y no pueden morir. Además, a pesar de sus sufrimientos, si les preguntas, dicen que son tan felices como los dioses. Todos los seres mundanos, incluso aquellos que se creen bien nacidos, tampoco se dan cuenta. Debido a su apego al pensamiento, estos individuos no pueden creer y no pueden liberarse.

 


Recuerdo una vez un incidente que me ocurrió en un viaje al sur de la India. Estaba sentado en un taxi esperando el semáforo cuando sentí alguien tocando mi hombre con su dedo a través de la ventana del taxi. Cuando miré a mi lado, me di cuenta de que el dedo fue de hecho el punto del tronco de un enorme elefante parado a nuestro lado. Un joven sentado al cuello del elefante estaba señalándome subir con él para dar una vuelta del pueblo. Sin pensar y con todo entusiasmo, salté del taxi para aceptar la invitación. El gran elefante bajó su cabeza enorme y levantó su pata delantera para que yo pudiera subir a su cuello y sentarme con el joven a su espalda. Desde allí comenzamos una vuelta del pueblo montado al elefante. Toda la gente salió de sus tiendas para saludarnos y yo volvía sus saludos con gestos imperiales de mi mano acompañados con una sonrisa extática. Pude sentir la piel cálida del elefante justo con pelos como dardos que picaban mis piernas a través de mi ropa. Me sentía como un maharajá encima del mundo sobre su elefante real. Aunque luego, cuando se terminó el paseo, no me dejaron bajar hasta que pagara una suma enorme por la experiencia. No me importaba tanto, porque jamás hubiera tenido tal experiencia igual el resto de mi vida. Si me hubiera apegado a mi juicio normal, nunca me habría permitido subir tal elefante. Tampoco habría pagado tal precio por la experiencia. No obstante, algo en mi dijo que ¡sí! y me permití tener una experiencia cumbre de mi vida.

Las personas que ven que su mente es el Buda no necesitan afeitarse la cabeza, los practicantes laicos también son Budas. A menos que vean su naturaleza original, las personas que se afeitan la cabeza son simplemente fanáticos.


En la India tienen un templo donde la gente ofrece su cabello al dios Vishnu como una ofrenda y sacrificio del ego, puesto que el cabello representa un aspecto de vanidad egoica de la personalidad. Mis compañeros rechazaron la posibilidad de rasurar sus cabezas, a pesar de que la recompensa sería mérito y bendición divina para el practicante y todos sus amigos y familiares. Dado que había viajado medio mundo para llegar a este lugar, pensé que no pudiera perder la oportunidad experimentar algo similar.


Cuando entramos al templo, había a un lado montones de monedas pasando por máquinas de conteo y al otro lado montones de cabellos amontonados consecuencia de los miles y miles de practicantes que habían hecho su ofrenda al dios. Me llevaron a un salón grande con tablas extendidas sobre el piso donde los practicantes se sentaban mientras los cortadores sacaron enormes navajas afiladas para raspar las cabezas. Se siente que estás al punto de perder tu cabeza, no sólo tu cabello, al sentarte allí esperando tu turno. Dado que la higiene era menos que se esperaba, estaba seguro de que iba a morir por infección o pérdida de sangre. En estos días llevaba pelo largo y una barba también. Los peluqueros no tardaron más que 5 minutos en afeitarme toda la cabeza y cara, dejándome liso y suave como un bebé recién nacido.


Cuando me levanté de la tabla para hacer una inclinación a mis compañeros, experimenté la sensación más agradable que puedes imaginar. Fue como si hubiera saltado de un gran precipicio y estaba volando por encima de todo el mundo. La sensación fue tan fuerte, que no pude orientarme por varias horas donde estaba y a donde quería ir. Mis compañeros tuvieron que sujetarme los brazos y llevarme al hotel para descansar y bajar de los efectos de la experiencia. Fue una experiencia muy agradable, quizás demasiado agradable para sostener, algo parecido al orgasmo.



Sin embargo, dado que los practicantes laicos casados ​​no abandonan el sexo, ¿cómo pueden convertirse en Budas? Solo hablo de ver tu naturaleza original. No hablo de sexo simplemente porque no ves tu naturaleza original. Una vez que veas tu naturaleza original, tener relaciones sexuales no tiene nada que ver con el despertar. Termina junto con tu deleite. Incluso si algunos hábitos permanecen, no pueden dañarte, porque tu naturaleza original es esencialmente pura. A pesar de vivir en un cuerpo material de cuatro elementos, tu naturaleza original es básicamente pura. No se puede corromper.

