MEDITACIÓN BUDISTA ZEN

VEN. DR. JINSIM HYOENJIN: arzobispo y maestro guía de la sangha Meditación Budista Zen, recibió Transmisión el 27 de marzo 2021 e Inga el 16 de julio 2017, y recibió los 250 votos del Bhikshu (monje) el 22 de julio 2016 por el Ven. Dr. Wonji Dharma.

Ven. Jinsim Hyoenjin es originalmente de Kansas City, Missouri, USA y ha vivido en Guadalajara, México desde 2000. Tiene más de 45 años experiencia en meditación, dos maestrías (psicología y estudios budistas), y un doctorado de Psicología Oriente-Occidente investigando métodos de meditación en las tradiciones espirituales del Oriente.

Ven. Jinsim Hyoenjin imparte clases, conferencias universitarias, charlas Dharma, retiros y talleres sobre el buda-dharma además de citas individuales para orientación y estudio personalizado.

Un arzobispo (maestro zen superior) es un obispo que, habiendo recibido Inga y Transmision de Dharma, preside varias diócesis en una gran región. Este puesto incluye algunas responsabilidades de supervisión tanto de las diócesis como de los obispos de esa región. Un arzobispo sirve como guía o instructor en asuntos religiosos; y a menudo es el fundador o líder dentro de una Orden. Además, el Colegio de Arzobispos actúa como un Consejo Rector igualitario para la Orden Zen de las Cinco Montañas.
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lunes, 31 de octubre de 2022

FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN, Capítulo 11.1. Cada Día Es Un Buen Día




 FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN
Capítulo 11.1. Cada Día Es Un Buen Día
Charla Dharma 27/OCT/2022
Ven. Dr. Jinsim Hyoenjin





Para que la práctica del zen sea significativa, debe abarcar y penetrar toda la vida. Todas las escuelas Zen, especialmente Zen Soto, enfatizan la fusión de la experiencia Zen con la vida cotidiana. Las personas a veces creen que la meditación zen es algo muy alejado de las preocupaciones comunes de la vida.  Creen que para practicar el Zen deben abandonar sus rutinas diarias, retirarse de la vida y recluirse en la soledad de la montaña. Esta idea no es completamente equivocada. 


Nuestras mentes a menudo son como monos salvajes, y para disciplinar a la mente de los monos es útil tener un lugar tranquilo durante un tiempo, donde se pueda practicar sin problemas.  Pero este es solo un aspecto del Zen, y ni siquiera es el aspecto más elevado. El Zen también pone gran énfasis en esta vida y este mundo. Porque el Camino Supremo lo abarca todo, no excluye nada y no rechaza nada. Para realizar el Camino Supremo es necesario fusionar la meditación con las circunstancias de la vida cotidiana, por lo contrario, la meditación es inútil.


Hace unos años, en el camino de San Francisco a Los Ángeles, pasé la noche en el Centro Zen de la Montaña en Tassajara. Esa noche di una conferencia. Después de la conferencia algunos de los estudiantes vinieron a hablar conmigo. Les pregunté cuánto tiempo planearon quedarse y practicar en el centro de la montaña. Algunos planeaban permanecer toda su vida como monjes y monjas, pero la mayoría tenía la intención de irse después de seis meses o un año. Luego pregunté: "Después de que practiques seis meses o un año, ¿qué vas a hacer?" Todos acordaron que volverían a casa para llevar una vida normal y mostrar la disciplina que habían aprendido a sus amigos, familiares y conocidos, por lo que estos podrían obtener los mismos beneficios a través del Zen que ellos mismos experimentaron en el retiro de la montaña. 


Así es el camino Zen. Una persona puede dedicar toda su vida a practicar el Zen en las montañas o en el monasterio si lo desea. Puede unirse a la comunidad de sangha como un monje o una monja para practicar, enseñar y difundir el Dharma para beneficiar a otros. Pero también puede permanecer en la vida normal, cultivándose y al mismo tiempo cumplir con sus deberes en el hogar y en la comunidad.  Este último es muy importante. Al practicar en un lugar tranquilo, uno aprende a disciplinar la mente y puede alcanzar el satori , o la iluminación. Después del logro del satori o el logro de algún grado de disciplina mental, el adepto del Zen debe enseñar a otros por medio de enseñarles el camino que él mismo ha seguido. Esta práctica es uno de los Grandes Votos del Bodhisattva: "Por muy innumerables que sean los seres sensibles, prometo salvarlos a todos."


