MANIFIESTO MONÁSTICO
Voto 6
“Comprometerse a la Meditación Zen”
Venerable Dr. Hyoenjin Prajna
26/ABR/2020
6. Me
comprometo a períodos de descanso y renovación a través de la práctica
constante del huàtóu y
dejar de prestar atención a la crítica interior del pensamiento discriminante
que obstaculiza la libre expresión de este mismo momento.
Todos necesitamos tiempo cada día para calmar la mente, tomar un descanso,
renovar y recargar nuestra energía y bienestar. El Buda nos recuerda la
importancia de meditar cada día para reconectarnos con la fuente:
“Del mismo modo como si hubiera un lago
cuyas aguas brotaran desde abajo y no tuviera flujo de entrada desde el este,
oeste, norte o sur, y no se repondría de vez en cuando con chubascos de lluvia,
entonces la fuente fresca de agua que brota en el lago haría que el agua fresca
empapara, remojara, llenara e impregnara el lago, de modo que no hubiera
ninguna parte del lago entero no penetrada por el agua fresca; así también, un
bhikkhu hace que la dicha y la satisfacción nacidas de la introspección
empapen, remojen, llenen e impregnen este cuerpo, de modo que no hay parte de
todo su cuerpo que no esté penetrada por la dicha y la satisfacción nacidas de
la introspección.” (MLD 39:16)
Buda está comparando nuestra práctica a la
regeneración de un lago que ha llegado a ser desconectado de nuevos flujos de
agua. El lago necesita regenerarse con agua fresca para mantenerse sano y
vivo. Cuando nos sentamos en meditación,
estamos reconectando con este flujo esencial de vida. Tenemos la capacidad de
abrirnos a algo esencial, refrescante, regenerativo y sentirnos impregnado por
completo con su frescura y energía regenerativa. Cuando meditamos
constantemente, descubrimos una fuente inagotable de paz, amor, y dicha que nos
trae satisfacción y la capacidad de enfrentar los desafíos de un mundo en
crisis. Todos estamos experimentando estrés, ansiedad, frustración, y
preocupación por la pandemia que nos está afligiendo. Si no nos cuidamos, estas
emociones pueden agobiarnos y dejarnos agitados mentalmente, agobiados, y sin
ganas de continuar. Pero no se desesperen. Ustedes tienen un gran tesoro, la
meditación zen.
Nosotros
practicamos Kanhwa Zen de corea. “Kanhwa” significa observar el huàtóu
(hwadu), lo que consiste en contemplar una palabra o pregunta enigmática que
nos enfoca la concentración y corta los pensamientos discriminantes,
pensamientos que comparan, juzgan, critican, y desprecian a los demás. La palabra huàtóu significa
literalmente “cabeza del pensamiento” o más bien “el origen del habla,” entendido
como la sustancia original. Así
que se invierte la conciencia hacia adentro y se ilumina la fuente, la
sustancia fundamental de todo. Por eso,
se lee arriba de la puerta principal de los templos coreanos, “INVERTIR LUZ,
ILUMINA FUENTE”. Estamos redirigiendo la atención hacia adentro para que se preste
atención a la atención en sí. Es lo que se llama “introspección” o sea, mirar
adentro y contemplar el origen de todo, la fuente original de la cual todo viene:
cada fenómeno, cada cosa, cada ser, es la función y manifestación de la
sustancia original. Entonces, contemplar el huàtóu es un atajo a la Iluminación, o mejor dicho, nos facilita
nuestro despertar al verdadero ser, la fuente de todo. Zen coreano cree que la
contemplación de un solo huàtóu es suficiente
para la cultivación durante la vida entera. No es necesario que se estudie
cientos de kong-ans o historias enigmáticas de conversaciones entre un maestro
y un alumno, dado que esto podría reforzar así la mente racional y conceptual.
Sin embargo, los kong-ans pueden ser útiles, particularmente para la gente
demasiando racional o intelectual. Sea como sea, huàtóu o kong-an, es un proceso intuitivo basado en el no saber y
el no hacer enfoca y calma la mente racional mientras que se sueltan los
pensamientos discriminantes.
Este proceso intuitivo de
contemplación podría compararse al término “TEOPATÍA,”
el cual tiene que ver con la directa experiencia mística con lo Divino. La palabra “teopatía” viene
del griego “theos” la que significa “Dios” y
“patía” la que significa “sentir.” En un sentido general es tener una experiencia directa e intuitiva con el Absoluto por medio de la introspección espiritual. Se puede entenderla como una experiencia de
absorción profunda en lo Absoluto, lo que ocurre durante la meditación zen.
Conlleva un sentido de afecto emocional de éxtasis, euforia, dicha y satisfacción, como cuando Buda dijo en referencia a la práctica de meditación
que le trae dicha y satisfacción al bhikkhu o monje que practica con
diligencia, igual a un lago totalmente impregnado con agua fresca cuando se
reconecta con la fuente subterránea regeneradora. Así que, la teopatía es nuestra reacción intuitiva y emocional, muy
satisfactoria y renovadora,
que ocurre por medio de la contemplación, identificación y participación con el
Absoluto… la esencia fundamental de la vida, la fuente regeneradora de nuestra
naturaleza búdica.
Bibliografía
The Middle Length Discourses (MLD) of the Buddha. (2009). Cuarta Edición. Traducido por Majjhima Nikaya. Wisdom
Publications: Boston, Mass.
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