Hay escuelas tántricas que combinan estímulo sexual con espiritualidad. El problema es que los estados mentales adquiridos no perduran. Es como cualquier otro estímulo adquirido por drogas o sustancias químicas: son sensaciones muy divertidas, pero después de la experiencia, no cambian sustancialmente la consciencia del individuo. Se busca más y más el estímulo, pero la promesa de transformación es limitada. En este sentido, es un farsante falso que puede obstaculizar el progreso espiritual de la persona en vez de liberarla.

Tu cuerpo real es básicamente puro, no se puede corromper. Tu cuerpo real no tiene sensación, ni hambre ni sed, ni calor ni frío, ni enfermedad, ni amor ni apego, ni placer ni dolor, ni bueno ni malo, ni corto ni largo, ni debilidad ni fuerza. De hecho, aquí no hay nada. Es sólo porque te aferras a este cuerpo material que aparecen cosas como el hambre y la sed, el calor y el frío, la enfermedad. Una vez que dejes de aferrarte y dejes que las cosas sean, serás libre, incluso de nacimiento y muerte. Transformarás todo. Poseerás una consciencia Espiritual que no puede ser obstruida y estarás en paz dondequiera que estés. Si lo dudas, nunca verás a través de nada. Es mejor que no hagas nada.


Es decir, si buscas realización y liberación a través de cosas impermanentes, cosas exteriores, es un callejón sin salida. Bodhidharma está instándonos encontrar nuestra verdadera mente que no depende en nada, no busca nada más, y no termina jamás. Cuando encuentras tu verdadera naturaleza, tu perspectiva de la vida cambia junto con tu relación con otros. Eres menos reactivo y agresivo y más tolerante y paciente. La gente te busca y quiere estar a tu lado porque radias luz y tranquilidad. Es como un bebé dormido en los brazos de su mamá mientras que le mece con canciones de cuna. No lo dudes, porque la duda es tu gran obstáculo. Mejor soltar todo y no hacer absolutamente nada. En esta nada te encuentras tu naturaleza original.   

Una vez que actúas, no puedes evitar el ciclo de nacimiento y muerte. Sin embargo, una vez que ves tu naturaleza original, eres un Buda, incluso si trabajas como carnicero.

Sin embargo, los carniceros crean karma al sacrificar animales. ¿Cómo pueden ser Budas?

Solo hablo de ver tu naturaleza original. No hablo de crear karma. Independientemente de lo que hagamos, nuestro karma no nos domina. A través de interminables kalpas sin comienzo, es solo porque las personas no ven su naturaleza original que terminan en un infierno viviente. Si una persona se apega a su karma, sigue atravesando el samsara. Sin embargo, una vez que una persona se da cuenta de su naturaleza original, deja de crear karma. Si no ven su naturaleza original, la invocación de los Budas no los liberará de su apego al karma, sin importar si esa persona es siquiera un carnicero. Sin embargo, una vez que él o ella ve su naturaleza original, todas las dudas se desvanecen. Incluso el karma de un carnicero no tiene ningún efecto sobre esa persona. En la India, los veintisiete ancestros ​​solo transmitieron la huella de la mente.

El punto no es que no pueden comer carne o tener sexo, sino más bien, soltar su apego a estas sensaciones como una adicción. No pueden ser la base de sus vidas. No estamos aquí simplemente ir de una sensación agradable a otra, mientras que el resto del tiempo estamos insatisfechos y descontentos con la vida. Primero tienes que creer que tu verdadera naturaleza ya es presente en este momento, y luego, ver lo que no tiene comienzo ni fin, esta atención que no viene ni va. No hay un yo generando esta atención. Es la atención en sí la que es la mente universal, la Mente búdica. Al realizar esta Mente original, eres libre de karma y sufrimiento para siempre.



Bibliografía

Dharma, Wonji (Traductor). (2010). The Bodhidharma Lectures. Buddha Dharma University Press: Oneida, N.Y.

Icchantika. (2016, April 4). Chinese Buddhist EncyclopediaRetrieved 22:19, December 26, 2020 fromhttp://www.chinabuddhismencyclopedia.com/en/index.php?title=Icchantika&oldid=249416.

Kohn, Michael H. (2010). A Concise Dictionary of Buddhism and Zen. Shambhala: Boston.