Nuestro centro ha comprado una casa adyacente para convertirse en un monasterio budista. El monasterio no solo será para monjes y monjas, que se dedican a la práctica y la enseñanza del budismo a tiempo completo, sino también para otros que deseen quedarse por un período limitado, una semana o algunos meses o un año, para entrenar en la práctica Zen y en el modo de vida budista. 


Si una persona desea quedarse y practicar, eso es muy bueno. Pero si desea volver a casa para cumplir con sus deberes y continuar con su trabajo, eso también es muy bueno. Se espera que estas personas que regresen a casa aporten las experiencias que hayan adquirido en el período de formación en el monasterio para que las acompañen en su vida diaria. El propósito del período de entrenamiento o del retiro se centra en esta idea. Por esta razón, en Tailandia es costumbre que todo joven se convierta en monje y practique en un monasterio durante un corto período de tiempo. 




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martes, 25 de octubre de 2022

FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN, Capítulo 10.5. No Apego


FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN
Capítulo 10.5. No Apego
Charla Dharma 20/OCT/2022
Ven. Dr. Jinsim Hyoenjin



Desde esta mente calma y pura podemos comenzar a cultivar la sabiduría que crecerá a la Budeidad. Cuando cesamos de discriminar entre sujeto y objeto, los dos se vuelve uno y encontramos que desde el comienzo nuestra misma mente es el Buddha. 


Cortar todo deseo es una meta importante en el Zen, y a este fin, todo miembro de la sangha corta su cabello mientras que cantan: “Como corto mi cabello, deseo que todos los seres sentientes cortarán sus apegos y deseos y logran la Budeidad.”


Todos los humanos buscan la felicidad. Es una característica de la naturaleza humana. Pero las personas difieren mucho en sus puntos de vista en cómo se logra la felicidad. Un escritor budista vietnamita compara la felicidad a una mariposa. Él dice: “La felicidad es algo muy hermoso, justo como una mariposa. En los días calurosos de verano la mariposa vuela de un lado a otro encima de la yerba verde y las flores coloridas, pareciendo muy hermosa. Pero no se debe intentar a atraparla, porque cuando la mariposa se atrapa en la mano, se vuelve nada más que un insecto.” 


Esto significa que debemos dejar la felicidad ir y venir justo como una mariposa. Cuando viene, debemos disfrutarla y no intentar a aferrarla. Y cuando se va, debemos mirarla ir calma y tranquilamente; entonces volverá otra vez. Si intentamos aferrar la felicidad y sujetarla para siempre, morirá en nuestras manos. Debemos dejar su belleza venir e irse y disfrutarla mientras que perdure. Esto es la forma de la vida y el significado de la vida, además. Esto es la forma del no-apego.   


Este concepto del no-apego en el budismo Zen se revela en un poema corto de un maestro vietnamita:      
Golondrinas vuelan en el cielo,
El agua refleja su imagen.
La golondrina no deja huella,
Ni el agua retiene su imagen.


Método De Práctica 

Un método común para ayudar al estudiante disminuir su apego es el método del koan de Zen Rinzai. El koan es un tópico filosófico dado al estudiante Zen para meditar por el maestro Zen. Puede consistir en una palabra única, una frase, una oración o un pasaje corto. Un famoso koan se llama “el sonido de una mano aplaudiendo.” Todos conocen cómo suenan dos manos aplaudiendo, pero ¿cuál es el sonido de una mano aplaudiendo? Eso es el koan.  


El estudiante lo medita hasta que pueda oír el sonido de una mano aplaudiendo. Muchos de nosotros han oído el sonido del silencio. Si podemos oír el sonido, entonces podemos oír el sonido de una mano aplaudiendo también. Este koan no para con el oír o no oír, sino se va más lejos. Si podemos oír el sonido de una mano, ¿por qué lo oímos y cómo lo oímos? Si no, ¿por qué no? ¿De dónde viene el sonido, y cuál es la naturaleza del oír? Si este koan se resuelve, el meditador puede considerar que se ha experimentado el kensho.




