EL PERDÓN DE BUDA, Capítulo 15.4. Meditación Zen Es Nuestra Vida

EL PERDÓN DE BUDA
Capítulo 15.4. Meditación Zen Es Nuestra Vida
Charla Dharma 21/NOV/2024
Ven. Dr. Jinsim Hyoenjin

La responsabilidad entre maestro y alumno 

Hay una historia folklórica que trata de un maestro de tiro con arco.  Este maestro tenía un alumno muy celoso. En un intento de mostrarse superior al maestro, el alumno trató de matarlo, por lo que tiró una flecha directamente hacia él.  

             Sin embargo, el maestro era muy listo, así que anticipó al alumno y tiró una flecha al mismo tiempo.  Las dos flechas se encontraron, y se tocaron en pleno vuelo, luego cayeron al suelo sin hacer daño a nadie.  El alumno lamentó lo que acababa de hacer, e inclinó la cabeza ante su maestro en signo de reverencia. 

Esta historia tiene dos sentidos.  El primero es como el maestro debería tratar al alumno.  La responsabilidad del maestro es guiar al alumno a un encuentro directo con el Infinito.  Cumplida esta tarea, el maestro debe retirarse para que el alumno continúe volviéndose uno con el Infinito.  

El segundo sentido de esta historia tiene que ver con lo que verdaderamente está haciendo esta transformación.  En su intento de ayudar al alumno, el maestro tira sus flechas a la obscuridad.  El maestro no puede saber todo.  El éxito de su esfuerzo depende finalmente en la actividad de la no-mente, lo que es la expresión del Infinito.  El maestro tira su flecha sin saber exactamente dónde va a terminar.  

Tenemos que confiar por completo en el Infinito, y dejarlo guiar nuestras flechas justo al blanco donde debe ser.  Igualmente, el alumno está dispuesto hacer el esfuerzo necesario en su práctica espiritual al buscar el blanco del Infinito con sinceridad y confianza.  

El resultado es un evento extraordinario, como cuando dos flechas se tocan en pleno vuelo.  Los dos, el maestro y el alumno usan todas sus fuerzas, incluidas la inteligencia, la razón, y la sabiduría.  Sin embargo, se dan cuenta de que se requiere el Infinito para que las flechas de nuestras aspiraciones acierten en el blanco de la realización y la Iluminación.  

Se llega a ver lo que se llama nuestra Naturaleza Búdica, el Sí Mismo, presente en todo. Todo es consciente, vivo, y vital, y al mismo tiempo todo es justo lo que es en su individualidad.  Las dos, unicidad y multiplicidad, son dos aspectos de la totalidad.  Cuando se ve y se experimenta esta Naturaleza Búdica en todo, se aprecia que la Vida es un milagro continuo que se manifiesta en cada instante.     

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