MEDITACIÓN BUDISTA ZEN

VEN. DR. JINSIM HYOENJIN: arzobispo y maestro guía de la sangha Meditación Budista Zen, recibió Transmisión el 27 de marzo 2021 e Inga el 16 de julio 2017, y recibió los 250 votos del Bhikshu (monje) el 22 de julio 2016 por el Ven. Dr. Wonji Dharma.

Ven. Jinsim Hyoenjin es originalmente de Kansas City, Missouri, USA y ha vivido en Guadalajara, México desde 2000. Tiene más de 45 años experiencia en meditación, dos maestrías (psicología y estudios budistas), y un doctorado de Psicología Oriente-Occidente investigando métodos de meditación en las tradiciones espirituales del Oriente.

Ven. Jinsim Hyoenjin imparte clases, conferencias universitarias, charlas Dharma, retiros y talleres sobre el buda-dharma además de citas individuales para orientación y estudio personalizado.

Un arzobispo (maestro zen superior) es un obispo que, habiendo recibido Inga y Transmision de Dharma, preside varias diócesis en una gran región. Este puesto incluye algunas responsabilidades de supervisión tanto de las diócesis como de los obispos de esa región. Un arzobispo sirve como guía o instructor en asuntos religiosos; y a menudo es el fundador o líder dentro de una Orden. Además, el Colegio de Arzobispos actúa como un Consejo Rector igualitario para la Orden Zen de las Cinco Montañas.
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lunes, 25 de enero de 2021

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA Clase 10: El Corazón Espacioso Charla Dharma 24/ENE/2021

 

 

 


LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA

Clase 10: El Corazón Espacioso

Charla Dharma 24/ENE/2021

Ven. Dr. Hyoenjin Prajna


 

La semana pasada estudiamos la ilusión y el engaño, que causan muchos obstáculos en nuestro camino espiritual. Esta semana vamos a estudiar cómo ver el Dao y comprender el Dharma libres de la ilusión y el engaño que causan el karma y el sufrimiento. Irónicamente, para seguir el Dao y comprender el Dharma, hay que aprender cómo no ver y no comprender nada. Bodhidharma dijo:

No ver nada es percibir el Dao, y no comprender nada es conocer el Dharma, porque ver no es ni ver ni no ver y porque comprender no es ni comprender ni no comprender. Ver sin conceptualizar el ver es verdadera visión. Comprender sin conceptualizar la comprensión es verdadera comprensión.

La verdadera visión no es solo ver, también es ver no ver. Además, la verdadera comprensión no es solo comprensión, también es comprender no comprender. Si comprendes algo, no lo comprendes. Sólo cuando no comprendes nada es verdadera comprensión. Comprender no es ni comprender ni no comprender.

No ver y no comprender nada es la mente no sé no conceptual. Tenemos que ver y comprender sin la conceptualización mental. Si nos aferramos a todo lo que leemos y estudiamos como teoría y filosofía, nos atrapamos en ilusión y engaño. Nuestra única práctica involucra cortar nuestra adicción a las ideas con el hwadu ¿Qué es esto? y volver a la mente original libre de nuestro condicionamiento y formas habituales de pensar que causan insatisfacción y descontento. No ver y no comprender es ubicarnos en la sustancia fundamental de nuestro ser, la mente búdica original. Pero fíjense que Bodhidharma dice que el verdadero ver incluye tanto el ver como en no ver y la verdadera comprensión incluye comprender y no comprender. De hecho, comprender no es ni comprender ni no comprender. Esto sería el punto 380º en el círculo zen de Seung Sahn en su libro Brújula del Zen. Recuerden que a 90º toda forma es vacío y a 180º hay que vaciar nuestro concepto de vacío para experimentar el verdadero vacío, o sea, el Absoluto, la realidad de la cual todo fenómeno surge. Así que, hay que vaciar incluso nuestro apego al Absoluto y pasar a 380º donde forma es forma y vacío es vacío, es decir, el mundo cotidiano de experiencias mundanas, las formas como formas pero informado desde la perspectiva del vacío como Absoluto. Este es el punto del bodhisattva trabajando sin descanso para ayudar a todos los seres sintientes liberarse de samsara, el mundo de insatisfacción y sufrimiento. Pero incluso al lograr este punto máximo de desarrollo espiritual, hay que soltar la comprensión y comenzar cada momento desde 0º, el punto de ignorancia y renovar nuestro compromiso diario con meditación y poner en práctica de nuevo nuestro hwadu ¿Qué es esto? para volver a la mente del principiante, la mente fresca, libre e inocente de no sé. Por eso, Bodhidharma dice: 


