EL SUTRA DE LA PERFECTA ILUMINACIÓN
Capítulo 10: Las Cuatro Enfermedades de Práctica
Charla Dharma 26/JUL/2020
Venerable. Dr. Hyonjin Prajna
Texto
10. Bodhisattva Iluminación Universal 普 覺 菩薩
Entonces el Bodhisattva Iluminación Universal se levantó
de su asiento en la gran asamblea. Se inclinó ante los pies del Buda, y lo
circumambuló tres veces a la derecha. A continuación, se arrodilló con las
manos unidas y se dirigió al Buda, diciendo "Gran Compasivo Honrado del
Mundo. Usted ha explicado claramente las enfermedades de meditación, lo que
permite a los bodhisattvas lograr lo que aún no han experimentado."
"Sus conciencias han sido completamente calmadas y
han alcanzado una gran tranquilidad. Honrado del Mundo, como la separación del
ser sintiente se vuelve gradualmente más y más distante de la edad de Buda, los
sabios y venerables se ocultan, mientras el Dharma equivocado crece y se
extiende. ¿Qué tipo de persona debemos aconsejar a los seres sentientes buscar?
¿En qué tipo de enseñanzas deben confiar? ¿Qué tipo de prácticas deben hacer?
¿Qué tipo de enfermedades deben eliminar, y qué tipo de propósito deberíamos
hacer, a fin de evitar que la multitud ciega caiga en puntos de vista
equivocados?" Habiendo dicho esto, se postró en el suelo. Él hizo esta
pregunta tres veces seguidas.
Entonces, el Honrado del Mundo, dirigiéndose al
Bodhisattva Iluminación Universal, dijo: "¡Excelente, excelente! Buen
Hijo, has podido preguntar al Tathagata sobre esta clase de práctica, la cual
puede impartir a todos los seres sintientes el valiente Ojo de la Vía,
causándoles a alcanzar la Vía sabia. Ahora escucha bien, y te enseñaré."
El bodhisattva Iluminación Universal recibió esta enseñanza con gran alegría.
Los que estaban en la gran asamblea guardaron silencio y escucharon.
“Buenos hijos, los seres sintientes de la edad degenerada
deben despertar "gran mente" y buscar maestros genuinos.
Aquellos que quieran practicar deben buscar solo a
alguien con una visión correcta, cuyos pensamientos no permanecen en
características, que no se une a los reinos de los Arhats y realizadores
solitarios, y cuya mente sea constantemente pura incluso mientras se manifiestan
las aflicciones del mundo.
"Incluso al mismo tiempo que te señala tus diversos
fallos, elogia tus prácticas de pureza, mientras que te impide romper los
preceptos. Si encuentras este tipo de persona, puedes alcanzar La Correcta
Iluminación Universal Verdadera Sin Igual. Los seres sintientes
de la edad degenerada que encuentran este tipo de persona deberían ofrecerle
todo, incluso su cuerpo, vida, familia, bienes y sirvientes. Este Auténtico
Maestro demuestra constantemente la pureza a través de las cuatro posturas (es
decir, en todo momento). A pesar de que señala todo tipo de errores y
dificultades, su mente carece de orgullo. Buenos Hijos, si no generan ningunos
sentimientos negativos hacia este Buen Amigo, finalmente podrán lograr la
Iluminación Correcta. Su mente-flor se abrirá, iluminando los mundos en las
diez direcciones.
“Buenos Hijos, el Dharma sutil que es actualizado por
este Maestro Genuino debe estar libre de las Cuatro Enfermedades. ¿Cuáles son las
Cuatro Enfermedades? La primera es la enfermedad del "artificio".
Digamos, por ejemplo, hay alguien que dice "basado en mi mente original voy
a llevar a cabo varias prácticas", queriendo alcanzar la Iluminación
Perfecta. Puesto que la esencia de la Iluminación Perfecta no es algo que se
puede alcanzar por artificio, se llama una "enfermedad".
“La segunda es la enfermedad del "naturalismo".