Parábola Budista: Los ciegos y el elefante. PUCV. Retrieved 05:13, December 26, 2020 from http://www.pucv.cl/uuaa/asia-pacifico/cuentos/india/los-ciegos-y-el-elefante/2016-09-14/195751.html

Pine, Red (Traductor). (1987). The Zen Teaching of Bodhidharma. North Point Press: N.Y.

lunes, 21 de diciembre de 2020

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA Clase 5: Una Luz Más Brillante Que El Sol Charla Dharma 20/DIC/2020

 

 


LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA

Clase 5:

Una Luz Más Brillante Que El Sol

Charla Dharma 20/DIC/2020

Ven. Dr. Hyoenjin Prajna



Incluso si un Buda o un bodhisattva apareciera de repente ante ti, no hay necesidad de reverencia. Esta mente nuestra es transparente y no contiene tal forma. Aquellos que se aferran a las apariencias están simplemente siguiendo la vieja energía del hábito. Caen del Dao. ¿Por qué reverenciar las construcciones nacidas de la mente? Los que reverencian no saben, y los que saben no adoran. Por reverencia, caes bajo el hechizo de nuestra vieja energía de hábito. Señalo esto porque quizás no lo sepas. La naturaleza original básica de un Buda no tiene tal forma. Mantén esto en el primer plano de tu conciencia, incluso si aparece algo inusual, no lo aceptes, no lo temas y no dudes que tu Mente es esencialmente pura. ¿Dónde podría haber espacio para tal forma? Además, ante la aparición de espíritus, demonios o lo divino no concibas ni respeto ni temor. Tu mente es básicamente transparente. Todas las apariencias son ilusiones. No te aferres a las apariencias. Si visualizas a un Buda, un Dharma o a un bodhisattva y concibes respeto por ellos, se relega al reino de los seres mundanos. Si buscas comprensión directa, no te aferres a ninguna apariencia y la lograrás. No tengo otra enseñanza. Los sutras dicen: "Todas las apariencias son ilusiones". No tienen existencia fija ni forma constante. Son impermanentes. No te aferres a las apariencias y serás una sola mente con el Buda. Los sutras dicen: "Lo que está libre de toda forma es el Buda".


Nuestra verdadera Mente no tiene forma, no es algo fijo, no es algo que puedes percibir con ideas o conceptos. Es algo puro, inmaculado, entero. Cuando experimentamos descontento, agitación, miedo e insatisfacción es debido a energía del hábito, o sea, los patrones mentales habituales formados por condicionamiento y reacciones inconscientes a los estímulos en nuestro entorno. Son modos de actuar basados en lo que aprendimos en nuestras familias y la sociedad enseñándonos que lo que queremos es algo fuera de nosotros, que no somos completos hasta que tengamos cosas materiales, fama, poder o ser apreciados por nuestros logros intelectuales o físicos. Estas cosas son impermanentes y este sistema de valores superficiales nos condenan a una vida de tormenta, depresión, desvaluación y estrés. Tenemos que encontrar nuestro valor intrínseco dentro de nosotros y no seguir la mentira que lo que necesitamos es algo fuera de nosotros mismos, un Buda falso de ilusión y engaño.

                       

Sin embargo, ¿por qué no deberíamos venerar a los Budas y Bodhisattvas?

Los seres mundanos y la gente común poseen el poder de manifestación. Pueden crear la apariencia de bodhisattvas en todo tipo de formas. Sin embargo, son falsas. Ninguno de ellos es buda. El Buda es tu propia mente. No desvíes tu adoración.

Buda es sánscrito para lo que podría etiquetarse como consciencia, asombrosamente consciente. Responder, arquear las cejas, parpadear los ojos, mover las manos y los pies, es toda tu naturaleza original asombrosamente consciente. Además, esta naturaleza original es la mente. Además, la mente es el Buda. Además, el Buda es el camino y el camino es Chán. Sin embargo, la palabra Chán sigue siendo un enigma tanto para los seres mundanos como para los sabios. Ver tu naturaleza original es Chán. A menos que veas tu naturaleza original, no es Chán.

No vamos a liberarnos de una vida insatisfactoria si seguimos adorando a los budas y bodhisattvas como ángeles en el cielo. Tenemos que despertarnos al verdadero Buda aquí en nuestro mente-corazón, lo que es la consciencia dentro de nosotros en este momento que mueve este cuerpo y realiza toda acción. La palabra “Buda” en sanscrito significa “el despierto”. Implica uno que se ha liberado de karma, renacimiento y samsara. Entonces, Bodhidharma está sugiriendo que cuando nos despertamos a nuestra verdadera Mente, somos conscientes, presentes y libres a responder al mundo con amor, ética y sabiduría, cualidades de nuestra verdadera naturaleza búdica. Cuando nuestras acciones corresponden a los preceptos éticos de no matar, no mentir, no robar, no cometer actos inapropiados y no intoxicarnos, entonces somos conscientes y expresando nuestra verdadera esencia, la mente-corazón. En el Oriente, la verdadera “mente” no refiere sólo al proceso mental de ideas y conceptos, sino más bien lo que es una combinación de ser consciente, atento, compasivo y bondadoso. Es decir, es el punto medio entre la cabeza y el corazón, la mente espiritual de amor, compasión, empatía y sabiduría. Chan (Zen) es vivir esta vida despiertos a nuestra verdadera esencia que entiende que todos somos esta Mente búdica y vivir en consideración al bienestar de los demás y trabajar para nuestra liberación colectiva en el mundo.


