MANIFIESTO MONÁSTICO
Voto 4
“Comprometerse a Cultivar Parentesco con la Naturaleza”
Charla Dharma 12/ABR/2020
Venerable Dr. Hyoenjin Prajna
4. Me comprometo a
cultivar la conciencia de mi parentesco con toda la creación y una simplicidad
sana discerniendo mi uso de la energía y las cosas, dejando de lado lo que no
permite que la naturaleza prospere.
El Buda
aconsejó el vegetarianismo y compasión por los animales y las consecuencias
involucradas por haberlos sacrificados:
"Si alguien mata a un ser vivo para
el Tathagata o su discípulo, acumula mucho
demérito en cinco instancias. Cuando dice: ‘Ve y busca ese ser
vivo,’ ésta es la primera instancia en la que se acumula mucho demérito. Cuando ese ser
vivo experimenta dolor y pena
al ser llevado con
un cabestro, ésta es la segunda instancia en la que se acumula mucho
demérito. Cuando dice: ‘Ve y sacrifica ese
ser vivo’ ésta es la tercera instancia
en la que se acumula mucho demérito. Cuando ese ser vivo experimenta dolor y pena al ser sacrificado, ésta es la cuarta instancia en la que se acumula mucho
demérito. Cuando proporciona
al Tathagata o su
discípulo alimentos que no están permitidos, ésta
es la quinta instancia en la que se acumula mucho
demérito. Cualquiera que sacrifique a un ser vivo para el Tathagata o
su discípulo acumula mucho demérito en estas
cinco instancias." (MLD, 55:12)
Hay una regla esencial practicada por todos los budistas del mundo: Un
practicante del budismo nunca debería dañar innecesariamente a ningún ser vivo. Por esto, estaba en apoyo del vegetarianismo mientras que fuera una
elección personal. Nunca imponía una regla fija diciendo que se prohibiera
comer carne. Era más una cuestión de no participar ni observar la violencia y
no gozar de la matanza. Buda habló en contra de la carnicería, el comercio con
animales, la pesca, el maltrato y el sacrificio de animales. Hay que pensar en el
dolor de otras criaturas cuando
las matamos, las despellejamos, las desmembramos y las cocinamos. En cambio, recomendó la compasión y el amor
universal hacia todos los seres. La siguiente historia demuestra el
cambio que ocurre cuando empatizamos con otras criaturas:
Cuando un erudito
llamado Chou Yu estaba cocinando un poco de anguila para comer, notó que una de
ellas estaba doblándose sobre su cuerpo de tal forma que su cabeza y su cola se
encontraban aún en el líquido hirviente, pero su cuerpo se movía hacia arriba
fuera de la sopa. No se cayó completamente hasta que murió. A Chou Fu le pareció
extraño, sacó la anguila y la cortó. Descubrió miles de huevos dentro. La
anguila había arqueado su tripa fuera de la sopa caliente con la intención de
proteger a su prole. Lloró a la vista de aquello y juró que nunca más volvería
a comer anguila.
~Del libro “Registro de la Protección de Vida” (Record of Protecting Life).
Nuestra
responsabilidad como bodhisattvas es reducir o eliminar violencia, dolor y
sufrimiento. Esto incluye como manejamos la tierra y su cultivo. El agrónomo
Masanobu Fukuoka (Medina, 2013) propone un regreso a la agricultura natural de
acuerdo con los principios zen. Fukuoka practica la agricultura cooperando con
la naturaleza, una agricultura del no-hacer.
Fukuoka: “Yo
estaba apuntando hacia un método de hacer la agricultura agradable, natural,
que condujese a hacer el trabajo más fácil en vez de más pesado. Finalmente
llegué a la conclusión de que no había necesidad de arar, ni de aplicar abono,
ni de hacer compost, ni de utilizar pesticidas. Cuando se profundiza en ello,
pocas prácticas agrícolas son realmente necesarias”.
La agricultura
natural de Fukuoka no necesita maquinaria, ni productos químicos, ni es
necesaria mucho desyerbe, no se labra el suelo, ni se utiliza compost, no se
retiene el agua en los campos de arroz, y sin embargo, sus rendimientos son al
par con métodos más industrializados. Su método requiere menos labor y no causa
contaminación.
Fukuoka dice que “para
desarrollar una agricultura del no-hacer, hay que suponer el no-saber.
Fukuoka sostiene que la humanidad no sabe nada en absoluto; sólo sabemos
cosas puntuales y relativas, sin embargo, no hay valores intrínsecos en nada.