Digamos, por ejemplo, hay alguien que dice "no debemos ahora ni eliminar
samsara ni buscar nirvana. En realidad, samsara y nirvana ni surgen ni cesan.
Debemos simplemente fluir naturalmente con todos los varios aspectos de la
realidad," queriendo alcanzar la Iluminación Perfecta. Puesto que la
esencia de la Iluminación Perfecta no se produce a través del simplemente
aceptar las cosas como son, esto se llama una "enfermedad".
“La tercera es la enfermedad del "parar".
Digamos, por ejemplo, hay alguien que dice: "de mi pensamiento actual, voy
a parar todos los pensamientos y así percibir el cese y la ecuanimidad de todos
los fenómenos," queriendo alcanzar la Iluminación Perfecta. Puesto que la
esencia de la Iluminación Perfecta no se logra mediante el parar de
pensamientos, se llama una "enfermedad".
“La cuarta es la enfermedad de la "aniquilación".
Digamos, por ejemplo, hay alguien que dice: "Ahora voy a aniquilar de
forma permanente todas las impurezas. Cuerpo y mente son en última instancia
vacías, faltando cualquier realidad inherente en sí. ¿Cuánto más deberían
eliminarse de forma permanente todos los falsos reinos de los órganos de los
sentidos y sus objetos?", buscando así la Iluminación Perfecta. Puesto que
la característica de la esencia de la Iluminación Perfecta no es la
aniquilación, se llama una "enfermedad".
“Cuando estás libre de las Cuatro Enfermedades te darás
cuenta de la pureza. La realización de esta observación se llama
"comprensión correcta". Cualquier otra percepción se llama
"comprensión equivocada."
"Buenos hijos, seres sintientes de la edad
degenerada deberían agotar sus energías de vida en hacer ofrendas a Buenos
Amigos Budistas y servir Maestros Genuinos. Si el Maestro Genuino se vuelve amable
y amigo de ustedes, no deberían estar orgullosos. Si es frío y distante, no
deberían estar resentidos. Los estados de desagrado y agrado son como el cielo
vacío. Totalmente dense cuenta de que el cuerpo y la mente están en última
instancia lo mismo y comparten la misma esencia con todos los seres sintientes
sin diferencia. Si practicas de esta manera, entrarás en la Iluminación
Perfecta.
"Buenos hijos, cuando los seres sintientes de la
edad degenerada no pueden lograr la Vía, es debido a la presencia de semillas
sin principio de yo y otro, gustos y disgustos. Por tanto, no se liberan. Si
hay alguien que considera a su enemigo lo mismo como a su padre y madre, cuya
mente carece por completo de dualidad, entonces va a eliminar todas las
enfermedades. Luego, dentro de todos los dharmas, yo y otro, gusto y disgusto
también serán eliminados de la misma manera.
"Buenos hijos, todos los seres sintientes de la edad
degenerada quienes quieren buscar la Iluminación Perfecta deben hacer su
propósito, diciendo lo siguiente: ‘Me comprometo a hacer que todo ser sintiente
en todo el
universo entre en la última Iluminación Perfecta.'
"Dentro de aquella Iluminación Perfecta no hay apego
a la ‘iluminación’ ni hay ninguna huella de yo, persona, etc. Si haces este
tipo de propósito, no caerás en opiniones equivocadas."
Entonces, el Honrado del Mundo, deseando reafirmar la
esencia de esto, habló en verso, diciendo:
Iluminación Universal, debes entender
Que los seres sintientes de la edad degenerada
Que desean encontrar un maestro genuino
Deben buscar uno con la Comprensión Correcta
Cuya mente está muy lejos de los Dos Vehículos
Él que no rompe los preceptos
Y cuya raíz de preceptos es constantemente puro.
Y en cuanto al Dharma ha eliminado las Cuatro
Enfermedades,
Las que se llaman artificio, parar, naturalismo y
aniquilación.
Si se vuelve amigo cercano contigo, no estés orgulloso.
Y si es distante, no estés resentido.
