LAS
ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA
Clase
10: El Corazón Espacioso
Charla
Dharma 24/ENE/2021
Ven.
Dr. Hyoenjin Prajna
La
semana pasada estudiamos la ilusión y el engaño, que causan muchos obstáculos
en nuestro camino espiritual. Esta semana vamos a estudiar cómo ver el Dao y
comprender el Dharma libres de la ilusión y el engaño que causan el karma y el
sufrimiento. Irónicamente, para seguir el Dao y comprender el Dharma, hay que
aprender cómo no ver y no comprender nada. Bodhidharma dijo:
No
ver nada es percibir el Dao, y no comprender nada es conocer el Dharma, porque
ver no es ni ver ni no ver y porque comprender no es ni comprender ni no
comprender. Ver sin conceptualizar el ver es verdadera visión. Comprender sin
conceptualizar la comprensión es verdadera comprensión.
La verdadera visión no es solo ver, también es ver no ver. Además, la verdadera comprensión no es solo comprensión, también es comprender no comprender. Si comprendes algo, no lo comprendes. Sólo cuando no comprendes nada es verdadera comprensión. Comprender no es ni comprender ni no comprender.
No ver y no comprender nada es la mente no sé no conceptual. Tenemos que ver y comprender sin la conceptualización mental. Si nos aferramos a todo lo que leemos y estudiamos como teoría y filosofía, nos atrapamos en ilusión y engaño. Nuestra única práctica involucra cortar nuestra adicción a las ideas con el hwadu ¿Qué es esto? y volver a la mente original libre de nuestro condicionamiento y formas habituales de pensar que causan insatisfacción y descontento. No ver y no comprender es ubicarnos en la sustancia fundamental de nuestro ser, la mente búdica original. Pero fíjense que Bodhidharma dice que el verdadero ver incluye tanto el ver como en no ver y la verdadera comprensión incluye comprender y no comprender. De hecho, comprender no es ni comprender ni no comprender. Esto sería el punto 380º en el círculo zen de Seung Sahn en su libro Brújula del Zen. Recuerden que a 90º toda forma es vacío y a 180º hay que vaciar nuestro concepto de vacío para experimentar el verdadero vacío, o sea, el Absoluto, la realidad de la cual todo fenómeno surge. Así que, hay que vaciar incluso nuestro apego al Absoluto y pasar a 380º donde forma es forma y vacío es vacío, es decir, el mundo cotidiano de experiencias mundanas, las formas como formas pero informado desde la perspectiva del vacío como Absoluto. Este es el punto del bodhisattva trabajando sin descanso para ayudar a todos los seres sintientes liberarse de samsara, el mundo de insatisfacción y sufrimiento. Pero incluso al lograr este punto máximo de desarrollo espiritual, hay que soltar la comprensión y comenzar cada momento desde 0º, el punto de ignorancia y renovar nuestro compromiso diario con meditación y poner en práctica de nuevo nuestro hwadu ¿Qué es esto? para volver a la mente del principiante, la mente fresca, libre e inocente de no sé. Por eso, Bodhidharma dice:
Los
antiguos decían: "No dejar ir la sabiduría es una estupidez". Cuando
la mente no existe, la comprensión y la no comprensión son ambas verdaderas.
Cuando la mente existe, la comprensión y la no comprensión son falsas. Cuando
comprendes, la realidad depende de ti. Cuando no comprendes, dependes de este
mismo momento. Cuando la realidad depende de ti, lo que no es este momento se
vuelve real. Cuando dependes de este momento, lo que es real se vuelve falso.
Cuando dependes de este momento, todo es falso. Cuando este momento depende de
ti, todo es verdad. Por lo tanto, el sabio no usa la mente para buscar este
momento, o este momento para buscar la mente, o la mente para buscar la mente,
o este momento para buscar este momento. La mente de un sabio no da lugar a
este momento. Además, este momento no da lugar a la mente de un sabio. Además,
debido a que tanto la mente como este momento están quietos, un sabio siempre
está en samadhi.
Anteriormente
Bodhidharma dijo que el verdadero ver incluye ver y no ver y la verdadera
comprensión incluye comprender y no comprender. Sin embargo, el momento que
afirmas que ya ves y comprendes, estás identificándote con una idea egoica de
que ya ves y entiendes, entonces estás apegándote a tu propia sabiduría, y esto
te ubica de nuevo en la estupidez de la ignorancia dualista conceptual. Tenemos
que soltar cualquier afirmación y volver a la mente no sé antes de lo
conceptual, la mente que ni existe ni no existe.
