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Cuestión: Como ya has explicado, primero debemos tener fe y comprender que nuestras naturalezas personales son nuestras puras mentes sublimes; entonces, podremos confiar en esta naturaleza para cultivar Seon (Zen). Desde el tiempo inmemorial, este ha sido el método esencial a través del cual las personas han cultivado la mente de buddha y completado el camino a la budeidad. ¿Cómo es, entonces, que en general no vemos ningún adepto Seon que puede mostrar superpoderes y sabiduría? (Estos superpoderes son seis poderes como productos secundarios de la meditación: (1) poderes psíquicos y mágicos, tales como la habilidad pasar por las paredes y caminar sobre el agua; (2) clarividencia, la habilidad ver desde lejos y percibir cómo les va a los seres según sus acciones; (3) clariaudiencia, la habilidad oír desde lejos; (4) la habilidad recordar sus propias vidas anteriores; (5) el conocimiento de los estados mentales de los demás; (6) el conocimiento de la extinción de los contaminantes. Los primeros cinco de estos poderes se los consideran logros mundanos, ganados mediante el más profundo refinamiento de la cuarta etapa de absorción en la meditación (dhyana). El sexto poder se lo considera supramundano y se logra por el cultivo de penetración intuitiva (vipasyana) en las verdades budistas. El primero, segundo y sexto también se llaman las tres clases de conocimiento, lo cual Chinul indica luego es lo que significa “sabiduría”. Este asunto sobre la ausencia de superpoderes en practicantes contemporáneos es lo que Chinul trata en Secretos en Cultivar la Mente.) Si no tienen superpoderes que pueden manifestar, entonces ¿Cómo pueden considerarse los que practican de acuerdo con la realidad?
Me reí y respondí: Los superpoderes y la sabiduría se consiguen por aplicarse con mucha energía a las prácticas preparatorias de acuerdo con el poder del Dharma que se generado por la correcta fe en la mente búdica. Es como pulir un espejo: más que se limpia el polvo, más brillante se vuelve hasta que, su brillo restaurado, se reflejara las imágenes es sus miles de detalles. (Esta analogía sólo se aplica al cultivo según la enseñanza completa, la cual diferencia entre los varios fenómenos.) Pero si todavía no se a corregido la fe y la comprensión y las prácticas preparatorias son débiles, o si se sienta dormitando soporíficamente y asumir que guardar silencio es Seon, entonces ¿cómo pueden aparecerse los superpoderes por su propia cuenta? Un digno antiguo una vez dijo, “Si ustedes simplemente practican debidamente en cuanto a su propio océano de la naturaleza, no tendrán que preocuparse por los tres conocimientos y los seis superpoderes. Y, ¿por qué es esto? Es porque son sólo productos secundarios auxiliares de santidad. La principal preocupación ahora es comprender la mente y cavar hasta la raíz; porque si puedes llegar a la raíz, no necesitas preocuparte acerca de las ramas.”
El Hombre de la Montaña preguntó al Maestro Seon Guifeng Zongmi, “¿Es típico que el método para cultivar la mente-fundamental se entiende en un despertar a la mente, o involucra el desarrollo de prácticas específicas? Si involucra el desarrollo de prácticas específicas, ¿cómo se puede hacer referencia al subitismo en la escuela Seon? Si se los entiende en el despertar de la mente, entonces, ¿por qué no se puede mostrar la refulgencia de los superpoderes?”
[Zongmi] respondió: “Se puede saber que un estanque congelado es completamente agua, pero el calor del sol es necesario para derretirlo. Se puede despertar al hecho de que una persona ordinaria es completamente auténtica [o sea, un buddha], pero el poder del Dharma es necesario para practicar. Cuando el hielo del estanque se ha derretido y su agua fluye libremente, entonces su puede utilizar su eficacia para irrigar y limpiar. Cuando se extingue lo falso, la mente será numinosa y dinámica; entonces la refulgencia de los superpoderes aparecerá en respuesta. Excepto por el cultivo de la mente, no hay ningunas prácticas específicas a desarrollar.”