Los antiguos decían: "No dejar ir la sabiduría es una estupidez". Cuando la mente no existe, la comprensión y la no comprensión son ambas verdaderas. Cuando la mente existe, la comprensión y la no comprensión son falsas. Cuando comprendes, la realidad depende de ti. Cuando no comprendes, dependes de este mismo momento. Cuando la realidad depende de ti, lo que no es este momento se vuelve real. Cuando dependes de este momento, lo que es real se vuelve falso. Cuando dependes de este momento, todo es falso. Cuando este momento depende de ti, todo es verdad. Por lo tanto, el sabio no usa la mente para buscar este momento, o este momento para buscar la mente, o la mente para buscar la mente, o este momento para buscar este momento. La mente de un sabio no da lugar a este momento. Además, este momento no da lugar a la mente de un sabio. Además, debido a que tanto la mente como este momento están quietos, un sabio siempre está en samadhi.

Anteriormente Bodhidharma dijo que el verdadero ver incluye ver y no ver y la verdadera comprensión incluye comprender y no comprender. Sin embargo, el momento que afirmas que ya ves y comprendes, estás identificándote con una idea egoica de que ya ves y entiendes, entonces estás apegándote a tu propia sabiduría, y esto te ubica de nuevo en la estupidez de la ignorancia dualista conceptual. Tenemos que soltar cualquier afirmación y volver a la mente no sé antes de lo conceptual, la mente que ni existe ni no existe. 

Cuando aparece la mente mundana, la Budeidad desaparece. Cuando la mente mundana desaparece, aparece la Budeidad. Cuando aparece la mente, este momento desaparece. Cuando la mente desaparece, aparece este momento. Quien sepa que nada depende de nada, ha encontrado el Dao. Además, quien sabe que la mente no depende de nada está siempre en el lugar de la iluminación.



Es decir, cuando te identificas con la mente chica de la personalidad, te obstaculizas el libre fluir del Dao, y este momento se distorsiona con ilusiones. Cuando sueltas tu identificación con la mente chica, el Dao puede fluir sin obstáculo y la realidad de este momento se manifiesta sin obstáculo. Cuando no dependes en nada ni nadie, eres libre para actuar o no actuar basado en correcta situación, relación y función, o sea, un bodhisattva.

Cuando no comprendes, estás equivocado. Cuando comprendes, no estás equivocado. Esto se debe a que la naturaleza del error es transparente. Cuando no lo comprendes, lo correcto parece incorrecto. Cuando comprendes, incorrecto no es incorrecto, porque incorrecto no existe. Los antiguos decían: "Nada tiene naturaleza propia". Actuar. No lo dudes. Cuando tienes dudas, te equivocas. Equivocarte es el resultado de la duda. Cuando alcanzas tal comprensión, los actos incorrectos de tus vidas pasadas se borran. Cuando te engañas, los seis sentidos y las cinco sombras son construcciones de aflicción y transitoriedad. Cuando te despiertas, los seis sentidos y las cinco sombras son construcciones del nirvana y la inmortalidad.

Cuando comprendes que todo es transitorio y transparente, esto es verdadera comprensión. No hay nada fijo y nada tiene su propia naturaleza permanente. Ya puedes simplemente actuar desde no actuar, libre de prejuicios y opiniones dualistas. Tenemos que confiar en nosotros mismos, liberarnos de la duda y autocrítica. Cuando nuestras ideas habituales de codicia, ira y engaño no nos controlan, podemos actuar con confianza y entusiasmo. Es actuar con la confianza que nuestras intenciones son puras y válidas puesto que no buscamos nada para nosotros. No obstante, no obstaculizamos el libre fluir de ideas y acciones basadas en nuestra naturaleza búdica. Las ideas ya son funciones de la mente búdica.

Alguien que busca el Dao no mira más allá del sí mismo, sabiendo que la mente es el Dao. Sin embargo, cuando se encuentra la mente, nada se manifiesta. Además, cuando se encuentra el Dao, nada se manifiesta. Si crees que puedes usar la mente para encontrar el Dao, estás siguiendo una suposición incorrecta. Cuando estás siguiendo una suposición incorrecta, la Budeidad existe. Cuando prestas atención, no existe. Esto se debe a que la atención es la Budeidad.




Si buscas felicidad en otro momento o lugar diferente de este momento presente, estás engañado. Si te identificas como alguien separado y aislado, estás engañado. El Dao no es una cosa, sin embargo no hay nada que no es el Dao. Si puedes ver el Dao, no es el verdadero Dao. Si puedes ver la budeidad, no es la budeidad. Simplemente presta atención a este momento justo como es. Estar atento a la atención en sí y actuar según el contexto apropiado es ver Buda sin ver nada. Es vivir y actuar desde nuestro verdadero ser, el Dao, la budeidad libre de pensamientos de comparación y críticas dañinas. Esto es la liberación de nuestro condicionamiento.