Cuando
aparece la mente mundana, la Budeidad desaparece. Cuando la mente mundana
desaparece, aparece la Budeidad. Cuando aparece la mente, este momento
desaparece. Cuando la mente desaparece, aparece este momento. Quien sepa que
nada depende de nada, ha encontrado el Dao. Además, quien sabe que la mente no
depende de nada está siempre en el lugar de la iluminación.
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Es
decir, cuando te identificas con la mente chica de la personalidad, te
obstaculizas el libre fluir del Dao, y este momento se distorsiona con
ilusiones. Cuando sueltas tu identificación con la mente chica, el Dao puede
fluir sin obstáculo y la realidad de este momento se manifiesta sin obstáculo.
Cuando no dependes en nada ni nadie, eres libre para actuar o no actuar basado
en correcta situación, relación y función, o sea, un bodhisattva.
Cuando
no comprendes, estás equivocado. Cuando comprendes, no estás equivocado. Esto
se debe a que la naturaleza del error es transparente. Cuando no lo comprendes,
lo correcto parece incorrecto. Cuando comprendes, incorrecto no es incorrecto,
porque incorrecto no existe. Los antiguos decían: "Nada tiene naturaleza
propia". Actuar. No lo dudes. Cuando tienes dudas, te equivocas. Equivocarte
es el resultado de la duda. Cuando alcanzas tal comprensión, los actos
incorrectos de tus vidas pasadas se borran. Cuando te engañas, los seis
sentidos y las cinco sombras son construcciones de aflicción y transitoriedad.
Cuando te despiertas, los seis sentidos y las cinco sombras son construcciones
del nirvana y la inmortalidad.
Cuando
comprendes que todo es transitorio y transparente, esto es verdadera
comprensión. No hay nada fijo y nada tiene su propia naturaleza permanente. Ya
puedes simplemente actuar desde no actuar, libre de prejuicios y opiniones
dualistas. Tenemos que confiar en nosotros mismos, liberarnos de la duda y
autocrítica. Cuando nuestras ideas habituales de codicia, ira y engaño no nos
controlan, podemos actuar con confianza y entusiasmo. Es actuar con la
confianza que nuestras intenciones son puras y válidas puesto que no buscamos
nada para nosotros. No obstante, no obstaculizamos el libre fluir de ideas y
acciones basadas en nuestra naturaleza búdica. Las ideas ya son funciones de la
mente búdica.
Alguien
que busca el Dao no mira más allá del sí mismo, sabiendo que la mente es el
Dao. Sin embargo, cuando se encuentra la mente, nada se manifiesta. Además,
cuando se encuentra el Dao, nada se manifiesta. Si crees que puedes usar la
mente para encontrar el Dao, estás siguiendo una suposición incorrecta. Cuando
estás siguiendo una suposición incorrecta, la Budeidad existe. Cuando prestas
atención, no existe. Esto se debe a que la atención es la Budeidad.
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Si
buscas felicidad en otro momento o lugar diferente de este momento presente,
estás engañado. Si te identificas como alguien separado y aislado, estás engañado.
El Dao no es una cosa, sin embargo no hay nada que no es el Dao. Si puedes ver
el Dao, no es el verdadero Dao. Si puedes ver la budeidad, no es la budeidad.
Simplemente presta atención a este momento justo como es. Estar atento a la
atención en sí y actuar según el contexto apropiado es ver Buda sin ver nada.
Es vivir y actuar desde nuestro verdadero ser, el Dao, la budeidad libre de
pensamientos de comparación y críticas dañinas. Esto es la liberación de
nuestro condicionamiento.
Si
estás buscando el Dao, el Dao no aparecerá hasta que tu cuerpo desaparezca. Es
como arrancar la corteza de un árbol. Este cuerpo kármico experimenta un cambio
constante. No tiene una realidad fija. Practica no seguir tus pensamientos. No
odies la vida y la muerte ni ames la vida y la muerte. Mantén tu mente libre de
engaños, y en la vida serás testigo del comienzo del nirvana y en la muerte
experimentarás la seguridad de que no habrá renacimiento.
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Este
cuerpo es sólo la corteza de un árbol. Lo que somos es íntimamente conectado a
todo el resto de la tierra y el universo. Aunque el cuerpo nace y muere, no es
lo que somos esencialmente. Pero no debemos odiar el nacimiento y la muerte.
Son naturales, la manera que Esencia toma forma y luego cambia a otra forma.