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martes, 18 de octubre de 2022

FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN, Capítulo 10.4. El No Apego

 

FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN
Capítulo 10.4. El No Apego

Charla Dharma 13/OCT/2022
Ven. Dr. Jinsim Hyoenjin


En el budismo japonés un monje budista suele llamarse un shui. Un significa nube y shui significa agua, así que un monje es un hombre “nube y agua,” ¿Por qué se llama así? Las nubes son efímeros e insustanciales, y el agua está constantemente fluyendo. Así que el monje budista es ser como las nubes y el agua, vagando de un lugar a otro para ayudar y enseñar a la gente sin permanecer en ningún lugar permanentemente. No tiene apego a ninguna cosa y no tiene propiedad.


En el budismo Theravada un monje posee sólo tres túnicas, un cuenco, una rasuradora y algunos utensilios pequeños. La razón de esto es para eliminar el apego. El budista se sienta suelto y viaja ligero. Aunque podemos sentir que es imposible poseer muchas cosas sin apegarse a ellas, aún es más fácil desapegarse con pacas posesiones. 


Por lo tanto, un monje budista no debe poseer más de lo que necesite. Debe soltar todos los apegos, ni sólo de sus propias posesiones, sino a su nación y familia, además. Un monje budista no cree que sólo un grupo particular de gente relacionado a él por sangre es su familia o que un particular país es su nación. Considera todos los seres sentientes como su familia y cada lugar es su hogar. Es una persona universal comprometida al bienestar y felicidad del mundo entero.


El tema de no-apego en el budismo Zen es de gran alcance. De hecho, se puede decir que la meta del Zen es desarraigar cada y todo punto de apego hasta que no permanezca ni siquiera una mota de polvo en la que la mente puede aferrarse. Esto significa que no sólo tales formas ordinarias del apego como las pasiones y los deseos deben dejarse ir, sino además los hilos más sutiles del apego intelectual. 


Incluso tales nociones como la Budeidad, el Nirvana y la Iluminación deben ser pulverizadas y esparcidas al viento hasta que sólo el Vacío se quede, e incluso eso debe desecharse. Este es el significado del Camino Medio – el Camino que trasciende la dualidad de “esto” y “aquello.”  Mientras se mantiene el concepto del Nirvana o la Iluminación en la mente, este concepto es una barrera a su meditación. 


Por esta razón algunos maestros Zen enseñan a sus alumnos: “Cuando meditas no desees convertirte en un Buddha.” ¿Por qué dicen esto? Porque si deseas convertirte en un Buddha, entonces se apega a la noción de Budeidad. Se hace la Budeidad un objeto y sí mismo un sujeto, de este modo construye un dualismo falso otra vez. Debemos dejar ir todo, alto y bajo, exaltado y degradado, puro e impuro, existente y no-existente, y la mente se volverá calma y pura por sí misma. 



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miércoles, 12 de octubre de 2022

FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN, Capítulo 10.3. El No Apego



 
FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN 
Capítulo 10.3. El No Apego

Charla Dharma 06/OCT/2022
Ven. Dr. Jinsim Hyoenjin




El secreto del no-apego se revela en la filosofía de Chuang-Tzu, el gran sabio Taoísta. Según Chuang-Tzu, la vida y la muerte son dos lados de la misma moneda, así que no hay ninguna razón estar apegado a la vida y tener miedo de la muerte. Como Chuang-Tzu dice en un poema:

Hay el mundo,
La base de mi existencia corporal.
Me agobia con trabajo y quehaceres,
Me da descanso en mi vejez,
Me da paz en la muerte.
Por el que suministró con lo que necesitaba en la vida,
También me dará lo que necesito en la muerte.  