Incluso si puedes explicar miles de sutras y shastras, a menos que veas tu propia naturaleza original, la tuya es la enseñanza de un ser mundano, no de un Buda. El verdadero Dao es sublime. No se puede expresar en lenguaje. ¿De qué sirven las escrituras? Sin embargo, alguien que ve su propia naturaleza original encuentra el Dao, incluso si no puede leer una palabra. Alguien que ve su naturaleza original es un Buda. Además, dado que el cuerpo de un Buda es intrínsecamente puro e inmaculado, y todo lo que un Buda dice es una expresión de que la mente es transparente, no se puede encontrar a un Buda en palabras ni en ninguna parte del Canon Doce.

El Dao es un término del Daoísmo que significa la Vía, o sea, la práctica de vivir en armonía con la naturaleza y fluir como un río con todo, sin apego a nada, como el agua de un río que fluye alrededor de las rocas sin problema ninguna. Nuestra verdadera naturaleza es como agua espiritual, siempre pura, libre y presente. El momento que nos aferramos a las rocas, creamos agitación mental y perdemos nuestra libertad. La mente no conceptual, la consciencia atenta y presente que percibe las ideas sin identificarse con las ideas es Buda. No puedes encontrar al Buda en palabras o ideas, textos o escritos.

                 

El Dao es básicamente perfecto. No requiere perfeccionamiento. El Dao no tiene forma ni sonido. Es sutil y difícil de percibir. Es como cuando bebes agua: sabes lo caliente o fría que está, pero no puedes decírselo a los demás. De aquello que sólo un Tathagata conoce, los seres mundanos y los santos no se dan cuenta. El conocimiento de los seres mundanos es incompleto. Si están apegados a las apariencias, no se dan cuenta de que sus mentes son transparentes.

El Dao, la verdad de lo que somos, no puede transmitirse de una persona a otra por magia. Nadie puede entenderlo sólo escuchando las palabras e indicaciones de otra persona. No puedes conocer el sabor de una galleta hasta que la comas, hasta que experimentes directamente su sabor. Por eso, no es una cuestión de creer en Buda. Hay que despertarse directamente a lo que es realmente buda en uno mismo, la consciencia de la mente verdadera. Esta consciencia no está limitada a este cuerpo o persona. Es la misma consciencia del universo entero manifestándose a través de este cuerpo-mente.

            

Además, al aferrarse por error a la apariencia de los fenómenos, pierden el Dao. Si sabes que todo viene de la mente, no te apegues. Una vez apegado, eres inconsciente. Sin embargo, una vez que ves tu propia naturaleza original, todo el Canon se convierte en prosa. Sus miles de sutras y shastras sólo equivalen a una mente clara. La comprensión llega a mitad de la oración. ¿De qué sirven las doctrinas? La Verdad suprema está más allá de las palabras. Las doctrinas son palabras.

Al darte cuenta de que todo es una construcción de la mente, no tienes que apegarte a nada. La única cosa diferenciándote de un Buda es tu tendencia apegarte a tus ideas y creencias. Simplemente vivir tu vida en paz y equilibrio, ser considerado de los demás y ayudarlos a vivir en paz y armonía también.

                               

No son el Dao. El Dao no tiene palabras. Las palabras son ilusiones. No son diferentes de las cosas que aparecen en tus sueños por la noche, ya sean palacios o carruajes, parques boscosos o leones junto al lago. No concibas ningún deleite en tales cosas. Todos son cunas del samsara. Ten esto en cuenta cuando te acerques a la muerte. No te aferres a las apariencias y romperás todas las barreras. Un momento de vacilación y estarás bajo el hechizo de tu vieja energía de hábito. Tu cuerpo real es puro e impermeable. Sin embargo, debido a la ilusión, no te das cuenta de ello. Además, por eso sufres karma en vano. Dondequiera que encuentres deleite, encontrarás esclavitud. Sin embargo, una vez que despiertas a tu cuerpo y mente originales, ya no estás atado por los apegos.

