LAS
ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA
Clase
14: Raíces de Ignorancia
Charla
Dharma 21/FEB/2021
Ven.
Dr. Hyoenjin Prajna
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En
el eje de la Rueda de la Vida se ven tres animales: un gallo, una serpiente y
un cerdo que representan respectivamente el deseo, la ira y la ignorancia o
ilusión. Bodhidharma toma las mismas tendencias mentales y las aplica al
símbolo de raíces de ignorancia. En este capítulo Bodhidharma nos presenta la
raíz de todo el sufrimiento y nos muestra cómo esta raíz manifiesta nuestra
experiencia de samsara representada por seis reinos de Karma.
Pregunta: Usted dice que
nuestra verdadera naturaleza búdica original y todas las virtudes tienen la
consciencia por su raíz. Sin embargo, ¿cuál es la raíz
de la ignorancia?
Bodhidharma: La mente
ignorante, con sus infinitas aflicciones, pasiones y males, tiene sus raíces en los tres venenos, que son la codicia, la ira y la ilusión. Estos tres estados
mentales envenenados incluyen innumerables males, como árboles
que tienen un solo tronco pero innumerables ramas y hojas. Sin embargo, cada
veneno produce tantos millones más de males que el ejemplo de un árbol no es
una comparación adecuada.
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Los tres venenos de codicia, ira e ilusión son el
tronco del árbol de ignorancia, o sea, la base de todo nuestro sufrimiento.
Cada uno puede dividirse en innumerables estados emocionales, todos
relacionados con la idea fundamental de un yo identificado con este cuerpo
limitado e impermanente. Debido a esta identidad egoica, cometemos todo tipo de
errores en el intento protegernos y llenar este hueco negativo interior de
aislamiento e inseguridad.
Los tres venenos están
presentes en nuestros seis órganos de los sentidos "como seis tipos de
consciencia" o ladrones. Se les llama
ladrones porque entran y salen de las puertas de los sentidos, codician
posesiones ilimitadas y enmascaran su verdadera identidad. Además, debido a que
los seres mundanos son engañados en cuerpo y mente por estos venenos o
ladrones, se pierden en la vida y la muerte, deambulan por los seis estados de
existencia y sufren innumerables aflicciones. Estas aflicciones son como ríos
que surgen miles de millas debido al flujo constante de pequeños manantiales.
Los tres venenos actúan
como ladrones de nuestra energía; son fugas de energía que causan
preocupaciones y pérdidas de bienestar y paz mental. Son los filtros de nuestra
percepción, lentes que distorsionan nuestra experiencia del mundo como algo
imperfecto, incompleto o lleno de maldad. Pero no hay bueno o malo. Hay sólo
nuestros prejuicios que distorsionan nuestra experiencia del mundo y nos causan
malestar y descontento.
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Sin embargo, si alguien corta su origen, los ríos se secan. Además,
si alguien que busca la liberación puede convertir los tres venenos en los tres grupos de preceptos y los seis ladrones en las seis paramitas, se librará de la aflicción de una vez
por todas. Sin embargo, los tres reinos y los seis estados de existencia son infinitamente vastos.
Al cortar la raíz de los
tres venenos, nos ubicamos en nuestra naturaleza búdica, nuestro verdadero ser.
Así convertimos la codicia en generosidad, la ira en amor y la ilusión en
sabiduría y practicamos los preceptos como expresiones de nuestra esencia y
actuamos como bodhisattvas que alivian el sufrimiento de los demás con
características representadas por los seis paramitas, o perfecciones, de un
bodhisattva: generosidad, ética, paciencia, esfuerzo, concentración y
sabiduría. Sin embargo, hay una infinidad de ideas mentales a confrontar para
liberarnos de samsara.
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¿Cómo podemos escapar de sus infinitas aflicciones si todo lo que hacemos es contemplar la mente? El karma de los tres reinos proviene solo de la mente. Si tu mente no está dentro de los tres reinos, está más allá de ellos. Los tres reinos corresponden a los tres venenos, la codicia corresponde al reino del deseo, la ira al reino de la forma y la ilusión al reino sin forma. Además, debido a que el karma creado por los venenos puede ser suave o pesado, estos tres reinos se dividen en seis lugares conocidos como los seis estados de existencia.
El mundo de deseo está
asociado con deseo sensual y sexual y está asociado con los seres humanos. En el
mundo de forma hay placer corporal pero sin deseo sexual, un mundo de dioses.
El mundo de no forma incluye los espíritus sin cuerpos. Dependiendo en la
intensidad de los tres venenos, se crea la experiencia de los seis mundos de
samsara. Sin embargo, si practicas el Dharma, puedes liberarte de samsara.
Es como si todo el
universo de construcciones mentales se derribe al instante. Simplemente observa
la mente, toma un paso atrás, invierte la atención hacia adentro y ubicarte en
lo que hay antes del pensamiento.
Pregunta: ¿Y en qué se
diferencia el karma de estos seis?
Bodhidharma: Los seres mundanos que no comprenden la práctica verdadera y
realizan buenas acciones a ciegas nacen en los tres estados superiores de
existencia dentro de los tres reinos.