Los valores son sólo efectos de una interacción. Cada acción es un esfuerzo
fútil, sin sentido. En este mundo no hay nada en absoluto.” Así que, para
Fukuoka, no comprender nada es reconocer la insuficiencia del conocimiento
intelectual. Hay que regresar a la fuente de todo y comprender que la
agricultura natural surge del centro inmóvil e incambiable del cultivo de la
tierra, o sea, la fuente original. La naturaleza en sí no cambia, no obstante,
nuestra forma de entenderla va cambiando.
Fukuoka propone cuatro
principios para realizar una agricultura natural: 1) No arar ni
voltear el suelo. La tierra se cultiva a sí misma, naturalmente, mediante
la penetración de las raíces de las plantas, de los microorganismos, pequeños
animales, y lombrices de tierra. 2) No utilizar
abonos químicos, ni compost preparado. Si se deja a sí mismo, el suelo
mantiene su fertilidad naturalmente, de acuerdo con el ciclo ordenado de la
vida vegetal y animal. 3) No desyerbar mediante cultivo o herbicidas. Puesto
que las malas hierbas juegan su papel en construir la fertilidad del suelo y en
equilibrar la comunidad biológica, entonces se debe controlar las malas
hierbas, no eliminarlas por completo. 4) No dependencia de los productos
químicos. La naturaleza, dejada sola, está en perfecto equilibrio. Los
insectos dañinos y las enfermedades de las plantas están siempre presentes,
pero no proliferan en la naturaleza en el grado de necesitar el uso de venenos
químicos. El cultivo de plantas vigorosas en un ambiente equilibrado es la
mejor forma de controlar plagas y enfermedades.
Cultivar sólo
para tener ganancias económicas más grandes nos desequilibra nuestras vidas.
Fukuoka recomienda que explotemos la tierra de forma sencilla, más en armonía
con la vida en sí. Él dice:
A la vida
material y, a la dieta, se les debe dar un lugar simple. Si se hace esto, el
trabajo se hace agradable y el descanso espiritual se vuelve abundante…Lao Tzu,
el sabio Taoísta, dice que una vida plena, decente, puede vivirse en una
pequeña aldea. Bodhidharma, el fundador del Zen, se pasó nueve años viviendo en
una cueva. Preocuparse por hacer dinero, expandir, desarrollar, hacer cultivos
comerciales y venderlos, no es el camino del agricultor. Estar aquí, atendiendo
un pequeño campo, en completa posesión de la libertad y plenitud de cada día,
todos los días, éste debe de haber sido el camino original de la agricultura…Justamente
vivir, aquí y ahora, éste es el verdadero fundamento de la vida humana.
Hay que volver a
la unidad entre la humanidad y la naturaleza. Si se ajusta a la naturaleza tal
como es, si el individuo abandona la voluntad humana, permite que la naturaleza
le guíe, dándole todo lo que necesite. En fin, la agricultura natural “no es
simplemente el cultivo de plantas, sino el cultivo la perfección de los seres
humanos.”
Soltar nuestro
egocentrismo y deseo de controlar la naturaleza, y en cambio, volver a una
armonía sencilla y sana, uno con la naturaleza, es parte de un cultivo natural,
tanto en lo económico como en nuestro desarrollo espiritual. En estos días de
cuarentena, estamos pasando mucho tiempo en casa. Puede aparentar pesado y
temeroso. Sin embargo, si aplicamos los principios zen de no-hacer, no-saber,
servir a otros, y fluir con la naturaleza, podemos utilizar este tiempo como
gran oportunidad de introspección en que podemos soltar lo innecesario, volver
a lo sencillo, y redescubrir nuestro verdadero ser original, la fuente de todo.
Simplemente está aquí y ahora en medio de la mente calma y lúcida, la mente
original del principiante. Si practicas con determinación, puedes encontrar la
llave que abre la puerta de lo Ilimitado, donde se siente libre y en paz, donde
cada momento es un tesoro, cada respiración un regalo de vida. Mira adentro y
descubre quién eres de verdad, Uno con la naturaleza, Uno con el universo, Uno
con Buda.
Bibliografía
Medina, Javier. (1 febrero 2013). “La agricultura taoísta del No-hacer. Acerca de la filosofía Zen del agrónomo Masanobu Fukuoka.” Sito web Círculo Achocalla. https://circuloachocalla.org/la-agricultura-taoista-del-no-hacer-acerca-de-la-filosofia-zendelagronomomasanobufukuoka/fbclid=IwAR2uKot86qXO_2z2XMvyQ3PtAlYnGKoXQMdWbvMqcghFDV4aacAPwvVTaOw
The Middle Length Discourses (MLD) of the Buddha. (2009). Cuarta Edición. Traducido por Majjhima Nikaya.
Wisdom Publications: Boston, Mass.
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