Todos tienen sueños en la noche. Algunos son placenteros y otros son desagradables. Sean lo que sean, al despertarte en la mañana, desaparecen. No son reales. Tratar a apegarte al sueño es sufrir. Igualmente, tenemos ilusiones y sueños de lo que queremos en la vida. Queremos tener éxito, dinero y poder o queremos casarnos, tener hijos y vivir en comodidad y lujo. No hay nada malo en estas cosas. Simplemente no pueden sostenerte como algo satisfactorio. Las cosas son impermanentes: vienen y van, igual a las personas. Cuántas mamás y papás han dedicado sus vidas a sus hijos, que tengan todo lo que necesiten para que crezcan bien. Sus hijos les trae deleite. Pero tarde o temprano, los hijos se van para establecer sus propias familias. La mamá o el papá que se aferra a sus hijos ya adultos, crea problemas para ellos y para sí mismos con dependencias y enfermedades emocionales. Si las mamás y los papás no han despiertos a sus verdaderas mentes, sufren. En cambio, mamás y papás que son seguros en sí mismos, producen hijos equilibrados y sanos.    

                                 

Cualquiera que abandone lo trascendente por lo mundano, con cualquiera de sus innumerables formas, es un ser mundano. Un Buda es alguien que encuentra la libertad tanto en una buena situación como en una mala. Tal es el poder de un Buda que causa y efecto no interfieren con su dirección en la vida. No importa qué tipo de karma aparezca, Buda lo transforma. El cielo y el infierno no son nada. Sin embargo, la consciencia de un ser mundano es tenue en comparación con la de un Buda que penetra todo por dentro y por fuera. Si no estás seguro, no actúes. Una vez que actúas, deambulas por el samsara y te arrepientes de no tener refugio, la pobreza y las dificultades son creadas por pensamientos falsos. Para comprender esta mente, debes actuar sin actuar. Solo entonces verás las cosas desde la perspectiva de un Tathagata.

Es decir, el cielo y el infierno no existen aparte de nuestras mentes. El infierno y el cielo es proyección de tus propias ideas internas. En la noche de bodhi, algunos estaban sentados sobre sus cojines durante muchas horas con una ligera sonrisa en su cara. Estaban en el cielo. Otros estaban agitados continuamente sufriendo un calvario de tormentas físicas y mentales. Ellos estaban en el infierno. No queremos apegarnos ni a uno ni al otro. Intentar sentarte en meditación más allá de la noche de bodhi sería quietismo: el apego al silencio y la quietud. Apegarse a las ideas de incomodidad y lo desagradable es seguir perpetuando el infierno. Ni uno ni el otro. Simplemente sentarse cuando es apropiado y levantarse cuando es apropiado y ya acostarse cuando es el momento y levantarse cuando suena la alarma, es vivir la vida Zen.


Sin embargo, cuando te embarcas por primera vez en el Camino, tu consciencia no estará enfocada. Sin embargo, no debes dudar de que todas estas escenas provienen de tu propia mente y de ninguna otra parte.

Si, como en un sueño, ves una luz más brillante que el sol, tus apegos restantes de repente serán transparentes y se revelará la naturaleza original de la realidad. Tal suceso sirve como base para la liberación. Sin embargo, esto es algo que solo tú sabes. No se lo puedes explicar a otros. Alternativamente, si, mientras caminas, estás de pie, sentado o acostado en una arboleda tranquila, ves una luz, independientemente de si es brillante o tenue, no se lo digas a los demás y no te enfoques en ella. Es la luz de tu propia naturaleza original.

Por otro lado, si, mientras caminas, estás de pie, sentado o acostado en la quietud y oscuridad de la noche, todo parece como si estuviera a la luz del día, no te asustes. Es tu propia mente a punto de revelarse.

Alternativamente, si, mientras sueñas por la noche, ves la luna y las estrellas con toda su claridad, significa que las acciones de tu mente están a punto de terminar. Sin embargo, no se lo digas a los demás. Además, si tus sueños no son claros, como si caminaras en la oscuridad, es porque tu mente está enmascarada por preocupaciones. Esto también es algo de lo que sabes, si eres consciente de tu naturaleza original, no necesitas leer los sutras o invocar a los Budas. La erudición y el conocimiento no solo son inútiles, sino que también nublan tu consciencia. Las doctrinas son solo para señalar a la mente. Una vez que veas tu mente, ¿por qué prestar atención a las doctrinas?

