Ánimo a la Práctica: El Pacto de la Sociedad de
Samadhi y Prajña
Por
Chinul, un Shramana de la Montaña Chogye en Haedong
Dibujo de Chinul
formando la Sociedad de Samadhi y Prajña
Reverentemente, he oído: “Una
persona que ha caído al suelo debe usar el mismo suelo para levantarse. Tratar
de levantarse sin usar ese suelo sería imposible.” Los seres sensibles son los
que, habiendo vuelto engañados a la mente única, se les surgen las aflicciones
ilimitadas (klesha). Los Buddhas son los
que, habiéndose despertado a la mente única, se les surgen ilimitadas funciones
sublimes. Aunque el engaño y el despertar sean diferentes, los dos son
esencialmente derivados de la mente única. Por lo tanto, buscar la budeidad
aparte de esa mente sería imposible.
Yo, Chinul, desde mi juventud
(cuando tenía más o menos de vente años), me he arrojado al dominio de los
patriarcas y he visitado los salones de meditación por doquier. He investigado
las enseñanzas que el Buddha y los patriarcas nos regalaron con tanta
compasión, las cuales son principalmente destinados para ayudarnos en poner a
descansar todo el condicionamiento, vaciar la mente, y permanecer centrado allí
tranquilamente, sin buscar nada más afuera. Es simplemente como se afirman los
sutras: “Si una persona quiere comprender el estado de budeidad, / Debería
purificar su mente hasta que sea como espacio vacío.” Sean cuales sean [las enseñanzas]
que vemos, oímos, recitamos o estudiamos, debemos reconocer qué difícil es
entrar en contacto con ellos y reflexionando sobre ellos con nuestra sabiduría,
debemos cultivar según lo que se ha sido expuesto. Así se puede decir que, por
cultivar personalmente la mente de buddha y al completar nosotros mismo el camino
a la budeidad, recuperaremos personalmente la benevolencia de Buddha.
Sin embargo, cuando examinamos la inclinación de nuestra
conducta desde la mañana hasta el anochecer, [vemos que] hasta mientras nos hemos
confiado nosotros mismo al Buddhadharma, nos hemos adornado con las muestras de
un yo y una persona. Enamorados del bienestar material e inmersos en las
preocupaciones seculares, no estamos cultivando la Vía y su virtud sino
simplemente malgastando la comida y la ropa. Aunque no hemos abandonado la vida
hogareña [para convertirnos en monjes], ¿qué mérito tiene? ¡Ay! Ahora, a pesar
de que queremos dejar atrás los tres reinos de la existencia [de sensualidad,
materialidad sutil, e inmaterialidad], sin embargo, no practicamos liberándonos
del polvo [de objetos sensoriales]. Usamos nuestro cuerpo en vano, puesto que
faltamos la voluntad de un verdadero héroe. Arriba, faltamos el cultivo del
camino; abajo, somos negligentes en el beneficio de las criaturas vivientes; y
entre los dos, les damos la espalda a nuestros cuatro benefactores [Son los que
nos aportan apoyo, como: maestros, padres, gobernantes, y defensores; madre,
padre, Tathagata, y el maestro del Dharma; padres, seres sentibles, gobernantes,
y las tres joyas del budismo.] ¡Esto es de verdad muy vergonzoso! Yo, Chinul,
lamento todo esto desde hace mucho tiempo.
En el primer mes del año cíclico imin [5 de febrero – 6 de marzo 1182], he viajado a Pojesa en la
capital por una convocación [una examinación monástica oficial] organizada para
debatir el Seon. Un día hice un pacto con más de diez compañeros meditadores,
en el cual se lee:
Después del cierre de esta
convocación renunciaremos la fama y la ganancia y permaneceremos en reclusión
en los bosques montañosos. Allí, formaremos una sociedad de retiro designado
para fomentar entrenamiento constante en samadhi equilibrado con prajna. A
través de la veneración del Buddha, la recitación de sutras, e incluso a través
de nuestra labor manual, cada uno de nosotros cumplirá con nuestros deberes a
los que se nos ha asignado y cultivaremos la naturaleza del sí mismo en todas
las situaciones. [Prometemos] pasar nuestras vidas enteras libres de enredos y
seguir las búsquedas más altas de caballeros y adeptos auténticos. ¿No sería
esto maravilloso?