Al observar los varios reinos, tu mente producirá
entonces lo milagroso.
Y si abandonas el hogar como hizo el Buda
Salvarás a todos los seres sintientes
Así que finalmente entrarás en la Iluminación Perfecta.
Libre de las huellas, tales como "yo" y
"persona"
Constantemente descansas en la sabiduría
Naturalmente, alcanzas la trascendencia de las opiniones
equivocadas
Realizando la iluminación y parinirvana (extinción
total).
Comentario
¿Cuál es la enfermedad? Hay un cuento zen que considera
este tema:
Una vez un hombre fue invitado a
casa de un amigo. En el momento en que iba a beber el vino que le habían
ofrecido, creyó ver una pequeña serpiente en el fondo de la copa. Para no
importunar a su anfitrión no le dijo nada y se lo tragó todo.
Cuando regresó a su casa comenzó a
sentir fuertes dolores de estómago. Le prescribieron numerosos medicamentos,
pero, como cada vez se sentía peor, creyó que moriría. Su amigo, alertado por
lo sucedido, lo invitó nuevamente a su casa. Lo hizo sentar en el mismo lugar y
le ofreció una copa de vino avisándole de que era medicina.
En el momento en que el enfermo se
llevaba la copa a los labios, vio nuevamente, en el fondo de la misma, a la
pequeña serpiente. Esta vez se lo comunicó a su convidante, quien, sin decir ni
una sola palabra, señaló un arco que colgaba del techo. De pronto, el enfermo
se dio cuenta de que la «cría de serpiente» era el reflejo del arco que colgaba
encima de él. Los dos hombres se miraron y se pusieron a reír y el enfermo
recuperó la salud.[i]
En el Sutra de la
Iluminación Perfecta, Buda enseña que hay 4 enfermedades en la práctica espiritual
obstaculizando la plena realización de Perfecta Iluminación Universal
(Anuttara-Samyaksambodhi), o sea, darnos cuenta de que nuestro ser es la
Esencia Fundamental del Universo. Se denominan estas enfermedades 1. artificio,
2. naturalismo, 3. parar y 4. aniquilación.
La primera enfermedad es artificio, es la creencia de que
una cierta práctica, método, o medio hábil va a llevarte a la Perfecta Iluminación.
Pero no es así. Esto incluye todo tipo de zazen, vipassana, plena atención,
talleres, meditación, contemplación, ritual, ceremonia, acciones benevolentes,
canto, estudio, y el generar de mérito o buen karma. Ninguna de estos métodos
puede traer, llevar, o conseguirte la Iluminación, puesto que la Iluminación no
es un objeto, ni una cosa o plano de consciencia, ni es un paraíso en las
nubes, ni alguna meta distante o futuro. La idea de que la Iluminación es algo
fuera de ti, o que vas a encontrarla en el futuro, efectivamente obstaculiza su
realización. La Iluminación no está limitado a una idea, no tiene comienzo ni
fin, es antes del pensar y saber. Si fuera algo a conseguir, implicaría que no la
eres justo en este momento preciso. Simplemente eres Buda y la práctica es
despertarte a este hecho aquí y ahora y funcionar desde esta Verdad.