Aquí Bodhidharma hace referencia a la luz más brillante que el sol, la cual es la luz de tu Mente, la consciencia en sí. La luz de todas las estrellas y los soles del universo no pueden comparar con la luz de la Mente verdadera, porque sin la luz de la consciencia, el universo es pura tiniebla. Tampoco es limitarla a una experiencia sensorial. La luz de amor, compasión y benevolencia es Buda en acción como un bodhisattva. Pero puesto que esta luz no depende de un ego para funcionar, entonces es hacer sin hacer, o sea, funcionar desde la Mente verdadera y no desde los impulsos egoicos.  


Para pasar de ser mundano a Buda, debes ver a través del karma como transparente, nutrir tu consciencia y aceptar lo que trae la vida. Si siempre te enojas, volverás tu naturaleza original contra el Dao. No hay ninguna ventaja en engañarte a tí mismo. Los Budas se mueven libremente a través del nacimiento y la muerte, apareciendo y desapareciendo por procesos naturales. No pueden ser reprimidos por el karma ni superados por ilusión hecha a sí misma.  Una vez que los seres mundanos ven su naturaleza original, todo apego al pensamiento termina. La consciencia no está oculta. Sin embargo, solo puedes encontrarla ahora. Es solo ahora. Si realmente quieres encontrar el Dao, no te aferres a nada. Una vez que veas a través del karma como transparente y nutras tu consciencia, cualquier apego que quede llegará a su fin. La comprensión es algo natural. No tienes que hacer ningún esfuerzo. Sin embargo, los fanáticos no comprenden lo que quiso decir el Buda. Además, cuanto más se esfuerzan, más se alejan del significado del sabio. Durante todo el día, invocan a los budas y leen los sutras. Sin embargo, permanecen ciegos a su propia naturaleza original divina y no escapan del samsara.

Debemos aceptar lo que la vida nos trae. ¿Qué sentido hay en enojarse constantemente con la vida? Esto incluye las irritaciones, el estrés, el descontento, y la insatisfacción con la vida. Hay gente que se enoja por cualquier detalle simplemente porque se frustra que las cosas no salen como quiera. Esto es vivir una vida agitada constantemente. Es bloquear el libre fluir del Dao y crear todo tipo de problemas innecesarios por ti mismo y otros a tu alrededor. Claro, cosas pasan. Hay mucho tráfico en la carretera. Tu pareja te habla de una forma grosera. Tu jefe te regaña severamente. Tus hijos se comportan de una forma irrespetuosa. Eso es la vida. Pero si funcionas desde la verdadera Mente-corazón, estos desafíos se transforman en nuestro trabajo espiritual. Transformamos estas experiencias en oportunidades de aprendizaje para nosotros y otros. Son parte de nuestra práctica diaria cuando nos despertamos de nuevo a lo que ha sido un karma obstaculizándonos de nuestra verdadera función, a lo que es la liberación de nuestra energía y fuerza vital fluyendo con el corriente del Dao. Vivir así es brillar con la luz de la Mente verdadera, la consciencia despierta y presente actuando de maneras responsables, consideradas, éticas y dispuestas a ayudar en todo momento por el bien de todos y libres de karma y sufrimiento.


 

Bibliografía

Dharma, Wonji (Traductor). (2010). The Bodhidharma Lectures. Buddha Dharma          University Press: Oneida, N.Y.

Pine, Red (Traductor). (1987). The Zen Teaching of Bodhidharma. North Point Press: N.Y.

 

 

lunes, 14 de diciembre de 2020

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA Clase 4: No Uses Un Buda Para Adorar A Un Buda

 


LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA

Clase 4:

No Uses Un Buda Para Adorar A Un Buda

Ven. Dr. Hyoenjin Prajna

13/DIC/2020

 

Pero, si todos nuestros movimientos o estados, siempre que ocurran, son la mente, ¿por qué no vemos esta mente cuando el cuerpo de una persona muere?

La mente es aquí y ahora. Pero no es algo que puedes ver como un objeto. Aquí Bodhidharma va a demostrar como se puede entender con la analogía de un sueño:

La mente siempre está presente.

Simplemente no lo ves.

Sin embargo, si la mente está presente,

¿por qué no lo veo?

¿Sueñas alguna vez?

Por supuesto.

Cuando sueñas

¿eres tú?

Si soy yo.

Además,

¿es lo que estás haciendo

y diciendo diferente a ti?

No, no lo es.

