MANIFIESTO MONÁSTICO
Voto 4
“Comprometerse a Cultivar Parentesco con la Naturaleza”
Charla Dharma 12/ABR/2020
Venerable Dr. Hyoenjin Prajna
4. Me comprometo a
cultivar la conciencia de mi parentesco con toda la creación y una simplicidad
sana discerniendo mi uso de la energía y las cosas, dejando de lado lo que no
permite que la naturaleza prospere.
El Buda
aconsejó el vegetarianismo y compasión por los animales y las consecuencias
involucradas por haberlos sacrificados:
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Hay una regla esencial practicada por todos los budistas del mundo: Un
practicante del budismo nunca debería dañar innecesariamente a ningún ser vivo. Por esto, estaba en apoyo del vegetarianismo mientras que fuera una
elección personal. Nunca imponía una regla fija diciendo que se prohibiera
comer carne. Era más una cuestión de no participar ni observar la violencia y
no gozar de la matanza. Buda habló en contra de la carnicería, el comercio con
animales, la pesca, el maltrato y el sacrificio de animales. Hay que pensar en el
dolor de otras criaturas cuando
las matamos, las despellejamos, las desmembramos y las cocinamos. En cambio, recomendó la compasión y el amor
universal hacia todos los seres. La siguiente historia demuestra el
cambio que ocurre cuando empatizamos con otras criaturas:
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Nuestra
responsabilidad como bodhisattvas es reducir o eliminar violencia, dolor y
sufrimiento. Esto incluye como manejamos la tierra y su cultivo. El agrónomo
Masanobu Fukuoka (Medina, 2013) propone un regreso a la agricultura natural de
acuerdo con los principios zen. Fukuoka practica la agricultura cooperando con
la naturaleza, una agricultura del no-hacer.
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La agricultura
natural de Fukuoka no necesita maquinaria, ni productos químicos, ni es
necesaria mucho desyerbe, no se labra el suelo, ni se utiliza compost, no se
retiene el agua en los campos de arroz, y sin embargo, sus rendimientos son al
par con métodos más industrializados. Su método requiere menos labor y no causa
contaminación.
Fukuoka dice que “para
desarrollar una agricultura del no-hacer, hay que suponer el no-saber.
Fukuoka sostiene que la humanidad no sabe nada en absoluto; sólo sabemos
cosas puntuales y relativas, sin embargo, no hay valores intrínsecos en nada.
Los valores son sólo efectos de una interacción. Cada acción es un esfuerzo
fútil, sin sentido. En este mundo no hay nada en absoluto.” Así que, para
Fukuoka, no comprender nada es reconocer la insuficiencia del conocimiento
intelectual. Hay que regresar a la fuente de todo y comprender que la
agricultura natural surge del centro inmóvil e incambiable del cultivo de la
tierra, o sea, la fuente original. La naturaleza en sí no cambia, no obstante,
nuestra forma de entenderla va cambiando.
Fukuoka propone cuatro
principios para realizar una agricultura natural: 1) No arar ni
voltear el suelo. La tierra se cultiva a sí misma, naturalmente, mediante
la penetración de las raíces de las plantas, de los microorganismos, pequeños
animales, y lombrices de tierra. 2) No utilizar
abonos químicos, ni compost preparado. Si se deja a sí mismo, el suelo
mantiene su fertilidad naturalmente, de acuerdo con el ciclo ordenado de la
vida vegetal y animal. 3) No desyerbar mediante cultivo o herbicidas. Puesto
que las malas hierbas juegan su papel en construir la fertilidad del suelo y en
equilibrar la comunidad biológica, entonces se debe controlar las malas
hierbas, no eliminarlas por completo. 4) No dependencia de los productos
químicos. La naturaleza, dejada sola, está en perfecto equilibrio. Los
insectos dañinos y las enfermedades de las plantas están siempre presentes,
pero no proliferan en la naturaleza en el grado de necesitar el uso de venenos
químicos. El cultivo de plantas vigorosas en un ambiente equilibrado es la
mejor forma de controlar plagas y enfermedades.
Cultivar sólo
para tener ganancias económicas más grandes nos desequilibra nuestras vidas.
Fukuoka recomienda que explotemos la tierra de forma sencilla, más en armonía
con la vida en sí. Él dice:
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Hay que volver a
la unidad entre la humanidad y la naturaleza. Si se ajusta a la naturaleza tal
como es, si el individuo abandona la voluntad humana, permite que la naturaleza
le guíe, dándole todo lo que necesite. En fin, la agricultura natural “no es
simplemente el cultivo de plantas, sino el cultivo la perfección de los seres
humanos.”
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Bibliografía
Medina, Javier. (1 febrero 2013). “La agricultura taoísta del No-hacer. Acerca de la filosofía Zen del agrónomo Masanobu Fukuoka.” Sito web Círculo Achocalla. https://circuloachocalla.org/la-agricultura-taoista-del-no-hacer-acerca-de-la-filosofia-zendelagronomomasanobufukuoka/fbclid=IwAR2uKot86qXO_2z2XMvyQ3PtAlYnGKoXQMdWbvMqcghFDV4aacAPwvVTaOw
The Middle Length Discourses (MLD) of the Buddha. (2009). Cuarta Edición. Traducido por Majjhima Nikaya.
Wisdom Publications: Boston, Mass.
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