Nada creada o destruida. Todo simplemente cambia. Al mismo tiempo, no queremos
apegarnos a la forma exterior. Somos mucho más que un cuerpo que nace, crece y
luego muere. Libres del apego experimentamos nirvana, bienestar y armonía en
esta vida. No tenemos que temer la muerte tampoco. Es sólo una transición entre
lo visto y lo no visto, forma y esencia. Cada momento estamos renaciendo
nuestra personalidad basado en nuestras ideas previas, nuestras memorias y
películas interiores. Al momento que cortas esta película, ya tu karma pasada
se borra y esta identidad limitada ya no nace de nuevo. Es simplemente Esencia
expresándose a través de este complejo de cuerpo-mente.
Ver
la forma pero no estar controlado por la forma o escuchar el sonido pero no
estar controlado por el sonido es liberación. Los ojos que no se apegan a la
forma son las puertas de Chán. En resumen, aquellos que perciben la existencia
y la naturaleza de los fenómenos y permanecen desapegados son liberados.
Aquellos que perciben la apariencia externa de los fenómenos están controlados
por esas apariencias. No estar sujeto a aflicciones es lo que se entiende por
liberación. No hay otra liberación. Cuando sabes cómo mirar la forma, la forma
no da lugar a conceptos y los conceptos no dan lugar a forma. La forma y la
percepción son transparentes.
Ya
libres de nuestras construcciones mentales, podemos ver formas y escuchar
sonidos y no estar controlados por ellos. Somos libres de karma. Zen es el arte
de vivir plenamente este momento presente con sencillez, paz y bienestar. Es
nunca sentirse solo porque somos todos uno esencialmente. Es celebrar la vida y
disfrutarla compartiendo nuestra plenitud con otros a través de la compasión,
la empatía y la benevolencia amorosa.
Cuando
no hay ilusiones, la mente es la tierra de los Budas. Cuando hay ilusiones, la
mente se convierte en un infierno viviente. Los seres mundanos crean ilusiones.
Además, al usar la mente para hacer surgir la mente, siempre se encuentran en
un infierno viviente. Los bodhisattvas ven a través de las ilusiones. Entonces,
al no usar la mente para dar lugar a la mente, siempre se encuentran en la
tierra de los Budas. Si no usas tu mente para crear la mente, cada estado de la
mente es transparente y cada pensamiento está quieto. Vas de una tierra de Buda
a otra. Si usas tu mente para crear mente, todos los estados mentales se
alteran y todos los pensamientos están en movimiento.
Pasas
de un verdadero infierno a otro. Cuando surge un pensamiento, hay buen karma y
mal karma, cielo e infierno. Cuando no surge ningún pensamiento, no hay buen
karma o mal karma, no cielo o infierno.
Entender
que no hay un infierno ni cielo aparte de nuestras mentes. Cuando nos agitamos
la mente con miedos, preocupaciones, ira y aversión, estamos viviendo en el
infierno. Cuando estamos apegados a nuestras adicciones y obsesiones de sexo,
estimulantes, intoxicantes y placer, estamos viviendo como fantasmas
hambrientos y animales. Cualquier placer o sensación es pasajera. Puedes poseer
riquezas ilimitadas y vivir como dioses poderosos, pero todavía no puedes
escapar el envejecimiento, la enfermedad y la muerte. Cuando tu buen karma se
acaba, todavía sufres a causa de la impermanencia, la ilusión y la inseguridad.
Pero ver a través de las ilusiones, ver las cosas como son, es vivir como un
buda y al dedicarse al servicio y la ayuda de otros es actuar como un
bodhisattva.
El
cuerpo no existe ni no existe. Por tanto, la existencia como un ser mundano y
la inexistencia como un sabio son conceptos con los que un sabio no tiene nada
que ver. El corazón del sabio es transparente y espacioso como el cielo. Lo que
sigue es atestiguado en el Dao. Está más allá de la comprensión de los Seres
Despiertos y de los seres mundanos.
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Cuando
la mente alcanza el nirvana, no ves el nirvana, porque la mente es nirvana. Si
ves el nirvana en algún lugar fuera de la mente, te estás engañando a ti mismo.
Todo
esto, cuerpo, yo, seres humanos, budas, bodhisattvas, sabios e ignorantes, son
todos transparentes, conceptos de la mente. Ni existen ni no existen. Son como
nubes en el cielo. Nubes vienen, nubes van, pero el cielo siempre es. Seamos como
el cielo, espaciosos, inmutables e ilimitados. Abramos nuestros corazones para
abarcar todo el universo. Descubramos de nuevo, en cada día y cada momento, que
nirvana es justo aquí.
Bibliografía
Dharma, Wonji (Traductor). (2010). The Bodhidharma Lectures. Buddha
Dharma University Press: Oneida,
N.Y.
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