Si estás buscando el Dao, el Dao no aparecerá hasta que tu cuerpo desaparezca. Es como arrancar la corteza de un árbol. Este cuerpo kármico experimenta un cambio constante. No tiene una realidad fija. Practica no seguir tus pensamientos. No odies la vida y la muerte ni ames la vida y la muerte. Mantén tu mente libre de engaños, y en la vida serás testigo del comienzo del nirvana y en la muerte experimentarás la seguridad de que no habrá renacimiento.




Este cuerpo es sólo la corteza de un árbol. Lo que somos es íntimamente conectado a todo el resto de la tierra y el universo. Aunque el cuerpo nace y muere, no es lo que somos esencialmente. Pero no debemos odiar el nacimiento y la muerte. Son naturales, la manera que Esencia toma forma y luego cambia a otra forma. Nada creada o destruida. Todo simplemente cambia. Al mismo tiempo, no queremos apegarnos a la forma exterior. Somos mucho más que un cuerpo que nace, crece y luego muere. Libres del apego experimentamos nirvana, bienestar y armonía en esta vida. No tenemos que temer la muerte tampoco. Es sólo una transición entre lo visto y lo no visto, forma y esencia. Cada momento estamos renaciendo nuestra personalidad basado en nuestras ideas previas, nuestras memorias y películas interiores. Al momento que cortas esta película, ya tu karma pasada se borra y esta identidad limitada ya no nace de nuevo. Es simplemente Esencia expresándose a través de este complejo de cuerpo-mente.

Ver la forma pero no estar controlado por la forma o escuchar el sonido pero no estar controlado por el sonido es liberación. Los ojos que no se apegan a la forma son las puertas de Chán. En resumen, aquellos que perciben la existencia y la naturaleza de los fenómenos y permanecen desapegados son liberados. Aquellos que perciben la apariencia externa de los fenómenos están controlados por esas apariencias. No estar sujeto a aflicciones es lo que se entiende por liberación. No hay otra liberación. Cuando sabes cómo mirar la forma, la forma no da lugar a conceptos y los conceptos no dan lugar a forma. La forma y la percepción son transparentes.

Ya libres de nuestras construcciones mentales, podemos ver formas y escuchar sonidos y no estar controlados por ellos. Somos libres de karma. Zen es el arte de vivir plenamente este momento presente con sencillez, paz y bienestar. Es nunca sentirse solo porque somos todos uno esencialmente. Es celebrar la vida y disfrutarla compartiendo nuestra plenitud con otros a través de la compasión, la empatía y la benevolencia amorosa.

Cuando no hay ilusiones, la mente es la tierra de los Budas. Cuando hay ilusiones, la mente se convierte en un infierno viviente. Los seres mundanos crean ilusiones. Además, al usar la mente para hacer surgir la mente, siempre se encuentran en un infierno viviente. Los bodhisattvas ven a través de las ilusiones. Entonces, al no usar la mente para dar lugar a la mente, siempre se encuentran en la tierra de los Budas. Si no usas tu mente para crear la mente, cada estado de la mente es transparente y cada pensamiento está quieto. Vas de una tierra de Buda a otra. Si usas tu mente para crear mente, todos los estados mentales se alteran y todos los pensamientos están en movimiento.

Pasas de un verdadero infierno a otro. Cuando surge un pensamiento, hay buen karma y mal karma, cielo e infierno. Cuando no surge ningún pensamiento, no hay buen karma o mal karma, no cielo o infierno.

Entender que no hay un infierno ni cielo aparte de nuestras mentes. Cuando nos agitamos la mente con miedos, preocupaciones, ira y aversión, estamos viviendo en el infierno. Cuando estamos apegados a nuestras adicciones y obsesiones de sexo, estimulantes, intoxicantes y placer, estamos viviendo como fantasmas hambrientos y animales. Cualquier placer o sensación es pasajera. Puedes poseer riquezas ilimitadas y vivir como dioses poderosos, pero todavía no puedes escapar el envejecimiento, la enfermedad y la muerte. Cuando tu buen karma se acaba, todavía sufres a causa de la impermanencia, la ilusión y la inseguridad. Pero ver a través de las ilusiones, ver las cosas como son, es vivir como un buda y al dedicarse al servicio y la ayuda de otros es actuar como un bodhisattva.  

El cuerpo no existe ni no existe. Por tanto, la existencia como un ser mundano y la inexistencia como un sabio son conceptos con los que un sabio no tiene nada que ver. El corazón del sabio es transparente y espacioso como el cielo. Lo que sigue es atestiguado en el Dao. Está más allá de la comprensión de los Seres Despiertos y de los seres mundanos.




