CÓMO TRAGARSE A UN BUDDHA
Charla Dharma 26/JUL/2015
Rev. Dr. Hyonjin Prajna
¿A qué escuela de Zen es eso?
¿Qué práctica de Zen
es eso?
¿Qué acción de Zen es eso?
¡Mira! El chugpi del maestro Zen es pardo.
El Buddha que está sentado sobre el altar es moreno.
¿Qué acción de Zen es eso?
¡Mira! El chugpi del maestro Zen es pardo.
El Buddha que está sentado sobre el altar es moreno.
Tenemos un maestro extraordinario en nuestro linaje que se
llama T’aego, quien vivió en el siglo 14, durante el período clásico del
desarrollo de Zen de Corea. Se volvió monje cuando era adolescente. Luego
viajaba a varios centros Zen por todo Corea estudiando con los maestros allí
durante los retiros de 90 días en el invierno y el verano. Así, comenzó
trabajando en el kong-an:
Las
diez mil cosas todas vuelven al uno.
No
obstante, ¿A qué se vuelve el uno?
Después de
varios años enfocando su mente en esta cuestión, tuvo una experiencia de
despertar (kensho), por la cual escribió un poema de iluminación:
Me tragué a todos los Budas
y Patriarcas
Sin tener que usar mi boca.
Sin tener que usar mi boca.
Varios años luego, tuvo todavía otro kensho con el Kong-an
“Mu”. A pesar de ser una persona iluminada con varios alumnos, un día decidió
acudir a China, para estudiar con el maestro Lin-Chi, quien le dio transmisión,
dando a T’aego su sanción como un maestro zen legítimo. Luego T’aego continuó
su viaje a la capital de China, donde le invitaron a dar charlas Dharma en el
palacio del rey. Aquí es lo que le dijo:
Hay algo brillante y clara,
sin falsedad, sin
prejuicios, tranquilo e inmóvil, poseedor de gran conciencia
fundamentalmente sin nacer y morir y discriminación, sin nombres y formas y
palabras. Se envuelve el espacio y cubre todo
el cielo y la tierra, todo
de la forma y el sonido, y está equipado para funcionar.
Luego siguió explicando cómo la que se
refiere aquí está relacionado con cada persona:
Esta única cosa está siempre con
cada persona. Ya sea que se mueve o no, cada vez
que se encuentra con circunstancias
y objetos, siempre es muy obvia
y clara, clara en
todas partes, revelada en todo.
Se está brillando tranquilamente en todas las actividades. Como un medio
hábil, se llama Mente. También se
conoce como el Camino, y el rey
de los dharmas miríadas, y Buda. Buda
dijo que ya sea caminar, sentarse, acostarse siempre estamos dentro de ella.
T’aego está intentando hacernos entender
que a pesar de que esta cosa es algo antes de cualquier nombre, forma, habla, o
palabra, no mueve, no viene, no va, y universalmente cubre todo, al mismo
tiempo, se la puede encontrar en toda cosa en todo momento, en cada actividad,
en cada función, puesto que todo es una expresión de ella simplemente como es. Ya
prosigue dando al rey instrucciones de cómo practicar cultivando plena atención
a esta cosa:
Su majestad debe
contemplar su propia mente inherente. Durante momentos
de calma en las funciones miríadas
de Estado, Su Majestad
debe sentarse derecho en el palacio, sin
pensar en el bien y el mal
en absoluto, abandonando a la vez todos los fenómenos de cuerpo y
mente, al igual que una estatua
dorada de Buddha. Entonces el pensar falso de nacimiento y destrucción está
totalmente borrado, y el
borrado está borrado, en un instante el campo de la mente está quieta e inmóvil, sin nada que descansar.
Cuerpo y mente son de repente
vacíos: es como apoyándose en el
vacío. Todo lo que aparece aquí es
total claridad e iluminación. En este
momento, debería considerar
cuidadosamente su cara
original antes de que nacieran sus padres. Tan pronto como aparezca, se despierta a
la misma: entonces, como una persona tomando agua, uno mismo es consciente de si es fría o tibia. No
se puede describir ni explicárselo a nadie más. Es simplemente la
consciencia luminosa cubriendo los cielos y la
tierra.
Se nota aquí valiosas instrucciones de cómo
practicar. Deberías sentarte derecho sin movimiento. Entonces, primero deberías
destruir a todo pensamiento, y segundo destruir el destruir a todo pensamiento;
es decir, no aferrarte a que cualquiera. Así, todo simplemente se
vuelve abierto y amplio y vacío. En aquel momento preciso debes investigar, “¿Qué
es mi cara antes de que nacieran mis padres?” Eso es el kong-an.
T’aego continuó diciendo al rey:
Esta es la maravilla transmitida de “padre” a
“hijo” mediante los buddhas y los maestros iluminados desde la antigüedad.
Usted debe hacerla su preocupación: tenga cuidado de no descuidarla. Sea así
incluso cuando está atendiendo a los asuntos de Estado y trabajando para la
renovación de la gente. Use este Camino para estar alerta a todos los
acontecimientos y para animar a todos sus ministros y súbditos comunes para
compartir juntos en la verdad interior no artificial y disfrutar la Gran Paz. Entonces
los budas y nagas y devas están seguros de regocijarse y de
extenderle su ayuda sobrenatural en gobernar el país.
T’aego nos asegura que podemos encontrar
esta cosa sin nombre, brillante y clara, justo aquí y ahora si seguimos
practicando de esta forma…siéntate, no te muevas, deja ir todo pensar, deja ir todo
deseo e idea mental, y luego sólo no sabe. Así, descubrirás tu verdadera cara
tan amplia y vasta que cubre todo el universo, tragando todos los buddha y
patriarcas, sin tener que usar tu boca.
Bibliografía
Shrobe, Richard. (2004). Don’t Know Mind: The Spirit of Korean Zen.
Shambhala: Boston and London.
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