MANIFIESTO MONÁSTICO
Voto 3
Comprometerse a Cultivar Sangha
Charla Dharma 05/ABR/2020
Venerable Dr. Hyoenjin Prajna
3. Me comprometo a cultivar sangha al
hacerme amigo de espíritus afines a lo largo del camino, amigos de Dharma con
quienes puedo compartir mis aspiraciones más profundas y mentores que pueden
ofrecer orientación y sabiduría a lo largo de este camino llamado vida.
En estos tiempos inseguros de cuarentena y
distanciamiento social, nos pone al relieve la importancia de sangha. No hay tesoro
más grande que la sangha. El apoyo de la sangha puede hacer la diferencia entre
vida y muerte. Hace unos días, me di cuenta de lo hermoso de la sangha cuando
sufrí una crisis de salud, y la sangha me salvó. Después de unos días de
síntomas fuertes de gripe, me congestioné tanto que no pude respirar bien.
Llamé a un miembro de la sangha, Min Mei, pidiendo ayuda. A pesar de los
riesgos involucrados por la cuarentena del coronavirus, Min Mei llegó
instantáneamente a mi casa para llevarme al hospital. Otros miembros de la
sangha llegaron también, Pati, Pilar, y mi pareja Manuel, para acompañarme y
ofrecer su apoyo, aunque sea desde el otro lado de una ventanita de observación.
Al examinarme, el médico declaró que tuve neumonía, requiriendo intervención al
instante. Por supuesto, la pregunta en la mente de todos fue si fuera
coronavirus o no. Mientras que esperamos los resultados de la prueba del virus,
me mantuvieron en aislamiento dentro del hospital. Así comenzó mi odisea de distanciamiento
y ausencia de contacto físico con el mundo externo.
La salud es algo que damos por sentado. No la
apreciamos hasta que la perdemos. Buddha enseñó:
La mayor de todas las ganancias es la salud,
Nibbana es la mayor felicidad,
El camino óctuple es el mejor de los caminos.
Porque conduce con seguridad a Lo que no muere. (MLD, 75:19)
En esta cita, Buddha no está comentando sólo en
la salud física, sino también en la salud mental. Cuando estamos en equilibrio
con la mente calma y lúcida, estamos en Nibbana. Nibbana significa “apagado”,
libre del fuego de las pasiones. Así que, cuando la mente está agitada con
deseos, miedos, ansiedad y enojo, experimentamos insatisfacción y sufrimiento.
Para liberarnos de la insatisfacción, Buddha nos ofrece el camino óctuple, un
mapa que nos guía en cómo vivir una vida en equilibrio y paz.
Sin embargo, sentado en un cuarto blanco de
aislamiento en el tercer piso de un hospital con médicos y enfermeras cubiertos
en trajes blancos de cabeza a pie para prevenir contagio, les confieso que no me
sentía en Nibbana. Al contrario, me sentí cómo en otro planeta extraño, como si
unos alienígenas me hubieran secuestrado, colocándome bajo un microscopio para
estudiarme detenidamente a través de una ventanita con luces brillantes a todo
mi alrededor. Sentí ansiedad, claustrofobia, y miedo. “¿Voy a morir aquí?”
pensé. “Es este el punto final de una vida dedicado al cultivo espiritual y el
servicio?” Comencé a reflexionar sobre la trayectoria de mi vida: años de
estudio de psicología, religiones comparadas, trabajo social, budismo y zen;
viajes a Europa, la India, Canadá y un recorrido por los Estado Unidos desde la
costa Atlántica hasta la costa Pacífica. Aquí en México me había dedicado 20
años a la formación de una sangha después de mucho estudio zen. Si muero ahora,
¿la sangha con su comunidad de practicantes va a colapsar? ¿Quién los guiará?
¿Cómo pueden seguir adelante? En medio de la noche oscura, llamé por celular a
mi pareja Manuel, confesando mi miedo y preocupación. En vez de palabras
alentadoras, me habló con palabras duras y directas, “Pues, tú eres el maestro.