Cuando la mente alcanza el nirvana, no ves el nirvana, porque la mente es nirvana. Si ves el nirvana en algún lugar fuera de la mente, te estás engañando a ti mismo.

Todo esto, cuerpo, yo, seres humanos, budas, bodhisattvas, sabios e ignorantes, son todos transparentes, conceptos de la mente. Ni existen ni no existen. Son como nubes en el cielo. Nubes vienen, nubes van, pero el cielo siempre es. Seamos como el cielo, espaciosos, inmutables e ilimitados. Abramos nuestros corazones para abarcar todo el universo. Descubramos de nuevo, en cada día y cada momento, que nirvana es justo aquí.  

 

 

 

Bibliografía

Dharma, Wonji (Traductor). (2010). The Bodhidharma Lectures. Buddha Dharma          University Press: Oneida, N.Y.

lunes, 18 de enero de 2021

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA Clase 9: Ilusión

 


LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA

Clase 9

Ilusión

Charla Dharma 17/ENE/2021

Ven. Dr. Hyoenjin Prajna

 


La ilusión significa mundanalidad. Además, la atención significa la Budeidad. Ellos no son los mismos. Además, no son diferentes. Es solo que la gente distingue la ilusión de la atención. Cuando nos engañamos, hay un mundo del que escapar. Cuando estamos atentos, no hay nada de qué escapar.

Al creer que el mundo cotidiano consiste en cosas y seres permanentes separados de nosotros mismos, vivimos así en un mundo ilusorio de insatisfacción, inconsideración, aislamiento, estrés y sufrimiento. Cuando aplicamos el huatou “¿Qué es esto?, nos basamos en el mundo real de aquí y ahora percibido a través de los sentidos de ver, oír, oler, gustar, y tocar. Así que, se puede prestar atención a lo que percibe, o sea, la atención en sí. Esta atención es Buda y cada uno de nosotros tiene la capacidad de darnos cuenta de nuestra propia Budeidad. Nuestra ignorancia es resultado de condicionamiento mental con ideas dualistas y discriminativas como bueno/malo, puro/impuro, me gusta/no me gusta o cualquier otra dualidad para comparar y categorizar a los demás según nuestros prejuicios. Sin embargo, estas ideas no son reales: son trasparentes. Por eso, la ilusión y la atención no son diferentes porque son las dos fundamentalmente esencia, o como dice Jack Kornfield, “…el terreno fértil de energía que da lugar a todas las formas de vida.” Pero parecen diferentes debido a nuestra ignorancia que crea la ilusión de diferencia. Al entender la verdad, que todo está conectado e interdependiente, una proyección de imágenes sobre una pantalla verde de fondo, podemos experimentar lo que no nace y no muere, la realidad subyacente a todo fenómeno impermanente.   

A la luz del Dharma imparcial, los seres mundanos no se diferencian de los sabios. Los antiguos decían que el Dharma imparcial es algo que los seres mundanos no pueden penetrar, y los sabios no pueden practicar, los grandes bodhisattvas y Budas solo experimentan el Dharma imparcial.



El Dharma imparcial es este momento tal y como es, sin distorsiones mentales. Los seres mundanos son ignorantes. No se dan cuenta de su verdadera naturaleza esencial. En cambio, los bodhisattvas son los que se dan cuenta. No se puede practicar para lograrlo, puesto que siempre es presente aquí y ahora. Por lo tanto, los bodhisattvas no puede practicar para lograrla porque ya está. Simplemente se dan cuenta de la verdad y la experimentan directamente. Los seres mundanos siguen aferrados a sus ideas discriminativas e insatisfactorias. Es como estos dibujos de ilusiones ópticas en que a primera vista se ve una imagen pero luego se ve otra completamente diferente. Por ejemplo, en la siguiente imagen, ¿se ve una mujer vieja o joven?

Las dos imágenes siempre están presentes, pero dependiendo de tu punto de vista, se ve una u otra. Nuestras mentes son condicionadas para ver sólo una imagen. Nuestra karma y condicionamiento nos hace dispuestos a ver el mundo de una forma insatisfactoria o satisfactoria. Es el mismo mundo. Es sólo tu filtro de la mente que lo cambia. No es una cuestión de conseguir una u otra por práctica. Se puede seguir la sugerencia de que hay otra forma de ver la imagen. Pero es más una manera de permitirse a verla de otra forma, y no de forzarlo. Por eso, es imparcial.