            Sin embargo, si no lo es, entonces este cuerpo es tu cuerpo real. Y este cuerpo real es tu mente…

A pesar de que la mente siempre está aquí y ahora, no se puede verla cómo un objeto. Sin embargo, cuando soñamos, todo lo que está ocurriendo en el sueño ocurre dentro de nuestra propia mente. No hay nada en el sueño que sea aparte de la mente. En el sueño, siempre estás presente. Aunque percibes otros seres y otros objetos separados de ti, pero todos ellos son imágenes creadas por de tu propia mente.  Lo que es presente aquí y ahora, lo que es consciente, lo que da impulso a mover y hacer, es la mente de tu cuerpo real no limitado al cuerpo físico y no limitado al cambio y la impermanencia.

…Además, esta mente, a través de interminables kalpas sin principio, nunca ha variado. Nunca ha vivido ni muerto, aparecido o desaparecido, aumentado o disminuido. No es puro o impuro, bueno o malo, pasado o futuro. No es ni verdadero ni falso. No es hombre ni mujer. No aparece como un monje o un laico, un anciano o un principiante, un sabio o un tonto, un Buda o un ser mundano. Se esfuerza por ninguna realización y no sufre karma. No tiene fuerza ni forma. Es como un espacio vacío. No puedes poseerlo y no puedes perderlo. Las montañas, los ríos o las paredes rocosas no pueden bloquear sus movimientos. Sus imparables poderes penetran en la Montaña de los Cinco Skandhas y cruzan el río Samsara. Ningún karma puede restringir este cuerpo real.

Es decir, en todo momento eres esta mente y es la única cosa real. Todo lo demás es una proyección de ideas, como cuando estamos soñando. Nuestros nombres, identidades, títulos y etiquetas no la definen. No puedes verla a través de las ideas. Es lo que es libre de todo concepto y por lo tanto no está sujeto a las condiciones del karma. Karma sólo tiene impacto en lo condicionado de samsara, o sea, el ego. Cuando estás apegado a tus propias opiniones y puntos de vista, esto crea karma y a su vez es lo que está sujeto a karma. No obstante, tu verdadero cuerpo, la mente de nuestra naturaleza verdadera, es inherentemente libre de karma y condiciones. En todo momento, si estás agitado, estresado, preocupado, molesto o insatisfecho mentalmente, si te das cuenta de lo que estás generando en ti mismo, tienes la capacidad de soltarlo e ubicarte al instante en lo que es libre, tranquilo y pacífico, la mente calma lúcida, lo que es esta dulzura quieta de este momento preciso que no depende en nada y no está limitado por nada. No es algo construido por la combinación de las cinco skandhas de forma, sensación, percepción, impulso volitivo y consciencia (sensorial). Estos cinco agregados del cuerpo físico es lo que consiste samsara, el mundo de insatisfacción, descontento y sufrimiento. Pero este cuerpo físico no es tu cuerpo real. Lo que eres es la mente que mueve el cuerpo físico.    

Sin embargo, esta mente es sutil y difícil de ver. No es lo mismo que la mente sensual. Todos quieren ver esta mente, y los que mueven las manos y los pies con su luz son tantos como los granos de arena a lo largo del Ganges, pero cuando les preguntas, no pueden explicarlo. Son como marionetas. Es de ellos para usar. ¿Por qué no lo ven?

            El Buda dijo que la gente está engañada. Por lo tanto, cuando actúan, caen al río del samsara sin fin. Además, cuando intentan salir sólo se hunden más profundamente, todo porque no ven su naturaleza original. Si la gente no estuviera engañada, ¿por qué preguntarían sobre algo que tenían delante? Ninguno de ellos comprende el movimiento de sus propias manos y pies. El Buda no se equivocó. Las personas engañadas no saben quiénes son. Un Buda y nadie más se ha dado cuenta de algo tan difícil de comprender. Sólo el sabio conoce la mente, esta mente llamada naturaleza original, esta mente llamada liberación. Ni la vida ni la muerte pueden contener esta mente. Nada puede. También se le llama el Tathagata Imparable, el Incomprensible, el Ser Sagrado, el Ser Trascendente, el Gran Sabio. Los nombres varían pero no la esencia. Los Budas también varían, pero ninguno abandona su propia mente. La capacidad de la mente es ilimitada y sus manifestaciones son inagotables. Ver formas con tus ojos, oír sonidos con tus oídos, oler olores con tu nariz, saborear sabores con tu lengua, cada movimiento o estado es tu mente entera. En cada momento, donde el lenguaje no puede ir, esa es tu mente.