Por esta cita arriba, debemos entender que no hay necesidad preocuparnos por las treinta y dos mayores o ochenta menores marcas [de santidad] o los superpoderes. Debemos primero rastrear el resplandor de nuestras propias mentes para asegurar que nuestra fe y comprensión son auténticos; entonces, no caeremos en eternalismo o aniquilacionismo, y, por confiar en los dos métodos de samadhi (meditación) y prajna (sabiduría), se podrá remediar las impurezas de la mente. Esta es la manera correcta. En cambio, si nuestra fe y comprensión no son auténticos, la práctica contemplativa que se cultiva será sujeto a la impermanencia y al final solo resultar en reincidencia. Esta se llama la práctica contemplativa del tonto; ¿cómo puede ser la práctica del sabio?
Nuestros homólogos dentro del las escuelas de la doctrina de Kyo (las que ponen el énfasis en el estudio de sutras encima de la meditación) también evalúan la profundidad y la superficialidad de la práctica contemplativa, junto con sus puntos fuertes y débiles; sus teorías son extremamente detalladas. Pero sus estudiantes sólo estudian las palabras y asumen con arrogancia que este es el reino de la santidad. Sin embargo, puesto que son incapaces buscar internamente sus propias mentes o refinar y pulirse durante varios días, sabemos cuáles son sus capacidades en realidad.
Además, como el Maestro Seon del Dharma Wonhyo dijo:
Es igual a la práctica contemplativa de las personas mundanas e ignorantes, las que asumen que la mente existe internamente pero todavía buscan todo tipo de principios externos. Más sutil su búsqueda por el principio, más agarran a los signos externos. Por consiguiente, se aparten del principio, un alejamiento que se vuelve tan grande como aquello entre el cielo y la tierra. Por esto finalmente reinciden, se vuelven hundidos [en samsara], y sufren renacer y morir sin fin. Pero la práctica contemplativa de los sabios es exactamente lo opuesto. Cuando su búsqueda por la mente alcanza su colmo, se olvidan por completo todo acerca de los principios; y mientras que se olvidan todo por completo a lo que estaban apegados, todos sus pensamientos de apego son completamente eliminados. Por esto pueden alcanzar el principio supremo que es libre de principios y nunca reinciden de nuevo, hasta que lleguen a permanecer en el nirvana del no permanente. (Este término es la descripción de los Mahayanistas del nirvana de los buddhas, lo cual se dice es “no permanente”, “no localizado”, o “no fijado permanente”, por ejemplo, ni en samsara de los seres ordinarios o los excesivamente quietista del nirvana del arhat. Puesto que el nirvana del los Buddhas es “no localizado”, los Buddhas pueden volver a este mundo para salvar a todos los seres sentientes del sufrimiento, sin volverse enredados con la posibilidad de renacimientos continuos.)
Además, las suposiciones del sabio de vehículo menor, porque inicialmente la naturaleza se produce, por estados mentales progresivamente más sutiles (los sabios menores ganan acceso [a los estados superiores de absorción meditativa] por los tres medios hábiles de sutileza gradual, refinamiento gradual, y refinamiento refinado, [aquellos sabios] alcanzan extinción mental; [no obstante, puesto que este estado] falta la sabiduría o el resplandor, [aquellos bodhisattvas] no aspiran a la extinción por dejar ir los pensamientos sutiles; más bien, por la presencia de la auténtica sabiduría radiante, logran el dharmadhatu (cuerpo del Dharma, o sea, la naturaleza fundamental).
Dado este tipo de evaluación, no podemos encubrir por incluso un pelo los puntos fuertes y débiles en la práctica contemplativa de los tontos y los sabios y los Hinayanistas (vehículo menor, o sea, liberación personal) y los Mahayanistas (vehículo mayor, o sea, liberación de todos los seres del universo).
[Zongmi] respondió: “Se puede saber que un estanque congelado es completamente agua, pero el calor del sol es necesario para derretirlo. Se puede despertar al hecho de que una persona ordinaria es completamente auténtica [o sea, un buddha], pero el poder del Dharma es necesario para practicar. Cuando el hielo del estanque se ha derretido y su agua fluye libremente, entonces su puede utilizar su eficacia para irrigar y limpiar. Cuando se extingue lo falso, la mente será numinosa y dinámica; entonces la refulgencia de los superpoderes aparecerá en respuesta. Excepto por el cultivo de la mente, no hay ningunas prácticas específicas a desarrollar.”