La segunda enfermedad es naturalismo, la actitud de que
se debe simplemente fluir con todo sin hacer nada. Es una actitud pasiva de
que, si todo es vacío, no hay nada que hacer ni lograr, no importa nada lo que
pasa, mientras se acepte todo como es. No tenemos que buscar Nirvana, ni
eliminar samsara. No es necesario la ética, como un relativismo absoluto que justifica
cualquier acción o pensamiento. Esta actitud de hecho se basa en la mente instintiva
y lleva al hedonismo con la meta de sentirse bien, ser feliz, estar cómodo,
como la inocencia de un hippie de los sesenta diciendo “¿Qué onda, tío? No pasa
nada. Solo haz el amor, no la guerra.” Los hippies surgieron en un tiempo de
violencia, corrupción, y engaño tremendo. Su reacción era no participar en
aquella guerra de Vietnam, de abandonar la sociedad corrupta, y buscar
alternativas en el modo de pensar y actuar. Su propósito fue bueno, pero se
volvió distorsionado en la creencia de que la libertad y la felicidad se encuentran
en alguna droga, alguna utopía, o alguna sensación placentera, lo cual resultó
en todavía más sufrimiento, adicción, deseo y descontento. El ideal del hippie
del fluir naturalmente con todo resultó en un hedonismo y esclavitud basados en
egoísmo. Por eso, practicamos la ética basada en los Preceptos. Sin ética, si
no consideramos nuestras acciones y el impacto que tendrán en los demás,
estamos perdidos en samsara. Hay que practicar, no para lograr, sino para expresar
y funcionar plena y conscientemente desde nuestra naturaleza búdica, y darnos
cuenta cuando estamos obstaculizados por nuestro karma y condicionamiento, o
sea, nuestros malos hábitos mentales. Cuando hay injusticias, engaño, abuso, y
violencia, tanto en el mundo como en nosotros mismos, según la situación, la
relación, y nuestra función suprema (la de despertarnos a la Verdad y luego
salvar a todos), así que debemos actuar correctamente, sin violencia física ni
mental, y no simplemente fluir con todo como si no importe.
La tercera enfermedad es parar los pensamientos y las
emociones. Es un error de muchos practicantes nuevos intentar parar los
pensamientos, al intentar poner la mente en blanco, o buscar un estado en que
los pensamientos no surjan y uno está totalmente en silencio. Esto es un
problema, principalmente porque cualquier intento de parar los pensamientos
resulta en más pensamientos. La idea que la mente está en blanco es todavía una
idea. La percepción o consciencia de cualquier estado es todavía basado en la
mente chica. El cerebro, como cualquier órgano en nuestro cuerpo, sirve como un
generador de pensamientos. Es su función de secretar pensamientos continuamente.
El intento de parar los pensamientos nunca resulta en Iluminación. Ni es
necesario. Con o sin pensamientos, hay que despertar a la Verdad aquí y ahora
que no puede ser obstaculizada por nada, que siempre es libre y presente, y
simplemente nos despertamos a esto en medio de todo. Es como dejar los
pensamientos pasar al segundo plano y nos desapegamos de ellos mientras que nos
enfocamos en la dulzura quieta de nuestra verdadera esencia presente. Somos
esta Iluminación, es nuestra Esencia fundamental, y no es algo lograr. Se puede
ser consciente de esta dulzura quieta de nuestra esencia en cada momento, y
cuando nos desviamos la atención debido a ideas de deseo o aversión,
simplemente se las suelta y se vuelve la atención a este momento sin adorno. Al
percatar nuestra ignorancia basada en egoísmo, podemos despertarnos una y otra
vez a la sabiduría del Infinito funcionando por medio de nuestras vidas
individuales.
La cuarta enfermedad es la aniquilación. La eliminación
de impurezas no resulta en la Perfecta Iluminación. El Buda mismo intentó lo
mismo en el ascetismo que practicó por años antes de su Iluminación. Casi lo
costó su vida, al comer sólo un grano de arroz por día. Aparentaba como un
esqueleto, tan delgado estaba. Se dio cuenta de que, si muriera antes de
encontrar la liberación, entonces habría fracasado por completo. El cuerpo y la
mente no son los enemigos. No son inherentemente impuros. Si intentamos
eliminar las impurezas, estamos dándoles realidad. Puesto que todo es vacío,
todo es Buda, o sea, la Esencia que se manifiesta en cualquier momento
absolutamente puro como es. Nuestra práctica consiste en reconocernos como esta
Esencia y funcionar en el mundo así basado en la mente pura, la pureza de la
Mente Búdica. Igual a las ideas que
surgen, permanecen un rato, y luego desaparecen, las impurezas tienen la misma
cualidad. A pesar de que las impurezas surgen o no, siempre somos Esencia. La Iluminación
no depende en nada, no la puedes lograr, no la puedes corromper. La Iluminación
simplemente es.