[1]
Muchas personas han oído estas
palabras y se han opuesto diciendo, “Ahora es la edad degenerada del Dharma
[donde la verdadera Vía se ha ocultado y escondido]. ¿Cómo podemos dedicarnos a
la práctica de samadhi y prajna? Sería mejor para nosotros recordar
diligentemente Amitabha [el nombre de Buddha] y cultivar actividades de la
Tierra Pura.”
Les respondí: A pesar de que los tiempos hayan cambiado, la
mente-naturaleza permanece inafectada. Percibir florecimiento y degeneración en
el Dharma y el camino es la perspectiva de las enseñanzas provisionales de los
tres vehículos; personas sabias no apoyan estas perspectivas. Ustedes y yo
hemos encontrado esta puerta del Dharma del vehículo supremo y hemos impregnado
nuestro entrenamiento de acuerdo con lo que hemos percibido y aprendido. ¿Cómo esto
no podría ser el resultado de afinidades pasadas? Sin embargo, no nos
regocijamos en nuestra buena fortuna, sino, al contrario, nos degradamos a
nosotros mismos y no estamos contentos ser seguidores de las enseñanzas
provisionales. Así que, se podría decir que somos ingratos a nuestros
antepasados y terminamos eliminando el linaje de los Buddhas. Recordar [el
nombre de] el Buddha, recitación de sutras, y realizando las muchísimas
prácticas [del Bodhisattva] son cosas eternas que los practicantes deberían
mantener constantemente; ¿cómo puede ser obstáculos? No obstante, temo que, si
no buscamos la raíz sino simplemente nos aferramos a las apariencias y buscar
afuera, lleguemos a ser hazmerreíres de los sabios.
Como dice en el Sutra Avatamsaka:
El método pedagógico de este
solo vehículo se logra mediante la sabiduría fundamental; así que, se llama el
vehículo omnipresente. Todos los mundos en las diez direcciones – el número de
los cuales es tan vasta como el espacio vacío – son reinos de Buddha; por
consiguiente, las mentes y las esferas sensoriales de todos los Buddhas y seres
sentientes se interpenetran mutuamente, como sombras superpuestas una sobre la
otra. [Este método] no dice que hay mundos con o sin Buddhas; no dice que hay una
edad de Dharma de semblanza o una edad de Dharma degenerada. Más bien, de esta
manera, en todos los tiempos hay siempre Buddhas presentes y siempre es la edad
de Dharma verdadera. Esto es entonces la enseñanza de significado definitivo.
Pero decir que esta región es la tierra sucia y otra región es la tierra pura,
o que hay lugares con o sin Buddhas tanto como de Dharma de semblanza y Dharma
degenerada [edades]: todos esto es la enseñanza de significado provisional.
También dice:
Por el bien de los seres
sentientes [afectado por] las perspectivas equivocadas y las inversionistas [Mahayana
ofrece una lista de cinco tipos de perspectivas equivocadas: (1) que hay un yo
permanente, o alma, que existe en realidad; (2) perspectivas extremas en cuanto
a permanencia o aniquilación; (3) la negación o falta de creencia en la
eficacia de karma, renacer, y causalidad; (4) el apego rígido a tu propia
perspectiva como superior a otras; (5) el apego rígido a la eficacia de ritos y
rituales. También se puede incluir perspectivas opuestas al Noble Sendero
Óctuple: incorrecta comprensión, incorrecto pensamiento o propósito; incorrecta
habla; incorrecta acción o conducta; incorrecto modo de vida; incorrecto
esfuerzo; incorrecta atención; e incorrecta atención. Las inversionistas o los
con perspectivas pervertidas refiere a considerar permanente lo que no es impermanente;
considerar un yo lo que no es un yo; considerar placentero lo que es
sufrimiento; y considerar puro lo que es impuro.] los tathagatas manifestaron [sus
cuerpos físicos] y aparecieron [en el mundo] y brevemente explicaron una
pequeña porción de los estados de mérito y virtud. Pero en realidad los
tathagatas ni aparecieron y desaparecieron. Sólo los que están de acuerdo con
el camino comprenderán por sí mismos esta sabiduría y estos estados. No
mantienen perspectivas que los tathagatas aparecen o desaparecen; sólo se
preocupan con purificar la mente de sus obscuraciones por medio del enfoque doble
de concentración (samadhi) y comprensión profunda y penetrante (vipassyana)…Con
la permanencia de la existencia de las pasiones y las características externas,
las personas que buscan el camino mientras mantienen una perspectiva de un yo
permanente nunca estarán de acuerdo con ello. Tienen que confiar en los sabios,
eliminar tu propia arrogancia, y desarrollar por completo un estado respetuoso
de la mente; luego, examinar con cuidado por medio del enfoque doble de samadhi
y prajna.