Ver la vida como diferente de la muerte o el movimiento como diferente de la quietud es ser parcial, ser imparcial significa considerar la insatisfacción como algo no diferente del nirvana, porque la naturaleza de ambos es lo absoluto. Al imaginar que están poniendo fin a la insatisfacción y entrando en el nirvana, los Seres Despiertos terminan atrapados tanto por la insatisfacción como por el nirvana. Sin embargo, los bodhisattvas saben que la insatisfacción es esencialmente transparente. Además, al permanecer en lo absoluto permanecen en el nirvana. Nirvana significa no nacer y no morir. Está más allá de nacer y morir y más allá del nirvana. Cuando cesa el apego a las construcciones, entras en el nirvana. Nirvana es una mente espaciosa. Cuando las ilusiones no existen, los Budas alcanzan el nirvana.

La vida y la muerte son dos lados de la misma moneda. Si te das cuenta de que la esencia ni existe ni no existe, puedes liberarte del miedo de morir. No hay nada temer, porque lo que eres nunca nació, por lo tanto, no puede morir. El huatou “¿Qué es esto?” nos libera de la preocupación, porque la respuesta “No sé” revela lo no condicionado en este momento preciso, lo que es antes del pensamiento, o sea, nuestra naturaleza búdica. No debemos preocuparnos por algo que es transparente, un concepto de yo basado en ideas ilusorias. Eres Buda. Es simplemente abrirte y recibir el amor inherente que transforma tu vida en una expresión de lo absoluto con compasión y sabiduría. Vivir consciente de este hecho es entrar en Nirvana. 

Donde no existen las aflicciones, los bodhisattvas entran al lugar de la liberación. Un lugar deshabitado es uno sin codicia, ira o ilusión. La codicia es el reino del deseo; la ira el reino de la forma e ilusión el reino sin forma. Cuando comienza un pensamiento, entras en los tres reinos. Cuando un pensamiento termina, abandonas los tres reinos. El comienzo o el final de los tres reinos, la existencia o inexistencia de algo, depende de que entres en la conceptualización. Esto se aplica a todo, incluso a objetos inanimados como rocas y palos.


Es decir que el mundo del sufrimiento es simplemente una idea errónea. No tiene realidad absoluta. Cuando la mente está agitada con codicia, deseo, aversión, miedo, enojo o confusión, vives en samsara, un mundo ilusorio. El momento que sueltas las ideas egoicas, te vuelves a la mente calma lúcida, la mente no sé de nuestra naturaleza búdica. Si crees que ves un conejo, experimentas un conejo. Se crees que ves un pato, experimentas un pato. Sin embargo, si te das cuenta de que los dos son simplemente dibujos transparentes, te liberas de la ilusión y te conviertes al momento en un Buda y bodhisattva. No necesitamos eliminar la ilusión, porque no es real desde el principio. La ilusión, como un espejismo en el desierto, puede seguir como aparenta, pero no nos perturba ni nos obstaculiza.

Quien sabe que sus construcciones son ficción y están desprovistas de algo real, sabe que su propia mente ni existe ni no existe. Los seres mundanos siguen creando construcciones, afirmando que existen, mientras que los Seres Despiertos siguen negando construcciones, afirmando que no existen. Sin embargo, los bodhisattvas y los budas no crean ni niegan la conceptualización. Esto es lo que significa la mente que ni existe ni no existe. La mente que ni existe ni no existe se llama el Camino Medio.

Si no nos aferramos a ningún extremo de la dualidad, a ningún punto de vista, nos liberamos. No tenemos que afirmar que somos budas, bodhisattvas, liberados, despiertos o iluminados puesto que todas estas afirmaciones son igualmente ideas ilusorias. Simplemente abrirte a este momento y enfocarte en nuestra función, ¿Cómo puedo ayudarte?”. Esta pregunta nos ubica en la compasión que ayuda a otros sabiendo que no hay nadie ayudar. Pero incluso es una idea de que no hay nadie ayudar, por tanto, nos rendimos a correcta situación, correcta relación y correcta situación.

El Camino Medio es la mente que ni existe ni no existe y actúa desde el no actuar, es decir, la motivación para ayudar no viene del ego, sino de nuestra naturaleza búdica inherente. En otras palabras, seguimos el Noble Sendero Óctuple de habla considerada, acción considerada, sustento considerado, esfuerzo no conceptual, atención no conceptual, concentración no conceptual, vista clara e intención clara. La vista clara es no apegarse a ningún punto de vista.  