Por esta cita arriba, debemos entender que no hay necesidad preocuparnos por las treinta y dos mayores o ochenta menores marcas [de santidad] o los superpoderes. Debemos primero rastrear el resplandor de nuestras propias mentes para asegurar que nuestra fe y comprensión son auténticos; entonces, no caeremos en eternalismo o aniquilacionismo, y, por confiar en los dos métodos de samadhi (meditación) y prajna (sabiduría), se podrá remediar las impurezas de la mente. Esta es la manera correcta. En cambio, si nuestra fe y comprensión no son auténticos, la práctica contemplativa que se cultiva será sujeto a la impermanencia y al final solo resultar en reincidencia. Esta se llama la práctica contemplativa del tonto; ¿cómo puede ser la práctica del sabio?
Nuestros homólogos dentro del las escuelas de la doctrina de Kyo (las que ponen el énfasis en el estudio de sutras encima de la meditación) también evalúan la profundidad y la superficialidad de la práctica contemplativa, junto con sus puntos fuertes y débiles; sus teorías son extremamente detalladas. Pero sus estudiantes sólo estudian las palabras y asumen con arrogancia que este es el reino de la santidad. Sin embargo, puesto que son incapaces buscar internamente sus propias mentes o refinar y pulirse durante varios días, sabemos cuáles son sus capacidades en realidad.
Además, como el Maestro Seon del Dharma Wonhyo dijo:
Es igual a la práctica contemplativa de las personas mundanas e ignorantes, las que asumen que la mente existe internamente pero todavía buscan todo tipo de principios externos. Más sutil su búsqueda por el principio, más agarran a los signos externos. Por consiguiente, se aparten del principio, un alejamiento que se vuelve tan grande como aquello entre el cielo y la tierra. Por esto finalmente reinciden, se vuelven hundidos [en samsara], y sufren renacer y morir sin fin. Pero la práctica contemplativa de los sabios es exactamente lo opuesto. Cuando su búsqueda por la mente alcanza su colmo, se olvidan por completo todo acerca de los principios; y mientras que se olvidan todo por completo a lo que estaban apegados, todos sus pensamientos de apego son completamente eliminados. Por esto pueden alcanzar el principio supremo que es libre de principios y nunca reinciden de nuevo, hasta que lleguen a permanecer en el nirvana del no permanente. (Este término es la descripción de los Mahayanistas del nirvana de los buddhas, lo cual se dice es “no permanente”, “no localizado”, o “no fijado permanente”, por ejemplo, ni en samsara de los seres ordinarios o los excesivamente quietista del nirvana del arhat. Puesto que el nirvana del los Buddhas es “no localizado”, los Buddhas pueden volver a este mundo para salvar a todos los seres sentientes del sufrimiento, sin volverse enredados con la posibilidad de renacimientos continuos.)
Además, las suposiciones del sabio de vehículo menor, porque inicialmente la naturaleza se produce, por estados mentales progresivamente más sutiles (los sabios menores ganan acceso [a los estados superiores de absorción meditativa] por los tres medios hábiles de sutileza gradual, refinamiento gradual, y refinamiento refinado, [aquellos sabios] alcanzan extinción mental; [no obstante, puesto que este estado] falta la sabiduría o el resplandor, [aquellos bodhisattvas] no aspiran a la extinción por dejar ir los pensamientos sutiles; más bien, por la presencia de la auténtica sabiduría radiante, logran el dharmadhatu (cuerpo del Dharma, o sea, la naturaleza fundamental).
Dado este tipo de evaluación, no podemos encubrir por incluso un pelo los puntos fuertes y débiles en la práctica contemplativa de los tontos y los sabios y los Hinayanistas (vehículo menor, o sea, liberación personal) y los Mahayanistas (vehículo mayor, o sea, liberación de todos los seres del universo).
Así que se sabe que, ya sea adeptos de Seon o Kyo, todos aquellos en el pasado o el presente que han sido competentes en la práctica contemplativa han penetrado a sus propias mentes, donde los pensamientos falsos y los disturbios mentales originalmente no se han producidos. En el funcionamiento de sus varios tipos de sabiduría, nunca había una interrupción, y logran el dharmadhatu. Han tomando el camino que para siempre es distinto de los tontos y los Hinayanistas. ¿Cómo es posible, entonces, que, sin contemplar nuestras mentes, distinguiendo lo auténtico de lo falso, o acumulando karma puro, buscaríamos inicialmente superpoderes y el poder del camino? Somos parecidos a alguien, sin saber como pilotear un barco, se vuelve enojado a las curvas del río.
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