Con
enseñanzas como estas de los sabios pasado, ¿cómo nos atreveríamos a
permitirnos ni siquiera un momento de prisa en la cual actuamos
precipitadamente? Debemos comprometernos en seguir estas palabras sinceras de
[las enseñanzas de] el significado definitivo y no depender en las
explicaciones hábiles de doctrines provisionales.
Aunque
nosotros los shramanas nacemos en una edad degenerada del Dharma y nuestras
naturalezas intrínsecas son torpes y estúpidas, incluso si no permitimos
acobardarnos en desaliento y buscar el camino mientras nos apegamos a las
apariencias, ¿quién más va a poder practicar el enfoque sublime de samadhi y
prajna que fueron seguidos por los adeptos pasados? Si la dificultad de la
práctica nos causa renunciarlo y no cultivar, entonces, puesto que no nos
entrenamos ahora, aunque pasamos por múltiples kalpas, se volverá todavía más
difícil. Pero si cultivamos con mucha perseverancia ahora, las prácticas
difíciles, como resultado del dinamismo de nuestro entrenamiento, poco a poco
van a volverse más fáciles. ¿Había cualquiera de aquellos sabios antiguos que
realizaron el camino que no comenzó como personas ordinarias? En todos los
sutras y sastras, ¿hay alguna que prohibió los seres sentientes en la edad
degenerada en cultivar el camino que es libre de contaminantes?
Como
dice en el Sutra de la Iluminación Completa, “Todos aquellos seres sentientes
en la edad degenerada, sus mentes no dan lugar a la falsedad. El Buddha ha
dicho, ‘Tales personas son bodhisattvas los que han aparecido en el mundo.’” En
el Sutra Avatamsaka, dice que, “Si se declara, ‘Este Dharma no es adecuada para
la persona ordinaria sino es una práctica reservada para los bodhisattvas,’ debería
entenderse que tal persona extingue la sabiduría y la visión de los Buddhas y
destruye el Dharma verdadero.”
Todos
los que son sabios no deberían compartir la misma opinión o ser flojos en su
práctica. A pesar de que [nuestra práctica] no tuviera resultados hasta ahora,
no deberíamos olvidar nuestras semillas de salubridad que dará fruto en vidas
futuras, madurando en condiciones superiores. Como dice en el escrito de Secretos de Solo Mente, “Oír [el Dharma]
incluso sin fe todavía fructifica en las semillas de budeidad. Entrenar incluso
sin éxito aún es superior al mérito de humanos y divinidades.” Cuando lo consideramos
desde esta perspectiva, no hay necesidad discutir las diferencias entre los
períodos de Dharma degenerada y Dharma correcto; no hay necesidad preocuparse
si nuestras mentes son ignorantes o radiantes. Simplemente debemos dar lugar a
la mente de fe, practicando de acuerdo con nuestra habilidad, y así fructificar
las correctas causas y dejar atrás toda debilidad. Debemos saber que los
placeres mundanos no perduran mucho tiempo y que el Dharma verdadero es difícil
conseguir. ¿Entonces, cómo podríamos aflojar y desperdiciar este nacimiento
humano?
Si
reflexionamos de esta manera, desde el tiempo inmemorial hemos sido sometidos
en vano todo tipo de intenso sufrimiento físico y mental, sin ningún beneficio
en absoluto. En el presente, estamos todavía obligados a sufrir agravación
insondable. El sufrimiento que vamos a ser sometidos en el futuro además no
tiene límites: tan difícil como es escapar o abandonarlo, aún no somos
sensibles a él. Cuánto más es esto el caso cuando la fuerza vital de este
cuerpo físico es inestable, impermanente, y difícil a proteger ni por un
instante; incluso la chispa de un pedernal, el viento apagando una lámpara, el
retroceso de una ola, o el último resplandor de la puesta de sol son analogías
inadecuadas. Los meses y los años se van rápidamente; implacables, nos
debilitan nuestras formas viejas. Con el fundamento de la mente todavía no
cultivado, poco a poco nos acercamos al portal de la muerte. Pensamos en
nuestros viejos conocidos; sin embargo, por sabios o tontos que puedan haber
sido, hoy cuentas nueve que han muertos y solo uno sigue vivo; e incluso los
que todavía están vivos se vuelve más y más decrépitos, igual a los demás.