Si usas tu mente para estudiar la realidad, no comprenderás ni tu mente ni la realidad. Si estudias la realidad sin usar tu mente, comprenderás ambas. Los que no comprenden, no comprenden la comprensión. Además, quien comprende, comprende la no comprensión. Las personas capaces de una verdadera visión saben que la mente es transparente. Trascienden tanto la comprensión como la no comprensión. La ausencia tanto de comprensión como de no comprensión es verdadera comprensión vista con verdadera visión; la forma no es simplemente forma, porque la forma depende de la mente. Además, la mente no es simplemente mente, porque la mente depende de la forma. La mente y la forma se crean y se niegan mutuamente. Lo que existe también existe en relación con lo que no existe. Además, lo que no existe no existe en relación con lo que existe. Esta es la verdadera visión. Por medio de tal visión, no se ve nada y no hay nada que no se ve. Tal visión se extiende a lo largo de las diez direcciones sin ver: porque no se ve nada; porque no ver se ve; porque ver no es ver. Lo que ven los seres mundanos son ilusiones. La verdadera visión está separada del ver. La mente y el mundo son opuestos y la visión surge donde se encuentran. Cuando tu mente no se mueve por dentro, el mundo no surge por fuera. Cuando el mundo y la mente son transparentes, esta es la verdadera visión. Además, tal comprensión es verdadera comprensión.

Es entender la importancia de vivir la vida conforme a la ética de los 5 preceptos de no matar, no robar, no mentir, no involucrarse en sexo inapropiado, y no nublar la mente con intoxicantes físicas o mentales. La vista clara es la vista que ve la transparencia de las formas e ideas. Es una vida de armonía y bienestar, sin drama, libre de preocupaciones, descontento y estrés. Es decir, la mente de no sé es la mente libre de discriminaciones, dualidad y pensamientos. Entender que puedes disfrutar tu vida en toda su plenitud y ayudar a otros a través de tu ejemplo de armonía y bienestar. Entender que no hay nada obstaculizándote y que Nirvana es justo aquí.





Bibliografía

Dharma, Wonji (Traductor). (2010). The Bodhidharma Lectures. Buddha Dharma          University Press: Oneida, N.Y.

Pine, Red (Traductor). (1987). The Zen Teaching of Bodhidharma. North Point Press: N.Y.

 

 

lunes, 11 de enero de 2021

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA Clase 8: La Esencia Del Dao Es El Desapego

 

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA

Clase 8

La Esencia Del Dao Es El Desapego

Charla Dharma 10/ENE/2021

Ven. Dr. Hyoenjin Prajna

 


Sermón Para Despertar

La esencia del Dao es el desapego. Además, el objetivo de quienes practican es liberarse de las apariencias. Los antiguos decían: El desapego es liberación porque niega las apariencias.

 

Las apariencias dan la impresión de que los fenómenos son permanentes, que las personas tienen un yo real, que las cosas y otras personas son separadas de mí, que la satisfacción es resultado de conseguir cosas deseadas o eliminar las cosas no deseadas, que la enfermedad, la vejez y la muerte es algo que no me toca, y que otra persona puede hacerme feliz para siempre. Todo esto es ilusión y un engaño. Mientras que ignoramos la verdad, estamos sujetos a altibajos emocionales, estrés extremo, depresión, frustración y ansiedad. Sin embargo, la práctica del zen se basa en el Dao, la Vía Espiritual, o sea, fluir con la vida de una forma natural y sencillo y experimentar un bienestar constante. Como dice en la primera línea, la esencia del Dao es el desapego. Así que nos desapegamos a estas ideas ilusorias que nos causan tanto problema y así podemos experimentar nuestra verdadera esencia fundamental, nuestra naturaleza búdica.  

 

La budeidad significa estar atento. Los seres mundanos cuyas mentes están atentas alcanzan el Dao de la Liberación y, por lo tanto, se les llama Budas. Los antiguos decían: "Aquellos que se liberan de todas las apariencias se llaman Budas". La apariencia de apariencia como no apariencia no puede verse visualmente y solo se puede realizar por medio de la sabiduría.

Nuestra práctica y meditación tiene que ver con estar atento a la atención en sí. Kokyo Henkel describe eso como la práctica fundamental de meditación de Zen:

Existe un tercer tipo de meditación, que propongo es el sello distintivo del Zen tradicional. Los antepasados ​​Zen de China y Japón solían enseñar un zazen que podríamos llamar prestar atención a la atención, o simplemente estar atento a la atención en sí. La atención que generalmente se dirige hacia un objeto de experiencia, ya sea un solo objeto específico o todo el campo de objetos, en cambio se dirige hacia sí misma, donde siempre está brillando. Dado que la atención misma es lo único que no es un objeto de la atención, esto es el fin de la dualidad sujeto-objeto, el cese de la división de la mente y la experiencia. Esta es la plena atención de ningún objeto, atención no dual, y cuando se sumerge en ella, esta es, por tanto, el cese del sufrimiento, el fin del descontento, el apego y el miedo, y la fuente del verdadero amor y la compasión.