Este último punto, que la mente se encuentra donde el lenguaje no puede ir, es la mente antes del pensar, puesto que el lenguaje se basa en ideas y conceptos, un constructo mental, como imágenes cinematográficas proyectadas sobre una pantalla. Todos ven y disfrutan el movimiento e historia que se proyectan sobre la pantalla con estas imágenes. Pero son ilusiones y transparentes. Son productos de la luz pasando por la cinta cinematográfica dentro de un proyector con su lente que se enfoca sobre la pantalla. Son condiciones necesarias que producen la película parecidas a los cinco skandhas. Sin estas condiciones, no hay película. Aunque hay una experiencia de personas, eventos y dramas, en ningún momento son reales. Sin embargo, tenemos la capacidad de invertir esta luz del proyector hacia adentro y usar la luz para percibir la luz en sí, la consciencia, o sea, nuestra mente real antes de los filtros de ideas, pensamientos y los objetos de percepción.  

            Los sutras dicen: “Las formas de un Tathagata son infinitas. Y también lo es su conciencia ". La infinita variedad de formas se debe a la mente. Su capacidad para distinguir cosas sea cual sea su movimiento o estado, es la conciencia de la mente. Sin embargo, la mente no tiene forma y su conciencia no tiene límites. Por lo tanto, se dice: “Las formas de un Tathagata son infinitas. Y también su conciencia "…

Así que, un Tathagata, un Buda, tiene infinitas formas ya que todas las formas son manifestaciones de Buda. O sea, toda forma es la función de esencia, como el océano y las olas. Toda ola es en todo momento parte del océano. Toda ola es distinta de cada otra ola, y todas las olas son uno con el océano. Todo es uno y todo es diferente a la vez.  

…Un cuerpo material de los cuatro elementos es un problema. Un cuerpo material está sujeto al nacimiento y la muerte. Sin embargo, el cuerpo real existe sin existir; porque el cuerpo real de un Tathagata nunca cambia. Los sutras dicen: "La gente debe darse cuenta de que la naturaleza original de Buda es algo que siempre ha tenido". Kashyapa fue el primero en darse cuenta de su propia naturaleza original.

Aquí Bodhidharma está aclarando que no se puede reducir mente a una cosa física, como un átomo, energía, o cualquier cosa que tiene comienzo o fin, como nacimiento y muerte. Esto sería reducir la mente a algo condicionado dentro de samsara. La mente real siempre ES. No cambia, no puedes conseguirlo y tampoco puedes perderlo, puesto que es el sustrato fundamental de todo lo que existe. La mente real ni existe ni no existe. Simplemente ES este momento presente tal como es.   

            Nuestra naturaleza original es la mente. Además, la mente es nuestra naturaleza original. Esta naturaleza original es la misma que la mente de todos los Budas. Los budas del pasado y del futuro sólo transmiten esta mente. Más allá de esta mente, no hay Buda en ninguna parte. Sin embargo, las personas engañadas no se dan cuenta de que su propia mente es el Buda. Siguen buscando afuera. Nunca dejan de invocar o adorar a los budas y de preguntarse dónde está el Buda. No te dejes llevar por tales ilusiones. Sólo conoce tu mente. Más allá de tu mente, no hay otro Buda. Los sutras dicen: "Todo lo que tiene forma es una proyección de nuestras ideas". También dicen: "Dondequiera que estés, el Buda también está allí". Tu mente es el Buda. No uses un Buda para adorar a un Buda.

La luz de esta mente es Buda. No hay nada que no sea Buda. Buda es la mente que ve siempre en este momento presente. Los Budas siempre han transmitido esta mente a pesar de que no hay nada transmitir. ¿Cómo se puede transmitir algo que ya todo es? Más bien, un Buda es un ser sintiente que se ha despertado a la verdad de su mente verdadera, su esencia, y señala a otros que erróneamente creen que todavía son seres humanos que de verdad en todo momento son Budas, son esta mente original. Por lo tanto, es un error hacer postraciones al Buda, puesto que Buda está haciendo una postración a sí mismo. Cuando postramos a Buda, estamos honrando y adorando a nosotros mismos como nuestra naturaleza esencial. En cierto sentido, si crees que estás adorando a algo fuera de ti mismo, todavía estás atrapado en samsara. Si te das cuenta de que lo que ve el Buda es el Buda en sí, la mente original, entonces eso es despertar. Ya puedes caminar el camino del bodhisattva y ayudar a todos los seres sensibles despertarse a lo que son, un Buda.      


Bibliografía

Dharma, Wonji (Traductor). (2010). The Bodhidharma Lectures. Buddha Dharma          University Press: Oneida, N.Y.

Pine, Red (Traductor). (1987). The Zen Teaching of Bodhidharma. North Point Press: N.Y.