No puedes desmoronarte. Si tú te desmoronas, todos se desmoronarán. Tienes que
calmarte y recordar quién eres.” Fue como una ducha de agua fría. Tenía razón. Tengo
que recordar quién soy, a pesar de que me siento ansioso, nervioso, y al punto
de un ataque de nervios.
El
Buddha nos aconseja el porqué se cultiva sangha al hacerse amigos de gente
sabia y espiritual:
"Entonces Magandiya,
asóciate con hombres verdaderos. Cuando asocias con hombres verdaderos, escucharás el Dhamma verdadero. Cuando escuchas el Dhamma verdadero, practicarás de acuerdo
con el Dhamma verdadero. Cuando
practicas de acuerdo con el Dhamma
verdadero, conocerás
y lo verás por tí mismo así: ‘Estos (los cinco skandhas o agregados de forma,
sensación, percepción, impulsos mentales, y conciencia) son enfermedades,
tumores y dardos; pero aquí estas enfermedades, tumores y dardos cesan sin
dejar residuos. Con
el cese de mi apego viene el cese de ser; con el cese de ser,
el cese de nacimiento; con
el cese de nacimiento, envejecimiento y muerte, tristeza, lamentación, dolor, pena, y
desesperación cesan. Tal es el cese
de toda esta masa de sufrimiento.’” (MLD, 75:25)
Manuel y la sangha
son hombres y mujeres verdaderos, un conjunto de bodhisattvas sabios y
compasivos. Aunque soy una persona sola sintiéndome débil e indefenso, no
obstante, soy parte de algo mucho más grande, poderoso, y fuerte; somos uno,
somos la sangha. De repente todo tenía sentido. Como un ego aislado, fue
difícil enfrentar la crisis. Pero como un colectivo de bodhisattvas, somos
invencibles. Redirigí mí atención a la sangha. Sabía que en aquel momento
mismo, mucha gente estaba ofreciendo mérito en mi nombre, que estaban
recogiendo fondos para cuidarme en la mejor forma posible, que querían ver en
mi el reflejo de lo mejor de ellos mismos. En este momento recordé que juntos,
todos somos Buddha, todos formamos una red de fuerza, amor, y vida. Somos todos
Kwanseum, los mil brazos de compasión y sabiduría, mil formas del bodhisattva
manifestándose en nuestras vidas realizando milagros de benevolencia y
bienestar. Ya me sentí enchufado a su energía colectiva, un gran corriente de
amor que atravesó las paredes y me conectó con lo que no muere porque nunca
nació. Simplemente es Esto aquí donde todo está conectado, todos somos Uno. Con
esto, reconecté con la Fuente, la mente verdadera de nuestro ser. Por el resto
de la noche dormí tranquilamente, y durante los próximos días la paz y la
claridad se quedaban conmigo hasta que el médico me diera de alta, todo era
negativo en las pruebas, y estaba lo suficiente estable para volver a casa y
seguir recuperándome.
Mirando atrás,
aprecio la enseñanza de Buddha. Cuando estaba apegado a los cinco skandhas, con
mi preocupación por el cuerpo y mi vista limitada del ego finito, me perdí en
ansiedad y miedo. No obstante, al redirigir la atención a la sangha, a nuestra
función de ser bodhisattvas ayudándonos el uno con el otro, pude redescubrir lo
que soy, la paz y el bienestar de Nibbana, la salud mental y físico, la salud
que no depende en circunstancias buenas o malas. En los días que vienen, no se
olviden que son parte de una sangha, una comunidad de gente sabia y bondadosa,
bodhisattvas trabajando para aliviar el sufrimiento e insatisfacción. Como uno
solo, faltamos las fuerzas y recursos y nos perdimos en miedo y ansiedad. Pero
ser parte de la sangha, somos todos uno con mil brazos de fuerza y mil manos de
apoyo, y mil ojos de sabiduría y experiencia colectiva. Así es como venceremos
esta enfermedad, superar la cuarentena y vivir la salud verdadera de cuerpo y
mente en Nibbana.
Bibliografía
The Middle Length Discourses (MLD) of the Buddha. (2009). Cuarta Edición. Traducido por
Majjhima Nikaya. Wisdom Publications: Boston, Mass.
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