Cuando prestamos atención a la atención en sí, estamos ubicándonos en nuestra verdadera mente calma lúcida original y desde allí podemos cortar nuestras ilusiones desde sus raíces para que se eliminan para siempre, lo cual se considera la liberación. Bodhidharma está diciendo que todos tenemos la capacidad de ser budas si simplemente nos damos cuenta de la mente original que no está sujeta al karma ni al condicionamiento. Esta mente original es anterior a los pensamientos. En este mundo de ilusiones, cuando surge la idea de algo que no es una idea, nuestra naturaleza búdica iluminada, aunque sea todavía una ilusión, es una ilusión muy especial, porque nos indica que estamos al borde de experimentar la verdad de lo que no es una idea. Como dice un refrán que se pone encima de las puertas del salón de meditación en los monasterios coreanos:

HAY ALGO AQUÍ TAN BRILLANTE Y DIVINO,

NUNCA NACE, NUNCA MUERE

NO NOMBRE, NO FORMA

¿Qué es esto?

 

Puesto que no se puede ver la mente original como un objeto de la atención, hay que intuirla con una pregunta abierta como ¿Qué es esto? para ayudarnos en invertir la atención hacia adentro, o tomar un paso atrás, para experimentar directamente lo que no es una cosa pero sí es real y presente. No es simplemente una vacuidad vacía de contenido, sino más bien la mente original, la sustancia fundamental que tiene dos cualidades inherentes, sabiduría y compasión. En vez de buscar Buda fuera de nosotros, sabiendo que somos Buda, o sea, sustancia fundamental, podemos experimentar nuestra esencia que es idéntica a la esencia de todo el universo. No tiene comienzo, no tiene límites ni bordes, pero sí es real. Al darnos cuenta de este “algo brillante”, nos liberamos de la tiranía del yo chico de la mente condicionada. Somos así libres a elegir el camino espiritual conocido como el Vehículo Supremo de Mahayana. 

Quien oye y cree en esta enseñanza practica el Vehículo Supremo y abandona los tres reinos. Los tres reinos son la codicia, la ira y la ilusión. Abandonar los tres reinos significa trascender la codicia, la ira y la ilusión y volver a la moralidad, la meditación y la sabiduría. La codicia, la ira y la ilusión no tienen naturaleza propia. Dependen de los seres mundanos. Además, cualquiera que sea capaz de reflexionar seguramente verá que la naturaleza de la codicia, la ira y la ilusión es la naturaleza búdica. Más allá de la codicia, la ira y la ilusión, no hay otra naturaleza búdica. Los antiguos decían: "Los budas solo se han convertido en budas mientras viven con los tres venenos y se nutren del Dharma puro". Los tres venenos son la codicia, la ira y la ilusión.


El Vehículo Supremo es el más grande de todos los vehículos. Es el transporte de Bodhisattvas, que usan todo sin usar nada y que viajan todo el día sin viajar. Ese es el vehículo de los Budas.



En el budismo tradicional, los tres mundos tienen que ver con el mundo del deseo, el mundo de forma y el mundo de no forma, o sea, el mundo de los seres humanos, el mundo de los dioses y el mundo de los espíritus. Estos tres mundos están sujetos al karma y experimentan todavía duhkha, es decir, la insatisfacción y descontento de samsara. Pero Bodhidharma está explicando que de hecho estos tres mundos pueden entenderse como las tres kleshas de deseo, ira e ilusión. De cierta forma, ideas que pertenecen a estas tres kleshas nos crean la experiencia de vivir como dioses, animales, seres del infierno, fantasmas hambrientos o como humanos iracundos e insatisfechos. Sin embargo, nada de esto está fuera de esencia. Es sólo nuestras ideas que crean la lente a través del cual se percibe el mundo distorsionado. Pero el hecho de que estas ideas no son reales, al desapegarnos de ellas, instantáneamente se experimenta el nirvana de paz y satisfacción. Pasar por la vida en este gran vehículo es viajar sin viajar, o sea, no moverse de nuestra mente verdadera y seguir desapegados de nuestras ideas dualistas. Entonces, se puede atender a todo en la vida según correcta situación, correcta relación y correcta función, ayudando a otros liberarse de sus ilusiones y fantasías también.

Los antiguos decían: "No vehículo es el vehículo de los Budas".

Quien se dé cuenta de que los seis sentidos no tienen sustancia, que los cinco agregados son ficciones, que tales cosas no se pueden ubicar en ninguna parte del cuerpo, comprende el lenguaje de los Budas. Los antiguos decían: “La cueva de los cinco agregados es el salón de Chán. La apertura del ojo interior es la puerta del Vehículo Supremo." ¿Qué podría ser más claro?

No apegarse al pensamiento es Chán. Una vez que te das cuenta de esto, caminar, estar de pie, sentado o acostado, todo es Chán. Saber que la mente es ilusoria es ver tu naturaleza original. Los Budas de las diez direcciones tienen no mente. Ver no mente es ver tu naturaleza original.