Cuando la esposa de Chuang-Tzu murió, su amigo y filósofo Hui Shih acudió a su casa para consolarlo y lo encontró no llorando y lamentando como se esperaría, sino riéndose y cantando. Preguntándole cómo pudiera ser tan ingrato a su mujer, el sabio respondió: “Cuando ella acababa de morir, no pude evitar ser afectado. Pronto, sin embargo, examiné el asunto desde el principio. Al principio, ella no estaba viviendo, sin forma, ni siquiera sustancia. Pero de alguna forma u otra, había entonces su sustancia, luego su forma y luego su vida. Ahora debido a otro cambio, ha muerto. El proceso entero es como la secuencia de las cuatro estaciones – primavera, verano, otoño e invierno. Mientras que ella está acostada en la gran mansión del universo, que yo ando a todos lados llorando y lamentando sería como proclamarme ignorante de las leyes naturales. Por lo tanto, me detengo.”



De esta historia aprendemos que la clave para la felicidad es el no-apego, y el secreto del no-apego es comprensión correcta. Si nos apegamos al deseo de que las cosas sean permanentes, entonces desarrollamos fuertes apegos, y debido a los apegos sufriremos. Este es la segunda de las Cuatro Verdades Nobles enseñadas por el Buddha en el primer sermón después de su Iluminación: “Todo sufrimiento surge del deseo.” Como consecuencia, si reconocemos correctamente que todo fenómeno es sujeto al cambio y la transformación, entonces no habrá espacio en nuestros corazones para el miedo y la preocupación. Podemos aceptar todo, incluso la muerte, con una mente pacífica y contenta. El hombre o mujer realizada puede enfrentar todas las vicisitudes de la vida y la muerte sin miedo.


Hay algunos maestros Zen que saben el momento de su muerte varios días por adelantado. Cuando su tiempo para salir llega, recogen a todos sus discípulos juntos, les da instrucciones finales y un gatha (poema) encarnando la esencia de todas sus enseñanzas y entonces silenciosamente se van, muchas veces sentados en la postura del loto. 


Un maestro vietnamita llamado Tran-Nhan-Ton dejo el gatha siguiente para sus discípulos al momento de su muerte:

Todas las cosas no tienen comienzo;
Todas las cosas son sin cesar;
Si entiendes esto,
Todos los Budas están allí.
Así que ¿cómo puede ser algún ir y venir? 


El espíritu del no-apego es hermosamente ilustrado por la vida del Buddha. Cuando aún era un príncipe, casado a una bella esposa y el heredero al trono de su papá, ¿qué hizo? Renunció a su familia, riqueza y poder y huyó a las montañas para meditar sobre el camino a la verdad. Después de su Iluminación, el Buddha continuaba exhibir la actitud de no-apego. Mientras los fundadores de otras religiones se han declarado ser el camino, la luz y la verdad, el Buddha declaró ser el hombre quien señala el camino. 


El Buddha es el viajero, el supremo guía iluminado en el camino que lleva a la verdad, pero no declara ser él mismo el camino a la verdad. Esto es una actitud muy humilde, ¿cierto? Puesto que es un hombre que muestra el camino, pueden ser muchos caminos por los que los humanos pueden seguir. Por tanto, encontramos mucha libertad y tolerancia en el budismo. 



El camino correcto para una persona puede no ser correcto para otra. Hay 84,000 puertas de Dharma que llevan a los recintos interiores de la Mente Despierta, y cada budista es libre practicar aquellas puertas de Dharma que siente son las más adecuados para sí mismo. Encontramos de la misma forma que los budistas no son muy apegados a sus propias creencias, incluso cuando las aceptan con mucha fe. En este respecto, siguen el consejo del Buddha, quien urge a sus discípulos no volverse enojados o molestos cuando otros se las criticaron sus enseñanzas y no volverse emocionados cuando otros se las elogiaron, sino mantener una mente equilibrada y abierta frente a tanto la crítica como el elogio. 


Durante cuarenta-y-nueve años el Buddha recorrió sobre toda la India predicando su doctrina e instruyendo a sus discípulos, aun en el último día de su vida pudo decir: “En estos cuarenta-y-nueve años no he dicho ni una palabra.” ¿Por qué dijo esto? Porque no quiso que sus discípulos se volvieran apegados a sus enseñanzas. Quería que practicaran y realicen la verdad por sí mismos en vez de aferrarse a sus propias formulaciones verbales y conceptuales de la verdad. 


Comparó su doctrina a una balsa que se usa para cruzar desde esta orilla de ignorancia y sufrimiento a la otra orilla de la Iluminación y el Nirvana. Esta balsa debe usarse en vez de llevarla a todos lados sobre la cabeza, igual como el Dharma debe practicar y realizarse en vez de simplemente estudiarlo.