Pero, independientemente de lo mucho que esto haya sucedido antes, todavía
estamos sin restricciones: codiciosos, enojados, envidiosos, presumidos,
desatentos, perseguimos la fama y la ganancia, desperdiciando nuestros días; en
conversaciones inútiles, discutimos asuntos mundanos.
Los
que faltan el mérito derivado del mantenimiento de los preceptos aceptan en
vano los regalos de los fieles; reciben las ofrendas de otros sin vergüenza o
culpa. Estos tipos de vicios son incalculables y sin límites; ¿no sería lamentable
si estos se quedaban escondidos? Si tenemos sabiduría, debemos tener cuidado y
ser prudentes, y animar a nuestros cuerpos y mentes. Sabiendo nuestros errores,
debemos intentar mejorar y disciplinarnos. Día y noche, debemos cultivarnos con
determinación y rápidamente dejar atrás todo tipo de sufrimiento. Necesitamos
simplemente confiar en las palabras sinceras de los Buddha y patriarcas como si
fueran un brillante espejo reflejando nuestras propias mentes, las que desde
los tiempos inmemorables han sidos luminosas, brillantes, claras y puras.
Aunque las aflicciones son por naturaleza vacías, debemos ser todavía más
determinados en investigar críticamente lo perverso y lo correcto, sin
aferrarnos a nuestros propios puntos de vista; entonces la mente será libre de
tanto los pensamientos distraídos como pereza. No dar lugar a los conceptos de
aniquilación o aferrarse al vacío o la existencia, sino mantener la sabiduría
iluminada constantemente clara. Comprometiéndonos al cultivo de los preceptos,
debemos hacer grandes votos [para volvernos buddhas] y llevar al otro lado toda
clase de seres sintientes, en vez de buscar sólo la liberación para nosotros
mismos.
Si
estamos atados a los varios tipos de asuntos mundanos, afligidos por los
dolores de enfermedad, o asustados por perversos espíritus y demonios malvados –
si en estas maneras nuestros cuerpos y mentes no están en paz, entones ante los
buddhas de las diez direcciones debemos con toda sinceridad arrepentirnos. Para
quitar estos obstáculos serios, debemos entrar en tales prácticas como
reverencia [al Buddha] y recordar [su nombre]. Cuando sabemos que [estos
obstáculos] se han eliminado, entonces en todo momento – ya sea en actividad o
quietud, ya sea hablando o guardando silencio – nunca estaremos inatentos que nuestros
y otros cuerpos y mentes surgen ilusoriamente de las condiciones y son vacíos,
sin ninguna naturaleza esencial, como una burbuja flotante o una sombra hecha
por una nube. Todos los sonidos de calumnia y elogio, reconocimiento y
desaprobación, los que salen engañosamente de la garganta, son como ecos en un
valle aislado o el sonido de la brisa.
Si,
de esta manera, investigamos la causa raíz de tales fenómenos engañosos en
nosotros mismos y en otros, no permanecemos inafectados por ellos. El cuerpo entero es estabilizará, y
guardaremos bien la fortaleza de la mente. Mientras aumentamos la calidad de
nuestra comprensión, un refugio tranquilo se desarrolla donde nuestra
tranquilidad continúa sin interrupción. En tal momento, gusto y disgusto
disminuyen gradualmente, compasión y sabiduría naturalmente aumentan en
claridad, acciones equivocadas naturalmente cesan, y conducta meritoria
naturalmente mejora. Cuando las aflicciones se agobian, nacer y morir
inmediatamente se eliminan; mientras la producción y cesación se han acabado,
un resplandor tranquilo aparece ante nosotros. Nuestra sensibilidad es ilimitada,
y somos capaces balsear al otro lado los seres sensibles con quienes
afinidades. Para los que se han entendido este asunto, este es la secuencia
progresiva libre de secuencias y el empeño libre de empeños.
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