Al identificar las cuatro enfermedades, Buda nos aconseja
buscar un maestro genuino, uno con una vista correcta del Dharma, cuyos
pensamientos no se apegan a los fenómenos, alguien que no sólo se ha realizado
por si mismo sino está dedicado a la salvación de todos los seres sintientes.
Incluso, mientras se encuentra en medio de las guerras, el COVID-19,
revoluciones culturales, racismo, robo y inseguridad económica, puede
mantenerse ecuánime y un ejemplo a seguir en cuanto a conducta ética y
benevolencia en el mundo. Así que, al encontrar este maestro genuino, ¿qué
estarás dispuesto ofrecerle por sus enseñanzas y apoyo espiritual? El Buda recomienda:
“Los seres sintientes de la edad degenerada que encuentran este tipo de
persona deberían ofrecerle todo, incluso su cuerpo, vida, familia, bienes y
sirvientes.” No es que el maestro quiera estas cosas, sino más bien es la
actitud por parte del practicante que busca la forma de mostrar su gratitud y
agradecimiento al maestro por todo lo que les ha regalado. Por eso, aportamos algo
de nosotros al maestro en la forma de dinero, tiempo, comida, tareas, o
cualquier forma de generosidad. Es un círculo de karma. El maestro les regala
su vida y sabiduría a las alumnas y ellas a su vez le cuidan con sustento,
respeto y amor. Si solo se recibe, sin volver nada, se rompe este círculo precioso
de buen karma, energía y amor y se pierde la oportunidad de mostrar nuestra
verdadera cara de Buda, la cara de generosidad y agradecimiento. Entonces, ¿Qué estarías dispuesto ofrecer al maestro por sus enseñanzas? ¿Cuánto
valor tiene para ti la Iluminación?
El Buda nos anima entregarnos por completo al maestro, simbolizado con la entrega de incluso su cuerpo, vida, familia, bienes y sirvientes. Es decir, nos comprometemos por completo a la Verdad y a la práctica y mostramos nuestra gratitud al aportar algo a él. Esto es como los monjes piden entrada a un monasterio zen:
"‘Yo, monje/monja/laico/laica __________(fulano),
pido permiso abordar el vehículo de los Bodhisattvas, cultivar sus prácticas de
cesación-extinción y entrar con ellos en su permanencia en las características
puras de lo real. Acepto la gran Iluminación Perfecta como mi templo, con el
cuerpo y la mente viviendo en paz en la sabiduría de la igualdad de la
naturaleza. Dado que la naturaleza propia del nirvana no se limita de ninguna
manera, ahora con respeto suplico no vivir en opiniones equivocadas…”
Este Sutra de la Perfecta
Iluminación es una nave abordar con el tripulante de determinación, compromiso,
y ética. Si seguimos bien su mapa, nos lleva al templo puro del corazón,
nuestro refugio de paz y tranquilidad. Entramos a través del portón de
reverencia y gratitud, vestidos con la túnica pura del Dharma. Allí, por fin, le
encontramos sentado sobre un loto, nuestro verdadero maestro, el Buda silencioso
y resplandeciente de nuestra propia mente. Nos prostramos ante sus pies, y lo
circumambulamos tres veces a la derecha, signo de respeto y adoración. Arrodillado frente a Él, con las manos
unidas, le pedimos sus enseñanzas, su consejo y orientación. Sus palabras brotan de su boca como flores
fragrantes y nos entregamos a su sabiduría, lo que nos sana de las cicatrices
de incontables vidas anteriores sumergidas en ignorancia y sufrimiento. Ya
estamos en casa, es nuestro hogar y nos rendimos a su servicio, a defenderlo en
todo momento, para siempre. Así es la Perfecta Iluminación.
[i] María Gabriela Diaz Gronlier. El Copo y La Rueca. Diez cuentos Zen
ilustrados con grabados de Ohara Koson. “El Espejismo”. 3 Dic 2017
https://www.elcopoylarueca.com/diez-cuentos-zen-ilustrados-grabados-ohara-koson/