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lunes, 3 de octubre de 2022

EL SUTRA DE LA PERFECTA ILUMINACIÓN, Traducido al español con comentarios por Ven. Dr. Jinsim Hyoenjin


EL SUTRA DE LA PERFECTA ILUMINACIÓN
Traducido al español con comentarios por 
Ven. Dr. Jinsim Hyoenjin

El Sutra de la Perfecta Iluminación es muy apreciado en las escuelas budistas Chan, Son y Zen, sobre todo por el maestro coreano Chinul. Se cree que es de origen chino escrito a finales del siglo VII o principios del VIII d.C. El texto se ha utilizado en la educación monástica durante más de mil años. Se lo considera una de las enseñanzas Mahayana más importantes revelando tanto cómo alcanzar la súbita y suprema iluminación completa, junto con la forma de practicar el cultivo gradual. Ofrece explicaciones definitivas del significado de la iluminación innata y actualizada, la iluminación súbita y gradual, la verdadera naturaleza de la ignorancia y el sufrimiento, junto con numerosos ejemplos de métodos de contemplación que concuerdan y reflejan los puntos de vista básicos Chan sobre la iluminación y la práctica. El Sutra está organizado en doce capítulos, más una breve sección introductoria. La sección introductoria describe la escena del sermón y enumera a los principales participantes. El lugar es un estado de profunda concentración meditativa (samadhi) y los participantes son el Buda y cien mil grandes bodhisattvas, entre los cuales doce eminentes bodhisattvas actúan como portavoces. Cada uno de los doce se levanta uno por uno y le hace al Buda una serie de preguntas sobre doctrina, práctica e iluminación. Aunque el Sutra fue popular en toda la región de Asia oriental, alcanzó su estatus canónico más alto dentro de la escuela coreana Chogye, donde todavía es un texto clave en el plan de estudios básico de los monjes y monjas de hoy en día.

FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN, Capítulo 10.2. El No Apego


FILOSOFÍA ZEN, PRÁCTICA ZEN
Capítulo 10.2. El No Apego
 Charla Dharma 29/SEP/2022
Ven. Dr. Jinsim Hyoenjin


La enseñanza Zen de no-apego es muy similar a la enseñanza del taoísmo. El Tao Te Ching, un antiguo clásico taoísta, dice, “Cuando un sabio camina, no deja ninguna huella atrás.” ¿Qué significa esto? No significa que cuando un sabio taoísta se pasea no se pueda encontrar huellas de sus pies en el suelo. El sabio es humano como nosotros, y así tiene huellas. Lo que la declaración significa es que en su viaje a través de la vida el sabio no deja ninguna huella de deseo y apego aferrándole mientras vive de momento a momento. 


La vida es un fluir, siempre cambiando, y el sabio jamás mira atrás al momento que acaba de pasar velozmente, ni mira adelante al momento que viene. Más bien, vive en el presente, fluyendo en armonía con el ritmo de la vida, apreciando cada momento por lo que vale y dejándolo pasar rápidamente reemplazándose por el próximo. 


El filósofo griego Heráclito dijo que nadie puede cruzar el mismo río dos veces. Podemos creer que el río en el cual cruzamos mañana es el mismo río que hemos cruzado hoy, pero esto es simplemente una ilusión. El río siempre sigue fluyendo, así que nunca se puede cruzar el mismo río dos veces. 


Otro dicho famoso en el Occidente afirma: “Nadie puede decir que vivo hoy, y mañana viviré.” En nuestras mentes podemos tener planes no sólo para mañana sino para el próximo año, y para diez años en el futuro, pero nadie puede tener certeza que viviera incluso toda la noche. 


Al reconocer la impermanencia radical de la vida, el budismo Zen sugiere que no debemos apegarnos demasiado a la vida, porque si lo hacemos, nos encontraremos golpeados contra las duras rocas del cambio. En vez de vivir en el pasado o el futuro, debemos aprender a vivir en el presente lo más plenamente posible. Este momento, por lo menos, somos vivos, mientras no podemos estar seguros de que sigamos vivos mañana.



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