Es decir, si simplemente meditas
y cumples con la ética pero no entiendes el Dharma verdadero, no vas a llegar a
la liberación. Puede ser que tengas muy buen karma, o sea, muchas bendiciones
en tu vida, pero no es la Iluminación verdadera. Todavía estás viviendo en el
mundo de karma y karma tiene sus límites. Es impermanente y algún aspecto de
descontento, estrés e ilusión.
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Además, ¿cuáles son
estos tres estados superiores? Aquellos que realizan ciegamente las diez buenas obras y tontamente buscan la felicidad, nacen como devas en el reino del deseo.
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Aquellos que observan ciegamente los cinco
preceptos y se complacen tontamente en el amor y el odio nacen como humanos
en el reino de la ira,
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y aquellos que se
aferran ciegamente al mundo fenoménico, creen en
doctrinas falsas y oran
por bendiciones nacen como demonios (asuras o semi-diosas) en el reino
de la ilusión. Estos son los tres estados
superiores de existencia.
Las diez buenas obras incluyen:
renunciar a matar, robar, conducta sexual inapropiada, mentir, discurso
divisivo, lenguaje duro, hablar frívolo, ansia, aversión y puntos de vista
desviados. Si practicas estas buenas obras con orgullo espiritual y buscas el
reconocimiento por ser un practicante admirable y quieres ciertas recompensas por
ser bueno, entonces renaces como un dios en este mismo instante. Vives este
momento con la idea de que eres perfecto. Pero esto aún es una ilusión de
perfección. No es la verdadera perfección.
Si practicas los cinco
preceptos pero todavía te llevas por el amor romántico que incluye celos,
competencias y las molesticas de estar enamorado, vives este momento como un
ser humano con altibajos de felicidad, depresión e inseguridad. Tu amor está
basado en la proyección de ti mismo en la otra persona y no tiene mucho que ver
con el verdadero amor.
Si tu práctica involucra
la búsqueda de ganancias económicas o mentales, como la tendencia de practicar
mindfulness con metas específicas, como poderes mentales o físicas o para
lograr algún estatus deseado, entonces estás viviendo en este instante como un
demonio o asura, por ejemplo un vicepresidente de alguna empresa esperando su
momento para apuñalar la espalda de su competencia y lograr el primer lugar
como el jefe principal. Esto incluye la filosofía New Age del Secreto,
una creencia que si visualizas lo que quieres, lo puedes conseguir. Esta
tendencia, aunque te traiga muchos beneficios, de hecho, refuerza las tendencias
egoicas de “yo quiero, mí, mío.”
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Además, ¿cuáles son los tres estados inferiores? Allí es donde nacen los que persisten en pensamientos envenenados y malas acciones.
Aquellos cuyo karma de codicia es mayor se
convierten en fantasmas hambrientos.
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Aquellos cuyo karma de ira es mayor se convierten en víctimas en el infierno.
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Además, aquellos cuyo
karma de la ilusión es mayor se convierten en bestias.
Es decir, si tus
intenciones son más intensas y mezcladas con deseo extremo, te conviertes en un
fantasma hambriento con adicciones que controlan tu vida. Si tu ira es más
extrema mezclada con autodesprecio y errores imperdonables, entonces vives en
el mundo del infierno. Y si tu ilusión es tan extrema que prefieres
desperdiciar tu vida en sensaciones corporales y diversión, entonces estás
viviendo este momento como un animal.
Estos tres estados
inferiores junto con los tres estados superiores anteriores forman los seis
estados de existencia. A partir de esto, debes darte cuenta de que todo el karma, doloroso o no, proviene de tu propia mente. Si tan solo puedes concentrar
tu mente y trascender tu falsedad y maldad, el sufrimiento
de los tres reinos y seis estados de existencia desaparecerá
automáticamente. Además, una vez libre de sufrimiento, eres verdaderamente libre. Sin embargo, el Buda dijo:
"Solo después de sufrir innumerables dificultades durante tres asankhya (un número infinitamente grande) kalpas, me
di cuenta de la liberación".
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Cuando vivimos en samsara, estamos viviendo en el
mundo de engaño, ilusión, locura y error. Es una creencia en algo que
contradice la realidad. Es la ignorancia y una falta de consciencia de la
verdadera naturaleza búdica de las cosas. Según el budismo, estamos engañados
por nuestros sentidos. Cuando nuestra consciencia está apegado a nuestros
sentidos, nos lleva al error por tomar el mundo de apariencias como la realidad.
Nuestro error fundamental es que creemos que el mundo es exterior a nosotros,
pero en realidad es una proyección de nuestras mentes. Esto no significa que el
mundo no exista, sino más bien que lo distorsionamos con nuestra mente envenenada
con deseo, ira e ilusión. Estamos practicando para superar esta percepción
equivocada y experimentar nuestra conexión directa con el universo entero (Kohn,
2010). No hay nada separado y nada con su propia identidad permanente. Es
decir, somos uno con Buda, algo brillante y divino, que no tiene comienzo o
fin, no nace, no muere, no tiene ningún nombre o forma. Entonces, “¿Qué es
esto?”
Bibliografía
Dharma, Wonji
(Traductor). (2010). The Bodhidharma Lectures. Buddha Dharma University
Press: Oneida, N.Y.
Kohn, Michael H. (2010). A Concise Dictionary of
Buddhism and Zen. Shambhala: Boston.
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