Aunque practicamos inicialmente con los conceptos de samsara, nirvana, mente, ignorancia, iluminación, todos estos conceptos todavía son ideas. Cuando ya se logra cierto nivel de equilibrio libre de drama y crisis, se puede soltar estos conceptos también y simplemente vivir tranquilamente y en paz. No mente es la mente libre de pensamientos dualistas. Se puede usar los pensamientos para ayudar a otros sin estar apegado a estos pensamientos. Por eso, vivimos desde no mente, lo cual quiere decir, vivir en el corazón-mente de nuestra verdadera
naturaleza búdica original.

Abandonar tu idea de yo sin arrepentimientos es la mayor caridad. Trascender el movimiento y la inmovilidad es la meditación más elevada. Los seres mundanos siguen moviéndose, y los Seres Despiertos permanecen inmóviles. Sin embargo, la meditación más elevada sobrepasa tanto a la de los seres mundanos como a la de los Seres Despiertos. Las personas que alcanzan tal entendimiento se liberan de todas las apariencias sin esfuerzo y curan todas las enfermedades sin tratamiento. Tal es el poder del gran Chán.


Vivir la vida libre del pasado, el futuro y del condicionamiento es ser libre de vivir la vida con paz, sencillez, y tranquilidad. Se puede curarse de la enfermedad más común, la enfermedad de yo, mí, mío y la ilusión de que soy yo el centro del universo. En vez de sentirse aislado y separado, podemos considerar el bienestar de todos nosotros como uno. Nosotros somos todos un cuerpo de amor y sabiduría. Nosotros todos experimentamos la enfermedad de egoísmo y descontento. Nosotros todos podemos liberarnos conjuntamente porque si uno está sufriendo, todos sutilmente estamos sufriendo. Todo está conectado. No hay nadie separado o solo. Cuando nos sentimos perdidos y abandonados, podemos implorar a Kwanseum a salvarnos. Kwanseum tiene miles de ojos, oídos y brazos porque nosotros como uno tenemos miles de ojos que ven el sufrimiento, miles de oídos que perciben las palabras de tristeza y dolor, y miles de brazos que ofrecen apoyo y ayuda cuando estamos ubicados en nuestra verdadera naturaleza búdica. Kwanseum es la compasión en acción junto con la sabiduría que entiende cómo ayudar en el momento justo y preciso. El ego individual no está involucrado en estas decisiones. Por eso es no hacer. Sin embargo, nuestra identificación con la unicidad de amor y consideración es Kwanseum presente. Podemos ser Kwanseum y recibir cada uno este amor incondicional y sabia. Todos merecemos amor. Todos merecemos respeto y consideración. No debemos olvidar incluirnos como beneficiarios de estas plegarias de compasión, mérito y ayuda.  

    


Usar el intelecto para buscar la verdad es una ilusión. No usar el intelecto para buscar la verdad es estar atento. Liberarse de las construcciones es la liberación. Permanecer inmaculado por el polvo de la sensación es proteger el Dharma. Trascender la vida y la muerte es salir de casa.

No imaginar otra existencia es practicar el Dao. No crear ilusiones es liberación. No participar en la ignorancia es sabiduría. No aflicción es nirvana. Además, no aparición de construcciones es la otra orilla.

Cuando tienes ilusión, esta orilla existe. Cuando despiertas, no existe. Los seres mundanos permanecen en esta orilla. Sin embargo, aquellos que descubren el mejor de todos los vehículos no se quedan ni en esta orilla ni en la otra orilla. Pueden dejar ambas orillas. Aquellos que ven la otra orilla como diferente de esta orilla no entienden a Chán.



Practicar Chan (Zen) es estar desapegado del polvo de los pensamientos dualistas de me gusta y no me gusta. Es no criticar a otros. Es estar libre del mundo ilusorio de samsara y vivir en nirvana. La práctica es la iluminación. Pero de hecho, no hay dos orillas, no hay dos mundos, no hay samsara, nirvana o iluminación. Hay sólo ESTO brillante, sagrado y presente en este momento tal como es actuando sin moverse en el beneficio de todos los seres del universo mientras se da cuenta de que nunca nadie ha predicado ni una palabra ni ha hecho nada jamás.  


 

Bibliografía

Dharma, Wonji (Traductor). (2010). The Bodhidharma Lectures. Buddha Dharma University Press: Oneida, N.Y.

Henkel, Kokyo.  “Tres tipos de Zazen”
       https://kokyohenkel.weebly.com/uploads/1/2/7/4/127410773/three_types_of_zazen.pdf?
       fbclid=IwAR0v7INLx6uEE2nwcDZRbfPmR57AhK6Zavtwt8KEgeoRO3M4F3dZsLHgtU

Pine, Red (Traductor). (1987). The Zen Teaching of Bodhidharma. North Point Press: N.Y.